Me gusta

viernes, 2 de mayo de 2014

Argentina: Deuda externa e interna - Héctor Giulano


DEFAULT O MÁS DEUDA PÚBLICA.

Por Héctor GIULIANO (24.3.2014).


El título de esta nota trata de sintetizar el actual dilema de la administración Kirchner en medio de las negociaciones en curso por el problema de la Deuda Pública Argentina.

Frente a la posibilidad cierta pero improbable de un default técnico – por incumplimiento de pago de los servicios de la Deuda – el gobierno se encuentra en la encerrona financiero-fiscal de tener que llegar a arreglos simultáneamente con acreedores externos de distinto tipo, asumir nuevas deudas cuyo mayor peso será transferido a futuras administraciones y disimular el costo político interno de tales decisiones.

La nueva Crisis de Deuda del Verano 2014 ha desnudado el fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010, la inutilidad de la vocación pagadora kirchnerista durante la “Década ganada” para despegarse del problema de la Deuda y la mentira del Des-Endeudamiento Público.



CUADRO DE LAS NEGOCIACIONES.

Decimos “posibilidad cierta pero improbable” de nuevo default porque técnicamente la Argentina se encuentra otra vez al borde de una cesación parcial de pago pero es poco probable que se llegue a esa situación porque el gobierno Kirchner está batiendo récords de pagos en su deuda externa, porque está empeñado a ultranza en cumplir con la Hoja de Ruta Boudou para volver al Mercado Internacional de Capitales y porque a una administración tan debilitada políticamente como la suya es más fácil extraerle concesiones crecientes que derrocarla.

Como las negociaciones en curso son secretas – el gobierno ha cerrado todos los grifos de información al respecto – sólo se puede intentar una interpretación de lo que está ocurriendo a través de muy pocos datos disponibles.

a) HOLDOUTS.

El juicio que se sustancia ante los Tribunales de Nueva York por el caso testigo del fondo buitre NML Elliot y otros contra el Estado Argentino ha sido fallado en contra en primera y segunda instancia (juez Griesa y Cámara de Apelaciones). El gobierno ha apelado ante la Corte Suprema de los Estados Unidos pero no ya para objetar la pertinencia del pago de las sentencias sino sólo para atenuar la forma de pago de las mismas.

Bajo cualquiera de las modalidades en que se defina hacerlo, el país tendrá que afrontar el pago de tales deudas – con intereses acumulados más punitorios, costas, honorarios y gastos – que se extenderían luego al resto de los tenedores de bonos que no entraron en el Megacanje 2005-2010 (los holdouts, a los que hoy ya se les reconoce una base de 11.700 Millones de Dólares-MD), a través de las múltiples causas contra el país que existen en el mundo.

La administración K se encuentra hoy empeñada en negociar mínimos pagos al contado por los juicios perdidos y financiar el monto de las sentencias con bonos, es decir, con más deuda pública.

La justicia norteamericana habría abierto aquí un compás de espera mientras el gobierno Kirchner avanza en negociaciones con los “fondos buitre” donde Paul Singer – de NML Elliot – hace de “policía malo” (quiere cobrar todo y a fuerza de embargos) mientras que Robert Koenigsberger – de Gramercy (ligada al vicepresidente Boudou) – hace de “policía bueno”, tratando de triangular la compra de los fallos y prorrateando luego las pérdidas entre los bonistas que ya entraron en el Megacanje.

Es muy probable que las bases generales de arreglo ya se encuentren acordadas y que sólo falte establecer sus formas de pago fijando las condiciones dentro del nuevo esquema de “pago de sentencias con bonos”.

b) CIADI.

Las propuestas de pago que ya han comenzado a instrumentarse en el CIADI – con el abono de 5 laudos perdidos por unos 500 MD – han inaugurado la citada nueva política de pago de juicios con bonos, que a partir de ahora podría extenderse gradualmente a más de una veintena de casos que se sustancian allí y en otros tribunales internacionales.

No existe una estimación cierta de los montos involucrados en estas demandas –  importes que, por otra parte, están sujetos también a negociación – pero se estima que pueden significar entre 8 y 10.000 MD.

También en estos casos – como en el de los holdouts – la financiación con deuda de los juicios perdidos representará un fuerte salto en el endeudamiento del Estado (gradual pero relevante) dado que este tipo de obligaciones no figura hoy como deuda registrada o prevista sino como deuda contingente.

c) REPSOL.


El acuerdo con Repsol por compensación del 51 % de las acciones de YPF expropiadas a la empresa española incorpora ahora una deuda nueva por 11.000 MD: 6.000 MD por capital y 5.000 MD por intereses a pagar.

Este monto se suma a la carga financiera de arrastre que viene como producto de la estatización parcial de la empresa en Abril de 2012, una YPF que arrastra un pasivo por deuda externa dejado por la administración Repsol-Eskenazi de 9.000 MD y la necesidad de obtener financiamiento para exploración y producción petrolera por 37.200 MD en el quinquenio 2013-2017.

El convenio del gobierno Kirchner con Repsol – que presenta anomalías en la intervención clave del Tribunal de Tasación – se encuentra sujeto a la aprobación o no del Congreso en los próximos días.

d) CLUB DE PARÍS.

La Argentina arrastra una deuda en default desde el año 2001 con la mayoría de los países miembros del Club de París (11 sobre un total de 19), que ya acumula unos 10.000 MD.


Casi la mitad de esa deuda consolidada proviene de la época del Proceso Militar y ha sido sucesivamente refinanciada.

El saldo de la deuda a fines de 2001 era de unos 2.000 MD y habría ascendido a las cifras actuales fundamentalmente por intereses acumulados, punitorios y otros cargos pero también, en especial, por diferencia de cambio desde entonces (caso devaluación del dólar frente al euro).

La mayoría de estas obligaciones están todavía bajo investigación de la justicia argentina, especialmente en lo relativo a la estatización de deudas que eran originalmente privadas y fueron transferidas al Estado por el cuestionable mecanismo de swaps y seguros de cambio de las gestiones de Cavallo (en las postrimerías del Proceso) y de González del Solar (durante la administración Alfonsín) al frente del BCRA.

