Javier Cornejo
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 3-6-2013
Tan es así que, en la cultura occidental, la divergencia, la profunda escisión del pensamiento Socrático (platónico) con el Aristotélico, o el cristianismo de Pedro con el de Pablo, se mantiene con absoluta vigencia. Mostrándolas amalgamadas son la base de la actual gran confusión.
Por ello, la historia oficial hoy globalizada, y por internet elevada a la categoría de única verdad indiscutible, ha culminado con el lavado de cerebro dogmático que impera desde hace más de quince siglos; cubrió con un manto de olvido y absoluto silencio, para que nunca su ejemplo sea fuente de inspiración o un modelo a imitar o seguir, a los verdaderos pensadores y creadores que dieron a la humanidad las herramientas, y produjeron los verdaderos “saltos cualitativos” que sólo el conocimiento creativo integral, como creados a “imagen y semejanza de Dios”, pueden dar en beneficio de todos los seres humanos.
¿Quiénes son?
En la columna de hoy me referiré a alguno de ellos en forma enunciativa, sólo a modo de presentación. En las venideras, intentaré brindar una mínima semblanza, a efectos de poder constatar la realidad de la historia como un “proceso” (no como una sucesión de hechos aislados y desconectados entre sí), basada en la verdad, en documentos exactos y probados, sustantiva y no adjetiva, y que el conocimiento humano es necesariamente “integral” en su faz: económica, físico-química, armónico- musical, idiomática, política, filosófica, religiosa.
Al seccionarlo, al reducirlo en “especialidades”, el conocimiento se pulveriza en las mentes.
Al estar dividido y fraccionado impide absolutamente una continuidad eficiente del proceso creativo integral.
De allí que el axioma del Imperio Británico: “divide et impera” se aplica a rajatabla a todos los órdenes de la actividad humana cuando el objetivo es el dominio del hombre por el hombre. El acaparamiento del “Fuego” (platónico) para sojuzgar y no para liberar al semejante.
Entre los “olvidados” me refiero a: Kepler, Nicolás de Cusa, Brunelleschi, Fermat, Leibniz, Gauss, Rieman, Vernadsky, Schiller, Toscanelli, Carlos III, los artistas clásicos en sus armonías y alegóricas escenificaciones, a quienes es preciso rendirles el agradecimiento de la humanidad por la entrega de sus conocimientos en beneficio de los que nos precedieron, de nosotros y de los que nos sucederán, logrando de tal manera hacernos entender el concepto de “eternidad” en razón que sus vidas, por lo que nos legaron se replican una y otra vez en las sucesivas generaciones.
Valga como ejemplo un Mozart que vive una y otra vez en cada interpretación de sus armonías.
En la entrega y legado del conocimiento integral de los principios físicos, inmutables y permanentes, intrínsecos a la condición humana de cocreador del universo en su permanente creativa transformación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario