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miércoles, 30 de julio de 2014

La "trampa" que atrapó a la Argentina

La trampa con la que el fondo buitre NML - EM - Elliot atrapó a la Argentina
Javier Llorens

La inexplicable impericia del gobierno y la ostensible irresponsabilidad del Congreso.

La treta del pari passu con la que NML - EM - Elliot atrapó a Argentina, es la misma con la que había arrinconado a Perú en el año 2000. No obstante Argentina cayó en ella como un chorlito, por la incuria de su dirigencia, como si ese antecedente no hubiese existido. Poniéndola ante el dilema del estallido de una sideral bomba de deuda, o el default de ella. Que tiene como única salida virtuosa, la restitución de Argentina como deudor soberano, acorde el mandato constitucional. Además ella tendría motivaciones que van más allá de las finanzas, dada las ostensibles incursiones de NML - EM - Elliot en el negocio petrolero, con aspiraciones en Vaca Muerta, y la destacada labor de su dueño Paul Singer, como lobista proisraelí, estando de por medio el conflicto con Irán. Detalles que tanto la oposición en su inopia, como los medios y el gobierno parecen empeñados en mantener en la penumbra, como si se tratara de otras prendas a entregar bajo de la mesa. Al mismo tiempo que engañosamente insisten en parlar sobre los supuestos impedimentos de una cláusula RUFO, que no solo no está vigente, sino que incluso conforme su texto, no obstaría para arribar a un acuerdo inmediato con los fondos buitre. El que se ve impedido por las leyes cerrojos de las que nadie habla, siendo esto una forma más que necia para enfrentar el gravísimo desafío ante el que se encuentra Argentina.

Contenido
- La absurda arquitectura del canje del 2005 - 2010
- Las tremendas secuelas económicas del mal arreglo de la deuda del 2005
- El huevo de la serpiente de la actual situación, las cláusulas MFCC - RUFO
- La causa eficiente de la actual situación, la ley “cerrojo” y su zaga
- La bomba de deuda ante la que se encuentra Argentina por la inopia del Congreso
- El bunker con techo de chapa de Lavagna - Nielsen
- El previsible uso del arma del pari passu antibunker por parte de NML EM Elliot
- Los “fallos” del juez Griesa erigido en juez de quiebras referidos al pari passu
- El “fallo” condenatorio de la Cámara por ser Argentina un “caso único”
- El no “fallo” de la Corte Suprema de EEUU
- La única salida que tiene Argentina, es recuperar la soberanía sobre su deuda

Los orientales dicen que los problemas deben buscarse en sus orígenes, dado que en él están los gérmenes del mismo. Cosa que tanto los expertos y medios del Partido de la Deuda fundado por Martínez de Hoz, como los del gobierno parecen evitar hacer a toda costa. Cayendo en una inexplicable superficialidad y gravísimos errores en sus análisis, al hablar de la supuesta voluntariedad y término en el tiempo de la cláusula RUFO.

Pese que ella autoriza expresamente a llegar a “acuerdos” con los fondos buitre y holdouts en cualquier momento, sin límites de tiempo. Pero que carece hoy enteramente de vigencia, al haber sido abrogada y superada largamente por las leyes cerrojos sancionadas por el Congreso, de las que nadie parece querer hablar. Siendo algo así como hablar del Mundial de Futbol del 2006, ignorando enteramente los del 2010 y 2014.

Lo cual resulta un baldón para un periodismo de investigación presuntamente independiente. Que parece empeñado en cazar pájaros menores, mientras se le escapan las presas de caza mayor. Y para la inteligencia de un país de uno y otro bando, que hace tiempo parece haber perdido el “obstinado rigor” que preconizaba Leonardo Da Vinci, para reemplazarlo por el retruécano.

Los unos con el evidente objeto de que perdure de cualquier manera el sistema de la deuda, que arrasó con Argentina, le quito su autonomía, y la llevó a su debacle histórica, que culminó con la catástrofe del año 2001. Y por eso se encarga de enfatizar los terribles efectos que produciría un default ya sea real, técnico, o administrado, cuando en la realidad desde el 2001, Argentina nunca salió del mismo.

Y los otros para disimular la evidente responsabilidad que les cabe, por haber desperdiciado la oportunidad histórica que tuvieron para acabar definitivamente con dicho sistema. Y por eso hoy nuevamente estamos tropezando malamente con la misma piedra, de lo que se decía que era una cuestión definitivamente sepultada.

Escollo que solo se podrá evitar con un análisis riguroso de la cuestión, ceñido a la verdad. Y no a los relatos que tanto los oficialistas como opositores hacen circular en una sociedad, perpleja, escéptica, y mal informada. Pero cuya adhesión y colaboración sería indispensable, para poder lograr una solución alternativa genuina que perdure en el tiempo.

La absurda arquitectura del canje del 2005 - 2010

El arreglo de la deuda del año 2005, se basó en un error inicial esencial, que es hoy la causa primigenia de la situación actual. Consistente en no darle una solución de estado soberano, mediante hacer una auditoría de la deuda, y pagar el 100 % de las acreencias reconocidas, con nuevos títulos de deuda a largo plazo bajo legislación argentina, más un módico interés a nivel internacional.

Ni darle tampoco una solución de mercado, como comerciante “market friendly”. Que podría haber consistido como hizo Uruguay, en canjear sin chistar los bonos bajo legislación extranjera, por otros bonos por igual importe bajo la misma legislación. A más largo plazo y con menores intereses, teniendo asegurado así el regreso a los mercados extranjeros para solventar sus vencimientos. Conforme el mecanismo de la deuda perpetua o “roll over”, cuya traducción literal es enrollar para adelante, como una alfombra que se hace cada vez más pesada con cada vuelta que da.

Para evitar la auditoria reclamada por la sociedad y desde el Congreso, a la que se oponían los bancos emisores de deuda (que sabían de las graves falencias que tenía esta, y por ende podían ser corresponsables de ellas) Kirchner, Lavagna, y Nielsen optaron por una vía intermedia, ni chicha ni limonada, cuyos resultados hoy están patéticamente a la vista. Tanto en la justicia de Nueva York, como en nuestra economía. Consistente absurdamente en volver a los mercados de la deuda extranjera no como “soberano”, sino como “comerciante con el cuchillo en los dientes”. O sea no “market friendly”, sino por contrario “market unfriendly”, inamistoso. O peor aun “market wrathful”, colérico o iracundo.

Actitud que estaba basada en que con el canje, se declamaba estentóreamente una supuesta quita del capital de la deuda para la tribuna. Que estaba compensada disimuladamente, con los altos intereses reconocidos en los bonos con quita de capital; y los cupones atados al PBI, entregados como colateral de todos los bonos. Que habían sido ideados por el FMI, quién envió de un representante a esos efectos, y luego los reprodujo en la crisis de Grecia.

Con los cuales la quita del capital dejó de ser tal, para convertirse en un pago acelerado del mismo, como consecuencia de tres factores concurrentes. Uno el mal diseño de esos cupones, con efecto acumulativo. El otro, el bajo nivel del punto de partida, que no representaba un crecimiento real, sino solo una recuperación tras la caída del PBI registrada desde el 1998. Y el tercero el inflamiento del PBI por parte del INDEC, que incluso ha sido reconocido por este.

