Frei Betto: No existe
globalización sino globocolonización
Martes,
junio 3, 2014, 10:10
“No existe la globalización, eso es mentira,
existe la globocolonización y el gobierno de Estados Unidos del presidente
Barack Obama ha sido muy malo para el mundo porque ha perfeccionado ese proceso
con intervenciones como la última en Ucrania”, afirma Frei Betto.
Así se
expresó el fraile dominico brasileño en una larga entrevista concedida a Prensa
Latina aprovechando su paso por Panamá donde fue invitado por la Fundación
Ciudad del Saber a dictar una conferencia magistral sobre el futuro de América
Latina.
Tomando
como referencia esa temática, abordamos con el destacado analista asuntos
puntuales que dieran la oportunidad de hacer valoraciones más allá de la
coyuntura actual.
¿Cómo
usted aprecia el gobierno del presidente Barack Obama, más positivo o más
negativo para América Latina que los anteriores?
Yo diría
que es más positivo para América Latina en el sentido de que Obama no tiene
ningún conocimiento de América Latina ni ninguna otra sensibilidad, y por eso
ha sido menos agresivo que los Bush o Reagan y que otros anteriores.
Pero ha
sido un gobierno muy malo para el mundo porque es un gobierno que ha
perfeccionado todo el proceso de globocolonización, con intervenciones por
ejemplo en Ucrania, en Siria, en Libia y otros países. Es la policía del mundo.
Descaradamente
ha estado por encima de todas las leyes y los tratados internacionales, no le
da ninguna importancia a esos acuerdos y no hay cómo sancionarlo.
Por
suerte ya no somos aquel rebaño de ovejas que bajaba la cabeza ante el pastor
de la Casa Blanca, hoy tenemos más soberanía, más independencia y más claridad
de qué caminos liberadores queremos seguir.
Tomando
como fiel de la balanza a ese mismo gobierno de Obama, ¿cómo aprecia usted la
correlación de fuerzas políticas en América Latina? ¿Está a favor o en contra
de Estados Unidos?
Yo diría
que la correlación de fuerzas es bastante desfavorable para Estados Unidos por
todos los avances de jefes de Estado latinoamericanos identificados con los
pobres y elegidos democráticamente.
Es un
proceso que comenzó con la elección del presidente Hugo Rafael Chávez en 1998 y
ahora sigue con muchos jefes de Estado de América Latina que unánimemente han
estado apoyando a Cuba y están contra el embargo de Estados Unidos.
Obama y
los líderes de la Casa Blanca se han dado cuenta que ya no pueden tratar a
América Latina como hacían en los años 60 y los anteriores, y tienen que estar
muy preocupados por ese desequilibrio. Ya América Latina dejó de ser el patio
trasero de la Casa Blanca y los países que estaban atados a Estados Unidos se
han emancipado como Panamá en el año 1999, y ahora solo falta Puerto Rico por
liberarse de la tutela estadounidense para completar ese proceso de liberación
de las fauces del imperio.
Por eso
creo que la correlación de fuerzas es más favorable hoy para nosotros los
progresistas que cuando Estados Unidos no solamente metía la pata en nuestros
países sino que promovía golpes militares fascistas que han tenido un costo
humano, político y económico muy alto para América Latina.
¿Cuáles
son los principales peligros que acechan a América Latina que podrían cambiar
esa correlación de fuerzas contraria a Estados Unidos?
Bueno la
principal es la contradicción esa que vivimos de tener políticas progresistas
con una economía capitalista, es decir, todavía no hemos encontrado un modelo
económico post capitalista que permita dar un paso de ese capitalismo a una
economía más solidaria, más cooperativista, más popular.
Este es
un nudo sin desatar muy preocupante, como también la falta de un trabajo más
intenso de concentración y organización política sobre todo en los sectores
populares y los jóvenes.
