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martes, 25 de febrero de 2014

El Drama de Venezuela y Ucrania…

El caos hoy reinante en la hermana nación de Venezuela y en la lejana Ucrania, nos aporta algunas lecciones que haríamos muy bien en aprender… ¡Urgentemente!
Adrian Salbuchi
Disolviendo los Estados Nacionales pedazo a pedazo…
En primer término, el caos que hoy sufren estas dos naciones no es ninguna excepción ni algo nuevo.  A lo largo de la última década, hemos visto estas mismas escenas trágicas con distintos matices, y con mayor o menor intensidad, en otras naciones: Libia, Egipto, Irak, Siria, Afganistán, Mali, Tailandia, Chile, Brasil, Argentina; incluso en la Unión Europea.  Ello nos indica que estamos ante un fenómeno que tiene innegables raíces en común.
En segundo término, no caigamos en el error de pensar que esto refleja luchas ideológicas entre sectores de la población, por más que los multimedios globales a menudo insistan en darles ese tinte.  Los pueblos trabajadores de todo el mundo hoy anhelan cosas similares, por lo que es mucho más lo que los une en hermandad, que lo que los separa en conflicto social.
En rigor de verdad, lo que hoy vivimos es un gigantesco y certero ataque por parte de los Dueños del Poder Global – de características eminentemente privadas y supranacionales – en contra de todos los Estados Nacionales Soberanos y sus respectivos pueblos trabajadores.
Por supuesto, ese ataque no golpea a todos por igual, ni al mismo tiempo, ni de la misma manera.  En cada caso, viene “hecho a la medida” de las necesidades de los poderosos de este mundo que instigan y controlan todo este proceso planetario.  Ellos necesitan que algunos Estados se mantengan vivitos y coleando por un buen tiempo más para que sirvan a sus intereses: Estados Unidos, el Reino Unido e Israel, por ejemplo; en nuestra Región: Colombia, México y Chile…
Contrariamente, en ciertos otros Estados que les generan grandes molestias, vemos como instigan el caos, la guerra civil, invasiones y destrucción.  Así es en Irak, Afganistán, Libia, Egipto, Siria y Palestina, hoy sumidos en el caos.  Estos, a su vez, conforman etapas o pasos de posicionamiento en el camino hacia venideros mega-conflictos que los Dueños del Poder buscan ante Irán, China y Rusia que hoy se oponen crecientemente a los atropellos occidentales en Europa, Asia y Medio Oriente.
Como dijera el diplomático norteamericano Richard N Gardner hace 40 años en artículo publicado en la edición de abril 1974 de “Foreign Affairs’, publicación oficial del CFR (Council on Foreign Relations – el Consejo de Relaciones Exteriores, un poderoso banco de cerebros al servicio de los Dueños del Poder Global), “…el Nuevo Orden Mundial deberá construirse de abajo hacia arriba, en lugar de arriba hacia abajo… pues un ataque final alrededor de la soberanía nacional erosionándola pedazo a pedazo dará muchos mejores resultados que los anticuados asaltos frontales…”.  ¿El título de aquél artículo? “El duro camino hacia el nuevo orden mundial…”
Lo que hoy vemos en Venezuela y Ucrania debe entenderse entonces como parte de este amplio proceso mundial de “ataque alrededor de la soberanía nacional para erosionarla pedazo a pedazo”.
Entendámoslo bien: a los poderosos de este mundo poco les importa cualquier consideración de tipo ideológica.  Sólo les interesa verificar el nivel de servidumbre y funcionalidad que los gobernantes que logran imponer en cada país estén dispuestos a desempeñar a favor de los intereses de los Dueños del Poder Global.
Eso no siempre significa necesariamente que esas naciones víctima estén siempre en manos de traidores conscientes de sus desvaríos.  Aunque en algunos casos suele ser así, en la mayoría de los casos se trata de gobernantes insondablemente ignorantes, desatentos, ambiciosos y usualmente corruptos, que lisa y llanamente no entienden la enorme peligrosidad del mundo en el que vivimos.
Ambiciosos ególatras amorales que no perciben – ni mucho menos comprenden – cuáles son los enormes peligros y poderosos enemigos que acechan a todos los países.  Como decía Sun-Tzu hace más de 2.500 años: quiénes no perciben la existencia de un enemigo, no se defienden de él….
¿¡Y qué mejor manera de ganar una guerra que contra una víctima que ni siquiera atina a defenderse!?
Se trata de los modernos gobernantes mediocres e insulsos que se convencen que para gobernar bien basta con asumir como propia alguna fórmula mágica como panacea política integral: sea algún librito con “la constitución”, o los ejes de alguna ideología absolutamente perimida como el marxismo, o vivir de recuerdos del Gran Líder muerto, o repetir discursos vacuos y estúpidos acerca de “la democracia” o algún inexistente “modelo de inclusión”; por supuesto siempre ante los ¡Vivas! de los chupamedias aplaudidores profesionales de turno.

