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domingo, 9 de junio de 2013

Brasil, Antártida, Adianchi...



Brasil quiere fuerzas armadas operativas para cuando se discuta la propiedad de la Antártida
POTENCIA EMERGENTE
motogenerador a etanol.Industria Brasilera.
Según estudios internacionales, si los automóviles utilizaran motores a etanol, reducirían su emisión de gases de efecto invernadero en un 85%, por lo que muchos países están proveyéndose de este elemento para hacer andar sus motores, para reducir la dependencia energética y para contaminar menos.

Las capacidades militares de un Estado aumentan junto con su crecimiento económico y sus necesidades políticas: un motivo que impulsan el desarrollo militar brasileño. Otro: fortalecer la seguridad interna. Dilma Rousseff envió soldados federales al estado agrícola de Mato Grosso do Sul para intentar evitar más violencia entre indígenas -que reclaman sus territorios ancestrales- vs. productores agropecuarios. Las tensiones aumentaron cuando indígenas Terena, enfurecidos por la muerte de un miembro de su tribu por disparos desde un rancho. Los pueblos originarios protestan en todo el país. "El Gobierno nos ha abandonado. Dilma no está apoyando a los pueblos indígenas", dijo el jefe indio Deoclides de Paula en una llamada telefónica desde una autopista bloqueada en el estado de Rio Grande do Sul. En Curitiba, la capital del estado de Paraná, 30 indígenas kaingang invadieron el lunes las oficinas del Partido de los Trabajadores en el poder y sólo acordaron a salir 10 horas después cuando se les prometió una reunión con la jefa de gabinete de Rousseff, Gleisi Hoffmann. En ese contexto, el Ejecutivo prioriza movilizar fuerzas militares. Pero hay otros motivos para equipar a sus FF.AA. y algunos de ellos contrastan con una Argentina que ni siquiera consigue atender sus bases antárticas.
08/06/2013| 13:32

Como consecuencia de los grandes eventos que Brasil albergará en los próximos años, las Fuerzas Armadas han cumplido una importante función en la escena interno. Río de Janeiro será sede de los Juegos Olímpicos en 2016. La necesidad de garantizar la seguridad en un evento de esta magnitud requiere la utilización de carros blindados de la Marina para dar soporte a las fuerzas policiales. La recuperación del control estatal en ciertas favelas, barrios hasta hace poco dominados por grupos de narcotraficantes, fue posible gracias al apoyo militar.
N. de la R.: Entre 1946 y 1985 el Ejército brasileño se dividió en 3 ejércitos de campo numerados. El 1er. Ejército estacionado en Rio de Janeiro, la antigua capital. El 2do. Ejército en São Paulo, la mayor ciudad del país. El 3er. Ejército estacionado en Porto Alegre, compartiendo fronteras con Argentina y Uruguay. El 4to. Ejército, estacionado en Recife, al norte. También había 2 comandos militares independientes, el Comando Militar del Planalto (Comando Militar do Planalto - CMP), para el Distrito Federal (cuando se fundó Brasilia) y el estado de Goiás (donde está Brasilia), y el Comando Militar de la Región Amazónica (Comando Militar da Amazônia - CMA). En 1964, 2/3 tercios del Ejército brasileño estaban en el 3er. Ejército.

El 01/01/1986 se reorganizó el Ejército.

Comando Militar de Occidente (Comando Militar do Oeste - OCM), cuyo territorio abarca los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul y Rondônia. 

Comando Militar del Este (Comando Militar do Leste - CML), Río de Janeiro.

Comando Militar del Sudeste (Comando Militar do Sudeste - CMSE), São Paulo.

Comando Militar del Sur (Comando Militar do Sul - CMS), Porto Alegre.

Comando Militar del Nordeste (Comando Militar do Nordeste - CMN), Recife.

Los OCM Campo Grande, y CMP, Brasilia.


por SANTIAGO PÉREZ

MADRID (EsGlobal). Durante los últimos ocho años Brasil ha incrementado sus inversiones militares casi en un 500%. Si bien la economía brasileña ha crecido sustancialmente durante la última década, la pobreza continúa siendo la principal problemática social. ¿Por qué entonces destinar estos cuantiosos recursos a desarrollos militares? Una mirada estratégica a largo plazo, las nuevas necesidades derivadas del ascenso económico nacional, la defensa de las riquezas naturales y el posicionamiento brasileño dentro del concierto geopolítico global son, a grandes rasgos, algunas de las respuestas.

Para comenzar es necesario recordar que Brasil es un país con una extensa, diversa y rica geografía. Cuenta con una superficie de 8,5 millones de kilómetros cuadrados y 23.102 kilómetros de fronteras terrestres y marítimas. El país es propietario de las mayores reservas de agua dulce en todo el mundo, activo de incalculable valor en un mundo cada vez más sediento. Se estima que en la actualidad 1.000 millones de personas no tienen acceso al agua potable y es por esto que la administración del recurso acuífero será, sin dudas, uno de los grandes asuntos de la política internacional del siglo XXI. La Amazonia, considerada el pulmón del planeta, es un elemento de importancia para el equilibrio climático global por su inmensidad y características de su vegetación. Esta selva de 6 millones de kilómetros cuadrados se encuentra en un 63% dentro de territorio brasileño. El petróleo es otro recurso estratégico. Durante años el desarrollo industrial del país había estado cuestionado por su dependencia de la importación de combustibles. Tras años de inversión, la empresa estatal Petrobras ha encontrado importantes reservas submarinas en la cuenca denominada pre sal, la cual podría abastecer a cerca del 40% de la demanda petrolífera del país a medio plazo. La defensa y correcto monitoreo de tan amplia geografía requiere de una compleja logística la cual se encuentra dentro de la lógica de defensa nacional y es allí donde las Fuerzas Armadas cumplen un rol de gran importancia.


Desde las columnas del diario El Tribuno venimos planteando el tema.

A solo título de los más recientes, las referencias a las del año 2012 y lo que va del 2013.

El lector sabrá sacar sus propias conclusiones.

Esta compilación costó mucho tiempo y esfuerzo, con el fin que sirva de historial a una verdad que se nos viene encima, y a la cual los representantes del pueblo que fueron elegidos, esquivan mirando para otro lado y en su fingida distracción deterioran el patrimonio de todos los argentinos.

