Por Javier
Cornejo
Artículo de la columna de los lunes del diario El Tribuno, que no fue publicado, sin explicar los motivos por parte de la redacción del mismo.
Artículo de la columna de los lunes del diario El Tribuno, que no fue publicado, sin explicar los motivos por parte de la redacción del mismo.
Siguiendo con la
temática expuesta en los artículos que formaron parte en las últimas columnas
referidas al Acuerdo con el Club de París, es preciso sintetizar el tema en los
siguientes tres aspectos:
- No se tuvo información. Todo fue secreto.
- No existe demostración alguna de capacidad de repago por parte del gobierno Kirchnerista.
- Incorrectamente se lo denomina “Acuerdo” cuando en realidad son un conjunto de Tratados, que deberían ser sometidos a consideración del Congreso Nacional con la información y publicidad correspondiente.
Concluyendo con el Lic. Héctor Giuliano en el Observatorio de seguimiento de la deuda:
- Se sepulta el problema de las irregularidades de arrastre de las deudas con los países del Club, convalidando todo lo actuado por el actual gobierno y las administraciones anteriores, especialmente el Proceso Militar.
- Desliga al FMI de la responsabilidad de tener que emitir opinión sobre las cuentas públicas de la Argentina y sobre su capacidad de repago como país deudor. Esto fue presentado por Axel, con el mayor sarcasmo y menospreciando groseramente la inteligencia nacional, como un triunfo.
- Afianza la posibilidad que el dictamen de la Corte Suprema de los EEUU, que según lo anunciado se pronunciará este lunes, solicite opinión a la Procuración del Tesoro Norteamericano.
“Esto último conlleva poder contar con un tiempo adicional de demora dado el desfase de la respuesta de la administración Obama a la Corte, lo que daría tiempo al gobierno Kirchner a que la decisión de fondo sobre la cuestión central del pari passu - sea positiva o negativa- se difiera aún más y pase al año que viene”.
Como los EEUU son uno
de los miembros del Club que acaban de acordar con Argentina (al igual que
Inglaterra con el apoyo de sus 106 legisladores), se supone que ahora estaría
allanada una posición más favorable de Washington, interesado en que nuestro
país liquide la cuestión de los holdouts para que “vuelva a colocar deuda” en
el mercado de capitales de Nueva York.
De esta manera, “si
por el acomodamiento de los hechos, las decisiones sobre los juicios en contra
de los Fondos Buitres se estiraran hasta fin del año, el gobierno quedaría en
condiciones de renegociar, judicial o extrajudicialmente (como tal parecen
algunos pasos dados), con estos holdouts
porque en diciembre vence el plazo de vigencia de la Cláusula del Acreedor más
favorecido o cláusula RUFO – que firmara Kirchner con el Megacanje de
2005- con lo que la Argentina quedaría
liberada de tener que extender a los bonista que ya entraron en los dos canjes
anteriores (2005 y 2010) cualquier mejora que termine acordando a los buitres
actuales”
En este contexto,
este acuerdo secreto con el Club es parte del “diktat” de los acreedores y de
los grandes bancos colocadores de deuda externa para que la Argentina vuelva
rápidamente a emitir bonos en el exterior conforme a lo que se denomina “la
hoja de ruta Boudou del endeudamiento perpetuo”.
De allí que el procesamiento del
Vicepresidente puede desembocar en consecuencia imprevistas.
“Es el producto clásico de la servidumbre de los gobiernos de turno - y de la mayoría de la partidocracia opositora que lo acompaña- ante los dictados del capital financiero internacional que maneja el Sistema de la Deuda Pública”
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