Esta actitud inamistosa, con una quita que no fue tal, pero que era cacareada en forma altisonante por el gobierno, con el aplauso de una oposición en Babia, era absurda. Al contradecir la otra previsión subyacente en el arreglo, que era la inmediata vuelta al mercado de la deuda, para poder sostener los pagos mediante sucesivas refinanciaciones o rollover. A los que la AGN (Auditoría General de la Nación) en un estudio del año 2006, estimo en u$s 38.000 millones, a conseguir entre el 2005 y 2011. Con un pico sustancial en el año por venir 2015, de u$ 7.000 millones, tal como se puede ver en el siguiente gráfico de su autoría, en el que no están considerados los efectos del canje del 2010.



El efecto combinado de estas dos premisas contradictorias, fue desastroso. La simulación de la quita, hizo que en el 2005 un cuarto de los bonistas que no cazaron como era el asunto, no ingresaran al canje. Y que aun con el canje complementario del 2010, quedarán más de un 7 % afuera de ellos. Los que bien hubieran ingresado a los mismos, si se les hubiese dicho que se le reconocía el 100 % del capital de la deuda, más un módico interés del 4 % anual. Tal como resulta ser el resultado efectivo de esos canjes, por efecto de los cupones ligados al PBI.

Ello deparó que Argentina prosiguiera en default parcial, impidiéndole así la vuelta prevista al mercado de capitales o rollover. Situación financiera que se vio agravada por el pago cash de la deuda de u$s 9.000 millones al FMI, que el presidente Kirchner concretó a fines del 2005. Sin demandarlo por su corresponsabilidad por el vaciamiento financiero del año 2001, y por la absurda debacle de Argentina, como resultado de las políticas económicas que había impuesto a lo largo de 30 años. Contó para ello con la ayuda de Martín Redrado, un conspicuo integrante del Partido de la Deuda, que facilitó al kirchnerismo la primera metida de mano en las reservas del BCRA, mediante un sinuoso cambio de su carta orgánica.

Las tremendas secuelas económicas del mal arreglo de la deuda del 2005

Ante la imposibilidad de volver al mercado de la deuda como estaba previsto, el gobierno primero copó al INDEC, para con sus dibujos neutralizar la indexación de los bonos ajustado por CER. A la par simuló colocaciones de deuda, triangulando con la colaboración de Redrado las reservas del Banco Central, quién le facilitó así la segunda metida de mano en las reservas del mismo. A las que siguió con colocaciones a través de Venezuela, que tuvo que abandonar por su altísimo costo financiero, similar al del megacanje del 2001.

Ante el agotamiento de esas medidas, el kirchnerismo hizo del vicio virtud, y emprendió la política épica del “desendeudamiento”, procurando manotear cuanta caja se le pusiera delante. Primero, con la famosa resolución 125 firmada por Martín Lousteau, otro integrante del Partido de la Deuda, trató de cachar la “renta extraordinaria” de la soja, para poder cumplir con la deuda y los banqueros. Y al fracasar estrepitosamente con esto, por consejo de Amado Boudou se abalanzó sobre las AFJP, para despojarlas de los cupones atados al PBI. Y además simular con sus fondos transferidos a la ANSES, las recompras de deuda que se habían comprometido con el canje del 2005.

Seguidamente se quedó con la mitad de los depósitos del Banco Nación, y de cuanta caja oficial encontró a mano, comenzado por las ferroviarias. Y finalmente manoteo directamente las reservas del Banco Central, para poder seguir con el épico “desendeudamiento”, desquiciando así los fundamentos de la moneda y la economía. A la que en esta ocasión, al ser la tercera la vencida, Redrado se opuso, sabiendo las inconsistencias que tenían ellas, razón por la que fue expulsado de la presidencia del BCRA.

A la par para completar ese ruinoso cuadro, del país se fugaron u$ 90.000 millones desde el 2006 en adelante. Lo cual se vio facilitado por la liberación del mercado de cambios, y del posicionamiento y atesoramiento en divisas, que concretó Redrado al levantar todas las restricciones impuestas tras la crisis del 2001. Volviéndose así a una especie de convertibilidad de un dólar por tres pesos, que luego se hizo una convertibilidad flotante, con todos los vicios y vulnerabilidades que tenía ella. Lo que llevó a que finalmente diez años después, se instalara el “corralito cambiario”, como sucedáneo del “corralito bancario” del año 2001.

El huevo de la serpiente de la actual situación, las cláusulas MFCC - RUFO

A ese gravísimo error de alta estrategia, consistente en no practicar una solución de estado, para volver absurdamente al mercado de la deuda como un comerciante inamistoso, con la pretensión de obtener nuevos préstamos, se le sumaron otros gravísimos errores estratégicos. Originados porque Argentina no pudo establecer en forma retroactiva una cláusula de Acción Colectiva de salida, que diera por aprobado el canje. Y dejara sin efecto las condiciones de la deuda en default, al alcanzar dos tercios o tres cuartos de adhesión al mismo. Con lo cual los fondos buitre que compraron para litigar, habrían sido neutralizados de entrada, y hoy el problema no existiría.

Lo impidieron las leyes y la justicia de Nueva York, pero ella bien podría haber sido impuesta formalmente, si los bonos se emitían en sede local, como hizo Grecia por imposición de la Unión Europea y el FMI. A los efectos de tratar de paliar esto, en los Prospectus de los canjes de deuda de 2005 y 2010, se insertó una cláusula de acreedor más favorecido (MFCC en inglés) con la que Argentina se reservaba el derecho “a su absoluto criterio a comprar, canjear, ofrecer comprar o canjear, o concertar un acuerdo respecto los títulos que no ingresaran al canje”. (“Recompras de los títulos Elegibles que permanezcan en circulación -Ofertas de canjes Posteriores”).

Y seguidamente se obligaba a hacer extensivo a quienes ingresarán al canje, cualquier mejora que otorgue mediante “cualquier compra, canje, oferta de compra o canje”, conforme la ley al respecto. Remitiéndose a este respecto a la cláusula, “Derechos sobre ofertas futuras” (RUFO en inglés). Habiéndole mochado empero en esta oración, la frase “o acuerdo voluntario ofrecido o concertado”, que estaba en las primeras versiones de ella en el Prospectus. Pero quedó eliminada en marzo de 2005, por una resolución aprobada por Lavagna - Nielsen.

A su vez la redacción de la cláusula RUFO, quedo retaceada en forma parecida. Al quedar limitada ante el caso en que Argentina “voluntariamente hiciera una oferta de compra o canje de deuda”. Al que tendrían derecho de ingresar quienes adhirieron a los canjes, siempre y cuando ellas se formularan antes del 31/12/2014.

Quedó establecido muy claramente así, que Argentina podría hacer antes del 2015, “acuerdos voluntarios en operaciones negociadas de manera privada o de otro modo”, sin que sus beneficios se extendieran a quienes habían ingresado a los canjes del 2005 y 2010. O que podía hacer desde el 2015 en adelante, ofertas de compra o canje mejoradas respecto las condiciones de los canjes del 2005 y 2010, sin que ellas beneficien a quienes ingresaron a estos. Siendo inentendible por lo tanto toda la cháchara existente actualmente en torno la cláusula RUFO, cuando ella claramente permitiría llegar ya mismo a un acuerdo con los holdouts y fondos buitre. Sin que quienes ingresaron a los canjes tengan derecho alguno a quejarse.