Objetivo final: la Antártida Argentina

11.02.13
El próximo 11 de marzo, con el referéndum de los habitantes de las Islas Malvinas, Gran Bretaña dará un paso muy firme en su proyecto por afianzar el control militar del Atlántico Sur y su hegemonía en las dos actividades económicas del archipiélago: la pesca y los hidrocarburos.
Ese día los kelpers se consolidarán como ciudadanos británicos y podría ser el primer paso hada la creación de una república asociada de la corona. La denominada “ecuación anglo-argentina” y la “soberanía sobre la plataforma submarina” son temas prioritarios de esta columna.
A lo largo de estos años se desarrolló y analizó minuciosamente la letra del plexo jurídico de acuerdos y tratados, que en forma categórica sepultan el parloteo con que nos aturden y distraen nuestros funcionarios.
Esa cháchara oficial sólo, tiene por objeto ser partícipe de una partitura pre-establecida, cuyo único fin es despojamos a todos los argentinos de las riquezas existentes en la geografía que habitamos.
Tal denominación: “Ecuación anglo-argentina”, tanto política y cultural, cuanto económica y social, se desprende de la obra del catedrático de la Universidad de Birmingham Harry S. Fems, “Gran Bretaña y Argentina en el Siglo XIX” (1966), al referirse al intrincado entramado de estructuras que, por su singularidad e implicancias, ha promovido extensos estudios en las universidades inglesas.
Es decir, el estudio profundo en proyección atemporal de la dependencia argentina del imperio desde 1825, año en que firmáramos el “Tratado de perpetua amistad”, consecuencia jurídica esencial del plan de 1711 denominado “Una propuesta para humillar a España”, al que oportunamente me referí en anteriores artículos de esta columna.
Hoy constatamos, indudablemente, que el poderío imperial, se saca la careta, no la necesita más, y ostensiblemente apoyado en la convicción armada publicita su objetivo dé instalación a perpetuidad en elegido y cúspide (alfa y omega) de todos los continentes.
Es un mensaje dirigido no a los argentinos, sino a todo el planeta extra e intraterreno.
Ubicación antártica
Los presupuestos se cumplen inexorablemente producto de la científica planificación de los cerebros imperiales. El contundente veredicto del próximo 11 de marzo será un nuevo punto de apoyo del Reino Unido.
Por prolongación de la plataforma que ocupan en Malvinas e islas del Atlántico Sur, se extenderán a “título de dueños” a la península antártica (Queen Elizabeth Land), desalojando a los argentinos de las bases que en este mes cumplen 109 años de “cuidados y mantenimiento”.
Mientras por la ruinosa situación de nuestra Armada, debemos alquilar un avión ruso (Ilushyn) y un barco holandés (Timca) para recambió antártico, los británicos/ EEUU se encuentran perforando los lagos sub- glaciales Whillams y Ellsworth, habiendo logrado el pasado 23 de enero muestras del acuífero.
Los rusos
En esta carrera científico-militar, el pasado 10 de enero, los rusos lograron extraer muestras del lago Vostok, a 3.406 metros de profundidad.

Agua y barro que develarán secretos ocultos por cientos de miles de años. Indudablemente, la ludia por el control antártico y sus derivaciones es el escenario que empieza a mostrarse en una actualización de la disputa oriente/occidente. Esta vez en el vértice teóricamente neutro del mundo, corriendo d riesgo se transforme en un vórtice sin control donde la población civil continental replique lo que hoy ocurre en Irak, Libia, Afganistán, Siria. En esta globalización de tránsito a su última fase: la “mundialización”, lo sucedido en las poblaciones de cualquier rincón del mundo, constatamos, se reitera una y otra vez a lo largo y ancho de nuestro único planeta Tierra.
¿Podremos los argentinos quedar excluidos?

Objetivo final: La Antártida (III)

04.02.13
El británico nombre de Queen Elizabeth Land (Tierra de la Reina Isabel) que el Reino Unido decidió imponer a territorios comprendidos en el sector antártico Argentino, no obedece a ninguna casualidad temporal o geográfica, sino que tal sector constituye la prolongación de la plataforma de Malvinas en poder efectivo del Imperio.
Lo que Inglaterra hizo fue “bautizar con nombre y apellido lo que en el Tratado de Lisboa del 13-12-2007 se denomina el Sector Antártico Británico” (Eduardo M. Lualdi). De tal manera conservar para sí y la Alianza Militar de la OTAN el control del paso interoceánico Atlántico Sur-Pacífico Sur, el control de la ruta transpolar, el dominio de todos los recursos naturales que abundan en la vastedad de los 5.000.000 km2 usurpados, y lo definitivo: la proyección Antártica.
El Reino Unido nunca se avendrá a restituir los territorios que nos robaron.
Instalaron la fuerza necesaria para enfrentar efectivamente todo intento de cualquier posible interesado en una aventura militar. A tal punto las Fuerzas Armadas constituyen uno de los principales pilares del Imperio Británico, que en el primer mensaje efectuado por la reina Isabel II con la última tecnología de 3D en ocasión del pasado saludo navideño, rindió solemne homenaje a las “Fuerzas Armadas cuyo deber las separa de familias y amigos” expresándoles su emocionada gratitud (El Tribuno 26-12-12 pág. 2).
La extensión armada
Los actuales EEUU constituyen “el músculo que acciona el cerebro Británico”.
La fuerza pretoriana de la Alianza se encuentra al servicio de Su Majestad, quien la tiene muy en cuenta en caso de ser necesaria su utilización en el hemisferio sur.
La base instalada en Cocón (Chile) lo demuestra.
En la actual mundialización del planeta, en que se encuentran cada día más difusos los Estados nacionales, los territorios dependen absolutamente de la capacidad bélica de quién se los propia (efectivamente o en alianzas dependientes).
Por ello:
Por primera vez en la historia, un presidente de los EEUU se dirigió a ambas cámaras del Parlamento Británico.
Obama el 25 de mayo de 2011 en Westanimster Hall Londres- sostuvo: “Vine aquí para reafirmar una de las más antiguas, una de las más fuertes alianzas que el mundo haya conocido jamás”.
“Desde hace tiempo EEUU y el Reino Unido comparten una relación especial y dado que además compartimos una prensa crítica, esa relación es a menudo analizada y sobre analizada con un poco de nerviosismo o tensión”. “Por supuesto todas las relaciones tienen sus momentos buenos y malos, hay que admitir que la nuestra empezó con el pie izquierdo, con un pequeño problema sobre té e impuestos (risas) “. “Hubo algunos sentimientos heridos cuando prendieron fuego a la Casa Blanca durante la guerra de 1812 (risas)”.
“Pero afortunadamente todo ha ido progresando desde entonces”.
A tal punto fue el progreso que, protegidos por el paraguas territorial inglés sobre los paralelos circundantes, EEUU instaló sus bases en el techo del mundo: la nuclear Mc Murdo, la más cercana al polo geográfico la Amundsen-Scott, la Palmer, la Eights, Campamento Byrd, la Siple.
No les preocupa las teatralizaciones del Canciller Argentino.
Si China con cinco bases, y Rusia con la base Vostok en el centro magnético.

