La tecnología moderna de reproducción selectiva del ser humano ofrece
optar por un feto en detrimento de otros a razón del futuro color de
pelo o iris. Es más, abre el camino a una nueva discriminación por
motivos de la ‘pureza genética’.
Corbis / RT
Al menos así opina el investigador, bloguero y escritor independiente
estadounidense Michael Snyder. Eventualmente, sugiere, los embriones
defectuosos pueden ser prohibidos por completo, porque sin ellos ya “la
sociedad está sobrecargada”.
Snyder
hace reminiscencia a una película del género de la distopía del año
1997: ‘Gattaca’. Los valores que tienen y los riesgos que corren sus
protagonistas son cada vez más entrañables para la sociedad de hoy. Y es
que la tecnología, que parecía ciencia ficción cuando se rodó la cinta, ya es una realidad.
Una pareja de Filadelfia (Pensilvania, EE.UU.) dio a luz en mayo a un
bebé engendrado mediante los procedimientos de la ‘secuenciación de la
próxima generación’ y posterior elección voluntaria de sus padres por un
embrión de entre una docena. El padre y la madre cumplieron con esa
tarea a partir de las propiedades genéticas de cada uno de los
embriones, precisa el investigador en su blog.
Poco después de ser concebido, Connor Levy –así ha sido bautizado el
bebé– fue sometido a unas pruebas en Oxford para excluir anomalías
genéticas, al igual que sus ‘hermanos’ y ‘hermanas’. Solamente él llegó a
ver la luz, luego de los criterios subjetivos de la selección.
Se supone que ha sido el primer fruto entre los seres humanos del método
avanzado de la eugénica. Pero se espera que el mes próximo nazca en EE.UU.
otro bebé concebido a través de la aplicación de los mismos
procedimientos de la secuenciación genética, revela Snyder. Así que esto
es solo el comienzo.
Mientras la tecnología sigue avanzando, se pregunta el investigador:
¿habrá algunos límites de lo posible? Un profesor de Harvard, George
Church, ya está intentando contratar a una mujer
aventurera para que dé a luz a un bebé neandertal. Asegura que su
análisis del código genético de los neandertales a partir de las
muestras de sus huesos es suficiente para reconstruir su ADN.
Con pasos como este, a juicio de Snyder, no están lejos “los tiempos en
los que la manipulación genética con la raza humana será algo común y
corriente”.
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