La causa eficiente de la actual situación, la ley “cerrojo” y su zaga

Esta cláusulas MFCC y RUFO, que posibilitaba llegar a acuerdos con los litigantes o demandantes que no ingresaran al canje, sumada a la supuesta quita que no era tal, tuvo el efecto de desalentar aun más la adhesión al canje del 2005. Ante ello, a los efectos de tratar de neutralizarla, Argentina sancionó a principios del año 2005 la “ley cerrojo” (26.017). Poniendo de esa manera el germen de lo que ahora se conoce como violación del pari passu o igualdad de los acreedores por parte de Argentina. Agravada porque en el mismo Prospectus de los canjes, se advertía que los bonos que no ingresaran al canje, podrían quedar indefinidamente en mora.

Presentada como condición de la oferta, dicha ley prohibió reabrir el canje en un futuro, o llegar a algún acuerdo judicial o extrajudicial, con quienes no habían ingresado al canje. Suspendiendo así en la práctica los efectos de las cláusulas de acreedor más favorecido (MFCC) y los derechos sobre futuras ofertas (RUFO). Al comprometerse a no efectuar futuras ofertas en mejores condiciones, ni llegar a acuerdos voluntarios con quienes no ingresaron al canje.

Se abrió así una mora indefinida respecto los títulos que no habían ingresado al canje, que implicaba un virtual repudio de dicha deuda. Dando lugar de esta manera, a las sentencias adversas a la Argentina a favor del fondo buitre NML, referidas al pari passu. Por lo que bien puede decirse, que los responsables primigenios de la actual crisis resultan ser el ministro Roberto Lavagna, el secretario de Finanzas Guillermo Nielsen, el bufete Cleary y Gottlieb. Y los bancos intervinientes en los canjes, encabezados por el ingles Barclays, secundado por el Merril Lynch y UBS.

Paradojalmente, con dicha ley sancionada alegre e irresponsablemente por el Congreso, quedó de hecho establecida una situación hibrida, entre una solución de estado, y una de mercado, agravando aun más la confusión reinante. Que se embarró aun más, con la ley de suspensión de la ley cerrojo (26.547) sancionada a los efectos de poder concretar el canje del 2010, impulsada por el ministro Amado Boudou. Que suspendió la vigencia de la anterior, hasta tanto finalizara la reestructuración de la deuda, o hasta el 31/12/10 como máximo. Y prohibió que sus condiciones fueran iguales o mejores que las del canje del 2005. Exigiendo que quienes tuvieren sentencias o acciones judiciales en curso, desistieran enteramente de ellas para poder ingresar al canje. Y prohibiendo brindar un trato más favorable a quienes las hubiesen iniciado, u obtenido sentencias a su favor. En el afán de presionar de cualquier manera a quienes no habían ingresado a los canjes, y sin medir sus alcances, con ella irresponsablemente se avanzó un paso más hacia el abismo. Dado que de la suspensión de las cláusulas MFCC y RUFO, que implicaba la ley cerrojo inicial, Argentina pasó prácticamente a derogar esas cláusulas. Al comprometerse a no efectuar mejora alguna de ofertas en el futuro, ni aún en acuerdos privados con quienes detentaban demandas judiciales. Quemando así sus naves como Hernán Cortés, pese a seguir bajo la férula de la justicia de Nueva York y del juez Griesa. Tras el fallo a favor de NML dictado por la Cámara de Apelaciones de Nueva York en el año 2013, con el objeto de tratar de borrar la negativa de pago manifestada previamente, el Congreso a pedido del PE sancionó ese año una nueva ley de suspensión de la ley cerrojo (26.886) impulsada por el ministro de Economía Hernán Lorenzino. Con ella se autorizó al PE a realizar todos los actos necesarios para acabar con la reestructuración de la deuda. No pudiendo ofrecer mejoras respecto el canje del año 2010, que a su vez debía ser inferior al del 2005. Debiendo renunciar a las acciones y sentencias por parte de quienes se adhirieran a ella. Y prohibiendo arribar a acuerdos administrativos y judiciales que impliquen mejoras respecto aquellos que no lo habían hecho. Con la que se ratificó así la ley anterior, que prohibía hacer cualquier mejora en un futuro.

La bomba de deuda ante la que se encuentra Argentina por la inopia del Congreso

De esa manera los ministros Lavagna, Boudou, Lorenzino, y el Congreso de la Nación, con su seguidismo acrítico e irresponsable, tanto por parte de oficialistas como opositores, terminaron por hacer un verdadero embrollo legal, de impredecibles consecuencias y montos. Al comprometerse ante quienes ingresaron al canje, a no efectuar mejora alguna en futuras ofertas de canje o acuerdos de deuda, sin especificar límite de tiempo alguno. Otorgando así por la negativa, el derecho a quienes ingresaron al canje a reclamar por la diferencia, frente esa promesa incumplida. Por esta razón, y no por la supuesta vigencia de una cláusula RUFO que en realidad permitía hacer acuerdos privados con sus acreedores, la República Argentina estaría imposibilitada de hacer cualquier arreglo extrajudicial o judicial, voluntario o involuntario, con NML y los holdouts.

El capital demandado de deuda externa en Nueva York y otras tribunales en mora, asciende u$s 6.500 millones. A ello se le debe agregar intereses promedio del 11 % anual desde el 2001 hasta la fecha; mas intereses reconocidos por la justicia de Nueva York sobre los bonos FRAN, con tasa flotante calculada por el Stanley Morgan del 101 % anual, sobre u$s 300 millones de esos bonos en default. Lo cual según la consultora Quatum Finanzas, propiedad de otro conspicuo integrante del Partido de la Deuda, Daniel Marx, hacen trepar la cuenta de intereses a u$s 15.000 mil millones. Si a eso se agregan los honorarios y las costas, y la entrega de bonos a valor de mercado, como se hizo con REPSOL, ello representaría la emisión de nueva deuda externa por un monto de entre 25 mil y 30 mil millones de dólares. La cual mas sus intereses respectivos, conforme la solución dada a REPSOL, haría trepar el total de compromisos de nueva deuda a mas de u$s 50 mil millones. Una cifra similar a la del famoso megacanje del año 2001, que anticipó la crisis de ese año, por la que actualmente el ex ministro Cavallo está siendo enjuiciado en forma oral y pública por negociaciones incompatibles con su función. Que supera la supuesta quita lograda con el canje del 2005, echando por tierra de esta manera un punto central del relato kirchnerista. Pero la cuestión no acaba allí, ya que por efecto de las cláusulas MFCC y RUFO, alteradas por la ley cerrojo y su zaga, el pago de esa acreencias en default podrían hacer estallar una descomunal bomba de deuda. Que según el ministro de Economía Axel Kicillof, treparía a u$s 120 a u$s 140 mil millones. Y que según otros expertos en la deuda, como el abogado Marcelo Etchebarne, podría incluso trepar hasta los u$s 500 mil millones. Si se toma como parámetro para la igualdad de los acreedores, los intereses del 101 % anual reconocidos por la justicia de Nueva York sobre los bonos FRAN. De los cuales NML detenta un capital de u$s 45 millones, que compró por u$s 10 millones, pero no obstante obtuvo en el año 2009 sentencias por u$s 450 millones. Que actualizadas hasta la fecha treparían a u$s 675 millones. O sea que obtendría un 6.750 % sobre el capital invertido. Lo cual de por si muestra la desmesura de los fallos de la justicia de Nueva York. Se da así una peculiar situación de pari passu, o igualdad de los acreedores al cuadrado, o turbo potenciada. Por la cual los bonistas que no entraron en los canjes obtienen el pago integro de sus acreencias originales, dando lugar a que invocando el mismo derecho de igualdad de los acreedores, reclamen el mismo tratamiento quienes ingresaron a ellos. Extendiéndola incluso hasta el confín que representan los bonos FRAN, que han devengado un 101 % de interés anual reconocidos por la justicia de Nueva York. Por esta razón el ministro Kiccillof, afirma que las sentencias de la justicia de Nueva York son de cumplimiento imposible. Mostrando esto claramente los límites del sistema de la deuda, que los perplejos integrantes del Partido de la Deuda tratan de disimular a toda costa. Y que resulta de cumplimiento imposible tanto ahora, como después del 31 de diciembre próximo, fecha en la que no va a caer cláusula RUFO alguna, como sostienen trivialmente muchos analistas. Ya que en realidad está ha caído hace mucho tiempo, por efecto de las promesas implícitas de las leyes cerrojos sancionadas irresponsablemente por el Congreso.