Objetivo final: La Antártida (II)

28.01.13
La publicitada teatralización de disputas verbales entre el Gobierno inglés y el argentino sobre “sentarse a una mesa de negociación” por Malvinas, omite ostensiblemente el tema de la soberanía del Estado argentino sobre el territorio insular, plataforma continental, y sector del continente Antártico de nuestra legal pertenencia.
Si la soberanía no es tema de tratamiento, ¿que pretende negociar Argentina?
El resultado del plebiscito isleño del próximo 11 de marzo indudablemente será usado por el Imperio Británico como el salvoconducto definitivo de su permanencia por siempre en el Sur Americano.
Como otra cara de esta ruidosa e inocua cháchara, invariablemente un misterioso manto de silencio cubre el continente Antártico de toda información inconveniente.
Fisuras informativas
Silencio, que no obstante el celo guardado, tuvo fisuras informativas en distintas épocas que velozmente fueron neutralizadas de diferentes maneras: ridiculizándolas, cubriéndolas de descréditos con sospechas conspiranoicas, acusando a sus generadores de facultades mentales alteradas, o directamente suprimiendo físicamente a sus protagonistas.
El conocerlas nos ayudará a comprender, un poco más, las motivaciones que tiene el Imperio Británico para no devolver nunca los territorios que nos usurpan.
A efectos de su certeza, me remitiré a las que se pueden acceder públicamente y ocurrieron en los últimos 100 años.
En la presente oportunidad me referiré al acontecimiento más notable y que hasta el día de hoy no existen respuestas a lo sucedido, ni fue comprobado si su objetivo era científico o militar, o ambas cosas
La Operación High Jump (Salto Alto)
Apenas termina la Segunda Guerra Mundial, los EEUU convocaron al almirante Richard Byrd, Gran Canciller de la Orden de Lafayette y de la Cruz del Mérito, secretario Perpetuo de la Academia Federal de la Marina Americana y de las Ciencias, experto absoluto en temas antárticos, expedicionario en reiteradas campañas en ambos polos, poniéndolo al mando de la Task Force 68 compuesta por más de 4.000 hombres, a efectos de invadir la zona antártica en el despliegue militar más enorme que haya ocurrido luego de finalizada la segunda gran guerra.
El equipamiento estaba compuesto con más de 13 naves, entre rompehielos, destructores, portaaviones (“Pillipine Sea”), cargueros, buques tanques de aprovisionamiento, buque de comunicaciones y submarinos.
El despliegue comenzó en el Mar de Ross divido en tres grupos convergentes con la finalidad de efectuar un rastrillaje total y meticuloso del continente blanco.
Instalaron una pista continental de la que despegaban aviones tipo DC3 para vuelos de largo alcance aerofotográficos.
En sólo 2 semanas relevaron más de 500.000 km2 y tomaron más de 70.000 fotografías.
Final anticipado
La operación High Jump, prevista para un tiempo de 8 meses, finalizó abruptamente a las 2 semanas en un desastre total.
El 5 de marzo de 1947 el almirante Byrd declara en el diario Mercurio de Chile: “La mayor amenaza para EEUU y sus aliados, viene ahora del Polo Sur, pues nos hemos encontrado con extrañas aeronaves de alta tecnología y de muy altas velocidades”.
Declaraciones que fueron puestas en duda por sus detractores, pero, de todos modos:
¿A qué o quiénes se enfrentó el almirante?

Objetivo final: la Antártida (I)

21.01.13
En la última semana del 2012 conocimos la publicitada difusión de más de 3.500 documentos relativos a la Guerra de Malvinas que fueran “desclasificados” por Londres: Thatcher, el hundimiento del Belgrano, el apoyo de EEUU, la presión a Francia por los Exocets, en fin muchos temas. (El Tribuno 29-12-13 pág. 22-23).
Sólo se conocieron los que permitieron.
Previo a estas informaciones del 2012, existe un bagaje de documentos que explican acabadamente el porqué de la guerra de 1982, y que explican la firme determinación británica de la defensa a ultranza de su posicionamiento en el techo del mundo.
Historia y geografía
Las referencias a la Antártida existieron siempre.
Es el más antiguo de los continentes con 14.000.000 de km2 (4 veces EEUU), el más alto de la tierra, alberga más del 80% del agua dulce, cuenta con el promedio de humedad más bajo del planeta.
Desde Platón en el Timeo, hasta las comprobaciones de este siglo XXI, encontramos un continente rodeado de misterios y de información celosamente resguardada.
Constatamos que hay más de 12 volcanes con sus ríos de lava que perforan túneles o galerías llevando agua templada a las profundidades del océano, o el Erebus (descubierto en 1841) que cuenta con uno de los 5 lagos de lava del mundo. Existen más de 140 lagos subglaciales interconectados, entre los que se destaca el Vostok (descubierto en 1996 por una expedición ruso - norteamericana), con 250 km de largo totalizando 15.590 km2, con temperatura de 18§ C (grados sobre cero) y una bóveda de aire caliente.
Es sumamente enigmático que en los google maps y referenciales, que nos muestran hasta particularidades microscópicas de los más lejanos planetas, no nos muestren absolutamente nada del Polo Sur. Sólo una gran mancha blanca, siendo imposible acceder a cualquier representación del continente.
Es también curioso que en el escudo de las Naciones Unidas no figure la Antártida, aunque sí todos los continentes y el Polo Norte.
Expediciones y conflictos
Existieron múltiples expediciones que recorrieron y se instalaron en el Sexto Continente. Merecen especial referencia las alemanas que se remontan al año 1873, en que Eduard Dallman a bordo del “Gronland” descubrió regiones y pasos a lo largo de las islas Bicoue, marcando el inicio de las incursiones del resto de países.
Mientras en Europa empezaba la contienda mundial, alemanes e ingleses protagonizaron dos grandes batallas navales a la altura del paralelo 60. El Prof. de Cs. Políticas de la Universidad Católica de Córdoba, don Antonio Riesco, refiere un pormenorizado detalle de las batallas de la Bahía Coronel y Malvinas, que iniciaron 1 de noviembre de 1914. En la primera el Almirante Maximilian Graf Spee derrota al Almirante Cristopher Cradock, pero desacertadamente permitió un rearme inglés que en un segundo enfrentamiento ocasionó la muerte del Alt. Graf Spee , sus dos hijos y dejó a la flota destrozada.
Podemos decir que en 1914 comienza el intento inglés del definitivo control geoestratégico de la posición sur, que sólo fuera alterado en esporádicas ocasiones y reafirmado con eficiencia y crueldad, como será demostrado en los próximos artículos de esta columna sin perder de vista el concepto de “procesos”, al referirnos a los hechos y actos históricos.

Falkland Islands ¿un nuevo país?

