The New York Times hizo público lo que
"no se podía decir" del acuerdo entre la estatal argentina y la
petrolera de EEUU
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Crédito:
Adrián Escandar2 de 22
Desde el inicio de las tratativas
hasta su aprobación final, a fines de agosto, el acuerdo
entre YPF y laestadounidense
Chevron para avanzar con la explotación de hidrocarburos en Vaca
Muerta ha dado pie a unsinnúmero
de controversias y especulaciones. Sucede que desde que se conociera el interés de
la firma extranjera por participar en el negocio, el Gobierno ha tratado de mantener
en secreto algunos puntos del convenio.
Siguiendo la política de comunicación
de la empresa estatal YPF, Dorotea Capurro fue consultada en varias
oportunidades por periodistas de Infobae pero ninguno de los
llamados tuvo una respuesta positiva.
El hermetismo con el que se manejó el
pacto ha sido tal que incluso el mismo
gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, llegó a reconocer que nunca
tuvo acceso a las cláusulas confidenciales que negociaron
ambas petroleras. "Si están tan preocupados por las cláusulas
confidenciales, hay que preguntarle a YPF", disparó el
mandatario a principios de septiembre para luego confirmar que, sólo
les fueron revelados aquellos puntos que eran de público
conocimiento.
Con el correr de las semanas,
salieron a la luz dos aspectos controvertidos del pacto y un
tercero que, aunque fuera negado por Miguel Galuccio, CEO de YPF, en Neuquén
también dan por incluido en lo firmado.
Los
dos primeros ítems clave eran:
• La
ley aplicable del convenio, en caso de incumplimiento o disputas, no es la de
Argentina sino la que rige en la ciudad
de Nueva York.
• En caso de existir un desacuerdo
o un conflicto entre Chevron y la petrolera nacional, la jurisdicción no serían los
tribunales argentinos, sino la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara
de Comercio Internacional (CCI), con sede en Francia.
El tercer ítem, que niega Galuccio
pero que se confirmó por fuentes cercanas a Sapag y representantes de la
Asociación de Abogados Ambientalistas, es el siguiente: YPF
depositará en sucesivas semanas 100
millones de dólares en un banco de los Estados Unidos en concepto de
escrow (depósito o garantía) para que Chevron
pueda, eventualmente, cobrar de esa cuenta las futuras utilidades del
negocio.
Lo
que no se contó
Como si estos tres puntos no fueran suficientes, ahora se conoció, a través de la prensa estadounidense, una cláusula que levantará más polémica aún. Agrega que la salida de la compañía no sólo podrá concretarse sin penalización alguna sino que, además, Chevron continuará recibiendo parte de las regalías de aquellos pozos que alcance a poner en marcha antes de emprender su retirada.
Como si estos tres puntos no fueran suficientes, ahora se conoció, a través de la prensa estadounidense, una cláusula que levantará más polémica aún. Agrega que la salida de la compañía no sólo podrá concretarse sin penalización alguna sino que, además, Chevron continuará recibiendo parte de las regalías de aquellos pozos que alcance a poner en marcha antes de emprender su retirada.
"Funcionarios petroleros
argentinos dijeron que el acuerdo Chevron-YPF protegerá a la empresa
estadounidense de una pérdida pecuniaria ligada a un cambio de los vientos
políticos", publicó el The
New York Times, según reprodujo el portal iProfesional.com.
Y agregó: "Si la compañía
invierte 1.200 millones de dólares, puede
retirarse 18 meses más tarde de las operaciones, sin penalización
alguna, y continuará recibiendo los beneficios
netos del 50 por ciento de la producción de los pozos iniciales a
perpetuidad".
Desde la Asociación de Abogados
Ambientalistas su titular, Enrique Viale, sostuvo que los detalles de esta
cláusula parten de informantes del mismo editor de The
New York Times. "Esto se agrega a lo conocido sobre la jurisdicción
de la ley extranjera y el
fondo que YPF debería depositar en un banco en el exterior como
garantía para Chevron", aseguró.
"Los detalles
del acuerdo son desconocidos incluso hasta para
los propios legisladores neuquinos que lo
votaron. Nadie pudo ver el convenio. Que no lo muestren es una prueba de que
algunos puntos firmados pueden ser insostenibles y entrar en abierta contradicción con el discurso
oficial", expuso.
Firmar
sin ver
Mientras algunos detalles van
saliendo a la luz, en la provincia de Neuquén se está concretando
el despliegue de Chevron de la mano de la estatal YPF. Esto, mientras
persiste el desconocimiento de los aspectos más
sensibles del pacto firmado.
En ese sentido, fuentes cercanas al
Ministerio de Energía provincial reconocieron no estar al tanto de lo publicado
porThe New York Times y, mucho
menos, de las ventajas y garantías de las que
podrá valerse la firma norteamericana, en caso de
ocurrir cambios en el plano político.
"El marco de la negociación se
ha manejado íntegramente en Buenos Aires y a la provincia
neuquina sólo le queda acatar lo que decida YPF, que es la que hoy
tiene potestad sobre Vaca Muerta", expresó a este medio un funcionario de esa
cartera, en estricto off the record.