El bunker con techo de chapa de Lavagna - Nielsen

Otra gravísimo error, como consecuencia de no haberle dado al arreglo de la deuda un enfoque de estado, como país soberano, sino de mercado, como un comerciante, consistió en la dicotomía de emitir títulos nuevos para el canje, en las mismas sedes donde Argentina tenía múltiples demandas por los títulos viejos, dinamizadas por los fondos buitre y holdouts. Para protegerse de los previsibles embargos que iban caer por parte de ellos, Lavagna, Nielsen, el bufete Cleary Gottlieb, y los bancos intervinientes en el canje, encabezados por el Barclays, idearon un fideicomiso con sede en Nueva York, donde quedaron depositados los nuevos bonos emitidos, canjeados por los viejos. De esa manera, al salir los pagos desde Argentina, las remesas no figuran ya a nombre de esta, sino del fideicomisario, el BoNY (Banco of New York Mellon) encargado como Agente de pago de distribuir los pagos a los beneficiarios. El diputado MC Mario Cafiero describió a este fideicomiso como un bunker con techo de chapa, dado que no resistió la embestida del juez Griesa. Quién prohibió que el BoNY recibiera los fondos de Argentina, y/o pagara lo que les correspondía a los nuevos bonistas, poniéndola así al borde del default. Igual que habían hecho las cortes de Bélgica y Luxemburgo, a pedido del mismo fondo buitre NML - EM - Elliot contra Perú, en el 2000, doce atrás, antes de que Argentina declarara su default. Poniéndolo así a Perú al borde del default, por no poder cumplir con los servicios de los bonos Brady, o sea exactamente en la misma situación en que se encuentra hoy Argentina. El asunto era tan conocido en el foro de Nueva York, que un analista lo tildó como “The (in)famous Elliott case”, o sea una mezcla de infame y famoso. Por ello Lavagna, Nielsen, Cleary Gottlieb, y los bancos intervinientes encabezados por el banco inglés Barclays, no pueden argüir ignorancia. Y si no hay dolo por haber sido “deliberada”, se trataría de un extraordinario caso de mala praxis, dada la estatura “profesional” de los intervinientes. En su embestida contra Perú, previamente Elliot - NML había obtenido una sentencia adversa en primera instancia en Nueva York, en la que el juez rechazó su demanda, por considerar que había comprado bonos para litigar, lo que está prohibido por la legislación local. Pero luego la Cámara de Apelaciones revirtió el fallo, al interpretar que esa prohibición no regia respecto los títulos extranjeros. Empero Elliot no encontró bienes de Perú con los que ejecutar la sentencia, y por ello recurrió ante diversas cortes, argumentando la violación al pari passu. Obtuvo éxito en Belgica, donde una corte ordenó a los agentes de pago bloquear el pago de los intereses de los bonos Brady por parte de Perú, hasta tanto no satisficiera las acreencias de Elliot. Medida que Elliot se ingenio para hacerla extensiva a distintos clearing de pago, al obtener un fallo parecido en Luxemburgo. Ante lo cual Perú para no caer en default, se avino a las pretensiones de Elliot - NML.

El previsible uso del arma del pari passu antibunker por parte de NML EM Elliot

Por ello los expertos de Nueva York, avizoraban que el próximo episodio al respecto sucedería allí. Cosa que no parece haberse enterado el bufete Cleary Gottlieb que representa a Argentina, ni Lavagna, ni Nielsen, ni el Barclays. Pese a que a fines del 2004 el entonces diputado MC Mario Cafiero había presentado una carta ante el Procurador General de la Nación, Esteban Righi, advirtiéndole de la existencia de esas sentencias basadas en el pari passu, e inquiriendo si Argentina había tomado las previsiones del caso. Señalando de paso la extraña continuidad del bufete Cleary Gottlieb como abogados de Argentina, pese tratarse del mismo estudio que había conducido el inusitado endeudamiento externo de Argentina en la década de los `90, que remato en el default.

Esta altura resulta evidente que el fondo buitre NML advirtió tempranamente las vulnerabilidades estratégicas que tenía la posición argentina, y la gran oportunidad que ellas le brindaban para repetir la jugada contra Perú. En la jerga financiera se los tilda con ese nombre (vulture funds) porque se especializan en comprar a vil precio bonos en default, o sea carroña, para acorralar judicialmente al acreedor y concretar enormes diferencias. Algunos analistas consideran que Paul Singer, el presidente y fundador de NML - EM - Elliot, fue el inventor de los vulture funds. Pero la influencia de este personaje va mucho más allá, desbordando el ámbito de EEUU. Ya que es uno de los principales sponsor del Partido Republicano, y tiene además como uno de sus principales inversores en el fondo, al ex candidato a la presidencia por el Partido Repúblicano, Mitt Romney. Además NML - EM - Elliot tiene el 40 % de su cartera de u$s 32.000 millones invertida en empresas de energía, incluidas Exxon y Chevrón. Pero la parte sustancial de ella, un 28 %, la tiene invertida en acciones de la petrolera Hess, ex Amerada Hess. Una empresa de origen inglés, especializada en incursionar en sectores petroleros novedosos, con fuertes inversiones actualmente en petróleo no convencional. Hess fue la primera compañía en efectuar exploraciones y perforaciones en el área en disputa de Malvinas. Y como socia de REPSOL en diversos emprendimientos en el mundo, en el 2010 firmo con REPSOL - YPF, antes de la estatización de esta, un preacuerdo para explotar Vaca Muerta. Y quizás por ello ahora pide un solución igual a la de REPSOL, con la esperanza de ligar algunas áreas en Vaca Muerta, como las que YPF habría transferido subrepticiamente a REPSOL, a través de Pluspetrol, como parte de pago de su indemnización. Como “inversor activista”, rol parecido al de fondo buitre, a la par que acosaba a Argentina con múltiples juicios y pedidos de embargos, Singer logró adquirir una posición preponderante en esta petrolera. Con la que logró desplazar a su socio fundador, para colocar al frente de ella a un ex ejecutivo de la SHELL inglesa. Y como si ello no fuera suficiente, Singer es un hombre prominente del lobby proisraelí, habiendo sido distinguido por el presidente George W. Bush, como su acompañante en los viajes a ese país. Su hermana Wendy es nada menos que la presidenta en Israel, del poderosísimo lobby judío norteamericano AIPAC. Y su hermano Robert es un conspicuo dirigente del Congreso Judío Mundial. Estas menciones vienen a cuento, porque Argentina ha tenido una oscilante actitud frente al conflicto con Irán, motivado por el achaque a la cúpula de este país, que hizo la justicia argentina por el atentado de la AMIA. Exigiendo actualmente tanto Israel como el lobby judío, que se derogue el acuerdo que Argentina convino el año pasado con Irán, a los efectos de tratar de esclarecer el hecho. No sería la primera vez que la cuestión de la deuda sea un condicionante de las relaciones exteriores. Siendo un claro ejemplo de ello el seguidismo acrítico a las políticas de EEUU e Israel, que protagonizó Argentina con el menemcavallismo tras el ingreso al Plan Brady, a la que se le dio el obsceno título de “relaciones carnales”.

