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viernes, 27 de junio de 2014

HOLDOUTS: DEFAULT O MÁS DEUDA.

Por Héctor GIULIANO (25.6.2014).

Los hechos que se están produciendo sobre la cuestión de los Holdouts, en el marco de la nueva Crisis de Deuda que vive nuestro país, se precipitan y las noticias que se suceden van más rápido que la capacidad para analizarlas.

Pero el hecho concreto es que el gobierno Kirchner, como producto de su adscripción del Sistema de la Deuda Pública Perpetua, se encuentra hoy frente a una encerrona financiera y legal que amenaza llevarlo a una rendición que – como todas las rendiciones – va a dejar a la Argentina en peores condiciones de las que está.

El Partido de la Deuda ha puesto “toda la carne al asador”: todo un coro de portavoces de nivel académico y profesional del establishment financiero ha salido a decir – lo mismo que  la presidenta y sus ministros – que la Argentina tiene que pagar, que quiere pagar, que va a pagar, que la Argentina tiene “vocación de pagar” y que existe la posibilidad de hacerlo.

Lo que todos soslayan decir, engañando una vez más al Pueblo Argentino, es que cuando hablan de “pagar” se están refiriendo a tomar más deuda para poder cubrir los servicios de esa deuda, de modo que lo que en realidad están diciendo y están pidiendo es que la Argentina tome más deuda. 

Y el “premio” a ese comportamiento irresponsable y contrario a los intereses financieros del Estado Argentino sería el retorno de nuestro país a los Mercados Internacionales de Crédito, precisamente para volver a endeudarse.


PUNTO DE SITUACIÓN.

Los efectos de los fallos en contra de nuestro país en el caso testigo de los “fondos buitre” NML-Elliot y otros, no pueden ser peores:

a)    La Argentina perdió el juicio en las tres instancias judiciales en que estaba la causa, como producto final de aceptar la prórroga de jurisdicción a tribunales extranjeros: sentencia del juez Griesa, ratificación de la Cámara de Apelaciones del segundo distrito de Nueva York y rechazo del pedido del gobierno Kirchner de intervención de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos en el caso.

b)    Estas decisiones en los tribunales norteamericanos afectan gravemente a nuestro país por partida doble porque la Argentina perdió la causa central – incluyendo su apelación por la interpretación del pari passu – y también la causa secundaria o derivada del Discovery, que habilita la información y embargo de bienes argentinos en el exterior.

c)    En estas circunstancias, las instancias legales de fondo han quedado agotadas y la Corte manda entonces la sentencia al juez Griesa para que la ejecute.

d)    Pero el juez adopta una posición contradictoria porque su fallo original – de Agosto de 2012 – no sólo condenaba a nuestro país a pagar la totalidad del reclamo de los acreedores sino que ya establecía cómo hacerlo: al contado y con el agravante que si no lo hacía así en el próximo pago de servicios a los bonistas que entraron en el Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 debía descontársele del pago a los mismos una cuota parte proporcional, a prorrata, para cubrir el pago a los ganadores del juicio.

e)    Esta decisión del juez es sumamente discutible porque conculca derechos formales de terceros, ya que no sólo penaliza a la Argentina sino que afecta los derechos de cobro de los bonistas del último canje.  Sería una variante de Ultra petita – cuando una resolución judicial va más allá de lo concerniente al pedido de una de las partes – porque involucra a terceros que no tienen que ver con el juicio.

f)     Por otro lado, no tiene lógica que el juez abra una instancia de conversaciones o acuerdo de partes – no “negociación” propiamente dicha porque el gobierno argentino aceptó el fallo – ya que ello desautorizaría su propia sentencia: un fallo se cumple o no se cumple; su cumplimiento no se “negocia” o conversa. Si el deudor puede pagar, paga, y si no puede pagar cae en una situación de default; pero abrir una instancia de “dialogo”, o como quiera llamársela, después de emitida una sentencia judicial expresa es una contradicción.

g)    Para mayor complicación y burocracia rentada, el juez nombra incluso un “mediador” – el abogado Daniel Pollack (sin opinión vinculante) - para acercar a las partes a un acuerdo de cumplimiento de su propia sentencia (?).

h)   Por último, la proximidad del pago de una nueva cuota de intereses semestrales a los bonistas del canje 2005-2010, el día 30.6, estrangula los tiempos de decisión y maniobra del gobierno argentino.   

En síntesis: el país se encuentra actualmente en las peores condiciones posibles para entrar en cualquier “negociación” con y sobre los holdouts.


PERSPECTIVAS INMEDIATAS.

Aun a riesgo que los hechos nos pasen por encima, es decir, que se produzcan novedades en cualquier momento que cambien el panorama – lo cual desgraciadamente es muy posible ya que uno es simplemente un observador externo de las cosas – las perspectivas inmediatas para la administración Kirchner no sólo son negativas en la cuestión focal de los holdouts sino también en el contexto de la nueva Crisis de Deuda que le estalla en el Verano 2014 y que lo obliga a cambiar sus medidas de gobierno, su discurso y su “relato”.

