HOLDOUTS: LA
ARGENTINA NO TIENE NADA QUE NEGOCIAR.
Por Héctor GIULIANO
(4.7.2014)
Hablar de
“negociación” en el marco de la gravísima encerrona financiera y legal en que
la administración Kirchner ha metido al Estado Argentino es un eufemismo.
La delegación
oficial que viajará a Nueva York el próximo lunes 7.7 para iniciar
conversaciones con los “fondos buitre” (FB) sobre la forma de cumplimiento de
la sentencia en contra de nuestro país no puede hacerlo en peores condiciones.
El juez Griesa ha
designado un mediador – el abogado Pollack (un hombre muy calificado del riñón
del sistema financiero) – para tratar de resolver el entuerto generado por su
sentencia al afectar derechos de terceros (los bonistas que ya entraron en el
Megacanje 2005-2010) y al colocar a la Argentina entre la espada y la pared
frente a un fallo de cumplimiento imposible dada su naturaleza y alcance.
Como no sea para
seguir tratando de ganar tiempo, antes de ir a “negociar” así es mejor no
hacerlo.
Las consecuencias
del fallo Griesa – incalculablemente negativas para los intereses y para las
posibilidades del Estado – obligan a considerar la variante cierta y preferible
de formalizar que la Argentina sea arrastrada a un nuevo default.
EL PUNTO DE
SITUACIÓN.
A los antecedentes
de la cuestión de los holdouts, al manejo del problema por parte del gobierno K
y a las alternativas o recomendaciones frente al fallo Griesa ya nos hemos
referido en otros trabajos, donde planteamos análisis y propuestas que - salvo
mínimos recordatorios - no vamos a repetir aquí. (*)
En lo inmediato,
los principales hechos básicos y concretos que el país afronta son los
siguientes:
a) La Argentina no puede aceptar abonar los montos del juicio – perdido en
todas sus instancias legales – sin evitar la avalancha de nuevas demandas,
actuales y futuras, por parte del resto de los bonistas que no entraron en el
Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010.
b) A los 1.500-1.600 MD (Millones de Dólares) de este caso testigo (NML-Elliot
y otros) se agrega que las nuevas demandas de los holdouts serán superiores a
los 20.000 MD: el gobierno hablo de 15.000 MD pero diversas estimaciones
privadas hacen subir mucho más esta cifra (20-22.000 MD según Daniel Marx,
24.000 MD según Eugenio Bruno, 30.000 MD según el abogado de NML Robert Cohen).
c) Estas nuevas demandas, cuyo destino es ser pagadas con más deuda
en bonos, se suman a los 600 MD del
CIADI, los 5-6.000 MD de Repsol por YPF, los 9.700 MD del Club de París y los
10.000 M$ (Millones de Pesos) del nuevo Bonar $ 2017, sin contar los nuevos
préstamos de los Organismos Multilaterales de Crédito (OMC) en curso (Banco
Mundial, BID y CAF).
d) La caída de los pagos de servicios por intereses de la deuda pública de
mediados de año y el compromiso de anticipos al Club de París en Julio – pese a
que el Acuerdo todavía no está ratificado por el Congreso – agravan este cuadro
de nuevos vencimientos.
e) La cuenta regresiva por el pago de los intereses de los bonos Discount
– correspondientes al Megacanje 2005-2010 - cuyo abono fue bloqueado por orden
del juez Griesa y ahora tiene fecha límite el 30.7 - no sólo amenaza con llevar
al país a un default técnico que todos quieren evitar (acreedores, bancos
colocadores de nuevos bonos y el propio gobierno) sino que estrechan los
tiempos de negociación del país.
f) Este doble encerramiento, por extralimitación del juez al poner a los
bonistas como rehenes del pago a los holdouts y por estrangular los tiempos de
negociación de la Argentina con su negativa a la reposición del stay - la
medida cautelar que suspende transitoriamente la ejecución de la sentencia –
determinan una situación de hecho tan gravosa como inaceptable para el país.
g) Las cláusulas leoninas aceptadas con el Megacanje Kirchner-Lavagna de
2005 hacen el resto: prórroga de jurisdicción ante tribunales extranjeros,
prórroga de jurisdicción en la ejecución de sentencias, renuncia a oponer la
inmunidad soberana, cláusula del acreedor más favorecido, cláusula RUFO,
cláusula cross default o de incumplimiento cruzado, cláusula negative pledge o
compromiso de no hacer, etc.
h) Todas las nuevas obligaciones que se están tomando aumentan la
proporción de la deuda pública con terceros – en su gran mayoría, Deuda Externa
– empeoran el perfil de vencimientos de la deuda total y trasladan el grueso de
los compromisos a las futuras administraciones.