En Enero de este año la Argentina elevó un nueva propuesta de pago, cuyos términos se desconocen. Fue con el viaje relámpago del ministro de economía Kicillof a París y trascendió que contemplaría un mínimo pago al contado y financiamiento en cuotas a 5 años de plazo, condiciones que el Club no acepta, habiendo citado al gobierno argentino para abrir negociaciones formales hacia fines de Mayo.

En todas las variantes bajo estudio la fórmula buscada es la misma que en los casos anteriores (holdouts, CIADI, Repsol): pago de deudas, atrasos y adicionales con nuevos bonos, esto es, con más Deuda Pública.

e) ORGANISMOS FINANCIEROS INTERNACIONALES (OFI).

La situación de la deuda externa argentina con los organismos multilaterales de crédito es bastante compleja: el gobierno Kirchner ha llegado a acuerdos trienales con el Banco Mundial (BIRF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aproximadamente hasta fin de su mandato y por nuevos montos de unos 3.000 MD cada uno. Son los programas de Asistencia al País.

A esto se suman los planes de endeudamiento en curso con la Corporación Andina de Fomento (CAF), que son también significativos.

Según las últimas cifras oficiales disponibles – al 30.9.2013 (todavía no de fin del año) – a los Organismos Internacionales en su conjunto se les deben unos 18.700 MD, de los que 5.000 al BIRF, 9.800 al BID y 2.100 a la CAF.

No se descarta que con una próxima normalización de las relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) – nuevo IPC NU para las estadísticas oficiales y retoma de las supervisiones de cuentas nacionales en función del Artículo IV del Estatuto del Fondo – nuestro país quede otra vez en condiciones de pedir asistencia directa al FMI y/o aceptar el monitoreo del mismo para garantizar el acuerdo con el Club de París.

En todos los casos, el endeudamiento externo con los OFI formaría parte de la nueva ola de endeudamiento público externo que se está conformando.

Como resumen de todo lo dicho hasta aquí puede tenerse un panorama preliminar o cuadro básico de situación del gobierno K hoy.

La finalidad expresa de todas estas negociaciones secretas en curso es lograr el objetivo frustrado del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005 a través de los pasos de la Hoja de Ruta Boudou: 1. Liquidación del problema de los juicios con holdouts y otros reclamos planteados al país (caso CIADI y Repsol), 2. Arreglo de la Deuda Externa con los países del Club de París, y 3. Habiendo cumplido los dos requisitos anteriores, volver al Mercado Internacional de Capitales para colocar más Deuda.

Esto quiere decir re-estructuración de las deudas existentes y toma de más deuda por vía de la colocación de nuevos bonos para financiar deudas por sentencias en contra y para conseguir nuevas líneas de crédito externas.

Dicho en buen romance: que todo el sacrificio financiero fiscal que significó el traspaso de obligaciones con terceros a Deuda intra-Estado (desfinanciamiento de la ANSES, descapitalización del BCRA, desvío de créditos del BNA y puesta de todas las circunstanciales disponibilidades de fondos de los organismos públicos al servicio del pago de la Deuda) era así, en definitiva, para volver a endeudarse.   


CONSECUENCIAS FINANCIERAS Y POLÍTICAS.

Teóricamente, cualquier traspié en las negociaciones secretas en curso puede determinar una situación de default pero – como ya lo dijimos – ello parece poco probable: a) el gobierno Kirchner ha estado batiendo récords de pago de la deuda externa (a costa de empapelar a los organismos del Estado con deuda intra-sector público que es impagable), b) todas las variantes que se están discutiendo con los acreedores se refieren a las alternativas posibles de cumplimiento de las obligaciones y ninguna a su desconocimiento, c) la cuestión de la interpretación de la cláusula pari passu sólo toca al reparto o prorrata de los pagos y/o costos financieros de las partes dentro de márgenes de negociación ajustables, d) el gobierno Kirchner protesta por la aparente desatención de su vocación pagadora por parte de los acreedores y los jueces; y solicita seguir pagando, e) la participación de todo el submundo financiero – local e internacional – que opera en estos casos es notoria (funcionarios sin facultades claras de negociación, ex funcionarios que hoy actúan como operadores y/o asesores, bancos, brókeres, consultoras, organismos internacionales y obviamente también los gobiernos de los países de origen de los acreedores involucrados), y f) el paso de un ajuste encubierto a un ajuste declarado y de tipo ortodoxo por parte de la administración Kirchner está en curso de ejecución.

Este último punto – ya desarrollado en trabajos anteriores del autor de esta nota – está centrado hoy en una batería de medidas que se vienen ensayando desde el cambio de gabinete de Noviembre pasado y que motivan luego el salto aceleratorio a las medidas duras de Enero pasado: 1. Macro-devaluación del orden de un 20 %, llevando el dólar oficial a 8 $, 2. Aumento sustancial de las tasas de interés, piloteado por la colocación de Lebac/Nobac del Banco Central (BCRA) – que fijan el piso de las tasas del mercado - al nivel del 30 % anual, 3. Aumento de los Precios y Tarifas de Servicios Públicos derivado de la baja de los Subsidios del Estado, 4. Aumento adicional de la Presión Tributaria de Nación, Provincias y Municipios potenciado por el aumento de la Inflación, 5. Blanqueo relativo de la manipulación de indicadores oficiales – fundamentalmente nuevo IPC NU del INDEC – para cumplir con los requerimientos del FMI y valorizar los Bonos en pesos ajustados por CER, 6. Proyecciones artificialmente altas de la tasa de crecimiento económico para garantizar el pago de cupones PBI, 7. Aflojamiento relativo del cepo cambiario, 8. Aumento de los costos financieros del BCRA por colocación de Letras/Notas (del ítem 2) para compensarles a los grandes bancos sus ventas de tenencias dolarizadas; y finalmente - sobre todo - 8. Política formal de rezago de los aumentos salariales en relación a la inflación, de modo que – unida a la gran devaluación producida – se pueda lograr una baja en los ingresos reales del pueblo argentino.

Todo ello, puesto en función de garantizar el pago de la mayor cantidad de servicios de la actual y futura Deuda Pública, que es la clave de todo porque lo que se está negociando es no sólo la regularización de la deuda existente sino además la asunción de deuda nueva.

