Cómo podrían escenificar un
ataque Bioterrorista Falso
La imaginación se puede utilizar para prever y evitar posibles eventos
futuros y engaños masivos, al estilo de un ataque de falsa bandera.
Y esto es lo que vamos a hacer en este artículo: imaginar un posible
escenario futuro con el fin de evitarlo o al menos analizarlo correctamente si
llega a producirse.
Concretamente, vamos a imaginar como se podría escenificar un ataque
bioterrorista falso y de qué manera nos podrían manipular.
Para empezar, la cuestión principal a considerar es que no importa de
qué tipo de germen hablemos o de dónde provenga: liberarlo intencionadamente no
garantiza resultados predecibles.
Por ejemplo, las
personas cuyos sistemas inmunológicos se encuentran en diferentes niveles de
resistencia, reaccionarán de manera diferente.
Los perpetradores del falso atentado, podrían llegar a encontrarse con
que menos del 2% de las personas expuestas al germen enfermaran y murieran.
Eso convierte un ataque biológico en algo impredecible y poco efectivo.
Pero hay otra estrategia que podrían seguir: usar un germen como
tapadera de un ataque químico.
En otras palabras, no realizar un auténtico ataque biológico con
gérmenes, pero llegado el momento, calificarlo como tal.
Para conseguirlo, los perpetradores tendrían que montar una farsa
consistente en llevar a investigadores controlados por ellos a la zona afectada
para que declararan que han aislado un agente biológico causante del brote.
Aunque realmente lo que se habría difundido sería una sustancia química tóxica
indetectable, a menos que la busques específicamente.
El químico usado tendría efectos graves y mortales durante una semana,
dos o tres. Luego se dispersaría y perdería potencia y la falsa epidemia “sería
controlada por las autoridades”.
¿Como podría realizarse una maniobra como esta?
Supongamos que la maniobra se realiza dentro de los EEUU.
Se puede iniciar en un pequeño pueblo, o en una comunidad aislada.
Las noticias nos dirían que, de repente, las personas de aquel lugar
están enfermando y muriendo. El CDC (el Centro de Control de Enfermedades) y el
Ejército son llamados para acordonar la zona y poner en cuarentena a todos los
ciudadanos.
Se deja caer, de forma extraoficial, la idea de que se trate de un
ataque biológico.
Se permite que los
medios de comunicación principales accedan a la periferia de la zona aislada.
Los medios de comunicación instalan corresponsales en el lugar y ofrecen
noticias sobre el evento en directo por los telediarios.
La nación entera, el mundo entero, centra su atención en el evento, como
tantas otras veces ha ocurrido.
En el interior de la zona acordonada, la gente enferma y muere.
Las noticias nos
dicen que “médicos heroicos toman muestras de sangre y la analizan a toda prisa
para encontrar el germen que está causando la epidemia”.
Entonces, el Departamento de Defensa confirma definitivamente que se
trata de un ataque bio-terrorista.
Se acumulan las dramáticas historias de interés humano. Con la típica
narrativa melodramática, nos dicen que “tal familia perdió a tres miembros o
que cual familia los perdió todos”.
La tragedia, el
horror y la respuesta empática se expande por toda “la comunidad mundial”.
Pero todo es como una telenovela…excepto para las personas reales que
están muriendo.
Rápidamente, el cártel médico promueve el miedo al germen.
Hasta que por último, los médicos anuncian que han aislado el germen
causante del brote en la pequeña ciudad y los investigadores se apresuran a desarrollar
una vacuna (que producen en un tiempo récord).
Ahora, toda la población, en todas partes, debe ser vacunada. No hay
alternativa posible. Es acatarlo o ser puestos en cuarentena o encarcelados.
Entonces, en esta situación es declarada la ley marcial y los médicos son los héroes.
Entonces, en esta situación es declarada la ley marcial y los médicos son los héroes.
Los médicos y el Ejército. E incluso el gobierno y los medios de
comunicación.
Luego, después de unas semanas, cuando la potencia de la sustancia química
secreta se ha dispersado, el montaje termina.
Pero a raíz del presunto ataque biológico, se promulgan nuevas leyes.
El Estado toma medidas drásticas que limitan aún más las libertades
básicas.
El derecho a viajar se ve reducido. Criticar a las autoridades pasa a
ser visto como algo casi ilegal y sospechoso. Se limita la libertad de reunión.
El mensaje es: “Los ciudadanos deben cooperar. Estamos todos juntos en
esto”
Se aprueba una nueva ley federal que exige vacunar a todos los niños y
adultos, sin excepciones permitidas y es apresuradamente aprobada a través del
Congreso y firmada por el Presidente de los EEUU.
Pero todo está basado en una mentira… de la misma manera que la teoría
de las enfermedades que nos vende el cártel médico se basa en una mentira: la
fortaleza del sistema inmunológico de una persona es el factor determinante
fundamental de la salud o la enfermedad y no los gérmenes considerados en el
vacío.
Porque el truco es que los médicos convencionales no tienen tratamientos
que, en sí mismos, eleven la potencia del sistema inmunológico. Así que deben
exagerar y hacer propaganda del poder de los gérmenes, noche y día.
Hay personas que se dedican a exagerar los peligros de los gérmenes.
Nos venden cada “nuevo” germen como si fuera el fin de la humanidad.
Sobre todo cuando los investigadores levantan la voz de alarma al afirmar que
un germen ha mutado o saltado de los animales a los seres humanos.
Entonces los pregoneros chillan: “¡Estamos perdidos!”
Sin embargo, si usted registra los casos reales confirmados de muerte de
las últimas “supuestas epidemias”, como la del Nilo Occidental, el SARS, la
gripe aviar (H5N1), la gripe porcina (H1N1) y ahora el MERS, las cifras de
muertes son increíblemente bajas, en contraste con, por ejemplo, las muertes
que provoca en todo el mundo la gripe común estacional, que nunca se ha
considerado una pandemia.
E incluso la gripe estacional, en Estados Unidos, produce muchas menos
muertes de lo que se anuncia públicamente.
Como dijimos en un anterior artículo titulado: “El virus MERS: ¿la nueva pandemia que nos van a vender?”, el CDC mantiene una
categoría de estadísticas para la neumonía y la gripe combinadas, pero cuando
se analizan los números para cada enfermedad, resulta que las muertes
provocadas por la gripe son mínimas.
Si estos políticos delincuentes, entre bastidores, quisieran organizar
un evento de bioterrorismo controlado, escogerían un producto químico, no un
germen, y podrían conseguir con ello, restringir las libertades de toda la
población sin prácticamente oposición.
Así de fácil…
Jon Rappoport
Visto en: El Robot Pescador
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