Venezuela
Nadie duda que Hugo Chávez fue un presidente y líder nacional excepcional: carismático, intuitivo, valiente, lúcido y pragmático.  Pero eso no quita que no se haya equivocado – ¡y muy feo! – en temas fundamentales.
El más fundamental de ellos quizás haya sido el haber abandonado un sano nacionalismo bolivariano de origen centrado en la soberanía no sólo territorial sino cultural e intelectual, para reemplazarlo por el camino más expedito de abrazar un ideologismo marxista “a la cubana” que no sólo no sirve para resolver los grandes problemas nacionales, sino que – peor aún – desde sus propios mentores fundadores encarna una mentalidad totalmente ajena a nuestras tradiciones cristiana y occidental.
Al darle a su proyecto nacional un tinte abiertamente ideológico – marxista en este caso – Hugo Chávez produjo una escisión y quiebre social en la sociedad venezolana.  Olvidó que uno de los bordes de quiebre más agudos y peligrosos en toda América Latina es aquél que pretende imponer la dicotomía entre “socialismo marxista o capitalismo yanqui”, cuando en rigor de verdad en el largo plazo ambos han demostrado ser dos caras de una misma moneda.  Y esa moneda es la del César moderno globalizado, hoy íntegramente controlada por los Dueños del Poder Global.
Esta lucha ideológica ha generado enormes cuotas de violencia y caos a lo largo de más de 50 años en toda nuestra región, desde Méjico, República Dominicana y Cuba hasta Argentina, Bolivia y Chile.
Así que, ¡peligroso juego en el que Chávez metió a Venezuela!  
Se nota que poco aprendió de la gran y simple lección que pretendió dar el presidente argentino Juan Domingo Perón a todo el continente, cuando recomendaba a los pueblos lúcidos y soberanos esta clara praxis política: “Ni yanquis, ni marxistas: ¡Peronistas!”,que no era otra cosa que una manera simple y llana de decir: “muchachos: ¡piensen con el cerebro propio y no con el ajeno!”.
Mas en esto hasta el propio Juan Perón fue derrotado.  Usurpando su nombre, tránsfugas  ideológicos sacrificarían a la propia Argentina ante los yanquis usureros con las infames “relaciones carnales” entre Carlos Menem y George Bush en los años 90, y una década después ante los mastodónticos marxistas socialdemócratas de Néstor y Cristina Kirchner, la “Cámpora”, las “Madres” de Bonafini, Shoklender, Verbitzky y Kunkel!
Pero volvamos a Venezuela: Chávez era Chávez, y en cuestiones políticas tenía muy buena muñeca y discurso persuasivo.  Supo y pudo “manejar las cosas” con gran habilidad…
Lástima que hoy Chávez esté muerto… y su delfín, Nicolás Maduro, no le llega ni a los talones.   Pero hoy le toca a Maduro lidiar con las consecuencias catastróficas – y por demás totalmente innecesarias – de esa lucha ideológica heredada de Chávez.
Seguramente, sin quererlo y debido a su propia incultura y carencia de entendimiento de cómo funciona realmente el Poder Global en nuestros días, a lo largo una docena de años en el gobierno Hugo Chávez terminó armando la bomba social que hoy le explota en la cara a Nicolás Maduro.
Y si don Nicolás cree que va a superar este caos hoy reinante en su país – en el que sin lugar a dudas la CIA norteamericana, el Mossad israelí y los multimedios globales toman enorme ventaja a río revuelto – mostrando su pequeñita “constitución bolivariana” cada vez que hace algún discurso en cadena nacional, al tiempo que ordena se dispare contra manifestantes en las calles y avenidas de Caracas mientras sigue vendiendo su petróleo a EEUU e invirtiendo fondos venezolanos en los megabancos globales, se equivoca y mucho.  Les está haciendo el juego de manera fenomenal a los Dueños del Poder Global.
Tristemente, el corpulento presidente venezolano mostrando su visualmente ridícula constitucioncita bolivariana no atina a ver ni a comprender lo que está ocurriendo delante de sus propias narices.