El objetivo fáctico de una “tablita cambiaria” post-devaluación, que sirva para estabilizar la relación entre inflación de precios y tipo de cambio (con un dólar oficial que vuelve a presentar signos de nuevo atraso), está relacionado directamente con el aumento de las tasas de interés, que facilitaría el ingreso de capitales especulativos que aprovechen el diferencial de tasas nacionales e internacionales – con tipo de cambio estable - para tratar de aumentar el stock de reservas internacionales merced a facilitarles una mayor rentabilidad financiera a dichos capitales.

Con todos estos elementos a favor de los actores del sistema de la Deuda Pública Perpetua, con todos los antecedentes – pasados y presentes – de una administración que se declara “pagadora serial” a favor de los acreedores y a costa de las finanzas del Estado Argentino, es muy difícil que alguien de afuera quiera “matar esta gallina de los huevos de oro” que se allana a sus intereses.

Como agravante, esta postura de base del gobierno Kirchner está apoyada por la partidocracia con representación parlamentaria, además de los grandes medios de comunicación, oficialistas y pseudo-opositores, que sobre este problema son cómplices del Sistema.

Es un capítulo clave dentro de la servidumbre financiera institucional no sólo del gobierno Kirchner sino también de toda una Clase Política cuyos pre-candidatos presidenciales rinden examen por anticipado  ante la Sociedad de las Américas (AS) y del Consejo de las Américas (CoA) para garantizar al Capitalismo Financiero Internacional la continuidad del sistema de Deuda Perpetua en la Argentina.     
 
Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 24.3.2014


DEUDA, AJUSTE Y BANCO CENTRAL.

Por Héctor GIULIANO (1.4.2014).


La nueva Crisis de Deuda del Verano 2014 está forzando a la administración Kirchner a blanquear el plan de ajuste fiscal que hasta ahora venía llevando a cabo en forma parcial y encubierta.

Esta realidad, provocada por la Deuda – como lo hemos desarrollado a través de nuestros trabajos – ha terminado desnudando la falsía del Des-Endeudamiento Público, el mito del Modelo y el relato de la Década Ganada.

Dentro de este replanteo de la política oficial juega un rol esencial el Banco Central (BCRA), que ha pasado a ser el protagonista principal de las medidas monetarias, cambiarias y financieras que arrastran los cambios fiscales, comerciales y económicos que se están produciendo.


CRISIS FINANCIERA POR LA DEUDA.

La crisis de Deuda por insolvencia fiscal – esto es, por falta de capacidad de repago – ha tenido otra vez como detonante la iliquidez derivada del vaciamiento de las reservas internacionales del BCRA (antecedente: 2001), que se usaron para pagar Deuda Externa en gran escala a la vez que se permitía la salida masiva de divisas por casi 90.000 MD[i] durante la década 2002-2012.

Agotada la posibilidad de seguir financiándose con emisión monetaria por sus efectos inflacionarios, llegado al tope del endeudamiento intra-Estado para sostener el pago de deuda interna y externa con transferencias de los organismos públicos (con la ANSES, el BCRA y el BNA a la cabeza) y habiendo perdido los superávits gemelos (fiscal y externo), la administración Kirchner entró en fuerte crisis financiera y política.

Hacia Diciembre pasado había llegado el momento previsible de la teoría de la “pera madura” que - merced a las desprolijidades en cadena, a la ineptitud gubernativa y a la corrupción institucional del gobierno - las estructuras de poder financiero aguardaban, desde sus altos niveles de decisión, para volver a dictar el cambio de las reglas de juego en materia de Finanzas Públicas y Política Económica. 

Frente a un sobre-endeudamiento del Estado Central que pasa hoy los 300.000 MD – sumando capital, intereses, capitalizaciones, indexaciones y cupones PBI – y ante un perfil de vencimientos inmanejable a menos de negociar refinanciaciones permanentes y toma de nuevas deudas, la administración K iba a caer, inexorablemente, en manos de sus acreedores (de donde, estrictamente hablando, nunca había salido).  

Como agravante crítico, el gobierno ya no podía eludir o resistir más el blanqueo de gran parte de la deuda no registrada por juicios contra el Estado con sentencia en firme, demandas perdidas ante el CIADI y otros tribunales internacionales de arbitraje, denuncias de los holdouts ante tribunales extranjeros, reclamos de Repsol por la expropiación de las acciones de YPF, exigencias para el arreglo de la deuda externa con los países del Club de París y planificación de nuevos créditos a ser tomados por el país con organismos financieros internacionales (OFI: básicamente BIRF, BID y CAF), amén de las presiones de la banca internacional para la vuelta de la Argentina a tomar deuda en los mercados globales.

Todo este conjunto de factores – que el gobierno Kirchner no pudo, no supo y/o no quiso verdaderamente confrontar – terminaron descargándose lógicamente sobre una administración que siempre se mantuvo dentro del Sistema de la Deuda Perpetua:

no cuestionando la legitimidad ni investigando las irregularidades mayúsculas de la Deuda Pública Argentina, que le hubieran dado las cartas más fuertes de discusión y renegociación.

manteniendo y acrecentando la servidumbre de pagos de los servicios de la Deuda para contentar a los acreedores, a la vez que tomando más deuda nueva.

traspasando como Deuda intra-Estado la mayor parte de la carga de la Deuda con Terceros, privilegiando así el pago de compromisos en moneda extranjera a costa de vaciar las reservas internacionales del Banco Central (BCRA).

Esta Política de Deuda se mantuvo oculta a la opinión pública con el falso discurso del “des-endeudamiento” mientras el monto de la deuda crecía, con la falsía de una “exitosa” reestructuración que soslayaba el fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 y con el inevitable desemboque en una nueva ola de re-endeudamiento del Estado en función de la Hoja de Ruta Boudou.

Cuando estas instancias de ocultamiento fueron sobrepasadas llegó el momento de las emergencias financiero-fiscales; y el cambio de la política oficial comenzó con el protagonismo – real o efectivo, pero poco visible – del BCRA.  


INFLACIÓN Y DEUDA CUASI-FISCAL.

El rol del BCRA como institución a cargo de la política monetaria, cambiaria y bancaria es y ha sido siempre la clave operativa de todo lo que ocurre en materia de endeudamiento público de la Argentina.

Durante el proceso contemporáneo de la Deuda – 1976 hasta hoy – las principales políticas seguidas desde el BCRA en materia de retraso cambiario, altas tasas de interés locales y privilegio de la rentabilidad financiera fueron sostenidas con endeudamiento público, interno y externo.