Lo concreto es que en el 2008 NML - EM - Elliot se lanzó a acaparar distintos bonos en default de Argentina, obteniendo sentencias por parte del juez Griesa a su favor desde 2009 en adelante. Que actualmente trepan a u$s 3.000 millones, mas sus actualizaciones desde esas fechas. Con las que, como deliberada puesta en escena, intentó inútilmente entablar decenas de embargos ante el juez Griesa y a lo largo de todo el mundo, sobre los bienes más inverosímiles, hasta llegar al de la fragata libertad en Ghana. A esta estrategia desplegada por NML - EM - Elliot se sumo a su favor inexplicablemente, la curiosa incuria de la postura argentina, que mantuvo la ley cerrojo incólume hasta el año 2010. Cuando si ella solo era una añagaza para presionar a los bonistas a que ingresaran al canje del 2005, debió haberla derogado inmediatamente después, y dejado abierto el canje sine die, para que fueran ingresando los holdouts que aún no lo habían hecho. Alentados incluso por los generosos resultados que iban obteniendo quienes habían ingresado al canje, con los generosos cupones ligados al PBI, con el que se compensó una quita que no era tal. Incluso Argentina podría haber ido más allá, mediante abrir cuentas en consignación en los fideicomisos implementados para el pago, para ir depositando en ellas los pagos por los bonos en manos de holdouts, conforme las premisas del canje. Mostrando así su voluntad de pago, lo que habría evitado que los fondos buitres explotarán la ya conocida treta del pari passu, esgrimida en el 2000 contra Perú. Nada de eso sucedió. Por contrario el canje reabierto en el 2010, se volvió a cerrar nuevamente. Al mismo tiempo que la cúpula del gobierno encabezada por la Presidenta, proclamaba ostensiblemente ¡Fondos buitre no pasaran¡ aconsejada pesimamente vaya a saber por quién. Sería muy interesante deslindar que postura al respecto aconsejó el bufete Cleary Gottlieb, y que documentos respaldatorios emitió al respecto el ministerio de Economía, encabezado por Boudou y Lorenzino.

Los “fallos” del juez Griesa erigido en juez de quiebras referidos al pari passu

Por su lado NML frotándose las manos, pacientemente acumulaba cada una de esas manifestaciones y balandronadas en los expedientes del juez Griesa. Y así en el 2011 tras el cierre del canje del 2010, interpuso un procedimiento sumario ante el mismo, planteando la cuestión del pari passu o violación a la igualdad de los acreedores, por el virtual repudio y rechazo de pago de pago de deuda que había hecho Argentina con los holdouts. No obstante lo establecido en los prospectos de los bonos en su poder, que garantizaban que Argentina pagaría esas deudas, sin hacer discriminación alguna respecto el pago de otras acreencias de su deuda externa. Tras una audiencia de conciliación que no prosperó por la negativa de los abogados de Argentina, en febrero del 2012 Griesa emitió un primer falló a favor de NML, decretando que Argentina había violado flagrantemente la igualdad de los acreedores o pari passu. Por lo que NML se había visto perjudicada, al haber fracasado y no tener ningún otro recurso legal adecuado para lograr su cobro. Razón por la que las acreencias de NML sufrirían un daño irreparable, conforme lo dispuestos por las leyes cerrojo 26.017 y 26.547, y la actitud de Argentina de desafiar cualquier fallo monetario emitido por el Tribunal, repudiando sus obligaciones.

Invocó en consecuencia, “que el interés público de hacer cumplir los contratos y la defensa del Estado de Derecho justificaban” su fallo. Por el cual conforme la propuesta formulada por NML, Argentina debía hacer un pago favor de NML a prorrata, cada vez que pague a los bonistas que ingresaron al canje. Atento que NML carecía del recurso de los regímenes de quiebra para proteger sus intereses, que no alcanzan a los estados soberanos, y debe confiar en los tribunales de Nueva York para hacer valer sus derechos. Siendo este párrafo de la sentencia de Griesa muy significativo, al asumirse como un virtual juez de quiebra de países, a falta de nada mejor.