Ucrania
También aquí vemos a un país políticamente inestable e inmaduro al que – al igual que a decenas de otros países víctima – el mundialismo le ha impuesto la “democracia” tras la caída y fractura de la ex-Unión Soviética.
Una falsa y viciada “democracia” que no es más que un mecanismo formal para reunir y contar votos a favor de determinados “candidatos” (todos funcionales al poder global) algunos de los cuales siempre “ganan las elecciones”.
Lo que quizás recién hoy van comprendiendo los ucranianos es que el imperio de una tal “democracia” siempre queda en manos de “partidos políticos” y sus operadores (los sistemáticamente corruptos“políticos”), siempre adictos al dinero, dinero y más dinero.
Así, las benditas “elecciones” siempre las ganan quienes tienen el apoyo, favor, bendición y sustento del dinero: dinero de las empresas, dinero los megabancos, dinero de anunciantes y especuladores locales y foráneos; dinero de multibillonarios y de “los poderosos ricos y famosos”; incluso dinero de narcotraficantes, agentes foráneos, operadores corruptos y criminales; en fin, de todo un amplio abanico de “gerentes del dinero”.
Superar la tragedia que hoy vive el pueblo ucraniano requiere primero empezar a despertar al hecho de que el mamarracho político que le han impuesto nada tiene que ver con una auténtica Democracia (así, con mayúscula).
En el mejor – perdón, ¡en el peor! – de los casos, lo que hoy sufre Ucrania es el tener la mejor “democracia” que el dinero puede comprar…   Que no es ninguna democracia en absoluto, pues el dinero NO es democrático…
Este fenómeno hoy lo comprobamos en país, tras país, tras país; y los resultados están a la vista…
La violencia Ucraniana también pasa por esta falsa fractura ideológica entre quienes creen que esa Nación debe integrarse al capitalismo parasitario y autoritario con el que pretende seducirla la Unión Europea, por un lado; y quienes aún añoran el antiguo régimen marxista con su “socialismo para todos” (versión vernácula del modelo marxista de “inclusión”), por el otro lado.
Parecieran no habercomprendido aún que por encima de todo el macaneo ideológico vacuo, fofo y estúpido de los ruidosos politiqueros vernáculos, reinan siempre los más callados intereses geopolíticos concretos, duros y tremendo de Estados Unidos y sus Aliados en la OTAN por un lado, y los de la nueva Rusia de Putin con su renovada aristocracia eslava que pretende reconstruir el poder de la Gran Rusia, por el otro.
A medida que los pueblos van adquiriendo una visión histórica de largo plazo – dos siglos, al menos – entonces irán comprendiendo que Capitalismo “democrático” y Socialismo “democrático” no son más que dos caras de una misma moneda en el bolsillo de los Dueños del Poder Global.

