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sábado, 4 de julio de 2015

Como puedo creerte si me mientes



by admin
Ha sucedido hace escasos días: un experimento de la NASA de transmisión de imágenes en Alta Definición de la Tierra en el que, de repente, se cuelan tres claros ovnis. La emisión fue cancelada porque “estamos cambiando las cámaras o estamos experimentando una pérdida temporal de señal con la estación internacional”. Esa fue la extraña explicación que dio al suceso la agencia aeroespacial.




Un zoom tan potente que puedes ver cómo se mueve la luna
Publicado: 30 jun 2015 05:05 GMT | Última actualización: 30 jun 2015 06:30 GMT
Un video muestra el increíble acercamiento (83x de 'zoom' óptico) que tiene la cámara Nikon Coolpix P900. En las imágenes se puede ver la luna con mucho más detalle que habitualmente e incluso ver cómo se mueve. 



OJO! y la NASA y la ESA mandan cámaras de 1Mega pixel blanco y negro en estas sondas, ¿De verdad prentenden que les creamos?


La montaña en forma de pirámide, las manchas blancas y otros misterios de Ceres
Daniel Marín 28 jun 15
Ceres está demostrando ser un lobo disfrazado de cordero. Bajo una apariencia engañosamente anodina que recuerda a la Luna por su elevado número de cráteres, el mayor asteroide del sistema solar esconde una serie de misterios a la espera de una explicación. A las ya famosas manchas blancas que salpican su paisaje hemos de sumarle varias estructuras geológicas extrañas, entre las que destaca una montaña muy llamativa con una forma que recuerda vagamente a una pirámide irregular.
Imagen del 14 de junio donde se ve el monte piramidal de 5 km de altura en el borde del disco de Ceres. La imagen se tomó desde una órbita de 4400 km de altura (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
La última vez que hablamos de la sonda Dawn fue a mediados de mayo, cuando la nave había abandonado la órbita RC3 de 13 500 kilómetros de altura para dirigirse a la órbita segunda órbita de cartografiado -también denominada survey– a 4400 kilómetros de distancia. Recordemos que de aquí a diciembre Dawn se aproximará progresivamente al asteroide trazando órbitas cada vez más cercanas. El 8 de mayo la sonda finalizó su primera campaña de cartografiado de Ceres desde RC3 y al día siguiente encendió sus motores iónicos para reducir su altitud para poner rumbo hacia la la órbita survey. Dawn solamente completó una órbita alrededor de Ceres en RC3, puesto que a la altura de esa órbita la sonda tardaba 15 días en dar una vuelta alrededor del planeta enano a una velocidad de 250 km/h.
Trayectoria en espiral de Dawn desde la órbita RC3 hasta la órbita survey (NASA).
Imagen del creciente de Ceres tomada entre el 24 y el 26 de abril a 13600 km de distancia (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
La transición entre la elevada órbita RC3 y la segunda órbita científica llevó varias semanas y el 15 de mayo la sonda todavía estaba a 7700 kilómetros de altura. Durante el descenso hasta la nueva órbita, Dawn paró sus motores en varias ocasiones para tomar fotos de Ceres y refinar su trayectoria -la configuración de la sonda impide que la nave pueda llevar a cabo las dos tareas al mismo tiempo- durante las campañas de navegación OpNav 8 y OpNav 9. Puesto que el asteroide visto desde la sonda ya ocupaba la mayor parte del cielo, el equipo de navegación dejó de usar la posición de las estrellas situadas detrás del disco de Ceres para calcular la trayectoria y pasó a usar las propias referencias geográficas del planeta enano.
Imagen del 16 de mayo donde se aprecian las misteriosas manchas blancas del grupo Mancha 5 (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Animación del grupo principal de manchas blancas (Mancha 5) a finales de mayo (usuario ZLD/unmannedspaceflight.com).
Imagen del 22 de mayo a 5100 km de distancia y una resolución de 480 m/píxel. Atención a las pequeñas manchas blancas (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