14.01.13
Concluyó el show náutico para todos y todas. La verborragia soberana se potenció de acuerdo a lo previsto, en proporción contraria a los actos presidenciales que se ejecutan. Solo palabras. Ante una soberanía perdida por las armas el 14 de junio de 1982, y lo que es realmente trágico, reafirmada su pérdida de manera absoluta en los actos jurídicos realizados por Menem y Cavallo en 1989 y 1990 (acuerdos de Madrid y Londres) y los que le siguieron hasta hoy. Incluidos el Plan Brady, negociaciones y re- negociaciones de nuestra eterna deuda ilícita, ilegal e inmoral, que se “honra” con total prohibición de “investigar”.
El proceso
Para lograr una cabal comprensión de los hechos de hoy es preciso tener conocimiento del “método” para entender los “procesos” que los ocasionan. Desde 2009, en esta columna se puso de manifiesto los pasos que realizaba el Imperio Británico en pos de cimentar los fines establecidos en sus prioritarios programas de control del sur americano. Esto es, la apropiación territorial del sur argentino, plataforma submarina, insular, y lo decisivo: continente Antártico.
Con ello conformar un nuevo país “independiente”, pero eso sí integrante del Commonwealth. Ya cuentan con su Constitución escrita y en el mes de marzo se perfeccionará la decisión de pertenencia de los isleños.
¿Por qué tales territorios?
El libro que publicara en 2012 con la recopilación de estas columnas, lleva por título: “Argentina, vórtice geopolítico mundial”. El gráfico de la tapa es una cartografía del extremo latinoamericano con el sur “arriba” resaltado con una lupa para destacar la zona antártica.
Indudablemente el objetivo imperial se encuentra en una nueva y decisiva fase, quizá emulando las profecías mayas de cambio de ciclo, los británicos cumplen la llegada a los últimos peldaños de “ascenso” de la humanidad al techo del mundo. Recientemente bautizado como: “La tierra de la Reina Isabel”.
Dicho ascenso lo observamos en el devenir de las civilizaciones desde el extremo norte, pasando por los meridianos de Medio Oriente hacia occidente, Grecia, Roma, Yucatán, ¿Atlántida? , en los aztecas, mayas, incas, mensajes de Nazca, isla de Pascua. Un eterno peregrinaje hacia el Sur.
En tal camino dejaron referencias para quienes sepan entenderlas. Desde los mapas de Brescia (1485) o del almirante turco Piri Reis (1513), que ubican a la Antártida, sin hielos. Hasta hoy, que ya se filtran informaciones valederas en tal sentido con respecto al sur del paralelo 70. Son prueba que hay quienes saben de esto muy bien.
Pasos fronterizos
1. Posesión efectiva del sector. Cumpliendo con una militarización eficiente para disuadir a cualquier pretendiente. Tales destinatarios son Rusia, China y hasta Irán, que el pasado mes de octubre desplazó a la Antártida su IV flota.
2. Destrucción absoluta de la capacidad militar argentina.
3. Desmantelamiento de toda herramienta de posesión argentina: abandono de bases naval Ushuaia, Marambio, Esperanza. Destrucción del rompehielos Irizar.
4. En simultáneo, gran operativo de distracción nacional. Como pueblo argentino es preciso que tomemos conocimiento del futuro que se concreta en nuestro espacio, a expensas del desalojo de los que nos consideramos los propietarios de una geografía, en la que cada día nos encontramos más divididos, inmersos en una atizada intolerancia con la consecuencia de un adrede y provocado estallido nacional.

La reina Isabel se siente dueña de la Antártida

24.12.12
El regalo navideño que nos hicieron los ingleses fue la firme advertencia de que la posesión y propiedad del sur argentino es de exclusiva titularidad del Imperio. Con la denominación toponímica e inclusión cartográfica del nombre “Tierra de la Reina Isabel” a la península Antártica que los argentinos “cuidamos” desde hace más de 100 años, constatamos sin lugar a dudas que consideran al continente blanco subordinado a sus decisiones.
En pocas palabras: lo que nosotros sentimos y vivimos como “Antártida Argentina”, su majestad británica lo considera inglés. No importa si hace un siglo que tenemos bases militares y científicas, que está pegadito a nuestro continente (no olvidemos que la cordillera de los Andes se prolonga a la península antártica) y que ellos están en otro hemisferio y a 20 mil kilómetros. Igual que con las islas Malvinas, ellos siguen sintiéndose los dueños de los mares.
Feliz Año Nuevo (para ellos)
En la primera semana del año próximo el Imperio británico tiene previsto realizar las fastuosas conmemoraciones de:
. 1 de enero de 2009: cuarto aniversario del dictado de la Constitución de la Falklands.
. 3 de enero de 1833: 180 años de la usurpación de las islas Malvinas.
. Confirmación de referéndum a realizarse en el mes de marzo, en que los “malvinenses” deberán decidir si forman parte o no del Imperio británico. ¿Adivina el lector la respuesta?
Nuestra artillería (verbal)
Frente a los festejos ingleses que reflejan una ocupación real y concreta de nuestro territorio, la señora presidenta argentina tiene previsto para el 9 de enero, día de la llegada de la Fragata Libertad a Mar del Plata, unas declaraciones subidas de tono “soberano”. Como nos tiene acostumbrados el “relato”, serán solo eso, vacías palabras que el viento llevará a los oídos ingleses para que una vez más se nos mueran de risa.
Palabras que volverán a postergar los elementales y concretos actos jurídicos que debe realizar el gobierno del Estado argentino, esto es:
. Suspensión inmediata de todo pago de deuda a Gran Bretaña.
. Denuncia y nulidad de los Acuerdos de Madrid de octubre de 1989 y febrero de 1990.
. Derogación del Tratado de Garantías con Gran Bretaña del 11 de diciembre de 1990 (Londres).
. Derogación del Tratado de 1825 (Amistad, comercio y navegación).
. Derogación del Tratado Roca- Runciman del 4 de mayo de 1933.
. Anulación de la designación realizada por Boudou, del inglés Barclay‘s Bank como management de la deuda externa argentina.
. Expropiación (ya que está de moda) de tierras argentinas que se encuentran bajo la titularidad de la Corona y/o súbditos británicos.
. Expropiación de las acciones de las compañías o sociedades inglesas que operan en nuestro territorio, financieras, petroleras, mineras.
. Cumplimiento e inmediata reglamentación de la Ley 26.659 (sanciones a toda empresa participante en la explotación colonial en Malvinas o plataforma marina).
. Prohibición por ley nacional de permanencia, amarre o abastecimiento de buques de bandera británica, kelpers o de conveniencia que estén involucrados en tareas en la cuenca de Malvinas.
. Llevar el reclamo ante la ONU y someterlo a “votación” concreta. Única manera que no sean palabras vacías que allí también se las lleve el viento.
De no realizar tales actos jurídicos, las declaraciones solo formarán parte de una ficción verbal, de tono agresivo y típico de la artillería de pirotecnia, pero la posición de fondo será de clarísima complicidad con Londres, funcional a lograr una “complementariedad” con empresas afines al gobierno y a la declaración de “Estado Ribereño” que el gobierno británico pretende para que la ONU legitime las usurpaciones a nuestro suelo patrio. transformado el reclamo de soberanía en una mera “cuestión de límites”.