i) A su vez, cualquier arreglo hipotético al que se llegue para paliar la
situación actual no exime a la Argentina de la apertura de otro frente de
tormenta legal con los bonistas que ya entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna,
por la existencia de las controvertidas cláusulas específicas del Acreedor más
favorecido (MFCC) y de Derechos sobre ofertas futuras (RUFO).
j) La aplicación de las cláusulas antedichas constituye una amenaza cierta
de embarcar al país en la exposición a nuevos reclamos cuyo costo es
incalculable: el gobierno habla de 120.000 MD – que algunos hacen subir a 130 ó
150.000 MD – y ciertos analistas privados advierten que pudiera elevarse a más
de 500.000 MD (Dr. Etchebarne).
k) El extremo embrollo derivado de estas cláusulas – que ha estudiado en
profundidad Javier Llorens – deriva en problemas insolubles para nuestro país
tanto desde el punto de vista legal como financiero, con el agravante que no lo
liberan de quedar expuesto a bonistas díscolos que demanden a la Argentina
desde cualquier rincón del mundo manteniéndolo así en jaque como permanente
deudor en riesgo de parciales defaults.
Todas estas circunstancias concretas hacen que hablar hoy de
negociación de las formas de pago de la sentencia Griesa en estas condiciones
sea un intento de dialogo perdido de antemano.
Las instancias de “negociación” se terminaron con el fallo Griesa y toda
pretensión de acordar su forma de pago cuando el país no tiene posibilidades de
hacerlo debido a los inexorables efectos
financieros y legales de esa sentencia supone empeorar la situación de la
Argentina.
El gobierno
Kirchner parece haber percibido tardíamente la magnitud y gravedad de esta
situación y no podría intentar ahora replantear su posición sin tener que reconocer
el fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna-Nielsen y sus secuelas, con la
reapertura del canje 2010 y con la equívoca aplicación de la Ley Cerrojo
26.017, por lo que tal revisión es totalmente improbable que la haga.
El erróneo manejo
del tema desde el Megacanje “voluntario” de 2005-2010, que dejaba 20.000 MD de
dólares de holdouts afuera pese a que temprano o tarde las demandas de estos
holdouts terminarían inexorablemente teniendo fallos en contra de nuestro país,
culminó de rematar el problema.
LOS PLANTEOS Y APOYOS
EQUÍVOCOS.
Por convicción no manifestada
o por escenificación, el gobierno Kirchner se maneja actualmente – en esta
etapa del problema de los holdouts – con posturas declarativas y con alianzas
tácticas ambivalentes:
a) Proclama su vocación pagadora cuando su administración se encuentra en
un grave estado de insolvencia e iliquidez fiscal, con déficits gemelos –
fiscal y externo – y deuda pública rápidamente creciente.
b) Reitera su aceptación a un fallo – la sentencia Griesa – que por sus
implicancias no puede cumplir.
c) Reconoce una supuesta instancia de “negociación” – como vimos –
careciendo de márgenes, tiempos y argumentos dentro del marco de la sentencia
Griesa.
d) Proclama su voluntad de querer pagar a los bonistas mientras carece
abiertamente de capacidad de repago para poder atender todo el conjunto de sus obligaciones, como no sea emitiendo nueva
deuda para cancelar la que le va cayendo por capital.
e) Asume nuevo endeudamiento – caso CIADI, Repsol, Club de París, OMC,
Títulos Públicos, etc. – que, aparte de aumentar el stock de la deuda en su
conjunto, aumentan también el peso del pago de los intereses, que se pagan
dentro del Gasto Público Corriente.
f) Declama que quiere cumplir con los bonistas del canje pero
paralelamente busca excluirlos de los beneficios que pudieran corresponderles
en función de la cláusula del Acreedor más favorecido, jugando incluso con una
dilación artificial de los tiempos para que prescriba la aplicación de la misma
a fin de año, de modo de poder mejorar los pagos a los FB sin trasladarle esas
mejoras a los bonistas (cosa que – por otra parte – no excluiría al gobierno
argentino de reclamos por prácticas de mala fe).
g) Requiere y presenta ante la opinión pública apoyos de tipo político que
no tienen traducción operativa directa y que, como tales, le sirven
concretamente de muy poco, como el caso la reciente reunión de la OEA, donde
obtuvo un respaldo nominal “a fin de que
pueda seguir cumpliendo con sus obligaciones, pagando su deuda, honrando sus
compromisos financieros y para que a través del diálogo logre un acuerdo justo,
equitativo y legal con el 100 % de sus acreedores.”
h) Por último – en lo que constituye el eje de la cuestión – trata
denodadamente de cumplir con la Hoja de Ruta Boudou, que comprende la
liquidación de la cuestión de los Holdouts y el arreglo con el Club de París como
prerrequisitos de la vuelta al Mercado Internacional de Capitales, para colocar
nueva Deuda Pública Externa.
