Una gran noticia para nuestro
país, confirmando los sólidos y notables avances que se están concretando en el
muy avanzado Sector Nuclear Argentino, es que recientemente -el 03 de junio de
2014- comenzó exitosamente el funcionamiento efectivo de la Central Nuclear
Atucha II, la cual pasa a ser nuestra tercera usina atómica en funcionamiento.
Tal como es de norma en este tipo
de centrales eléctricas, su puesta en funcionamiento requirió un minucioso
proceso de controles de todos los sistemas operativos, realizados desde que
terminaron los trabajos de montaje; lo cual configura rigurosos protocolos de
eficiencia que hacen a los elevados índices de seguridad con los que
opera el Sector Nuclear Argentino, siendo esa característica una característica
y muy relevante virtud por la cual es reconocida la Comisión Nacional de
Energía Atómica y todos los múltiples entes vinculados a la actividad.
Cuando esta flamante central
nuclear esté operando a plena carga, incrementará casi 70 % la Potencia
Instalada y la Generación Media Anual de energía nuclear de nuestro país;
aportando al SADI (Sistema Argentino de Interconexión) un 4 % adicional de
energía, respecto al actual volumen global de generación; además de 700 MW de
potencia firme, de base.
Como las centrales nucleares
están diseñadas para operar constantemente a plena potencia, y como bases
del Sistema Interconectado, producirá una media anual de 5.400 GWh/año (5.400
millones de KWh/a), con lo cual el ahorro anual de gas natural será de 1.170
millones de m3, o alternativamente un volumen similar de litros de combustibles
derivados del petróleo (diesel oil o gas oil).
Ese considerable ahorro de
hidrocarburos significará a la vez una enorme economía ambiental, al evitar las
emanaciones gaseosas, líquidas y fluídicas que serían consecuencia de quemar
esas voluminosas cantidades de hidrocarburos, más sus lubricantes y los
múltiples repuestos, los que pasan también a ser elementos contaminados que
producen las centrales movidas a gas o petróleo.
Queda en claro, que Atucha II
(hoy rebautizada Central Nuclear Dr. Néstor Carlos Kirchner), no pudo haber
sido sustituida por usinas eólicas y solares, no solo por los elevadísimos
costos por KWh de esas poco eficientes tecnologías de generación, sino
–fundamentalmente- porque esas fuentes de energía (las “nuevas fuentes” o
“renovables”) son técnicamente inútiles para operar como centrales de base de
ningún sistema eléctrico.
Después de superar un largo
“impasse” de 22 años, en los cuales los gobiernos neoliberales no solo frenaron
abruptamente los múltiples proyectos nucleares, sino también intentaron
desguazar esta importantísima área de desarrollo tecnológico de punta, acorde a
los “mandatos” extranjeros sumisamente aceptados por quienes nos sumergieron en
la larga y muy nefasta noche neoliberal (1976-2001), hoy el Plan Nuclear
renació con mucho vigor y con amplios y renovados apoyos presupuestarios.
Las repotenciaciones de las otras
dos centrales nucleares, la pronta iniciación de la Cuarta Central Nuclear, el
desarrollo pleno del Proyecto CAREM, la construcción de otro reactor de
investigación, y múltiples aplicaciones de la tecnología nuclear en medicina,
conservación de alimentos, controles de plagas agrícolas, desarrollos
complementarios en múltiples áreas de la ingeniería, y otros; son los aspectos
principales del amplio abanico de actividades de desarrollo tecnológico de muy
alto nivel, que con renovado vigor está desarrollando el Sector Nuclear
Argentino.
Nuestro país está entre la media
docena de países líderes mundiales en los desarrollos de usos pacíficos de la
energía nuclear.
¡Todos los argentinos de bien, debemos
sentirnos muy orgullosos de estos destacadísimos logros alcanzados por nuestro
país en esta tecnología de punta!
C.P.N.
CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Experto
en Energía
Analista de Temas Económicos y
Geopolíticos
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