El gobierno K vive hoy – a caballo de la Hoja de Ruta Boudou - una aceleración compulsiva hacia el “pago de deuda” y la aceptación de deudas adicionales impagables que lo colocan en estado fáctico de default:

a)    No se pueden atender con recursos genuinos los servicios de Capital e Intereses de la Deuda que vencen este año: 12.000 MD (Millones de Dólares) de Intereses y más de 44.000 MD de Capital.

b)    De estos totales, un 60 % corresponden a la Deuda intra-Estado, que las autoridades no tienen la más mínima capacidad ni intención de pagarla; y el 40 % restante es Deuda con Terceros que el gobierno tampoco puede pagar, ni siquiera apelando a las reducidas reservas internacionales netas del Banco Central (BCRA).

c)    Por ende, toda posibilidad de pago reside en la cancelación de las obligaciones que vencen emitiendo nuevas obligaciones: que es la política de re-endeudamiento perpetuo.

d)    Además, siguiendo la práctica de los últimos años, el gobierno Kirchner continúa asumiendo deuda nueva “adicional” a un promedio del orden de los 15.000 MD por año; obligaciones éstas sobre las que igualmente se carece de capacidad de pago demostrada.

e)    En los últimos tiempos la administración K ha agravado todavía más esta situación con la asunción de deuda que no estaba registrada por haber sido calificada como “deuda contingente”. Es la Política de pagos de juicios perdidos con Deuda (Títulos Públicos y/o acuerdos de refinanciación): laudos del CIADI (600 MD), indemnización a Repsol por YPF (5.000-6.000 MD de Capital y 5.000 ND de Intereses) y allanamiento a las exigencias del Club de París (9.700 MD).

f)     El grueso de estas nuevas obligaciones va a tener que ser soportado por el próximo gobierno que asuma a fines de 2015.

g)    Paralelamente, se aceleran e incrementan las deudas provinciales – con la CABA y la provincia de Buenos Aires a la cabeza – y las de Empresas y otros organismos del Estado (con YPF al frente) y también la deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA) por Lebac/Nobac.

h)   El fallo en contra por los holdouts conlleva 1.330 MD que – con honorarios y gastos – se va a 1.500-1.600 MD; pero además, por tratarse de un caso testigo de la situación del resto de los holdouts, dispararía una lógica avalancha de nuevas demandas que se estima involucran unos 15.000 MD en total.

i)     Por otra parte, como el gobierno Kirchner está atado a la cláusula RUFO o del Acreedor más favorecido (que firmó esta Administración), si el país concede mejores condiciones de pago a estos bonistas que no entraron en el canje que a los que ya entraron, queda obligado a extenderles dichas mejoras a todos, lo cual supone un monto impredecible de pagos que – cualquiera sea la contra-argumentación que se ensaye – no le van a evitar nuevos frentes de tormenta legal a la Argentina.

La nueva Crisis de Deuda, derivada del fracaso del Megacanje Kirchner-Lavagna de 2005-2010 y de las condiciones leoninas incorporadas con su instrumentación – ha hecho así explosión y el gobierno hace desesperados e incoherentes esfuerzos por taparla; pero “EL REY ESTÁ DESNUDO” Y ESTO HAY QUE DECIRLO.    


UNA ALTERNATIVA DE DECISIÓN.

La Argentina se encuentra en medio de esta nueva Crisis de Deuda que la lleva otra vez a un callejón sin salida, a menos que tome más deuda: el país no tiene solvencia fiscal ni liquidez de divisas para poder afrontar los servicios de la Deuda Pública, Externa e Interna.

Todo su esfuerzo y/o “habilidad” están puestos en seguir “pateando” obligaciones para adelante; y lo está haciendo – lógicamente – cada vez a mayor costo: costo financiero, económico y político.

Un gobierno debilitado, incoherente y corrompido es un peligro porque en esta situación acepta cualquier cosa; lo que ya está demostrando.

La situación actual, agravada por el detonante de los fallos adversos en la cuestión de los holdouts, hace que el gobierno esté en las peores condiciones posibles para cualquier negociación; y antes de entablar una negociación así es mejor no negociar nada.

Si un gobierno – éste gobierno – quisiera intentar liberarse de esta trampa de Deuda Perpetua tiene que cambiar los términos de renegociación de la Deuda y esto sólo puede hacerse desde una posición de fuerza soberana:

Primero: blanquear la falta de capacidad de pago del país yendo a una re-estructuración forzada de deuda; y esto se llama DEFAULT.

Segundo: como en todo proceso de tipo concursal, es de rigor revisar la legitimidad de las acreencias; y esto se llama INVESTIGAR LA DEUDA: una AUDITORIA INTEGRAL DE LA DEUDA.

Tercero: recién con un dictamen fundado de la deuda legitima y una determinación de la verdadera capacidad de repago del país, sentarse a negociar con los acreedores los términos de UNA NUEVA REESTRUCTURACIÓN.

Toda otra variante de tratamiento de esta nueva Crisis de Deuda que vive nuestro país, si se prescinde de estos tres puntos, esto es, si no se replantean los términos de discusión de la Deuda, están condenados de antemano al fracaso y sólo pueden aspirar a convertirse en otra “vuelta de tuerca” dentro del Sistema de Deuda Perpetua que la Argentina sufre desde hace 40 años.

Es la política del “parche” transitorio de seguir pagando deuda con deuda para poder salir al mercado internacional a tomar más deuda.

Es la falacia central del Partido de la Deuda que consiste en decir que no hay problema en seguirse endeudando sin capacidad de pago porque mientras aceptemos vivir pagando la servidumbre de los intereses el Capital Financiero – Internacional y Nacional – nos va a seguir renovando las deudas y dándonos nuevos préstamos, préstamos que tampoco podemos pagar. Que es la formulación teórica y práctica de la trampa de USURA DE LA DEUDA PERPETUA.

Porque NO HAY SOLUCION AL PROBLEMA DE LA DEUDA DENTRO DEL SISTEMA DE LA DEUDA.

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