A esos efectos prohibió a Argentina hacer ningún pago a los bonistas que ingresaron a los canjes, sin cumplir con su orden. Dándole tres días para que instruya a los agentes de pago para que ella se cumpla, debiendo “descubrir” ante NML, como y donde efectúa los mismos. Prohibiéndole además expresamente, la adopción de cualquier medida que tienda a evadir sus directivas, o la hicieran ineficaz, disminuyera su capacidad de supervisar el cumplimiento de ellas, o que alteran los pagos, sin su aprobación. De esa manera el enunciado de la ley tergiversada en Argentina por Cavallo y su secretario de Hacienda Gutierréz, que supuestamente autorizaba al gobierno a la prorroga de jurisdicción, a los efectos de dirimir una controversia, con la apacible figura del Dr. Hyde, crudamente mostraba su peor rostro de Dr. Jekill. En donde Argentina víctima de la impericia y balandronadas de sus gobernantes, astutamente explotadas por NML, había pasado a ser un mero comerciante quebrado en un país extranjero. Sujeto a los mandatos de hacer y no hacer por parte de un juez. Como si hubiese sido intervenida judicialmente su “empresa”. Poniendo así en crisis la ficción legal del iuri imperii, o país soberano, y uiri gestionis, o mero comerciante, al invadir flagrantemente esta última categoría, el sagrado recinto de la primera. Argentina apelo ante la Cámara de Apelaciones, y de esa manera el cumplimiento del fallo en contra de Argentina se suspendió. En octubre del 2012 la Cámara convalidó la orden de Griesa, pero le pidió que precisara como debía efectuarse la prorrata, a los efectos de concretar los pagos a NML. A lo que Griesa respondió en noviembre afirmando que debían pagarse el 100 % del capital e intereses a NML, cuando Argentina efectuara el próximo pago de intereses a los bonistas que ingresaron al canje. Pero ese mismo día el juez Griesa decidió levantar la suspensión de la orden de pagar a NML y otros, que había dispuesto al elevar la apelación a principios de año. Lo cual en circunstancias normales según Griesa, dejaría vigente la suspensión hasta tanto la cámara de Apelaciones hubiese dictado su fallo definitivo. Pero considerando que en ella había advertido a Argentina, que “mientras esté pendiente la apelación la República no realizara ninguna acción para evadir sus directivas, de manera alguna”, expresó que “se ha presentado una circunstancia fuera de lo común, que claramente exige una medida judicial, y esa medida sólo puede ser tomada por el Tribunal de Distrito, donde se halla la causa”. Motivada porque desde su fallo en febrero, “los más altos funcionarios de Argentina declararon que Argentina pagaría a los bonistas del canje pero no pagaría un solo dólar a los tenedores de los bonos originales. La presidente Cristina Kirchner efectuó esa declaración. El ministro de Economía Lorenzino declaró que, pese a cualquier fallo de cualquier jurisdicción, Argentina no pagaría a esos bonistas”. “Por esa razón el 9/11/12 el tribunal se reunió con los abogados y preguntó al letrado de Argentina si los informes de prensa con las declaraciones anteriores eran correctos. Como respuesta, el abogado pasó a otros temas, dando a entender que los informes no eran desmentidos… el tribunal recordó a todas las partes interesadas que Argentina está sometida a la jurisdicción de los tribunales federales de Nueva York, a lo que Argentina dio su consentimiento.”
“En los últimos diez años, Argentina repetidas veces sometió los asuntos al Tribunal de Distrito y el Tribunal de Apelaciones, y recibió un tratamiento indudablemente imparcial, dado que Argentina se impuso en la mayoría de las cuestiones. El tribunal luego exhortó a que el gobierno argentino abandonara esas amenazas poco atinadas de desobedecer los actuales fallos judiciales, y declaró que cualquier incumplimiento de los fallos de los tribunales no sólo sería ilegal, sino que constituiría el peor tipo de irresponsabilidad en el trato con el poder judicial.” “Esto no detuvo a los más altos funcionarios argentinos, quienes hasta el presente continúan con sus incendiarias declaraciones de que los fallos del tribunal no serán obedecidos. Esas declaraciones son una violación la Orden de Aplazamiento del 5 de marzo de 2012… Podría argumentarse que las declaraciones de los altos funcionarios argentinos no constituyen literalmente el tipo de “acción” a que hace referencia el párrafo 2.” “Pero la cuestión esencial va más allá de esto. Sin duda, se presenta una circunstancia fuera de lo común del carácter más grave con las continuas declaraciones de la presidente de Argentina y los miembros de gabinete de que Argentina no respetará ni cumplirá los fallos actuales del Tribunal de Distrito y el Tribunal de Apelaciones en el litigio del que Argentina es parte. Es la opinión del Tribunal de Distrito que esas amenazas de incumplimiento no pueden desoírse y que es necesario tomar medidas.” En consecuencia Griesa consideró que “cuanto menos tiempo se dé a Argentina para idear medios de evasión, más seguridad hay de que no se realizará tal evasión”. Por lo tanto, levantó la orden de suspensión del pago a favor de NML que había dictado, y dispuso que se cumpla ella sin dilación, en el próximo pago de intereses previsto para diciembre del 2013, depositados en una cuenta custodia, hasta tanto la Cámara se expidiera en definitiva.
El “fallo” condenatorio de la Cámara por ser Argentina un “caso único”
Por su parte a pedido de Argentina, la Cámara de Apelaciones dejó sin efecto el levantamiento de la suspensión del pago dictada por Griesa. En cuya causa el representante del fondo buitre era nada menos que el republicano Theodore Olsen, ex Fiscal General del presidente George W. Bush. Luego en agosto la Cámara se expidió, ratificando plenamente el fallo de Griesa. Afirmando que la República Argentina no hizo propuestas productivas para el pago efectivo a NML, pese habérsele brindado la oportunidad al respecto. Que por contrario, el abogado de Argentina dijo que "no obedecería voluntariamente" el fallo de Griesa, incluso si esas medidas cautelares fueron ratificadas por la Corte. Y que los funcionarios de la Argentina pública y reiteradamente han anunciado su intención de desafiar a las sentencias de esos tribunales. Citó al respecto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que anunció que Argentina “pagará los nuevos bonos, pero ni un dólar a los 'fondos buitre”. Y que el ministro de Economía Hernán Lorenzino, haciéndose eco dijo que "la Argentina no va a cambiar su posición de no pagar los fondos buitres, y va a seguir con esa política, a pesar de cualquier fallo que podría salir de cualquier jurisdicción”.
Respecto el argumento de Argentina, de que el fallo de Griesa viola la Ley de Inmunidad Soberana Extranjera, al obligar a Argentina a utilizar los recursos que la ley protege, afirma que las medidas dispuestas por Griesa no están enunciadas en el artículo de esa ley, que protege a determinados bienes inejecutables, siendo por contrario consistente con este artículo. En cuanto a la postura de Argentina, que es inequitativo que los bonistas que ingresaron al canje cobren el 100 % de los intereses, y los holdouts el 100 % de capital más intereses, dice que ello no es así por efecto de la cláusula de aceleración, al estar en mora los bonos que detentan NML y los holdouts. Afirmó además que los demandantes no tienen ningún recurso legal adecuado, porque la República Argentina dejó en claro su intención de desafiar cualquier fallo monetario emitido por este Tribunal. Diciendo que por contrario, Argentina ha ido mucho más lejos, al aprobar las leyes cerrojos de restricción de los pagos a los holdouts. Y apuntó que tal como afirma Griesa, Argentina tiene los medios financieros para pagar todas sus obligaciones, pero "ha declarado públicamente que no tiene ninguna intención de pagar los tenedores de bonos como NML" y por ello no hay modo otro modo de remediar la cuestión. Expresó también que si ello reporta algún daño a los bonistas que adhirieron al canje, ya estaban advertidos en los prospectos del canje que ello podría sucederles, al especificarse en ellos que no había ninguna garantía de que los holdouts no pudieran interferir en los pagos. Y si Argentina decide no pagarle a estos, estos podrían demandar a su vez a Argentina por ello. En consecuencia no encuentra ningún abuso de discreción por parte del juez Griesa. Respecto a las lesiones que puedan darse en el sistema de pagos, tanto en EEUU como el exterior, manifestó que eventualmente el tribunal tiene las puertas abiertas para discutirlas en cada caso específico. Y que un "tribunal federal en calidad de tribunal de capital con jurisdicción sobre Argentina, tiene el poder para prohibirle cometer actos en otros