Argentina
Con sus propios matices, variantes, desaciertos y estupideces, también Argentina hoy corre enormes peligros semejantes a los que hoy hunden a Venezuela y Ucrania.
Gracias a 30 años de “democracia” precedidos por 7 años de usurpación cívico-militar, hoy nuestro país yace postrado, debilitado, ciego y a punto de transitar un proceso final de disolución nacional.
El no-gobierno de la cleptocracia kirchnerista no es más que el repugnante pozo ciego que hoy corona esta “Tragedia 7+30”– 7 años de usurpación militar + 30 años de usurpación “democrática” en esta Argentina Derrotada.
Desde aquellos generales traidores del 76, pasando por 10 presidentes cobardes de la “democracia”, hasta desembocar en el actual régimen descerebrado regenteado por una madame de burdel con veleidades de reina.
¡Pobre Argentina! Ha sido derrotada en todos los frentes y ámbitos, cayendo a niveles inauditos de inflación, pobreza, violencia urbana, desculturización, narcotráfico, narco-producción, narco-adicción, miseria, indefensión territorial, vaciamiento, corrupción y robo desfachatado dirigido desde la Casa Rosada, carencias populares de todo tipo, falta de salud, agresiones a los trabajadores, desprecio por los jubilados, falta de vivienda, trenes asesinos, pérdida de soberanía energética, ideologización e idiotización de nuestras universidades, abandono social, multimedios mentirosos y cuasi-pornográficos, destrucción de nuestras escuelas, cobardía dirigencial; en síntesis: estupidez,perversión y traición desde los máximos niveles del poder público y privado.
Más allá de que el ciudadano argentino se identifique con políticos de la “derecha liberal” – Menem, Cavallo, Macri, Massa, De Narváez, Scioli, Duhalde, Capitanich, Rodriguez Saa, – o de la “izquierda” socialdemócrata masónica – Alfonsín, Stolbizer, Kirchner, Binner – o incluso criminosa-marxista – Kiciloff, La Cámpora, Madres, Abuelas, Shoklender, Zannini – la Realidad se impone y es única y terrible: todos estos políticos y gobernantes ideologizados han sido, a sabiendas o no, absolutamente funcionales a los intereses de los Dueños del Poder Global en sus objetivos largoplacistas de destruir el Estado Nacional Soberano Argentino.
Operando como una suerte de Caballo de Troya, esta “dirigencia” vernácula ha impedido que la Nación Argentina cumpla su mandato histórico de transformarse en el eje continental en torno al cual se debe erigir la Gran Patria Sud Americana, que ya dejó de ser un mero “sueño deseable” y anhelo del corazón de todo Argentino bien nacido, para transformarse en una Necesidad Imperiosa ante la cataclísmica amenaza que el venidero Gobierno Mundial de derecho representa para todas las naciones soberanas.  Gobierno Mundial que los Dueños del Poder Global con su gigantesco poderío usurario, mediático y militar pronto impondrán sobre todos los pueblos del continente.
Mientras todo esto ocurre, vemos a un conjunto de payasos como el “jefe de gabinete-presidente” Capitanich y la descerebrada “reina” Cristina – que no gobierna porque jamás tuvo la más remota idea de cómo se hace eso – siguen arrastrándonos hacia un incierto abismo con sus marchas, contramarchas, medidas y contra-medidas descabelladas, trastabillazos, porrazos y errores políticos garrafales, todo salpicado de autoritarismo, mentiras y corrupción; y siempre al son de una pandilla decadente de delincuentes aplaudidores oficiales como Boudou, Fernández, los mili-tontos de La Cámpora  y otro payasos viles de diversa y dudosa jerarquía.
Miremos bien lo que hoy ocurre en las calles de Venezuela: gente gritando a favor de uno u otro bando; trabajadores bien intencionados que defienden a un presidente al que creen heredero de una “revolución bolivariana” que jamás fue; profesionales y estudiantes que creen que un Leopoldo López o un Capriles Radonski los liberará de las garras del marxismo autoritario cuando en realidad los entregarán a las garras de un sionismo usurero pro-norteamericano aún peor.
Siempre lo mismo: manifestantes contra la policía: pedradas, golpizas, disparos, gases, muertos y heridos; los pobres moliendo a golpes a otros pobres…
Mientras todo esto ocurre en las calles de Caracas, Kiev, Cairo, Damasco, Bagdad, Gaza, Trípoli, Atenas, Madrid, Buenos Aires, Rio de Janeiro, Córdoba, Santiago y Bangkok, allá arriba en las alfombradas salas de directorio y en los centros de poder global en los pisos altos de los rascacielos de todo el mundo, los gerenciadores privados y públicos del poder global miran hacia abajo fumando sus puros y disfrutando de sus whiskey, riéndose de todos nosotros al ver cuán rápido avanzan sus planes de dominio global…

Buenos Aires, 24 de febrero de 2014

Adrian Salbuchi / Proyecto Segunda República (PSR)



