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Los
humanos serán capaces de recrear formas de vida extraterrestre e 'imprimir'
organismos utilizando el equivalente biológico de una impresora 3D en el
futuro, según un famoso genetista.
Craig
Venter, el científico que ayudó a mapear el genoma humano, ha pronosticado que
los humanos pronto serán capaces de diseñar e imprimir organismos simples
utilizando el equivalente biológico de una impresora 3D, informa 'The Telegraph'.
Los microbios sintéticos o células primero serán diseñados en una computadora, permitiendo a los científicos incorporar las características en el ADN que las hacen de utilidad en la medicina o la industria. Según Venter, tales logros serán parte de la revolución de la genética. Incluso será posible el envío de robots al espacio para leer la secuencia de formas de vida extraterrestre y reproducirlas después en la Tierra.
"En los próximos años será posible la creación de una amplia variedad de células [sintéticas] diseñadas con el 'software' de computadoras. La creación de células a partir de cero abrirá posibilidades extraordinarias", dice en su último libro, 'La vida a la velocidad de la luz: desde la doble hélice de la Aurora a la Vida Digital' ('Life at the Speed of Light: From the Double Helix to the Dawn of Digital Life').
Los microbios sintéticos o células primero serán diseñados en una computadora, permitiendo a los científicos incorporar las características en el ADN que las hacen de utilidad en la medicina o la industria. Según Venter, tales logros serán parte de la revolución de la genética. Incluso será posible el envío de robots al espacio para leer la secuencia de formas de vida extraterrestre y reproducirlas después en la Tierra.
"En los próximos años será posible la creación de una amplia variedad de células [sintéticas] diseñadas con el 'software' de computadoras. La creación de células a partir de cero abrirá posibilidades extraordinarias", dice en su último libro, 'La vida a la velocidad de la luz: desde la doble hélice de la Aurora a la Vida Digital' ('Life at the Speed of Light: From the Double Helix to the Dawn of Digital Life').
La creación de células a
partir de cero abrirá posibilidades extraordinarias
El científico predice que las máquinas del futuro serán capaces de analizar la composición de los genomas y transmitirlos a través de Internet o incluso el espacio, creando más posibilidades en la búsqueda de vida extraterrestre, informó el 'Sunday Times'.
"Pronto seremos capaces de enviar una unidad de secuenciación del genoma controlado robóticamente a otros planetas para leer la secuencia de ADN de cualquier vida microbiana extraterrestre que pueda estar allí. Si podemos traerlos a la Tierra debemos ser capaces de reconstruir sus genomas", dice. "La versión sintética de un genoma de Marte a continuación, podría ser utilizado para volver a crear vida marciana en la Tierra".
En 2010 el doctor Venter y su equipo lograron crear un nuevo cromosoma a partir de ADN artificial y lo colocaron a una celda vacía donde se multiplicó, siendo esta precisamente la definición de ser vivo.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/107669-adn-alienigeno-3d-tierra
¿ Hacia una Civilización Posthumana ?
Para el ingeniero de Google, Ray Kurzweil, la singularidad tecnológica o
Singularidad está cerca. Nuestra especie está a punto de evolucionar
artificialmente y convertirse en algo diferente de lo que ha sido
siempre.
¿Estamos preparados para afrontarlo?
La Singularidad será un acontecimiento que sucederá dentro de unos años
con el aumento espectacular del progreso tecnológico debido al
desarrollo de la inteligencia artificial. Eso ocasionará cambios
sociales inimaginables, imposibles de comprender o predecir por
cualquier humano anterior al citado acontecimiento. En esta fase de la
evolución se producirá lafusión entre tecnología e inteligencia humana.
Finalmente la tecnología dominará los métodos de la biología hasta dar
lugar a una era en que se impondrá la inteligencia no biológica de los
posthumanos que se expandirá por el Universo.
Kurzweil pronostica que el siglo XXI marcará la liberación de la
Humanidad de sus cadenas biológicas y la consagración de la inteligencia
como el fenómeno más importante de nuestro universo.
Los ordenadores tendrán una inteligencia que los hará indistinguibles de
los humanos. De esta forma, la línea entre humanos y máquinas se
difuminará como parte de la evolución tecnológica. Los implantes
cibernéticos mejorarán a los seres humanos, dotándolos de nuevas
habilidades físicas y cognitivas que les permitirán actuar
integradamente con las máquinas.
Hace falta decir que Kurzweil es un insigne representante de la
ideología transhumanista muy extendida en ámbitos científicos que
desarrollan tecnologías NBIC (nanotecnología, biotecnología, tecnología
de la información, ciencia cognitiva) y otros como inteligencia
artificial, robótica o neurociencia espiritual, así como entre
filósofos, intelectuales, financieros y políticos que buscan una
finalidad: la “mejora” de la especie humana, el cambio en su naturaleza y
la prolongación de su existencia.
El filósofo Nick Bostrom ha definido el transhumanismocomo “un
movimiento cultural, intelectual y científico que afirma el deber moral
de mejorar las capacidades físicas y cognitivas de la especie humana, y
aplicar al hombre las nuevas tecnologías, a fin de que se puedan
eliminar los aspectos no deseados y no necesarios de la condición
humana: el padecimiento, la enfermedad, el envejecimiento e, incluso, la
condición mortal”.