lugares, máxime si tiene un sustancial efecto dentro de los Estados Unidos”. En cuanto a los pagos electrónicos y sistemas de pago internacionales, afirma que estas instituciones financieras están obligadas a respetar las leyes de EEUU, que prohíben en algunos casos la participación en transacciones internacionales. Equiparando a las restricciones impuestas a Argentina, con las restricciones impuestas por EEUU a las transacciones con Irán, Cuba, Irán, Birmania y Sudán. Afirma además al respecto, que nunca “se nos ha enfrentado con la cuestión de si se aplican legalmente sanciones de Estados Unidos, a las personas fuera de Estados Unidos o instituciones, y no respondemos esa pregunta hoy”. En cuanto a las lesiones al interés público, afirmó que no está de acuerdo con las predicciones “catastróficas” efectuadas por Argentina, respecto el impacto que los fallos tendrían en los mercados y la economía mundial; asegurando ser conscientes de que los tribunales deben prestar especial atención a las consecuencias públicas de cualquier orden judicial. Afirmó que las consecuencias predichas por Argentina, son “especulativas, hiperbólicas, y casi en su totalidad creación de la propia República”. Insistiendo, sin ninguna ponderación al respecto, que Argentina ahora "tiene la capacidad financiera para cumplir con el compromiso de proporcionar la igualdad de trato a los demandantes y resto de los bonistas". A la advertencia por parte de Argentina y los tenedores de bonos en euros, que expresan que Argentina puede que no seas capaz de pagar lo que se le manda, o que el pago causará problemas en la economía argentina, lo que podría afectar a la economía global. Expresa que Argentina no tiene ningún argumento real para afirmar que “para evitar el impago de su deuda con los nuevos bonistas, no puede permitirse el lujo de pagar la deuda en default, y no ha presentado prueba alguna para apoyar sus afirmaciones”.
Respecto que el éxito de NML y los holdouts, animará a otros tenedores de bonos a rechazar futuras ofertas de canje soberanas, lo que provocaría efectos perjudiciales para la economía mundial, especialmente, a los países en desarrollo, afirma que el caso de Argentina es “excepcional” y “con poca relación respecto las transacciones que pueden esperarse en el futuro”. Ya que la resolución tomada, no agota la interpretación de la clásula pari passu en relación a otros deudores soberanos. Y por ende no deja establecido que un deudor soberano infringe su cláusula pari passu cada vez que paga a un acreedor, y no a otro, o dicta una ley a esos efectos. Simplemente afirma que el comportamiento extraordinario por parte de Argentina, fue una clara violación de la cláusula pari passu estipulada en los bonos en manos de los holdouts. Agrega que “casos como éste es poco probable que se produzcan en el futuro” porque Argentina ha sido un deudor “único y recalcitrante”. Y porque los bonos nuevos casi universalmente incluyen cláusulas de acción colectiva que permiten a una supermayoría de tenedores de bonos cambiar sus términos. Avalando ello con citas de especialistas, que afirman que Argentina es un "caso atípico en la historia de las reestructuraciones soberanas"; siendo un “un ejemplo único de un deudor soberano que ha seguido un enfoque unilateral y coercitivo en la reestructuración de su deuda". Respecto que incluso con cláusulas de acción colectiva, el fallo podría motivar a que suficientes tenedores de bonos rechacen las reestructuraciones, y queden a la esperad de una pago completo; o podrían comprar suficientes bonos de una serie para derrotar a la reestructuración de esa serie, apunta que no obstante se podrían reestructurar las restantes series. Y cita al respecto a un amicus curiae de NML, que afirmó que tal caso sería consecuencia de que la propuesta de reestructuración efectuada resulta ser mezquina. Por último afirma que papel de la Cámara “no es para elaborar una resolución que va a resolver todos los problemas que pueda surgir en el hipotético futuro litigio involucrando a otros bonos y otras naciones. La particular cláusula pari passu de los bonos en cuestión, es la que justifica este pronunciamiento, pero en adelante, los países y los prestamistas tienen la libertad de diseñar diversos mecanismos para evitar litigios, y elaborar diferentes cláusulas pari passu que evitar la existencia de holdouts”. Por esa razón la Corte afirmó que no cree que su fallo amenace la emisión de bonos en el mercado de Nueva York. Por contrario, dijo que la resolución tomada es “esencial para la integridad de los mercados de capitales”, ya que lo mejor para el estado de Nueva York, es “que se requiera a los deudores, incluidos los deudores extranjeros, a pagar sus deudas”. Por esa razón ratificó el fallo de Griesa, pero lo dejó en suspenso hasta tanto se expida la Corte Suprema de Justicia.
El no “fallo” de la Corte Suprema de EEUU
Argentina apeló ante la Corte Suprema de EEUU, sumando el patrocinio de Cleary Gottlieb, el del republicano Paul Clement, otro ex Fiscal General nombrado por el presidente George W. Bush. Como otra clara demostración de que la supuestamente independiente justicia de EEUU, no lo es tanto.
Planteó ante ella dos concisos interrogantes, consistentes en que si el fallo de Griesa y la Cámara de Apelaciones, excedía las previsiones de la ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras. Y si la interpretación del pari passu, implicaba que los estados no tenían derecho a reestructurar sus deudas. A la par, tratando de improviso de aparecer como un deudor cumplidor ante la Corte Suprema estadounidense, el gobierno argentino llegó a apurados, desprolijos, y muy generosos acuerdos de pago de las sentencias emitidas por el CIADI, la indemnización a REPSOL por la estatización parcial de YPF, y las deudas con el Club de Paris. Simultáneamente le abrió la puerta de Vaca Muerta a las petroleras norteamericanas, encabezadas por Chevron del grupo Rockefeller, la famosa Standar California cuyo contrato fue uno de los motivos del derrocamiento de Perón en 1955. Con el objeto de contarlo como aliado a este poderosísimo e influyente grupo norteamericano, ante el desafío judicial límite con que se enfrentaba. Quién se encargo de movilizar múltiples presentaciones de notables, como amicus curiae a favor de Argentina ante ese alto tribunal. Y un trato parecido hizo con Francia, a cambio de beneficiar las actividades de la petrolera francesa TOTAL, tanto en Vaca Muerta como las que desarrolla en el extremo sur del país. No obstante la Corte Suprema, integrada con una abrumadora mayoría republicana conservadora, rechazó desdeñosamente la apelación interpuesta por Argentina. Sin siquiera dar razones de ello, negándose así a resolver esos graves interrogantes, que ponían tanto a la Corte como a Argentina ante un verdadero aprieto. Que se ven sumamente agravados, por el desencadenamiento del referido pari passu al cuadrado o turbopotenciado, que ni el juez Griesa ni la Cámara consideraron en sus fallos. Y que Argentina por su parte no los expuso claramente, como consecuencia de su directa responsabilidad respecto la ley cerrojo y su saga, que detonarían el mismo. A la par de esa causa referida al pari passu instada por NML, se tramitó la causa denominada “Discovery”, también impulsada por NML. Cuyas sentencias obligan a Argentina, como si fuera un narcolavador, o un comerciante quebrado que debe declarar la ubicación de todos sus bienes, y no un país soberano, a descubrir donde tiene sus bienes en todo el mundo, para que eventualmente puedan ser ejecutados por NML. Tanto el juez Griesa, la Cámara de Apelaciones, como la Corte Suprema fallaron a favor de esa postura, sucesivamente apelada por Argentina. Entendiendo la Corte Suprema que nada decía al respecto la ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras. Y que si ello no fuera atinente, debería modificarse esta ley norteamericana. Esta convalidación tuvo un solo voto en disidencia, que afirmó que la obligación de descubrir sus bienes por parte de Argentina, debía limitarse a solo los de índole comercial. En contra de la postura de la mayoría del tribunal supremo, que dijo que Argentina debía descubrir todos sus bienes, y en todo caso NML podría ejecutar solo los de carácter comercial. Volviendo así a invadir flagrantemente el supuesto iuri gestionis, el sagrado recinto del iuris imperii. Que se vio patéticamente puesto nuevamente de manifiesto, con la orden dada por el juez Griesa a “mister Kicillof”, como si fuera un directo subordinado suyo, y no de la Presidenta de la Nación, para que se abstenga de ejecutar cualquier medida que representara burlar su sentencia. Prohibiéndole incluso que cambiara la jurisdicción de los bonos a esos efectos.