Creo que
no se hacen avances políticos solamente con consignas y políticas sociales más
positivas hacia los jóvenes, sino que es necesario también otro tipo de
alimento para los más pobres, que es el alimento espiritual, ideológico, educacional
para que la gente, cumpliendo el significado de ese proceso, avance hacia un
futuro de justicia y de paz.
¿No cree
que los instrumentos de integración que se han creado en la región, y no
solamente los económicos y comerciales, pudieran contribuir a ese avance hacia
el futuro de justicia y paz que usted señala?
Si, yo
creo que es muy importante que haya esa multiplicación de organismos, el
problema es que por ahora todos ellos son superestructurales, y el futuro no
está tanto en esos organismos, sino en la manera como la gente mira ese
proceso.
La gente
solo puede soportar las dificultades, desde caminar hasta lo que sea, si
comprende la razón del por qué hay que enfrentarlas, y muchas veces no hay una
concientización de ese proceso y la gente que está siendo beneficiada desde el
punto de vista económico, no tiene conciencia política de qué significa.
Por lo
tanto hay que valorar los instrumentos creados, incluso mediáticos como
Telesur; estar atentos y hacer un trabajo de base justamente para mantener viva
y actuante la organización popular con un proceso intenso de educación del
pueblo.
No creo
que fuera de ese contexto vayamos a esperar que la gente asuma una posición
progresista por sí misma en el mundo de hoy cada vez más de derecha en general.
En el
Parlamento Europeo las fuerzas de derecha han crecido mucho, no hay fuerzas de
izquierda lo cual es una lástima porque Europa en el siglo XX tuvo una fuerte
tradición izquierdista, incluso en Italia, y el mundo socialista europeo.
Ahora
prácticamente el único continente que tiene esperanza de futuro es América
Latina, y la responsabilidad que tenemos es priorizar y preservar ese proceso
progresista, pero eso no se consigue con consignas y con avances electorales
solamente. Es necesario crear raíces más profundas, sobre todo en las redes
sociales que son muy manipuladas por los conservadores, los capitalistas, la
derecha, y de ahí la responsabilidad que tenemos de profundizar el trabajo
político y educativo.
En el
plano económico hay muchos fantasmas que rondan la integración latinoamericana.
¿Con la Alianza del Pacífico usted lo cree así?
Sí,
claro, pero esta esquizofrenia que he mencionado antes de que tenemos una
política progresista en la mayoría de los países con una economía conservadora
puramente capitalista, es lo más peligroso, aunque la ventaja es que hay más
solidaridad entre los países de América Latina desde el punto de vista
económico.
Hay
crédito, facilitación en el comercio de productos, hay una integración
económica mucho más significativa que en décadas anteriores, pero con muchas
dificultades para mantener baja la inflación, actualizar anualmente los
salarios, y sobre todo crear posibilidades a las pequeñas y medianas empresas
privadas sin que eso sea la semilla de un proceso capitalista monstruoso.
Estamos
por la tanto ante un desafío muy fuerte, como crear una economía compatible con
esas políticas progresistas, con esos anhelos populares por gobiernos como el
de Dilma en Brasil, Mujica en Uruguay, el de Evo en Bolivia, Maduro en Venezuela,
Correa en Ecuador, y así en otros países.
Hablando
de los países de América Latina ¿Qué está pasando en Venezuela y por qué?
Bueno, lo
primero es tomar en cuenta que Venezuela es el principal foco de subversión
estadounidense en América Latina, y pasa algo muy sencillo, y es que Venezuela
es el segundo suministrador de petróleo de Estados Unidos después de Arabia
Saudita.
Ocurre
que para que un barril de petróleo de Arabia saudita llegue a estados Unidos
tienen que pasar 45 días, y uno suministrado por Venezuela llega en cuatro
días, por lo tanto la diferencia de precios es enorme entre uno y otro.
Por eso
todo lo que Estados Unidos pueda hacer para desestabilizar a la revolución
bolivariana lo va a seguir haciendo y no podemos ser ingenuos.