Cuál
es el costo de estas contradicciones flagrantes? Cuál el costo de esta ficción?
El apoyo
generalizado externo que recibe el gobierno argentino de la Banca
Internacional, de los gobiernos de Estados Unidos, Francia, México, Chile,
Brasil y otros, del Fondo Monetario Internacional y del establishment financiero
local y externo, no se da para que la Argentina salga de la trampa de Deuda
Perpetua en que vive sino, por el contrario – como la rueda que al girar se
entierra más en el lodo – para que la Argentina profundice su endeudamiento.
Y si no se ataca
este problema de fondo nunca se podrá intentar siquiera revertirlo sino tan
sólo jalonar un nuevo capítulo del drama de la Deuda Pública Perpetua, aquélla
que sólo se paga con más endeudamiento.
ALTERNATIVAS PARA
UN FUTURO INMEDIATO.
Dado el “callejón
sin salida” en que está metido el gobierno K no existe solución posible para la
Crisis de Deuda en que vive el país sin replantear los términos de una re-estructuración
forzada de la misma.
Como lo hemos dicho
mil veces: no existe solución al problema de la Deuda dentro del Sistema de la
Deuda.
Si se quisiera
intentar un cambio que permita el reacomodamiento de la posición del Estado
Argentino frente a este problema de la Deuda deviene necesario que el gobierno
proceda en forma extra-ordinaria y verdaderamente heterodoxa:
a) El gobierno debe suspender toda negociación sobre la forma de pago del
fallo Griesa, ya que su implementación traerá daños irreparables para los
intereses de la Nación – en estado de Emergencia - comunicando al juez que su
sentencia es así de cumplimiento imposible para la Argentina dado sus efectos
para las finanzas del Estado y manifestar, por lo tanto, que el país –
bloqueado en el intento de pago por separado a los bonistas – declara el
default (incumplimiento) de sus obligaciones.
b) Dado que la crisis por insolvencia e iliquidez afecta la totalidad de
la Deuda Pública de la Argentina – deuda con terceros y deuda intra-Estado – siendo
el fallo por los holdouts sólo el detonante de esa crisis; y como la única
alternativa disponible del país es seguir pagando indefinidamente deuda con
deuda y salir al mercado a tomar más deuda, el gobierno se ve forzado a
blanquear su situación de default por incapacidad de pago.
c) Como en toda Crisis de Deuda, las acreencias tienen que ser revisadas
primero en su legitimidad y luego – sobre la parte que se reconozca legítima -
debe determinarse la verdadera capacidad de repago, para lo cual debe
realizarse una Auditoría integral de la Deuda Pública creando una Comisión
Especial al efecto, que deberá expedirse en un tiempo pre-establecido (digamos,
un año). En el interregno, se suspenden todos los pagos de servicios de la
Deuda del Estado.
Sería la única
forma realista de sincerar una situación de hecho, que ya existe y que, en las
condiciones actuales (que son las que, en igual o mayor medida, rigen desde
hace 40 años) constituye el problema financiero insoluble de la Argentina porque
este tipo de condiciones forma parte de la falacia central del Partido de la
Deuda: tomar deuda sin capacidad de pago para vivir pagando intereses, renovar
el principal y tomar deudas adicionales.
La alternativa de
default debiera llevar entonces – Dictamen mediante – a una reestructuración
forzosa, no voluntaria, de la Deuda Soberana y tendría el triple efecto
positivo de: 1. Replantear los términos de toda refinanciación de la Deuda en
función de los intereses nacionales, 2. Someter dicha deuda a las reglas de
racionalidad jurídica y financiera, y 3. Devolver al ámbito del Derecho Público
el tratamiento del problema estructural del endeudamiento del Estado, con
participación directa del Congreso en función de sus obligaciones
constitucionales.
Hoy se da una
circunstancia y oportunidad histórica excepcional para intentar revertir este
proceso de malformación estructural de las finanzas públicas argentinas, una
situación a la que se llegó por culpa de la adscripción al Sistema de Deuda
Perpetua, frente a lo cual es necesario “barajar y dar de nuevo”, lo que
conlleva el requisito de replantear los términos de fondo del problema .
Caso contrario, el
gobierno Kirchner marcha hacia una nueva rendición “exitosa” frente al Partido
de la Deuda, que busca minimizar y desdramatizar la gravedad real de la
cuestión de fondo, que es la toma de deuda sin capacidad de pago y la
consiguiente distorsión de las fuentes de financiamiento del Estado en función
del Sistema de la Deuda.
Lic. Héctor L.
GIULIANO
Buenos Aires, 4.7.2014.
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