La única salida que tiene Argentina, es recuperar la soberanía sobre su deuda
Como se vio, la alevosa y premeditada acción del fondo buitre NML - EM - Elliot conjugada con los fallos de la justicia de Nueva York, han puesto en crisis la ficción sobre la que se basan las deudas externas no soberanas. Consistente en escindir esquizofrénicamente al soberano en dos personalidades opuestas, ya sea que actué como soberano, o como un mero comerciante. La ficción fue ideada en Londres y Nueva York, a los fines de endeudar masivamente a los países, mediante el reciclaje de los petrodólares. Con el objeto de alinearlos geopolíticamente y económicamente a esos centros de poder. Estableciendo así una tutela sobre ellos, que en Argentina determinó su debacle histórica, al seguir ciegamente los mandatos del FMI, el Banco Mundial, y la gran banca internacional. Por efecto de las “condicionalidades” del sistema de la deuda externa, que operan imperativamente, ante la imposibilidad de poder cancelarla, por la carencia de petrodólares para poder hacerlo. Quedando por lo tanto el deudor obligado a conseguir permanentemente la refinanciación de sus vencimientos, de cualquier manera, y bajo cualquier condición, como cualquier deudor privado desesperado. Razón por lo que la Biblia dijo ya hace miles de años, que “el que toma prestado es siervo del presta”. Curiosamente, uno de los artífices principales de la actual situación, el ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen (autor intelectual de las cláusulas MFCC - RUFO y de la ley cerrojo del 2005 que las dejó en suspenso) enrostra ahora que el gravísimo problema ante el que se encuentra Argentina, en realidad no existe. Y como vendedor de ilusiones, como ya lo fue, o lobista de los fondos buitre, afirma que lo que falta es estatura intelectual, como la que él dice tener, para urdir alguna treta leguleya que permita patear el problema hasta el 2015. Como si la cláusula RUFO que el mismo redactó o supervisó, no permitiera llegar a un acuerdo con ellos ya mismo. Olvidando enteramente la ley cerrojo que el mismo redactó o supervisó, que prohíbe enteramente esto. Mucho más cauto es su ex jefe, el ex ministro Roberto Lavagna, que en una nota que recientemente publicó en CLARIN, con título “Con la deuda, mejor el tifón que el tsunami”, equiparó lo primero a un no arreglo con NML, los fondos buitre, y los holdouts, y lo segundo a un arreglo con estos. Insinuando incluso que la solución al respecto, es cambiar la jurisdicción de los bonos que se están pagando, radicándola en Argentina. Según Jorge Luis Borges, la salida de los laberintos es por arriba. Y esta salida, pese la expresa prohibición al respecto por parte del juez Griesa, es precisamente la que debería formular el Congreso. Como un acto soberano, para enmendar sus gravísimos furcios, inopia, e inconductas al respecto. A los efectos de reparar la inconstitucional e ilegal prorroga de jurisdicción y renuncia a la inmunidad soberana efectuada por el país, que ha derivado en estos penosos y oprobiosos extremos. Y sin delegarla en el Poder Ejecutivo, para que siga actuando confusamente como un mero comerciante quebrado, sujeto a las órdenes del juez de quiebras Griesa. Seguramente luego habrá que aguantar el cimbronazo. Pero que en vez de un tifón, bien puede ser solo un viento fuerte. Si en vez de optar por las reservas de Pekín, se logra apelar a las reservas que detentan los argentinos, que oscilan entre los 200 y 400 mil millones de dólares, evitando así recurrir a las extranjeras.
Obviaríamos así saltar de la sartén de Nueva York, al fuego de Pekín. O duplicando la metáfora, optar por el tifón chino, ante el tsunami neoyorquino. Ya que suficiente experiencia hemos tenido como satélite complementario del Reino Unido, para repetirla con Pekín. Tal como hoy patéticamente se puede ver con el reemplazo de los ferrocarriles ingleses por los chinos, donde lo único argentino siguen siendo los pasajeros. Ya que es igualmente penoso quedar atrapado en el área de la libra esterlina, como la del dólar, o la del yuang. Claro que el apelar a las reservas de divisas y morales de los argentinos, hoy no resulta nada fácil, por parte de un gobierno desgastado en el ejercicio de doce años en el poder. Durante el cual en base a la lógica “amigo - enemigo”, se ha empeñado en multiplicar estos últimos. Cuando en realidad, esa lógica solo opera en el campo de las relaciones exteriores, y no en las interiores de un país. En las que, por un mero principio de convivencia y esfuerzos compartidos, resulta básico preservar la armonía. Empero ella aun resultaría factible, si se basara en un consenso y política de estado sostenida por todos los partidos, dirigida a preservar el ahorro de los argentinos. Para la cual resultaría indispensable que los órganos de control monetarios y financieros, y sus principales entes estatales, estén dirigidos por idóneos de reputación absolutamente intachable. Alejados de los poderosísimos intereses que se cuecen en torno a ellos, y con una representación multipartidaria en todos esos organismos. Además ello podría afianzarse, si el Congreso ordena un rescate anticipado forzoso a precios de mercado, de los cupones ligados al PBI, emitidos con los canjes del 2005 y del 2010. Con los que se compensó una supuesta quita que de esa manera no fue tal, y por su efecto acumulativo representan una verdadera hipoteca sobre el crecimiento del país. Lo que implicaría destinar una suma de u$s 4.000 millones, para rescatar deuda contingente pendiente por más de u$s 15.000 millones. Los cuales deberían quedar en garantía de los ahorristas, para compensarlos alternativamente, con una razonable tasa de interés en dólares. O un razonable margen de ganancia sobre la inflación, la que sea mayor. A los efectos de incentivar la exteriorización y formalización de los atesoramientos de los pequeños y medianos ahorristas argentinos, refugiados actualmente como es ya crónico en Argentina, en el euro o el dólar. Habiendo voluntad existen los medios, dice el agudo pensamiento inglés. Y en este caso, al estar los medios, si hay voluntad, solo falta que haya creatividad y ductilidad política. Virtudes que lamentablemente no parecen abundar en el escenario argentino. Y así en lugar de eludir este gravísimo desafío, quedándonos en Nueva York o yendo hacia Pekín, saldríamos airosos del mismo. Los que nos daría ánimos y fuerzas como comunidad, para emprender airosamente otros desafíos, que tanta falta hacen emprender, para que en Argentina cunda el bienestar y la armonía para todos y todas.

http://www.argenpress.info/2014/07/la-trampa-con-la-que-el-fondo-buitre.html?m=1

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