Según esta visión, hay que diferenciar entre transhumano y posthumano.
El primero sería un ser humano en transformación, con algunas de sus
capacidades físicas y psíquicas superiores a las de un humano normal. En
cambio, un posthumano sería un ser (natural-artificial) con unas
capacidades que sobrepasarían de forma excepcional las posibilidades del
hombre actual. Esta superioridad sería tal que eliminaría cualquier
ambigüedad entre un humano y un posthumano, completamente diferente y
más perfecto.
Por otra parte, la visión Smart City propone que el hábitat humano
mejore tecnológicamente a través de la llamada inteligencia ambiental.
Las tecnologías aplicadas al territorio y a la ciudad entendida como un
sistema de informaciónpermitirán abstraer esta información de su soporte
físico material, integrándola en un sistema operativo externo que
facilitará una gestión urbana más inteligente.
¿Se implementará en los próximos años una noocraciademocrática
basada en la inteligencia colectiva, la sincronización global de la
conciencia humana y el poder distribuido horizontalmente? ¿O bien el
desarrollo de la Red como Supercerebro de Gaia comportará un
totalitarismo cibernético?
Estamos ante un gran debate sobre el futuro de la condición humana, la
organización social, el hábitat urbano, el misterio de la iniquidad, y
nuestra relación con el orden natural que rige el mundo y el cosmos. Con
el fin de abordarlo hace falta una gran dosis de prudencia y
responsabilidad. El proyecto humano es abierto. La integración cognitiva
será clave en esta etapa evolutiva del hombre y la noosfera.
Necesitaremos un humanismo fundamentado en la conciencia universal,
abierto a la Trascendencia, centrado en la libertad y dignidad de la
persona, en su esencia, belleza y perfeccionamiento integral. El ser
humano es aquel que equilibra condición biológica y dimensión
espiritual. Los mecanismos clave de la evolución humana son el amor y el
altruismo. La evolución va hacia el Espíritu.
La racionalidad del cosmos puede entenderse mediante la ley natural,
fundamento del derecho positivo y de la ética universal que identifica
el bien común en cada momento y situación. La conciencia, en sentido
amplio, los principios morales, y una democracia adelantada y justa,
permitirán fijar medidas de autocontrol y definir los límites
infranqueables ante las nuevas tecnologías, con el fin de evitar, en el
futuro, el dominio absoluto de unos cuantos posthumanos sobre el resto
de la humanidad.
A. CORTINA RAMOS, abogado, director del Estudi DTUM - Urbanisme 3.0
El filósofo Albert Camus afirma que “el hombre es la única criatura que
rechaza ser lo que es”. Este inconformismo explica el éxito evolutivo
del Homo sapiens: nuestra extraordinaria capacidad de adaptación al
medio, desde las sabanas africanas hace 40.000 años al espacio
exterior.
El transhumanismo quiere introducir artificialmente unas mejoras
(genéticas, orgánicas, tecnológicas) en el hombre con el objetivo
declarado de hacerlo más feliz.
Nos podemos imaginar, no ya los deseables resultados de la medicina
regenerativa o la robótica, sino verdaderos ciborgs(seres biónicos), con
chips integrados que les permitan interactuar mentalmente con otros
individuos y con superordenadores o androides.
O bien, superatletas que representen el dopaje fisicoquímico perfecto y dejen atrás nuestros Usain Bolt o Ryan Lochte.
Esas
modificaciones neuronales/conductuales también podrían alterar nuestros
procesos deliberativos, comprometiendo nuestra libertad. Hay que
reflexionar prudentemente y dotarnos de regulaciones adecuadas que
respeten los principios de libertad, igualdad y fraternidad, que son
primordiales para todo el mundo.
Sin embargo, la mejora humana promovida por el transhumanismo
comportaría a la larga la desaparición de lo que somos ahora, quizás
pasando por una más o menos larga sumisión a los nuevosposthumanos.
¿Estamos preparados para eso o bien pensamos que hay que conservar
nuestro patrimonio genético –cuya manipulación es objetivo prioritario
de los transhumanistas– y seguir siendo hombres, con nuestra dignidad
inalienable? Los códigos bioéticos prohíben la modificación genética de
las células de la línea germinal, precisamente con el fin de evitarlo.
Cada día conocemos mejor nuestro genoma, pero también crece lo que
desconocemos.
¿Pensamos de verdad que unos seres posthumanos superdotados física y cognitivamente serían más felices?
¿Queremos acabar convirtiéndonos en sociedades totalitarias, como las
reflejadas en los filmes Gattaca o La isla o, el más reciente Elysium,
en el que estos posthumanos dominan y desprecian a los humanos
normales?
¿Sería justo que unos cuantos (seguramente los más ricos) tengan acceso a
todas estas mejoras, mientras una gran mayoría queda al margen?
El hombre ha triunfado evolutivamente porque ha estado y es cooperativo,
no cuando es egoísta. Albert Einstein decía que “Dios no juega a los
dados”; a ver si seremos ahora los hombres los que jugamos, pero mucho
cuidado, porque el riesgo de perder será nuestra desaparición como
especie.
M.À. SERRA BELTRÁN, biólogo y gestor científico
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