"Que Chevron
se pueda retirar es algo que el presidente de YPF reconoció en más
de una oportunidad. Es decir, no es una sorpresa. Pero el hecho de que la estadounidense
sólo aportará tecnología para que la estatal haga la
explotación torna grave que se le permita
ganar regalías por los pozos que incluso podría dejar",
añadió.
"Probablemente –agregó esta información que ahora llega desde
Estados Unidos obligue a hacer algún tipo de aclaración en la Argentina. Tengo dudas
de que eso suceda, porque está a la vista que YPF quiere poner en marcha el
proyecto como sea, sin detenerse a dar explicaciones".
Marco
desfavorable
Consultado respecto de la aparición de este dato revelador que pone en perspectiva el tipo de acuerdo suscripto, el ex secretario de Energía de la Nación, Alieto Guadagni, sostuvo: "La decisión de no dar detalles estuvo desde el inicio. YPF opera como una empresa privada y su órbita, aunque se pueda discutir más de una vez, es la Bolsa de Nueva York. No me sorprende, así se han dado las cosas en el último tiempo".
Consultado respecto de la aparición de este dato revelador que pone en perspectiva el tipo de acuerdo suscripto, el ex secretario de Energía de la Nación, Alieto Guadagni, sostuvo: "La decisión de no dar detalles estuvo desde el inicio. YPF opera como una empresa privada y su órbita, aunque se pueda discutir más de una vez, es la Bolsa de Nueva York. No me sorprende, así se han dado las cosas en el último tiempo".
En tanto, desde la consultora
especializada Abeceb, el economista
Horacio Lazarte señaló que lo que ahora se conoce habla "de las condiciones
diferenciales que tuvo que permitir YPF para poder
cerrar el acuerdo".
"Todo esto contradice
el discurso oficial de muchos funcionarios sobre promover la soberanía
en hidrocarburos. Que se le permitan todas estas cosas a Chevron deja en
evidencia lo grave de la falta de
financiamiento y la ausencia de acceso al mercado
de crédito internacional", aseguró.
"Chevron
goza de oportunidades que el resto de los actores del sector no posee.
Puede exportar sin tributar retenciones. Y además
tiene libertad para acceder a divisas. Los puntos
desconocidos se amparan en que lo firmado es de carácter privado, aunque eso
pueda chocar de frente con la ley de soberanía hidrocarburífera", dijo.
Y añadió: "Otro aspecto curioso
es que se terminó pactando con la firma
norteamericana, pese a que ha venido declinando
su producción local. De las cinco primeras petroleras que operan en el país es la que más
disminuyó su potencial. Sin embargo, se ganó el favor del Gobierno y de
YPF".
Galuccio
puso la cara
En medio de las fuertes protestas
registradas en Neuquén a finales de agosto –y de los embates judiciales para
que exhiba la letra chica de lo pactado– Galuccio salió en varias
oportunidades a defender el convenio suscripto, señalando
la importancia estratégica de sumar a la firma
norteamericana.
En una de las últimas ocasiones
sostuvo que no puede dar a conocer el
convenio en su totalidad porque existen "condiciones
de confidencialidad y privacidad destinadas a proteger las inversiones de dos empresas
que cotizan en la Bolsa de Nueva York".
En el último mes y medio, el titular
de YPF buscó destacar en todo momento las "bondades" del polémico
acuerdo, el mismo que obligó al Gobierno a crear por decreto
un nuevo "marco regulatorio de inversiones", a medida de
las dos petroleras.
Justificó la firma del convenio en
"la necesidad de buscar soluciones para enfrentar el serio
problema que representan las crecientes
importaciones de combustibles". "En Argentina
tenemos un déficit energético que es serio", precisó
Galuccio.
Tras recordar que las compras
externas treparon en 2012 a u$s9.300 millones, destacó que "los recursos
no convencionales representan una oportunidad histórica para dejar de
ser importador de energía". Remarcó que el convenio suscripto
refiere a un proyecto para perforar 100 pozos de shale oil, con una inversión
inicial de u$s1.240 millones.
En la última semana de agosto, la jueza
federal Liliana Heilandle ordenó a YPF que le entregue
una copia del contrato. Fue en el marco del juicio iniciado por un grupo
minoritario de accionistas de Repsol –la Asociación Española de Accionistas
Minoritarios de Empresas Cotizadas–, que reclaman una indemnización por la
expropiación de la petrolera.
Los abogados
de YPF dijeron que la información requerida es "privada". Y
sostuvieron que incluye "secretos
industriales y comerciales", por lo cual se negaron a entregar dicho
convenio.
Respecto de los puntos que sí fueron
hechos públicos, se destaca el hecho de que el pacto fija que en los próximos
12 meses Chevron comprometerá un desembolso de u$s1.240
millones.
Una vez que se alcance el nivel de
perforación inicial, podrá decidir si se retira o si sigue adelante
con el desarrollo de otros 1.500 pozos, que implicarán
una inversión conjunta de 15.000 millones de dólares.
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