EL DESALOJO DE LOS ARGENTINOS

Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno el 06 de agosto de 2009

Muchos conocemos a Juan Bautista Alberdi en el plano «constitucional». Poco conocemos al Juan Bautista Alberdi de los «escritos póstumos». Tal como su importantísima obra publicada en 1875 y que tituló: «Estudios económicos».
Interpretación económica de la historia Argentina y Sud América». En la página 43 se desprenden palabras de rigurosa actualidad: «La América del Sud está ocupada por pueblos pobres que habitan suelos ricos».
Después de esta observación elemental, el pensador argentino señala, como tesis de su obra, que «la Europa presta al suelo, no al hombre, cuando presta su dinero a los Estados de América del Sud».
El objetivo del acreedor, según Alberdi, es obtener la propiedad del suelo gravado en garantía de su deuda dineraria. Por eso, al momento de la ejecución de los bienes del suelo para obtener el pago de su crédito, exige el suelo desocupado de habitantes.
¿Y cómo se desaloja todo un continente?... se pregunta el autor. A ello responde: «Provocando guerras u otras calamidades por cualquier pretexto y sin ningún sentido». «Son así las guerras que han asolado a Paraguay y a
Entre Ríos, que se han hecho con el oro de los ingleses» (página 91).
Si tomamos estos conceptos embrionarios como base analítica de lo que está ocurriendo actualmente en la República Argentina, constatamos que parece haber llegado la hora de la «ejecución de nuestra garantía» a favor de nuestro usurario acreedor, y debemos entregar el suelo libre de ocupantes.
Así también, cooperar eficazmente para la entrega del inmenso potencial energético que significa nuestra Antártida y adyacencias, ofreciendo a quien resulte su propietario, el reservorio futuro de la humanidad.
De allí se infiere que se impone el «exterminio» de la población argentina, se debe entregar el suelo (es decir el patrimonio público y privado con sus recursos naturales intactos) libre de ocupantes.
El accionar se aceleró frenéticamente por medio de las herramientas actuales de exterminio. ¡Atrás y lejos quedaron los Ejércitos de ocupación con metralla, pólvora y fusiles! ¡A comienzos de 1800 ya Beresford los reemplazó por: letras de cambio, pagarés, acuerdos comerciales y tratados que se deben cumplir!
Las armas del exterminio funcionan a la perfección:

·         Guerra química: «Consumo de drogas» con proyecciones estremecedoras en nuestra juventud. Próxima despenalización de la tenencia; con lo que se abre la puerta a la legalización del tráfico total, pre-anunciada por lluvia de drogas en cielos salteños.
·         Guerra bacteriológica: consumada con las pandemias, sin ningún control sanitario riguroso de sida, cólera, meningitis, hepatitis, mal de Chagas, fiebre amarilla, dengue, gripes en sus diversas variedades, y la nueva gripe medieval que ya hace estragos en China; vigentes en la pobreza creciente que asola a nuestro país y que niegan los indicadores con precisas instrucciones. Desembocando en un incremento de la mortalidad infantil.
·         Desquicio educacional: aumento de una TV espúrea que cala el último rincón con su mensaje desintegrador.
·         Guerra económica: instrumentada en la siniestra cantidad de medidas y actos administrativos de «ajuste» de nuestros gobernantes. Incremento inusitado de muertes por accidentes en transportes públicos y privados: caos en el respeto a las normas de tránsito. Conductores bajo los efectos de todo tipo de sustancias.
·         Total crisis institucional: en la que la imagen y autoridad de gobernantes se asimila en forma creciente al término «corrupción».
·         Inseguridad: como «normalidad» creciente Guerra civil: en el mundo tenemos hartos ejemplos de guerras «provocadas». Piquetes y contra piquetes, pobres contra pobres. Ocupas contra ocupas.
·         Indefensión total a cualquier intención de ocupación de nuestro territorio por cualquier fuerza de ocupación extranjera. Inexistencia de las Fuerzas Armadas.

En este somero análisis constatamos la gravedad de una realidad que se nos oculta sistemáticamente y nos hace parecer que los acontecimientos que ocurren lo son por casualidad del devenir histórico, y no por una «causalidad» eficientemente provocada con el único fin de reducir y aniquilar a la población en un continente (Sudamérica Antártida) con los recursos naturales necesarios para la subsistencia y control de la humanidad del futuro.
Intentar tapar esta espantosa y concreta realidad, es un genocidio sin límites, por parte de nuestros gobernantes a los que sólo parece preocuparles la eternización en un poder de miserables.
Los conceptos de este comentario encuentran su basamento en la obra del Dr. Julio González: «Los tratados de paz por la guerra de las Malvinas», de agosto de 1998.

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