La Unión Europea, árbitro en Malvinas

12.03.12
Lo acepta Argentina y propone conexión aérea. Las aparentes actuales sorpresas de marchas y contramarchas en las alternativas anglo-argentinas se ajustan perfectamente al libreto escenográfico previsto.
Para su graficación, tomo las palabras del consultor Adrián Salbuchi:
“¿Por qué tanto ruido y justo ahora?”.
De lo que se trata y siempre se ha tratado es de preservar cuatro objetivos geopolíticos angloestadounidenses:
1)            Su poderío geopolítico sobre el Atlántico Sur;
2)            proyectar el poderío angloestadounidense sobre la Antártida, dónde los redamos territoriales del Reino Unido y EEUU se superponen con similares redamos de la Argentina (que prácticamente se ha retirado del Continente Blanco) y Chile (que no constituyen problema por ser un tradicional aliado al Reino Unido);
3) proyección británica sobre la inmensamente rica y peligrosamente subpoblada Patagonia Argentina;
4) y último, pero no menos importante: ¡petróleo!
Existen reservas por unos 8.300 millones de barriles de petróleo.
Esencial en momentos de crecientes tensiones en Medio Oriente, gigantescas petroleras están operando a toda marcha.
La firma Rockhopper anunció que ha hallado reservas estimadas en unos 700 millones de barriles cerca de las costas malvinenses.
Risas y más risas
Dicen algunos observadores agudos, residentes en las costas patagónicas argentinas, que tras los “anuncios” de Cristina Fernández de Kirchner, del 7 de febrero y 1 de marzo, cuando el viento sopla desde las islas Malvinas casi pueden oírse las risas británicas.
Hasta el Gral. Julián Thompson con su flema británica no puede aguantar la risa al decir “Gran Bretaña perdería la guerra si Argentina se decide a atacar” (5/3/12, todos los medios).
En verdad, el más fundamental sentido común geopolítico indica que mantener fuerzas armadas creíbles resulta absolutamente vital para todo país que se respete a sí mismo. No para atacar a nadie, eso hay que dejárselo a EEUU, Reino Unido, la OTAN e Israel, que lo hacen permanentemente, sino como defensa y disuasión ante, precisamente, esos mismos países.
En realidad, Cristina Fernández de Kirchner solo hizo aquello que todos los políticos argentinos hacen con inusitado talento, o sea: nada. Pues los “anuncios” de Kirchner no solo fueron aplaudidos por su propio partido, sino por la casi totalidad de la mal llamada “oposición”. Claramente, día no es la única responsable.
Bajo el presidente Menem, Argentina suscribió su “Tratado de Versalles” en alusión a similar tratado devastador impuesto en 1919 sobre una derrotada Alemania por el Reino Unido, Estados Unidos y Fran- da. Son los acuerdos y tratado de 1990 referidos ampliamente en esta columna.
La realidad es que hoy Argentina no es un país soberano, ya que la independencia nacional presupone que existe la voluntad de ser libres; aún a riesgo de ir a la guerra. En verdad, d último bastión de la soberanía nacional de todo país son sus Fuerzas Armadas.
Al no disponer de Fuerzas Armadas creíbles, más que una nación “soberana e independiente”, Argentina es meramente un país “aún no invadido”. Pues si mañana se decidiera, en Londres, Washington, Brasilia, Santiago, la OTAN o Tel Aviv, llevar a cabo alguna intervención militar contra Argentina, no habría absolutamente nada que pudiera hacer para evitarlo.
La irresponsable teatralización ya ocasionó desmentidas de países del caribe del Caribe: Antigua, Dominicana, Barbuda y Uruguay modificaron su posición frente a las medidas anti-Malvinas de Argentina.
Mientras tanto, Chile (tradicional aliado Británico) y Brasil aguardan  expectantes.
¿Los Británicos? ¡Pura risa nomás!

Malvinas: teatralización y contradicciones

26.02.12
Continuando con la clara letra del “Acuerdo de Madrid”, del 15 de febrero de 1990, en su artículo segundo se refiere a: “La fórmula de la soberanía de las islas Malvinas (Falkland Island), Georgias del Sur, Sandwich del Sur y de sus espacios circundantes, que consta en la ‘Declaración conjunta’ del 19 de octubre de 1989”.
Este enunciado es falso: no existe ninguna fórmula de soberanía.
Lo concreto
Todo lo establecido en el referido acuerdo y posteriores tratados de garantía de inversiones nos permite constatar que a partir del 31 de marzo de 1990, la Patagonia argentina, el Mar Austral Argentino, la proyección en el continente antártico serán objeto de una soberanía virtualmente compartida con Gran Bretaña.
En lo que hace a la “bilateralidad” de las relaciones militares entre Argentina y Gran Bretaña, excluye toda participación del Ejército argentino. También excluye la participación de terceros Estados y de organismos internacionales. Es así como la Argentina marítima y aérea queda en su parte austral bloqueada, vigilada y aislada por la hegemonía de una potencia Extra continental que usurpa nuestro territorio y que, además, es árbitro permanente de nuestras fronteras con Chile.
Los hechos de febrero de 2012
El 15 de febrero de este año, el buque tanque británico British Ruby, de propiedad de la British Petroleum (BP) con sede en Londres, cargado con GNL ingresó al puerto de Ingeniero White para aportar gas al sistema nacional. La operación se realizó en el muelle de la empresa Mega, trasbordando al regasificador barco Express. Es el tercer cargamento de este año de la licitación que adjudicó Enarsa por 55 cargamentos para el 2012, efectuando los pagos de contado en dólares.
El 16 de febrero, la plataforma Leiv Eiriksson viola aguas argentinas, ubicándose dentro de las 200 millas del mar continental argentino. La discusión sobre un “estado ribereño” y sobre una cuestión de “límites” empieza a instalarse.
El 24 de febrero se intenta “provincializar” el reclamo que pertenece a todo el pueblo argentino, en el traslado de “representantes” del pueblo al paseo a la provincia de Tierra del Fuego.
El 7 de febrero se observa la aparente intención presidencial de silenciar el 2 de abril y potenciar los días 2 y 3 de enero, aniversario de la ocupación inglesa de Malvinas y del dictado de su Constitución. Tal se desprende de las palabras de la Presidenta en ocasión de la presentación del “Informe Rattenbach”. En el intento de sacarle todo toque “militarista” y “civilizar” el festejo, para lo que ya se estaría contratando a Fuerza Bruta, que fueron los encargados de los festejos del Bicentenario del 25 de Mayo.
¿Será un nuevo puente vacacional que diluirá para siempre el atrevimiento “militarista” del 2 de abril de 1982?
¿Será que cambiando el calendario cambiaremos la realidad?
El 21 de febrero, un comunicado de la Cancillería informa que el canciller Héctor Timerman se reunió el 17 de febrero con Ban Ki-moon y realizó “la entrega formal de la presentación argentina” al Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, la ONU difundió que “no se ha realizado ninguna presentación formal”, según consigna el diario Perfil del 21 de febrero, no figurando información de reclamo alguno contra el Reino Unido que haya presentado Argentina en dicha ocasión.
El discurso es una cosa y la realidad, otra muy distinta. Una constante en el tema Malvinas.