Con el agravante que el uso y abuso de la fuente de financiamiento del Estado por Deuda se convierte en el principal factor de presión para el aumento de las otras dos fuentes de recursos del Fisco: la Presión Tributaria y la Emisión Monetaria.

La Inflación por emisión excesiva del BCRA – ritmo de impresión de dinero superior al ritmo de crecimiento de la Economía – ha sido un derivado de la política de endeudamiento público, independientemente de la inflación de Mercado (aumento de precios por insuficiencia de la Oferta).

El BCRA ha venido provocando inflación por razones fiscales ligadas al problema de la Deuda a través de varias vías, complementarias y recurrentes:

El BCRA emite dinero sin respaldo para comprar dólares que se incorporan a las Reservas Internacionales (RI), divisas éstas que luego se prestan - en gran parte - al Gobierno Nacional para pagar Deuda Externa a través del Fondo de Desendeudamiento Argentino (FDA).

El contravalor que la Tesorería le entrega al BCRA por estos préstamos de divisas son Letras intransferibles a 10 años de plazo, virtualmente sin interés, y que no tienen capacidad demostrada de pago, con lo cual el Banco baja su nivel de Reservas y aumenta los Títulos Públicos en cartera con papeles impagables, es decir, bajando la calidad de sus activos y su propia solvencia.

El dinero emitido para comprar los dólares de las reservas – reservas que luego se prestan al gobierno – presiona sobre los precios generales del mercado.

Entonces, el propio BCRA emite deuda propia (deuda cuasi-fiscal) para retirar la mayor parte del dinero emitido (rescate, absorción o esterilización de moneda) colocando Letras y Notas (Lebac/Nobac) de corto plazo por las que paga un 30 % de Interés anual.

Las tasas de interés son un factor adicional de inflación.

Ergo, las Reservas – en definitiva - se compran con Deuda (deuda cuasi-fiscal del BCRA).

Ésta es, sintéticamente, la explicación de por qué el mecanismo de la Deuda Pública impagable genera Inflación y cómo la entidad monetaria – el BCRA – es el eje de tal operatoria interna.

Cuando se llega a las etapas de Crisis dentro de los Ciclos de Endeudamiento del Estado – el peligro de default técnico, por incumplimiento en el pago de los servicios de la Deuda – el establishment neoliberal, vocero de los intereses del Capitalismo Financiero, vuelve entonces a plantear su clásica receta: no emitan Dinero sino que tomen más Deuda.

De esta manera, se da la paradoja que la crisis de Deuda – de la que la Inflación no es causa sino consecuencia – se soslaya y, en cambio, se pone el problema inflacionario en primer plano y se propugna que éste sea frenado con más endeudamiento (como ya ocurrió en el 2001-2002).

Es el resultado obvio e inexorable de todas las políticas de gobierno sostenidas con Deuda.


RESERVAS Y NUEVO ENDEUDAMIENTO.

Las medidas adoptadas por el BCRA hacia fines de Enero pasado son claramente demostrativas de los importantes cambios que se están dando en forma acelerada como derivado de la Crisis de Deuda de este Verano 2014 y en función de la misma:

Macro-devaluación de un 20 % en Enero, destinada a blanquear parte de un tipo de cambio retrasado, tratar de llegar a una tablita cambiaria estable peso-dólar y bajar los niveles de salarios reales en dólares.

Intento de atenuar el traslado a precios de la devaluación a los precios internos aprovechando la confusión reinante por los tipos de cambio múltiples del mercado (oficial, paralelo, Bolsa-MEP, contado con liquidación, tarjeta y ahorro).

Sobre la base de una transitoria calma cambiaria post-devaluación, tratar que los sindicatos acepten actualizaciones salariales por inflación futura esperada y no por inflación pasada, “tragándose” además los trabajadores el costo financiero de los aumentos de precios producidos por el desfase entre los tiempos de incidencia de la inflación y el momento de vigencia de los aumentos de remuneraciones, así como los efectos de los desdoblamientos de pagos.

Aumento sustancial de las Tasas de Interés para contener el dólar paralelo, favorecer la rentabilidad financiera a costa de los efectos económicos recesivos de la Usura sobre la actividad económica y facilitar la entrada de capitales especulativos de corto plazo aumentando así el stock de las reservas.

Aumento de las tasas de interés de mercado a través del piso más alto fijado por las nuevas colocaciones de Lebac/Nobac, que hoy son del orden del 30 % anual.

Acuerdo con los grandes bancos que operan en la plaza local para la venta de parte de sus tenencias en dólares después de la devaluación de Enero, esto es, a una relación peso-dólar más elevada y contra compromiso de absorción de esos pesos – vía Lebac/Nobac – por el BCRA a las tasas citadas del 30 %.[ii]

Sugerencias a los bancos para que atenúen el aumento de las Tasas Pasivas por Depósitos (Plazos Fijos y otras colocaciones) para lograr un mejor spread contra las Tasas Activas con que los remunera el BCRA.

Baja del Crédito disponible para la actividad privada productiva debido a la gran absorción de dinero por parte del Estado vía colocación de Deuda: deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac del BCRA y ahora también deuda fiscal directa vía colocación de Bonos de la Tesorería (caso Bonar 2017).[iii]

La posición de Reservas del BCRA sigue siendo sumamente vulnerable: i) las Reservas Brutas cubren menos del 60 % de la Base Monetaria (27.500 de RI/45.300 MD, que es el equivalente de los pesos de la BM), ii) las Reservas Netas - restando los Depósitos en moneda extranjera y los préstamos de otros Bancos Centrales, que suman 9.600 MD - deja un saldo de 18.000 MD, iii) si se descontaran también las Lebac/Nobac este último saldo sería negativo, y iv) la relación Lebac/Nobac contra BM es 2.4 (19.200/45.300), lo que significa que por cada 2.4 $ en circulación hay además 1.0 $ retenido por letras del BCRA (que pagan intereses del 30 %).

El sobre-endeudamiento del BCRA para sostener el sistema de la Deuda del Estado deviene así uno de los capítulos centrales de la Crisis de Deuda que mantiene la Argentina.


CONCLUSIONES.