El 17 y 18 de mayo la sonda alcanzó los 7100 kilómetros de altura, aunque en los días posteriores subió hasta los 8300 kilómetros mientras ajustaba sus parámetros orbitales. El 22 de mayo la sonda estaba a 5000 kilómetros y luego volvió a ascender hasta los 6700 kilómetros el 24 de mayo. El 27 de mayo Dawn llegó a los 4100 kilómetros, para subir a continuación hasta l0s 5500 kilómetros al día siguiente. Por fin, el 3 de junio alcanzó la órbita survey de 4400 kilómetros de altura. Moviéndose a 408 km/h, el periodo de la nueva órbita era de 3,1 días. Dos días después comenzaron las observaciones científicas. Al trazar una órbita polar, la sonda toma imágenes mientras sobrevuela el lado diurno y se dedica a enviar los datos a la Tierra durante su paso por el hemisferio nocturno. Durante esta fase el equipo de la sonda pudo estudiar con más detalle unas curiosas estructuras lineales que se pensaba que podrían ser algún tipo de grieta o falla. Ahora sabemos que en realidad son cadenas de cráteres secundarios, es decir, vestigios de antiguos impactos. Este tipo de estructuras es muy común en los satélites helados de Júpiter y Saturno, pero no con la densidad que vemos en Ceres. Otro misterio más que nos obsequia el planeta enano.
Imagen del 23 de mayo a 5100 km de distancia en la que se aprecia el grupo de manchas blancas principales, así como una serie de cráteres secundarios en línea provenientes de antiguos impactos (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Detalle de las cadenas de cráteres secundarios de la imagen anterior, tomada el 23 de mayo. La resolución es de 480 metros por píxel (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Imagen del 20 de mayo de las manchas blancas principales o ‘Mancha 5′ (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Aprovechando la llegada a su segunda órbita de trabajo, el equipo comenzó a realizar las acciones necesarias para prolongar la vida útil de los dos volantes de inercia que todavía tiene la nave -los otros dos dejaron de funcionar antes de tiempo-. A pesar de que la sonda es capaz de completar sus tareas sin la ayuda de ningún volante, su buen funcionamiento ayudaría a aumentar la duración de la misión puesto que la nave requeriría un menor consumo de hidrazina. El 15 de junio, durante la cuarta revolución en la segunda órbita de trabajo, el ordenador del espectrómetro infrarrojo VIR detectó una anomalía y dejó de funcionar. En 2011 la sonda había experimentado los mismos problemas durante el estudio del asteroide Vesta. Después de concluir que el error se debía al impacto casual de un rayo cósmico energético, el equipo de la misión volvió a encender el instrumento sin problemas. Precisamente, este instrumento será clave para determinar la composición de la superficie de Ceres y, en concreto, de las extrañas manchas blancas.
Imagen del 16 de mayo del instrumento VIR. Arriba imagen en blanco y negro, en medio imagen en falso color y abajo imagen infrarroja. Fue tomada a una altura de 7300 km con una resolución de 1,8 km/píxel (NASA/JPL-Caltech/UCLA).
El 27 de junio la sonda dio por finalizado su trabajo en la segunda órbita de cartografiado y comenzó los preparativos para descender hasta la tercera órbita de trabajo o HAMO, situada a 1470 kilómetros de altura. Dawn alcanzará esta órbita a principios de agosto y permanecerá allí hasta mediados de octubre, cuando se dirigirá a la órbita LAMO, la última planeada para la misión.
Imagen del 6 de junio donde se aprecian diversas estructuras geológicas (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Curioso cuenca de impacto con pico central repleto de estructuras geológicas (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Otra imagen del 6 de junio donde se aprecia el terreno densamente cubierto de cráteres del hemisferio norte de Ceres (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Imagen del polo norte de Ceres (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Otra imagen del 6 de junio donde se aprecia la tortuosa superficie de Ceres (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Otros