Malvinas: la rendición que nunca se muestra

20.02.12
Gran Bretaña derrotó a la Argentina en una cruenta guerra, que costó más de 650 argentinos muertos en combate, más de 400 que se suicida-ron con posterioridad e innumerables excombatientes con secuelas físicas y psicológicas. Este hecho militar era el acontecimiento internacional que la potencia necesitaba para imponemos los Tratados de Madrid, del 15 de febrero de 1990; de Londres, del 11 de diciembre de 1990 (ratificado por la Ley 24.184) y para que se firmara el Tratado de Washington con los EEUU, el 14 de noviembre de 1991 (ratificado por la Ley 24.124).
Sin guerra previa, no había causa para los tratados de “paz”.
El Acuerdo de Madrid se denominó “Declaración conjunta de las de-legaciones de la Argentina y el Reino Unido”
El vocablo “declaración” es inapropiado e improcedente en este caso. Declarar es dar a conocer una manifestación. Empero cuando tal manifestación genera obligaciones recíprocas para los estados que la suscriben y para terceras organizaciones jurídicas internacionales, el término que debe emplearse es “tratado”.
La diferencia entre una declaración y un tratado es fundamental. Una declaración no requiere su aprobación por el Congreso de la Nación, en cambio un tratado concertado con otro país para tener validez necesita ser aprobado por el Congreso de la Nación.
La Constitución Nacional en su art. 67 inc. 19 establece categórica-mente que: “corresponde al Congreso aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones”.
Por lo tanto, si no media aprobación del Cuerpo Legislativo, el tratado anglo argentino, precipitadamente firmado en Madrid el 15 de febrero de 1990, no habrá de ser obligatorio para la República Argentina ni tendrá carácter de “ley suprema de la Nación” que el art. 31 de la Constitución Nacional les adjudica a los tratados aprobados por las cámaras de Senadores y Diputados.
No obstante el mencionado acuerdo se aplica con todo su rigor.
Este tema jamás fue considerado por el Congreso de la Nación.
Solo una voz se levantó contra esta gravísima vinculación forzosa entre Inglaterra y la Argentina, fue la del diputado nacional por Salta Luis Giacosa, pero su voz no fue escuchada. Solo quedó asentada en el diario de sesiones de la Cámara de Diputados.
Se trataba de un planteamiento muy serio el que hizo nuestro comprovinciano, pero no tuvo ninguna difusión y ningún tratamiento posterior, ni político, ni castrense ni institucional.
En el artículo uno, el tratado dice: “Las delegaciones de los gobiernos argentino y británico de conformidad con lo acordado en Madrid en octubre de 1989 se reunieron nuevamente en Madrid los días 14 y 15 de febrero de 1990”.
La omisión de la jomada de octubre en la que los estados signatarios tuvieron la primera y única reunión que precedió a la firma es significativa.
Esa reunión tuvo comienzo el 17 de octubre de 1989, una irritante para los británicos porque les rememora el inicio de un movimiento político argentino y el día triunfal de un presidente constitucional argentino a los cuales han considerado “hostiles” en obras y documentos oficiales del Imperio Británico referidos a nuestro país.
La defensa de nuestros derechos sobre las Islas Malvinas debe ser inclaudicable, pero sería bochornoso utilizar la causa con propósitos en-cubiertos cuando faltan pocas semanas para la conmemoración de los treinta años de una guerra que costó vidas nobles y terminó en una derrota más grave de lo que se suele reconocer.
A nuestra Patria le vendría muy bien que la recuperación del dominio sobre ese territorio se convierta en objetivo de una política de Estado, que se sostenga en el tiempo más allá de las alternancias de los gobiernos.

El tema Malvinas en la actualidad K

13.02.12
A medida que se acerca el próximo 2 de abril – trigésimo aniversario de la Guerra de Malvinas- los medios de prensa occidentales propagan noticias sobre supuestas “crecientes tensiones entre Gran Bretaña y Argentina”. La verdad, sin embargo, es que los británicos meramente necesitan reconfirmar urbi et orbi su soberanía sobre aquellas islas desoladas, barridas por el viento, ricas en petróleo y estratégicamente ubicadas del Atlántico Sur.
De manera que cuando Reino Unido despachó su destructor más potente –el modernísimo ‘HMS Dauntless’- y un submarino nuclear a las Malvinas, seguramente aguardaban con jocosa expectativa la previsible reacción de la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner.
Pues mientras que a lo largo de las últimas tres décadas los británicos se dedicaron a erigir una poderosa base militar nuclear en Malvinas que sirve los intereses estratégicos del Reino Unido y EE. UU. en la región, como castigo por haberse atrevido a recuperar esas Islas en 1982, a la Argentina se le impuso una “democracia” de corte estadounidense controlada por el poder del dinero.