La nueva etapa del gobierno Kirchner, abierta con los cambios derivados de la Crisis de Deuda del Verano 2014, ya ha empezado a tomar forma visible:


Nueva ola de Endeudamiento Público: a) por el lado fiscal o directo, a través del pago con bonos de juicios de los Holdouts y laudos del CIADI, pago también con bonos a Repsol, próximo arreglo de refinanciación de la deuda con el Club de París, nuevos préstamos de los OFI y vuelta al Mercado Internacional de Capitales; y b) por el lado cuasi-fiscal, a través del endeudamiento mayor y más caro por medio de letras/notas del BCRA.

Plan de Ajuste Fiscal para pagar los servicios de la deuda actual y de la nueva deuda (del punto 1), que implica re-endeudamiento por capital, pago de intereses, capitalización de parte de los intereses, indexaciones de la deuda en pesos ajustada por inflación, actualizaciones por tipo de cambio y pago de cupones PBI.

Medidas internas para sostener el ajuste, principalmente: a) freno de los aumentos salariales por debajo de la inflación real, b) absorción del desfase financiero inflacionario por parte de los trabajadores y jubilados, c) aumento de Precios/Tarifas de Servicios Públicos por la baja de Subsidios y d) aumento de las Tasas de Interés, con sus efectos recesivos sobre la Economía.

Son parte de un paquete de medidas y acciones en curso que se transmiten desde el ámbito de las Finanzas al de la Economía Física o Real.

Por eso, estos cambios de la administración Kirchner van mucho más allá del desenmascaramiento del “relato” de la Década Ganada y tocan a un problema más profundo todavía, que es el de la naturaleza de la crisis que hoy vive el gobierno K, que ha entrado de lleno en la etapa peligrosa de un gobierno debilitado y corrompido que acepta cualquier cosa a cambio de su supervivencia financiera y política.

A esto nos referíamos – en trabajos anteriores – cuando decíamos que los cambios por venir (y que ya están instrumentándose) se darían no tanto por voluntad propia del gobierno sino por el simple “acomodamiento de los hechos”, al que las administraciones de turno son arrastradas por su propia culpa.

Hoy el planteo del establishment y sus voceros está claro:

El BCRA ha retomado su rol protagónico con el inicio de los cambios de la Política Financiera: 1. Macro-devaluación del peso, 2. Aumento de las tasas de interés, y 3. Aumento de su deuda cuasi-fiscal.

El titular del BCRA, Fábrega, ha tomado esta serie de medidas ortodoxas y lo que ha hecho “está bien”.

Ahora falta que el Ministerio de Economía (MECON) – léase el Gobierno – haga lo suyo: 1. Freno de la Inflación derivada del sistema de la Deuda Pública, 2. Freno de los reclamos salariales, y 3. Baja del Gasto Público general, empezando por los Subsidios, lo que implica transferir una mayor carga por precios/tarifas públicas a los usuarios.

Los lineamientos de la nueva política del BCRA – o de quien se los dicte – ya están definidos; y ahora le toca mover al Ejecutivo, de grado o por fuerza.

Se ha hablado mucho acerca de la no autonomía del BCRA pero - tal como se van agravando las cosas - parece que en algún momento va a ser necesaria una Ley que, por el contrario, dicte la autonomía del MECON con respecto al BCRA.


Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 1.4.2014




NOTAS:

[i] Las abreviaturas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente y los importes se expresan siempre con redondeo.

[ii] Las Lebac en pesos rinden actualmente un 30 % anual y las Nobac – también en pesos – dan 1 ó 2 puntos sobre Tasa Badlar Bancos Privados (que hoy está en el orden el 26-27 %. Las Lebac en dólares pagan por tasa de corte un 4 % anual.

En todos los casos, los porcentajes están tomados sobre promedios a un año de plazo y según las últimas colocaciones semanales.

Según el último Informe del BCRA al Congreso – que corresponde al año 2012 – ese año se pagaron 11.400 M$ por Intereses Perdidos, abonados durante el ejercicio por Letras/Notas.

En ese entonces las tasas de interés pagadas eran del orden del 14-15 % anual, la mitad de los niveles actuales.

[iii] El stock de Lebac/Nobac del BCRA era al 15.3.2014 de 151.800 M$ (equivalentes a 19.200 MD, al tipo de cambio de 7.895 $/US$).

El monto a emitir de Bonar 17 es de 10.000 M$, de los que el 28.3 pasado ya se colocaron 5.500 M$. Son títulos en pesos a 3 años de plazo, con amortización íntegra al vencimiento (Bonos Bullet) y tasa de interés variable Badlar más 200 Puntos Básicos (PB): entre 29 y 30 %.

Es notable que el rendimiento de las Reservas Internacionales en el año 2012 – última información disponible del BCRA – fue de sólo 0.7 % en dólares (que en su gran mayoría no era por Intereses Ganados sino producto de Resultados por tenencia, a raíz de la desvalorización del dólar), mientras que  el BCRA compra esas reservas con deuda cuasi-fiscal (Lebac/Nobac) por la que entonces pagaba el 15 % y hoy paga el 30 % anual en pesos.

De hecho, la Argentina coloca hoy deuda en dólares a tasas muchísimo más altas que el rendimiento de sus reservas, dado que los nuevos bonos están en el orden del 8-10 % anual (caso de títulos nacionales y provinciales, bonos para pagar a Repsol y nueva deuda de YPF).

LA OLA DE ENDEUDAMIENTO PÚBLICO K.

Por Héctor GIULIANO (15.4.2014).


Un viejo refrán dice que el éxito más grande del Demonio es habernos hecho creer que no existe.

Con el problema de la Deuda Pública perpetua pasa algo parecido.

Esta advertencia es importante en momentos que, como producto de la nueva Crisis de Deuda de este verano 2014, la administración Kirchner marcha a pasos acelerados hacia una nueva ola de endeudamiento de la Argentina.


LA NEGACIÓN DE LA DEUDA.

La Deuda es el condicionante total y absoluto de las Finanzas Públicas y de la Política Económica Nacional.

Lo hemos dicho mil veces: el que no entiende esto no sabe nada de Finanzas, de Economía y de Política.