Venezuela
cuenta con la solidaridad de todos los países que están en la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) y eso es muy bueno, ya sea una
solidaridad activa como la de Cuba, Brasil, o pasiva de países que al menos no
condenan ni están en contra del gobierno de Maduro, pero se mantienen en
silencio porque tiene sus intereses con Estados Unidos.
Ahora, yo
creo que también hay un desafío interno en Venezuela fuerte que requiere un
trabajo político intenso sobre todo con los jóvenes.
Yo creo
que algo que todavía no se hizo debidamente en Venezuela es un trabajo político
con el movimiento estudiantil, un trabajo de organización de base que lleve a
los muchachos a comprender el proceso bolivariano con más profundidad, más
conciencia y más participación.
Y en el
caso de Brasil, que es diferente al de Venezuela, ¿por qué esas
manifestaciones? Si no son contra el gobierno, ¿por qué se producen entonces?
Bueno, en
verdad lo de Brasil es diferente a Venezuela, allí se ha avanzado mucho en los
años de gobierno del Partido de los Trabajadores, pero ha sido un gobierno
madre de los pobres y padre de los ricos, y hasta cuándo esa contradicción va a
sobrevivir no sé.
Este año
tenemos elecciones, yo estoy seguro que Dilma va a reelegirse, aunque uno
siempre tiene sus temores porque la oposición puede volver al gobierno.
Porque si
por un lado el Partido de los Trabajadores ha promovido una fuerte inserción
económica de los pobres donde 55 millones de personas han sido beneficiadas con
mejorías efectivas desde el punto de vista económico, es también un gobierno
despolitizante por más paradójico que te parezca.
Es decir,
un gobierno que no trató ni trata de hacer todavía un trabajo político de
valorar los movimientos sociales y sindicales, y por eso las manifestaciones, y
los muchachos en las calles y en el mundial de fútbol van a seguir en sus
demandas de lograr un lugar político porque quieren participar, pero no han
sido convocados ni movilizados, y esa es la preocupación porque ellos saben por
qué protestar pero no saben cómo o qué proponer.
Entonces
eso puede ser un caos en el futuro que puede ser aprovechado por la derecha.
Hasta
donde tenemos entendido no es un movimiento contra el gobierno, sino en demanda
a una mayor participación en los procesos y decisiones oficiales ¿es así?
Sí, es
así, lo que sucede es que el gobierno ha cometido el equívoco de facilitar al
pueblo de Brasil acceso a los beneficios personales, un coche, créditos,
nevera, televisión, cada casita en las fabelas tiene de todo eso, pero siguen
viviendo en la fabela y no tienen beneficios sociales.
Y cuando
ellos reclamaban mejoras sociales el gobierno decía que no tenía dinero, y de
súbito para la Copa del Mundo sí hay y han construido estadios deportivos
enormes por millones y millones de dólares.
Pero la
gente no tiene educación de calidad, transporte público, sanidad, vivienda
decorosa, y de ahí las protestas, pues cómo dices que no tienes dinero y cuando
viene la FIFA empieza a aparecer tanto dinero como si cayera del cielo,
entonces ahí está la cosa.
La gente
no está contra el gobierno, pero está manifestando su desacuerdo con la
administración que no priorizó el mejoramiento de la calidad de vida y la
situación social del país.
Y en el
caso de Colombia, qué ha ocurrido que, para sorpresa de muchos la ultraderecha
sale mejor parada como si la gente hubiera votado minoritariamente por el
proceso de paz?
Bueno, el
problema de Colombia es un poco el reflejo de toda esta política imperialista
de la que hemos estado hablando, de hacer que la gente vaya cambiando la
libertad por la seguridad, y la propaganda del miedo es eficaz y por eso hay
gente que termina favoreciendo a la derecha y no al proceso de paz.
Pero yo
tengo la esperanza de que el proceso de paz es el que va a ganar, porque no hay
otra salida, e incluso a los propios Estados Unidos no les interesa más seguir
incrementando esa guerra y les es mejor el proceso de paz, y por eso pienso que
al final ganan los que opten por la paz.
Luis Manuel Arce
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