De forma tal que desde que la “democracia” regresó a Argentina en 1983, sus sucesivos gobiernos han ido de mal en peor, hundiendo al país cada vez más.
Desde el presidente Raúl Alfonsín (que condujo al país directamente a un colapso hiperinflacionario en 1989), pasando por los presidentes Carlos Menem (quien de la mano de su ministro de Relaciones Exteriores, luego de Economía y miembro de la Comisión Trilateral, Domingo Cavallo, desmanteló la economía y las Fuerzas Armadas); Fernando de la Rúa (quien en 2001 arrastró al país a ciegas al peor colapso financiero de su historia… ¡y lo trajo de vuelta a Cavallo!); Eduardo Duhalde; hasta Néstor Kirchner y su hoy sucesora-esposa elegida “a dedo” por él mismo: Cristina Fernández de Kirchner.
En verdad, los Kirchner simpatizan tanto con los grupos terroristas de los años setenta cuya violencia preparó el camino para el golpe militar de 1976, que muchos de sus miembros hoy ocupan cargos relevantes en su gobierno.
Estos sucesivos gobiernos de la “democracia” tienen algo en común: han mantenido en alto dos banderas clave en total alineamiento con los intereses y objetivos de los Dueños del Poder Global:
1) JAMÁS investigaron el origen mayormente ilegítimo de la gigantesca deuda externa argentina contraída bajo el régimen cívico-militar que usurpó el poder entre 1976 y 1983. Dicha deuda debiera ser repudiada como “Deuda Odiosa” según las leyes internacionales; y, para asegurarse que lo que arriba indicado jamás se haga y que los Dueños del Poder Global mantengan su control integral sobre el país,
2) DESMANTELAR SUS FUERZAS ARMADAS – Esto ha sido casi plenamente logrado; hasta tal punto que hoy la credibilidad y capacidad disuasiva militar argentina es nula; no sólo ante Gran Bretaña (y EE. UU.) contra quienes luchamos en 1982, sino ante vecinos tradicionalmente aliados con Gran Bretaña y EE. UU. como Brasil y Chile, quienes sí mantienen fuerzas armadas modernas, profesionales y creíbles.
De manera que cuando la presidenta Kirchner habló por cadena nacional de radio y televisión para anunciar lo que su Gobierno hará ante la renovada agresión colonialista británica, ella dijo que:
1) Argentina denunciará el “colonialismo” británico ante la ONU (...los ingleses sólo son colonialistas desde hace unos cinco siglos…);
2) El Gobierno argentino divulgará el contenido del “Informe Rattenbach” redactado hace casi treinta años por un general fallecido, en el que demuestra que la junta militar liderada por el General Leopoldo Galtieri cometió un cúmulo de errores políticos, diplomáticos, militares y estratégicos (¡como si no nos hubiéramos enterado de ello!), y
3) Argentina jamás, jamás contemplará acciones militares contra el Reino Unido en Malvinas (¡cómo si tuviéramos capacidad para hacerlo!).
Todo esto sonó como música para los oídos británicos...
Pero, ¿por qué tanto ruido y justo ahora? De lo que se trata –y siempre se ha tratado– es de preservar cuatro objetivos geopolíticos angloestadounidenses:
1) Preservar su poderío geopolítico sobre el Atlántico Sur;
2) Proyectar el poderío angloestadounidense sobre la Antártida, dónde los reclamos territoriales del Reino Unido y EE. UU. se superponen con similares reclamos de la Argentina (que prácticamente se ha retirado del Continente Blanco), y Chile (que no constituyen problema por ser un tradicional aliado del Reino Unido);
3) Proyectar el poderío estadounidense y británico sobre la inmensamente rica y peligrosamente sub-poblada Patagonia Argentina, cuyas costas miran hacia las Islas Malvinas, y –último pero no menos importante-
4) ¡Petróleo!
El petróleo es siempre un factor clave para las “democracias occidentales”, que sus obedientes multimedios globales procuran desenfatizar. Sea en Libia, Irak, Irán, Afganistán, Venezuela o… en el Atlántico Sur…
Recientes estimaciones indican que en la plataforma continental debajo del Mar Argentino, de cuyas aguas relativamente poco profundas sobresalen las Islas Malvinas, existen reservas por unos 8.300 millones de barriles de petróleo. Una cifra tres veces superior a las reservas británicas, colocándolas en el decimoquinto lugar de las reservas petrolíferas mundiales.
No habrá entonces de sorprender los miles de millones de libras esterlinas y dólares que se están canalizando para explotar el petróleo malvinense, tan importante en momentos de crecientes tensiones en Medio Oriente y en el Golfo Pérsico.
Gigantescas petroleras como Hess, Noble y Murphy (EE. UU.), Cairn Energy, Premier Oil (Reino Unido) y, Anadarko Oil de Houston, están operando a toda marcha.
Anadarko es un caso interesante: cuenta en su directorio con el General Kevin Chilton (ex comandante militar del Comando Estratégico Militar de EE. UU.) y el ex funcionario del Pentágono, Preston M. Geren III.
A su vez, la firma Rockhopper UK Exploration, anunció que ha hallado reservas estimadas en unos 700 millones de barriles cerca de las costas malvinenses.
Dicen algunos observadores agudos, residentes en las costas patagónicas argentinas, que tras los “anuncios” de Cristina Fernández de Kirchner del martes 7 de febrero, cuando el viento sopla desde las Islas Malvinas casi pueden oírse las risas británicas…
En verdad, el más fundamental sentido común geopolítico indica que mantener fuerzas armadas creíbles resulta absolutamente vital para todo país que se respete a sí mismo. No para atacar a nadie –eso hay que dejárselo a EE. UU., Reino Unido, la OTAN e Israel, que lo hacen permanentemente– sino como defensa y disuasión ante, precisamente, esos mismos países.
En el caso de la Argentina, Inglaterra tiene malos antecedentes ya que -a lo largo de los últimos trescientos años– trató repetidamente de invadir a ese país.
En realidad, Cristina Fernández de Kirchner solo hizo aquello que todos los políticos argentinos hacen con inusitado talento: o sea, nada. Pues los “anuncios” de Kirchner del martes pasado no solo fueron aplaudidos por su propio partido, sino por la casi totalidad de la mal llamada “oposición”. Claramente, ella no es la única responsable.
Por allá por el año 1990, bajo el presidente Carlos Menem, Argentina suscribió lo que muchos en ese país consideran su “Tratado de Versalles”, en alusión a similar tratado devastador impuesto en 1919 sobre una derrotada Alemania por Reino Unido, Estados Unidos y Francia.
Domingo Cavallo, ministro de Relaciones Exteriores de Menem, negoció la rendición incondicional argentina ante Gran Bretaña, suscribiendo un tratado convertido en Ley No. 24.184 por casi unanimidad en el Congreso argentino el 11 de diciembre de 1990. Mediante el mismo, Argentina abría su economía a la desregulación, privatización y endeudamiento irrestrictos, y desmantelaba sus Fuerzas Armadas, especialmente en la crítica zona patagónica. Poco tiempo después, se suscribieron tratados similares con EE. UU. y la Unión Europea.
La realidad es que hoy Argentina no es un país soberano, ya que la independencia nacional presupone que existe la voluntad de ser libres; aún a riesgo de ir a la guerra. En verdad, el último bastión de la soberanía nacional de todo país son sus fuerzas armadas.
¡No así en el caso de la República Argentina! Pues al no disponer de fuerzas armadas creíbles, más que una nación “soberana e independiente”, Argentina es meramente un país “aún no invadido”.
Pues si mañana se decidiera en Londres, Washington, Brasilia, Santiago, la OTAN o Tel Aviv llevar a cabo alguna intervención militar contra Argentina, no habría absolutamente nada que ese país pudiera hacer para evitarlo.
Los británicos saben muy bien que esto es así. Será por eso se ríen tanto…

Una incondicional rendición jurídica

06.02.12
El 24 de junio de 2010 a través del Comunicado N 234/10 la Cancillería Argentina daba a publicidad los siguientes conceptos del Ministro Timerman: “Mi gobierno no es contrario a cooperar con el Reino Unido en aspectos prácticos que derivan de la situación de hecho imperante en el Atlántico Sur, bajo el debido resguardo jurídico y con el objeto de crear el marco propicio para que las dos partes podamos reanudar negociaciones”.
¿Cuál es la cooperación que se propone con el Reino Unido?
El pueblo argentino no podrá entender nunca la “Cuestión Malvinas” si pretende hacerlo a través de la verborragia de los funcionarios que repiten los conceptos dictados por la misma Gran Bretaña.
La desinformación en que se lo tiene sumido es el arma más poderosa que emplea ahora Londres para hacer irreversible su conquista económica y para consolidar el país tributario (interna y externamente) sin derecho alguno- en que nos ha transformado.
Conocimiento
Es esencial el estudio de la letra escrita en los instrumentos jurídicos que nos sojuzgan. Por ello, es un deber de todo argentino la lectura, análisis y comprensión de la obra del Dr. Julio González “Los tratados de Paz por la Guerra de Malvinas”-desocupación y hambre para los argentinos_ Ed. El Copista 2005, a la que me remito en ésta y próximas columnas.
El día 16 de febrero de 1990 todos los medios masivos de información (estatales y privados) anunciaron que se habían establecido las relaciones diplomáticas con Gran Bretaña. El instrumento jurídico que esto determinó se había firmado el anterior día 15, en Madrid en un salón del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. El texto del documento se integra con 18 artículos y IV anexos que abarcan un total de 14 carillas, que fuera publicado por el Diario La Nación en el ejemplar N: 42.486 del 16-Ü-90 pág. 1 y 4.
El texto oficial fue entregado al Secretario Gral. de la ONU para ser distribuido como Documento Oficial de la Asamblea Gral. del Consejo de Seguridad También se entregó con carácter oficial a la Presidencia y a la Comisión de la CEE y en el mismo carácter a la OEA El representante de Inglaterra Sir Crispin Tichelle destacó: “La celeridad en el proceso de las negociaciones” Esta brevedad inusual en cuestiones tan delicadas, determinó que calificados observadores de la prensa escrito enfatizaran en sus comentarios que la documentación estaba “ya” cocinada “cuando se hizo la reunión de ambas delegaciones”( La Nación 16-11-90 pag.4 columna5).
Su denominación
Este instrumento jurídico se denominó: “Declaración Conjunta de las Delegaciones de la Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña”.
Tómese nota del término “Declaración” que no se corresponde con el de "Tratado” que realmente es.
Su motivación y disposiciones será analizado a lo largo de las próximas columnas.