cráteres con manchas blancas vistos por Dawn el 9 de junio (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Desde la órbita survey Dawn nos ha mostrado un Ceres complejo con estructuras sumamente extrañas. Además de las largas cadenas de cráteres de impacto y el grupo principal de manchas blancas (conocido como ‘Mancha 5′), la sonda ha confirmado la existencia de otras manchas blancas repartidas por toda la superficie, así como numerosas grietas. Pero sin duda la estrella de esta fase ha sido la observación en detalle de la ‘pirámide de Ceres’, un monte de cinco kilómetros de altura con una curiosa forma piramidal -al menos así la han definido los medios- que es al mismo tiempo la montaña más alta del planeta enano.
Las misteriosas manchas blancas de Ceres en una imagen del 6 de junio desde la órbita survey. Atención a las numerosas cadenas de cráteres que recorren la zona. La imagen se tomó a 4400 km de altura y con una resolución de 410 m/píxel (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Animación de finales de mayo donde se ve la montaña piramidal de Ceres. La zona está cubierta por numerosas manchas blancas (ZLD/Unmannedspaceflight.com).
Imagen del 6 de junio donde se ve el monte piramidal de 5 km de altura (arriba, a la derecha). La imagen se tomó desde la órbita survey a 4400 km de altura (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
La montaña de Ceres destaca en el limbo en un detalle de una imagen del 14 de junio (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
La montaña en mayor detalle (Ron Baalke/NASA).
La naturaleza de esta montaña es un enigma y resulta doblemente llamativa debido a la presencia en sus laderas de material de color claro, probablemente similar al que forma las manchas blancas. De hecho, la zona alrededor de la montaña destaca por la presencia de varias de estas manchas. ¿Estamos ante un volcán, o quizás se trata de un montículo de hielo? Por ahora nadie lo sabe. Normalmente, las montañas de este tipo aparecen asociadas a cráteres u otras estructuras geológicas, pero no es el caso de este monte. En cuanto a la naturaleza de las manchas, sigue siendo otro misterio, pero las hipótesis favoritas son las mismas que teníamos desde el inicio de la misión, es decir, que son depósitos de hielos o sales (o una combinación de ambos). Por ahora el equipo de Dawn ha identificado hasta ocho grupos de manchas, aunque el más importante y brillante sigue siendo el que se halla dentro de un cráter de 90 kilómetros de diámetro, denominado ‘Mancha 5′, y que tiene una extensión de casi nueve kilómetros.
Algunos grupos de manchas aparecen claramente asociados a cráteres de impacto, por lo que seguramente se trate de hielo de la corteza expuesto por la violencia del choque o bien depósitos de sales dejados atrás por este hielo al sublimarse. Otras manchas, como es el caso del grupo principal o de las asociadas a la montaña, podrían tener un origen más exótico relacionado con fenómenos de criovulcanismo. Es decir, podrían ser el resultado de ‘erupciones’ de agua provenientes de un hipotético océano subterráneo. Recordemos que Ceres está formado por hielo de agua -en un 25%- y roca, mientras que su superficie está cubierta por una capa de polvo y sustancias orgánicas espesor desconocido, pero los investigadores no descartan que Ceres posea un manto de agua líquida. Ni que decir tiene, esta última hipótesis es ciertamente la más fascinante.
Imagen del grupo Mancha 5 del 9 de junio a 4400 km de distancia (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Detalle de la imagen anterior (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Otro grupo de manchas blancas conocido como ‘Mancha Número 1′ (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA).
Mapa de Ceres donde se ven los principales grupos de manchas blancas (unmannedspaceflight.com).
A medida que Dawn orbite más cerca de Ceres sus imágenes irán aumentando de resolución y muy pronto sabremos si Ceres es un mundo activo con criovolcanes. Mientras tanto, hagan sus apuestas.