El ocultamiento de esta realidad es la clave del comportamiento real – no del discursivo – de los gobiernos de turno; y el de los Kirchner no sólo no ha sido una excepción a esta regla sino que ha sumado el agravante de su hipocresía: decir una cosa y hacer lo contrario.

La negación del problema determinante de la Deuda viene a caballo de tres falacias de base:


LA MENTIRA DEL DESENDEUDAMIENTO PÚBLICO.

No es cierto que la Argentina se esté des-endeudando: la deuda oficial – que a mediados del 2005 era de unos 147.000 MD (Millones de Dólares) – hoy es de 213.000 MD (según los últimos datos disponibles, al 30.9.13), que se eleva a los 300.000 MD sumando los intereses a pagar (72.000 MD) y el pago faltante de los cupones PBI (unos 15.000 MD).



La Deuda está aumentando a un ritmo superior a los 10.000 MD por año: en 2011 aumentó 14.600 MD, en 2012 el incremento fue de 18.800, en 2013 – todavía sin cifras oficiales – estaba previsto que aumentase otros 12.100 MD y para el 2014 el Presupuesto prevé un aumento de otros 12.700 MD.

La administración Kirchner ha privilegiado el pago a los Acreedores Privados – externos e internos – y a los Organismos Financieros Internacionales (FMI, Banco Mundial, BID y CAF) a costa de desfinanciar al Estado: el 60 % de las obligaciones del Gobierno Central son ahora con organismos del propio Sector Público.

Pero esta deuda con terceros traspasada al Estado es impagable y ha desquiciado las Finanzas Públicas: la ANSES se encuentra desfinanciada porque tiene el 62 % de la plata de los jubilados metida en títulos públicos, el Banco Central (BCRA) ha sido descapitalizado porque las reservas internacionales se usaron para el pago de deuda externa (más de 30.000 MD) y se dio total permisividad para la salida masiva de capitales (90.000 Md durante la “década ganada”), el Banco Nación (BNA) tiene la mitad de su cartera de créditos prestada al Estado en lugar de destinar esos fondos a la actividad productiva de PYMEs y grandes empresas; y toda una serie de organismos nacionales tienen títulos de corto plazo colocados y renovados compulsivamente por la Tesorería.

Todas estas obligaciones oficiales no tienen capacidad demostrada de repago.

Cuando el gobierno Kirchner – hoy a coro de los economistas locales y extranjeros del establishment – dice que el país se está des-endeudando ello quiere decir que después de haber privilegiado incondicionalmente el pago de la mayoría de la deuda externa o deuda con terceros, ya no toma en cuenta la deuda pública interna o deuda intra-Estado porque no piensa pagarla, pasándole así la carga de sus obligaciones domésticas impagables al Pueblo Argentino.


LA DESVIRTUACIÓN DEL CONCEPTO DE CONFIANZA.

Desvirtuar significa quitar la virtud o sustancia de una cosa; en este caso, de una palabra: la palabra Confianza, que es la fe o esperanza que se tiene en alguien o en algo.

Este término - lo mismo que el estribillo servil del Partido de la Deuda acerca de “honrar los compromisos externos” - conlleva una engañosa y equívoca asociación entre supuesta confianza de los acreedores y real capacidad de pago del Estado; cosa que no existe.

Y en esto reside la clave de la trampa de la deuda dentro del Sistema de Deuda Perpetua lo rige, porque los capitales financieros y la banca internacional no apuestan precisamente a una capacidad de repago de los países deudores, como el nuestro sino, por el contrario, a su segura insolvencia, de modo que – cumpliendo la lógica final de la Usura – el deudor (en este caso, el país) no pueda pagar sus deudas y así nunca deje de ser deudor.

De esta manera se garantiza la refinanciación permanente de las acreencias y la toma de nuevas deudas.


LA TRAMPA DE LA DEUDA PERPETUA.

Cumplido el paso anterior, la instrumentación del Sistema de la Deuda se simplifica conceptual y fácticamente.

Sólo resta agregarle el absurdo principio generalizado de que “no hay problema en tomar deuda sin capacidad de repago mientras se puedan pagar los intereses y refinanciar permanentemente el capital o principal de las obligaciones”.

Esto es, que la Deuda Pública pasa a ser no una fuente de financiamiento excepcional sino una fuente normal y estructural en la financiación del Estado.

Se trata, por ende, de un mecanismo no reversible.

Para que estas tres falacias concurran en función del Sistema de la Deuda Perpetua deben violarse – en letra y espíritu – los Deberes y Obligaciones de los Funcionarios Públicos superiores intervinientes, el sentido de la Ley 24.156 de Administración Financiera del Estado y la lógica del Presupuesto Nacional, en cuanto reemplaza el superávit fiscal por el déficit cubierto con más deuda.

Es la forma en que la Deuda opera como instrumento de dominio de los Pueblos y los Estados.


EL ROL DEL BANCO CENTRAL.


La institución clave a partir de la cual se articula el sistema de endeudamiento público es el Banco Central (BCRA): dime qué Política Monetaria, Cambiaria y Financiera tienes y yo te diré que Política Económica debes aplicar.

El esquema tradicionalmente ha funcionado así y el sistema de la Deuda es viable siempre y cuando las políticas llevadas a cabo desde el BCRA – las propias o las de quien escriba el libreto – garanticen el cumplimiento de sus condiciones.

Después de un prolongado período de enmascaramiento durante la década K la nueva crisis de Deuda del verano 2014 ha forzado al gobierno a blanquear parte de su realidad financiera y adoptar medidas de emergencia para salvar el default técnico y volver a endeudarse en el Mercado de Capitales de acuerdo con la Hoja de Ruta Boudou:

Fin del “período de gracia” fáctico de la deuda remanente en default, con los holdouts, los reclamos ante el CIADI y las deudas con los países del Club de París.

Agotamiento de los fondos de la Deuda intra-Estado para sostener los pagos preferenciales de la deuda con terceros (organismos financieros internacionales y acreedores privados) que le permitieron a la presidenta jactarse de ser una “pagadora serial” abonando casi 174.000 MD bajo su gestión (cifra que, por otra parte, no está demostrada en ninguna parte porque el gobierno no ha dado información desagregada alguna al respecto). Es decir, apelación ante los acreedores por su extra-ordinario cumplimiento de las obligaciones de pago, sin someterlas a las investigaciones correspondientes por ilegitimidad ni financiarlas con recursos genuinos o excedentes sino a costa de re-estructurarlas totalmente y asumir nuevas deudas.