Malvinas: entre lo dicho y lo hecho

30.01.12
El tema Malvinas volvió intempestivamente al primer plano. Esto se produce inmediatamente a continuación de lo que la BBC de Londres consideró como “un gran acierto “ y “estrategia adecuada”: la comunicación de Scoccimaro sobre la operación presidencial. Siendo felicitado por los especialistas en campañas comunicacionales para políticos Heriberto Muraro y Rodrigo Martínez de Isonomía en la principal portada de la cadena británica. (28/12/11 todos los medios).
Simultáneamente, Gran Bretaña publicita su decisión de ocupar definitivamente el sur del planeta, no dejando dudas de su titularidad y posesión, aventando cualquier intención de terceros países (China) de incursionar por estos lares sin su permiso.
Guerra de Malvinas
Si bien la Argentina fue vencida por las armas en 1982, la Guerra fue perdida en un escritorio por Carlos Menem y Domingo Cavallo el 15 de febrero de 1990 con la firma del “Acuerdo” de Madrid, (que se aplica sin la aprobación del Congreso como lo establece la Constitución Nacional para todo tratado), asegurado el 11 de diciembre de 1990 en Londres por el Tratado de Garantía de Inversiones.
Allí finaliza realmente la guerra, reafirmándose nuestra derrota.
Argentina, vencida militarmente, podía conservar intactos sus derechos para exigir permanentemente el reconocimiento de nuestra soberanía. Pero, voluntariamente, con la firma de los acuerdos mencionados, en 1990 abdicó de todas sus pretensiones tal como con absoluta certeza surge del articulado de los instrumentos jurídicos internacionales referidos.
Por el artículo cuarto del acuerdo reconocemos lisa y llanamente el derecho posesorio inglés sobre el archipiélago de Malvinas. A lo expuesto se lo debe relacionar con el nuevo art. 124 de la Constitución Nacional de 1994: “Las provincias podrán crear REGIONES para el desarrollo económico y social y establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines y podrán también celebrar convenios internacionales”
Así se comprende el motivo del apuro de la reciente demarcación de límites (ley 26.552) de la inmensa nueva provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur con facultades constitucionales para reducir una cuestión soberana de toda la Nación Argentina, a una cuestión provincial o meramente municipal de límites de vecinos o ribereños, en una mesa de negociaciones que contemple una nueva “región” de complementariedad empresaria para la explotación de los recursos naturales que de acuerdo al art.124 de la Constitución Nacional de 1994 y “Ley Corta”26.167 (2006), pertenecen al dominio provincial y no como lo establecía la Constitución de 1949 en su artículo 40, “propiedad inalienables e imprescriptibles de todo el pueblo argentino”
En aplicación del Acuerdo de Madrid, la organización jurídico-política de Argentina fue reemplazada por una virtual soberanía compartida, una Confederación Anglo Argentina de derechos y obligaciones totalmente desiguales.
Medidas que son válidas
La señora presidente alienta la difusión del informe Rattembach, lo cual es un desvío de atención de las tres únicas efectivas medidas que deberían tomarse:
1.- Aplicar la Ley 26.659 de marzo de 2011 (llamada de Hidrocarburos).
2.-Efectuar la “denuncia” del Acuerdo de Madrid y Tratado de Londres referidos.
3.- Repudiar y apartar al Banco Barclay's (principal accionista de Desire Petroleum) del manejo de nuestra deuda externa.
De lo contrario todo lo que se diga será sólo palabras, "relatos" o" discursos" ahora a cargo de la nueva embajadora Alicia Castro, de imagen bolivariana, aceptada por Londres dentro de las 24 horas. ­Inédito!

Complementariedad

01.01.12
Iniciamos el 2012 en el que se cumplen 30 años de la cruenta Guerra de Malvinas, herida abierta que parece encaminarse a un resultado, profundizando la misma.
La ficción del entramado discursivo que el gobierno del imperio británico pone en escena, al que le hacen eco los funcionarios argentinos, en la intención de presentar al mundo unas aparentes e irreconciliables posiciones antagónicas, tiene por solo objeto el desvío de atención del único paso válido que debe realizar el gobierno argentino si es que existe una intención cierta de reclamo soberano sobre nuestras islas Malvinas, esto es: la denuncia de los tratado de Madrid del 15 de febrero, y de Londres del 11 de diciembre de 1990.
Tal como lo realizó el general Perón con el convenio Miranda- Eddy, de 1946, por el que nos obligábamos a la exportación de carne a Gran Bretaña. En 1947, al declarar Inglaterra la inconvertibilidad de la libra esterlina, el general denunció el tratado, lo dejó sin efecto y suspendió el envío de carnes. (Galán Beatriz: Derecho Agrario. Ed. Abeledo Perrot. Bs.As. 1967. Pág. 105)
Apoyos internacionales
El novedoso apoyo chino, cuya flota depreda de hace años nuestro litoral marítimo, y ahora sus “empresas” (petróleo, minería, soja, supermercadismo etc.) se aprestan a la depredación continental (El Tribuno Argentina China I - II- III marzo 2011), resulta un ingrediente más demostrando que la disputa de nuestro sur, continental, insular, antártico, se debate entre las verdaderas grandes potencias mundiales con total independencia de la voluntad argentina. No contamos. Irak, Egipto, Libia, Siria (ahora Irán), bien pueden servirnos de ejemplo.
Todo es una cháchara encaminada a colmar nuestra posibilidad soberana con “sentarse a una mesa de negociaciones” presentando tal cuestión como el gran triunfo de la retórica diplomática argentina y coerción de la unión latinoamericana que doblega a la potencia insular.
Pero, ¡si eso mismo es lo que pretende el imperio!, ¡maestros en el arte de la negociación desde la noche de los tiempos!
El Foreing Office ya lo tiene previsto dejando fuera toda discusión de “soberanía”, la que quedará bajo el denominado “paragua de intocabilidad” encaminado a lograr la declaración de Estado Ribereño de la nueva inmensa provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Previamente tendremos un sinnúmero de escaramuzas, prohibición de abastecimientos a los buques con bandera de las islas, comunicados que van y vienen, submarinos nucleares que refuerzan el poderío bélico inglés, declaraciones de los isleños, visitas reales, etc...
El concreto resultado será un nuevo tratado que posiblemente se titule: “Acuerdo anglo-argentino de cooperación mutua para el desarrollo austral”. Iniciado con una teórica zona de protección ambiental alrededor de las islas Georgias para el aplauso ecologista.
A ello se sumará el apoyo continental para las empresas británicas, argentinas o de capitales mixtos de cualquier país, las que en una complementariedad culminarán el proceso iniciado en el gobierno de Néstor Kirchner con Enrique Eskenazi en la parte operativa petrolera, y los asesores de Barclays en la faz financiera de la deuda externa, tema que será decisorio en la instrumentación del futuro reordenamiento geopolítico del sur patagónico que posiblemente adquiera una inédita división geográfica que quizá ya no asombre a los anestesiados habitantes de este suelo.
 



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