 
El descubrimiento de hielo virgen en el cometa 67P y el fin de la misión Rosetta (Bitácora de Rosetta 16)
Daniel Marín 25 jun 15
Encontrar hielo de agua puro en la superficie de un cometa es difícil, muy difícil. Toda una paradoja si recordamos que un cometa se define precisamente como una bola de hielo sucia de grandes dimensiones. El problema es que la ‘suciedad’ -en realidad polvo y sustancias orgánicas- está muy bien mezclada con el hielo, complicando su detección.
Distintos depósitos de hielo en el cometa 67P (SA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA).
A pesar de que el hielo de agua constituye cerca del 50% de la composición de un núcleo cometario, todos los cometas visitados hasta la fecha por sondas espaciales son tremendamente oscuros, con albedos que van del 2% al 5%. ¿Y cómo es esto posible? Principalmente, porque al sublimarse el hielo sucio superficial lo que queda detrás son el polvo y las oscuras sustancias orgánicas. Y también porque una fina capa de polvo de unos milímetros de espesor basta para ocultar un depósito de hielo puro que se encuentre bajo la misma. Pero que sea difícil no quiere decir que no sea posible. Varias sondas espaciales han sido capaces de descubrir zonas de hielo puro en algunos de los cometas visitados hasta la fecha, aunque su extensión es sorprendentemente pequeña. Sin ir más lejos, en el caso del cometa Tempel 1, la superficie cubierta por hielo puro no alcanzaba el 0,5%.
El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko no es diferente en este sentido, así que no nos debe extrañar que Rosetta haya tardado varios meses en descubrir hielo puro. Pero al final lo ha conseguido. Usando la cámara OSIRIS, el arma secreta de la misión, los investigadores han identificado unos 120 depósitos de hielo en la superficie de Chury en imágenes obtenidas entre agosto y noviembre de 2014. Estos depósitos aparecen a veces aislados y a veces en grupo, aunque siempre en zonas poco iluminadas. Los 18 grupos identificados están formados por decenas de ‘rocas’ de un metro de diámetro aproximadamente que se hallan en la base de acantilados, por lo que se cree que son el resultado de procesos de erosión (o sea, que las rocas se han desprendido de los acantilados, exponiendo el hielo en el proceso). Por el contrario, algunos depósitos aislados parecen no tener relación con el terreno que les rodea, así que se especula que podrían haber sido lanzados al espacio desde zonas activas situadas en otros puntos del cometa.
Depósitos de hielo en grupo (arriba) e individuales (SA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA).
Ejemplos de grupos de depósitos de hielo (SA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA).
Ejemplos de depósitos aislados (SA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA).
Ejemplos de depósitos aislados situados en una roca (SA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA).
A falta de espectros detallados de alta resolución, el equipo de Rosetta no ha podido confirmar con un 100% de seguridad que estamos ante depósitos de hielo de agua, pero es la hipótesis más lógica teniendo en cuenta su albedo, temperatura y morfología. Si fueran depósitos de hielo de dióxido de carbono o monóxido de carbono se hubieran sublimado mucho más rápido.
Imágenes en color exagerado de los depósitos de hielo (SA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA).
La disposición y abundancia de estos depósitos es coherente con las teorías que sugieren que los cometas tienen en realidad abundantes zonas de hielo puro en su interior, pero que se encuentran cubiertas por finas capas de regolito y sustancias orgánicas. Experimentos realizados en laboratorio para simular las condiciones del cometa Chury confirman que una capa de polvo de tan solo un milímetro sería suficiente para enmascarar un depósito de hielo puro. En el caso de Chury, los depósitos podrían haberse formado durante la última vez que el cometa pasó por el perihelio (hace seis años y medio) o quizá son más recientes. Las observaciones del cometa Hartley sugieren que la sublimación de hielos de dióxido de carbono y monóxido de carbono sería capaz de arrastrar por la superficie del núcleo bloques de hielo de agua incluso cuando los niveles de iluminación fuesen muy bajos. Es posible que el mismo mecanismo esté en juego en el cometa 67P. Las observaciones de la cámara OSIRIS durante y después del perihelio -que tendrá lugar el 13 de agosto- serán claves para saber qué teoría es la correcta.
Tres de los depósitos de hielo observados por la cámara OSIRIS en distintas fechas (SA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA).
Pero el equipo de Rosetta no solamente sigue el rastro del agua con la cámara OSIRIS. Usando el instrumento MIRO (Microwave Instrument for the Rosetta Orbiter) los investigadores han logrado trazar un mapa de las emisiones de agua que alimentan la coma del cometa. MIRO detectó agua alrededor de Chury el 6 de junio de 2014, pero desde entonces ha obtenido muchos más datos. En un reciente artículo se han publicado los resultados correspondientes a 201 espectros obtenidos por MIRO sobre distintas regiones del núcleo. Como cabía esperar, los espectros de emisión y absorción más marcados se han obtenido sobre el lado diurno del núcleo. En cualquier caso, la producción de agua depende fuertemente de la zona: la mayor densidad de vapor de agua en la coma se encuentra sobre la región del cuello del cometa, cerca del polo norte.
Mapa de la distribución de vapor de agua en la coma de Chury obtenido por el instrumento MIRO (ESA).
¿Y hasta cuándo durará la misión Rosetta? Pues todavía tenemos sonda para rato. La ESA ha anunciado su -esperada- decisión de prolongar la misión hasta septiembre de 2016. La fase principal de la misión debía terminar en diciembre de 2015, pero la agencia espacial la ha ampliado hasta que los paneles solares de Rosetta ya no produzcan la energía solar necesaria para hacer funcionar la sonda. A pesar de que todavía no ha sido aprobada formalmente, la ESA baraja la opción de hacer aterrizar a Rosetta sobre la superficie de Chury una vez terminada su misión (algo parecido a lo que hizo la sonda NEAR en el asteroide Eros). De esta forma, Rosetta acompañará a su compañera Philae para -casi- toda la eternidad.
Imagen del cometa 67P del 15 de junio visto por la cámara NavCam de Rosetta (ESA/Rosetta/NAVCAM).
Referencias:
  • http://www.aanda.org/articles/aa/pdf/forth/aa25977-15.pdf
  • http://www.aanda.org/articles/aa/pdf/forth/aa26094-15.pdf
  • http://www.esa.int/Our_Activities/Space_Science/Rosetta/Exposed_water_ice_detected_on_comet_s_surface
  • http://blogs.esa.int/rosetta/2015/06/19/miro-maps-water-in-comets-coma/

 
 

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