Regreso de la Argentina a los Mercados Internacionales de Capital, que en buen romance significa volver a endeudarse, esto es: haber pagado sistemáticamente a los acreedores empapelando al Estado con deuda impagable para “desagotar” parte del stock y luego volver a colocar más Deuda Externa. Algo así como decir que después de haberle “pasado el muerto” de bonos inejecutables a las finanzas administradas por el Estado (dinero de los jubilados, reservas del BCRA, desvío de créditos del BNA, etc.) el gobierno Kirchner sale a pedir más plata sin tener solvencia ni liquidez para sostenerla, como no sea tomando en el futuro más deuda para ello.

Después de las Elecciones de 2013 – PASO en Agosto y Parlamentarias en Octubre – los nuevos funcionarios designados en Noviembre, la terna Capitanich-Kicillof-Fábrega, encara primero una aceleración gradual y luego un salto devaluatorio en Enero de este año con tres medidas básicas:

Macro-devaluación de un 20 %, llevando el dólar oficial a 8 $ y tratando de recomponer una suerte de “tablita cambiaria” devaluación-inflación para garantizar no sólo la estabilidad de precios sino el pago de los actuales y futuros servicios de intereses de la Deuda.

Fuerte aumento de las Tasas de Interés elevando la remuneración de las Lebac/Nobac - que fijan el piso de las tasas de Mercado - al 30 % anual, lo que sirve a la vez para atraer nuevamente el negocio especulativo de los capitales financieros internacionales que lucran con el arbitraje entre tipos de cambio y tasas de interés.

Aumento de la contracción monetaria, absorbiendo el BCRA – vía Lebac/Nobac – el dinero emitido para comprar reservas y para dar Adelantos Transitorios al Tesoro.

Esto último hace que hoy – según cifras al 31.3.14 - el monto de las letras/notas del BCRA (178.000 M$, equivalentes a 22.200 MD) es comparativamente la mitad de la Base Monetaria (349.000 M$ ≡ 43.600 MD) o, dicho en otros términos, que por cada 2 $ emitidos el BCRA tiene retenido uno pagando un 30 % de interés.

La relación es igualmente grave para el ratio Reservas/Base Monetaria, que actualmente es de 0.62 dólares por cada peso (27.000/43.600 MD).

En su último Informe sobre el Estado Patrimonial del BCRA, el Dr. Carlos Ragonesi – de la Fundación Buenos Aires XXI – observa que las reservas internacionales han caído unos 3.600 MD durante el primer trimestre de 2014, que después de la macro-devaluación de Enero existe nuevamente una tendencia a la revalorización o apreciación del peso por efecto de la inflación interna (nuevo retraso cambiario), que el aumento del Pasivo por Lebac/Nobac fue de 67.400 M$ durante este período de tres meses (110.500 al 31.12.13 contra 177.900 M$ al 31.3.14), equivalentes a 5.200 MD; y que el Patrimonio Neto aumentó ligeramente en pesos - 2.500 M$ (107.300 al 31.12 contra 109.800 al 31.3) – pero bajó expresado en dólares en 2.800 MD (16.500 contra 13.700).

Como consecuencia de la gran devaluación de este año se da así la paradoja que los importes de las Reservas y del Patrimonio aumentan expresados en pesos pero disminuyen expresados en dólares.

Estas cifras elevadas explican también las utilidades contables extra-ordinarias  en pesos obtenidas con la devaluación progresiva durante el año pasado, lo que le habría permitido al BCRA computar ganancias por unos 79.000 M$, que son básicamente resultados por tenencia y no rendimientos genuinos.

Tanto el aumento de la emisión monetaria - para comprar dólares y para dar adelantos  al Tesoro - como la contracción de la base por medio de letras y notas son parte de un mismo proceso: a medida que el BCRA emite más pesos también aumenta la absorción de los mismos, lo que implica un extraordinario endeudamiento cuasi-fiscal del Banco para sostener el mecanismo de pago de la Deuda Pública, ya que las divisas y los adelantos se giran al Tesoro esencialmente para cubrir servicios de la deuda del Estado.

La posición de Reservas Netas del BCRA está hoy virtualmente neutralizada: el Banco no tiene divisas disponibles y depende del aprovisionamiento de dólares a costa de emitir dinero o deuda dolarizada (caso cerealeras). La situación es tan seria que se especula con la posible obtención de uno o más préstamos internacionales destinados específicamente a reforzar esta crítica insuficiencia de reservas.

Por otra parte, la existencia de títulos públicos en cartera por 45.500 MD y de un stock de Adelantos Transitorios al Tesoro por 189.100 M$ (equivalentes a 23.600 MD) - rubros ambos igualmente impagables por el gobierno - baja la calidad de los activos del BCRA y debilita sustancialmente las cifras de su Patrimonio Neto. 

Notablemente, pese a esta gravísima situación financiera y patrimonial del BCRA, los voceros del establishment – locales e internacionales – elogian a coro tanto las medidas tomadas como la gestión que está siguiendo la dirección del Banco.


LA DEUDA NUEVA.   

La administración Kirchner, después de haber batido récords de pago en los servicios de la deuda pública traspasando el endeudamiento sin capacidad de repago al propio sector público, después de haber agotado los recursos para atender el déficit fiscal provocado por el sistema de la Deuda y habiéndosele vencido el “plazo de gracia” para cumplir con la Hoja de Ruta Boudou a los fines de volver a tomar Deuda Externa, ha cambiado abruptamente los lineamientos de su gestión de gobierno.

Estas decisiones están ligadas directamente a la aceleración de los tiempos de la nueva crisis de Deuda que vive el país y cuya pseudo-solución se encara nuevamente con una receta análoga a la seguida en el 2002, que es la paradoja de salir de una crisis de deuda con mas endeudamiento, como hizo la administración Duhalde:

Nueva deuda para cubrir con bonos el pago de las sentencias y los reclamos de los holdouts, que hoy acumulan oficialmente más de 11.700 MD pero que ciertamente conllevaran importes mucho mayores por intereses acumulados, punitorios, honorarios y gastos.

