/ Por CP Carlos A. Ortiz (*)
VIERNES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2015
"¿Qué es eso de enarbolar una “bandera”
mapuche, siendo que en nuestro territorio la única enseña válida es la
Argentina?", se pregunta el autor del presente artículo
Verdaderos
actos de brutales agresiones a la soberanía nacional, son los que están siendo
perpetrados por los grupos “indigenistas”, abiertamente promovidos,
promocionados y seguramente financiados desde los centros del poder mundial
tradicional, y más precisamente desde la Unión Europea (UE) con foco
principalísimo en Gran Bretaña.
Para
mayor precisión, definimos como “poder mundial tradicional” el formado por el
triángulo de las naciones que hasta hace poco detentaban el oligopolio del
poder económico mundial, que fueran autodenominadas bajo la impronta de la
Comisión Trilateral (Norteamérica –EEUU y Canadá-, la UE, y Japón), conjunto de
los cuales las que fueron principales potencias económicas constituyeron el hoy
casi soslayado G 7 (Grupo de los Siete), formado por EEUU, Canadá, Japón,
Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia. Grupo cuyo poder antes casi omnímodo,
se erosionó en función de sus crisis económicas y otras profundas divergencias,
además debido a la creciente importancia de las nuevas potencias
emergentes.
Si alguna
duda pudiera quedar acerca de la fuerte influencia de la UE y de EEUU en esas
ONGs transnacionales, cabe recordar que las casas matrices y las directivas de
diversas ONGs, insidiosamente activas en nuestro país, se encuentran en
Europa.
El caso
más grosero es el de Mapuche Nation, con sede en Bristol, y con todos sus
integrantes menos su “presidente” mapuche, son británicos; y descaradamente
promueven acciones de claro corte subversivo y secesionista, en la Patagonia
Argentina y Chilena. ¡Burdas acciones de intromisiones en cuestiones internas
de nuestros dos países, realizadas por súbditos británicos, seguramente
operando como agentes semi encubiertos del Foreign Office y de su brazo de
inteligencia e infiltración en el exterior, que es el MI 6!
También
operan otros mercenarios de la comunicación, y/o activistas a destajo acorde a
sus disolventes ideologías anarquistas, trotskistas o similares, como sucede
con el distorsionador de la historia y sembrador de odios irreconciliables, el
argentino-germano Osvaldo Bayer, que con base operativa en Alemania, y
lamentablemente con amplios espacios en la TV pública cultural oficial (Canal
Encuentro), promueve el odio y el divisionismo de la población argentina,
predicando el indigenismo a ultranza, sembrador de odios y distorsionador de la
Historia Argentina, presentando a varias agresivas tribus pampeanas y
patagónicas del siglo XIX, poco menos que como “carmelitas descalzas”,
ocultando las matanzas y aberraciones cometidas por los malones.
Y para
ello, ataca maliciosamente la memoria y el accionar del artífice de la
Argentina moderna, el dos veces Presidente Julio Argentino Roca, a quien le
debemos nuestra soberanía en La Patagonia, en el Gran Chaco y en Misiones.
Antes de esos accionares insidiosos y disolventes del ultra indigenismo, el
pueblo argentino, se caracterizó básicamente por ser fraternalmente libre de
perniciosos prejuicios raciales o culturales.
La
activista principal de las violentas y ya claramente secesionistas acciones de
los “mapuches”, es Carol Bullorovsky, quien adoptó el falso nombre de Relmu
Ñanku; que dice no hablar castellano, pero la vincha que tiene como parte del
atuendo “originario” no logra esconder su fisonomía y claros orígenes europeos
eslavos…¿Mapuche, o una mercenaria que opera para la disolución argentina, al
servicio británico-europeo? Según trascendió, esa mercenaria europea habría
agredido a una funcionaria argentina, durante un operativo pacífico realizado
en la zona del Comahue (nordeste de la Patagonia Argentina).
Además se
perpetraron incendios contra capillas católicas, destrucciones de vehículos de
profesionales y empresas que trabajan en la región, y recientemente
(agosto/setiembre de 2015), impidieron trabajar a la petrolera estatal YPF, con
lo cual paralizaron la producción de gas y petróleo, insumos estratégicos para
la actividad social y económica de Argentina. ¿Esos no son actos atentatorios
contra nuestra soberanía, y de clara traición a la patria? ¿Qué es eso de
enarbolar una “bandera” mapuche, siendo que en nuestro territorio la única
enseña válida es la Argentina? ¿Y la promoción, fomentada por “progresistas”
varios, de la prefabricada bandera indígena, chillonamente multicolor, no
constituye claramente otra acción de tipo disolvente, agresiva contra la
argentinidad?
Por
supuesto, existen otras ONGs transnacionales, o “argentinas” financiadas desde
el extranjero, que con la falsa cobertura del “ecologismo”, “derecho
humanismo”, o los “estudios sociales y económicos”, promueven el subdesarrollo
crónico bajo la falsa premisa del “conservacionismo” in extremis; de
destrucciones del tejido social bajo la cobertura de inasibles “derechos
humanos”; o promueven el retorno al neoliberalismo salvaje al estilo de los
nefastos años ’90, bajo apelaciones de “libre mercado” y otras patrañas
similares.
¡Nos
quieren en el redil de los dóciles subordinados a las potencias del G 7, y
enfrentados a los pueblos hermanos de nuestros bloques regionales del Mercosur,
de la Unasur y la Celac! Y claramente, quieren que volvamos a ser tributarios
esclavos de los poderes financieros transnacionales, de los cuales los buitres
son solo la cara más visible y detestable.
(*)
MGTER. CARLOS ANDRÉS ORTIZ ANALISTA DE TEMAS ECONÓMICOS Y GEOPOLÍTICOS
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