Nueva deuda para cubrir con bonos también el pago de los laudos y los reclamos presentados ante el CIADI, que sumarían hoy unos 24 casos y cuyo importe conjunto – sobre el que no hay cifras oficiales – se estima puede estar entre los 8 y los 10.000 MD.

Acuerdo con Repsol por la expropiación del 51 % de las acciones de YPF, para lo que el gobierno conseguiría la aprobación del Congreso para emitir bonos por 6.000 MD, que además devengarán otros 5.000 MD de intereses.

Arreglo con el Club de París para el pago de deudas atrasadas – la mitad de las cuales proveniente de la época del Proceso – por un importe total de 10.000 MD, también con bonos.

Deuda consolidada de Provincias y Municipios, donde la suma de los pasivos provinciales era de unos 153.000 M$ - equivalentes a más de 28.000 MD al 30.6.13 (última información disponible). No hay información alguna sobre el quantum de las deudas municipales.

Diferencial creciente a cubrir por la deuda en pesos indexada por inflación, según coeficiente CER, que hoy equivale a 31.400 MD.

Pagos relevantes de los cupones PBI, que ahora se calculan desde el 2004 como año base pero todavía no es seguro que no se paguen este año, en que sumarían unos 3.600 MD. De todas maneras, aunque no corresponda abonarlos este año, los importes son acumulativos hasta llegar a los 30.000 MD, de los que ya se habría pagado la mitad y queda pendiente otro tanto.

Nuevas cifras de capitalización de intereses por anatocismo, como las remanentes del Megacanje 2005 y las pactadas ahora en el convenio con Repsol (por unos 500 MD).

Deuda cuasi-fiscal, fuertemente creciente, del BCRA por Lebac/Nobac, a las que ya nos hemos referido y que actualmente suman el equivalente a 22.200 MD.

Deuda Pública Indirecta – correspondiente a Empresas del Estado, Organismos Nacionales y Fondos Fiduciarios – que constituye una verdadera “caja negra” dentro del endeudamiento del Estado porque no hay informaciones oficiales al respecto. Solamente YPF - que heredó un pasivo de la administración Eskenazi/Repsol de 9.000 MD - tiene que obtener financiamiento por 37.200 MD para exploración y explotación durante el quinquenio 2013-2017, una suma que puede disminuir como aporte propio si llega a acuerdos de concesión con empresas petroleras extranjeras (como el caso de Chevron).

Nuevos paquetes trienales de préstamos con el Banco Mundial y el BID, por aproximadamente 3.000 MD cada uno, que están en curso de aprobación para renovar los Programas de Asistencia al País hoy vigentes.

Eventuales líneas de crédito que se vienen sugiriendo por parte del FMI y asesores conexos, fundamentalmente para cubrir la débil posición de reservas del BCRA.

Por último, las distintas formas en curso que se están negociando con Bancos de Inversión y brókeres internacionales para acelerar los tiempos de colocación de nuevos bonos argentinos en el exterior, que es la meta de la Hoja de Ruta Boudou (y que era el objetivo buscado por el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010).

Todas estas vías de endeudamiento en curso se están discutiendo hoy en el ámbito de negociaciones secretas entre algunos pocos altos funcionarios del gobierno Kirchner y los representantes – formales e informales – de muy diversas instituciones de capitales financieros.

Las tasas de interés a las que se están tomando hoy estas nuevas obligaciones son del orden del 8-9 % en dólares (que llega al 10 % o más en el caso de algunas provincias, con o sin la modalidad de dollar linked) y del 28-30 % en pesos; con la particularidad que la mayoría de estas nuevas deudas se estarían tomando nuevamente a tasas variables, justamente en un momento en que los pronósticos prevén probables suba de las tasas internacionales a medida que comience a cambiar la política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed).


EN CONCLUSIÓN:     

La Argentina vuelve a endeudarse en gran escala y a nivel internacional, sin que pueda demostrar su capacidad de repago:

a) las nuevas deudas son en gran medida producto de incorporar pasivos que no estaban registrados como tales con el argumento que hasta ahora se trataba de deudas contingentes (cupones PBI – que no son deuda contingente sino deuda cierta – indexaciones, juicios contra el Estado, etc.), pero el grueso va a ser deuda nueva.

b) la deuda en cabeza del Estado Central tendrá un incremento gradual pero elevado, lo mismo que la de provincias y municipios,

c) la Deuda Pública Indirecta – sobre todo la de Empresas del Estado – ya tiene un sesgo fuertemente creciente (con YPF a la cabeza) pero también está el financiamiento externo de grandes obras públicas (invariablemente denunciadas por sobreprecios) con avales y garantías de la Nación,

d) el rol del BCRA en su manejo de la posición de reservas y de su deuda cuasi-fiscal cumple un papel determinante dentro de este nuevo esquema de endeudamiento.

La combinación de todas estas formas cruzadas de deuda configuran lo que denominamos “tercera ola de endeudamiento público”, para compararla con la ola 1 durante el Proceso Militar y la ola 2 bajo la administración menemista de la década del ´90.

Una vez más - como en el mito del Eterno Retorno - los Ciclos de la Deuda Perpetua vuelven por sus fueros, al amparo de gobiernos débiles, incompetentes y corruptos.

Es parte del precio que paga la administración Kirchner para comprar su propia supervivencia financiera y política.

Y para ello cuenta con la complicidad de la mayoría de la Clase Dirigente de la Argentina, sostenida en la tríada visible oficialismo-partidocracia-medios, obsecuente ante las cuotas de endeudamiento que el capital financiero internacional impone a los países del mundo.-


Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 15.4.2014


Archivo: GIULIANO ARTICULO 2014 04 14 OLA EP K.
 

1 comentario:

  1. Desde muy joven me pregunte, por que no se paga el valor justo de los productos que vende Argentina, Carne, leche, trigo, frutas.-Por que los precios los maneja el exterior y el gobierno pone el techo en retenciones a las ganancias del que produce.-PRODUCTO.- Si fuera justo, no habría rutas transitables, porla cantidad de Producción que volcaría nuestros empresarios argentinos.- Mejor mantener pobres y endudados, no sacar la cabeza, mas alla de lo que le permitamos.- Estos que piensan asi, gobiernan EL MUNDO..

    ResponderBorrar


Advertencia sobre comentarios

Advertencia sobre comentarios
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...