Otra manipulación histórica
que debes conocer
A veces asumimos como ciertas supuestas verdades históricas que ocultan,
en realidad, muchas manipulaciones escritas por los vencedores.
En el siguiente artículo de Paul Craig Roberts, se trata de un tema muy
norteamericano y de una polémica muy actual: la persecución de la bandera
confederada como “símbolo de racismo”.
Lo cierto es que es un tema muy controvertido en EEUU en estos momentos;
en el resto del mundo, a todos se nos ha inculcado que la Guerra Civil
norteamericana entre los estados confederados del Sur y los de la Unión en el
Norte, fue una guerra “sobre la esclavitud”.
Pero como vemos en el siguiente artículo, esa idea “romántica” y
simplista, no es más que otra manipulación de la historia, que nos puede servir
de base y ejemplo para ser más críticos respecto otras posibles manipulaciones
históricas.
Paul Craig Roberts
La historia se falsifica constantemente para servir a determinadas
agendas.
Un ejemplo de ello es la llamada Guerra Civil Norteamericana y los mitos
con los que los historiadores la han adornado.
En realidad, no fue una “guerra civil”: fue una guerra de secesión,
puesto que el Sur no estaba luchando contra el Norte por el control del
gobierno de Washington.
En cuanto a la cuestión de la esclavitud, todas las declaraciones de
Lincoln prueban que la guerra no se realizó ni para defender a los negros ni en
contra de la esclavitud.
Sin embargo, Lincoln se ha convertido en un héroe de los derechos
civiles, y una guerra de agresión del norte, cuyo propósito lo dejó muy claro
Lincoln cuando declaró que era para “preservar la unión” (es decir, el
imperio), se ha convertido con el paso de las décadas en “una guerra para
liberar a los esclavos”.
En cuanto a la Proclamación de Emancipación de los esclavos, Lincoln
dijo que era “una medida de guerra práctica” que ayudaría a derrotar al
Sur y convencería a Europa, que estaba considerando la posibilidad de reconocer
a la Confederación, que el gobierno de Washington estaba motivado por “algo
más que la ambición”.
Curiosamente, la proclamación sólo liberaba esclavos en la
Confederación, no en la Unión.
Como dijo el Secretario de Estado de Lincoln en su momento: “Nosotros
emancipamos a los esclavos donde no podemos llegar a ellos para hacerlo, y los
mantenemos en cautiverio donde sí podríamos liberarlos”
Algunos lectores malinterpretarán todos estos argumentos como una
defensa racista de la esclavitud.
En el artículo que ponemos al final, el respetado economista, analista y
académico estadounidense afroamericano, Walter Williams, señala que la guerra
fue por dinero, no por luchar contra la esclavitud.
Y de la misma forma que los Judios que denuncian la verdad sobre las
políticas de Israel son calificados de “Judios llevados por el auto-odio”, a
Walter Williams se le califica de “negro que se odia a sí mismo”.
Lo cierto es que las invectivas se utilizan siempre como una defensa
contra la verdad.
Las explicaciones racistas pueden ser muy engañosas.
Por ejemplo, ahora es un hecho comunmente aceptado que la policía
norteamericana es racista porque mata sin motivo a negros estadounidenses y
casi siempre se salen con la suya. He aquí un caso de un hecho cierto, pero que
es malinterpretado peligrosamente.
De hecho, la policía mata a más blancos que a negros, y también se salen
con la suya en esos asesinatos. Entonces, ¿es solo la cuestión de la raza el
centro de la explicación?
La explicación real es que la policía norteamericana ha sido
militarizada y entrenada para ver al pueblo como un enemigo que debe ser
sometido por la fuerza. Esta es la razón por la que tantas personas inocentes,
de todas las razas, son tratadas brutalmente y asesinadas por la policia
norteamericana.
Sin duda, algunos policías son racistas, pero en general su actitud
hacia el pueblo es una actitud brutal hacia todas las razas, sexos y edades. La
policía es un peligro para todos, no sólo para los negros.
Vemos el mismo tipo de error cometiéndose en el caso de la bandera de
batalla confederada.
Aquellos que proclaman que la bandera confederada es un “símbolo de
odio” pueden estar en lo cierto. Posiblemente se trata de un símbolo de su odio
hacia los “blancos del Sur”, un odio que data de la caracterización errónea de
lo que se califica equivocadamente como “Guerra Civil Norteamericana”.
Como un comentarista señaló recientemente, si esa bandera se convierte
en un símbolo de odio por haber sido enarbada defendiendo la esclavitud durante
cuatro años, entonces, ¿cómo deberíamos calificar a la bandera de Estados
Unidos, que simbolizó la defensa de la esclavitud durante 88 años?
Las banderas en un campo de batalla son simplemente dispositivos de
información para mostrar a los soldados donde están sus líneas. En los tiempos
de la guerra de secesión norteamericana, las batallas producían enormes nubes
de humo que oscurecían las líneas de combate entre las fuerzas opuestas. En la
primera batalla de Bull Run, se produjo una enorme confusión por la similitud
de las banderas de ambos bandos. Por esa razón, nació la bandera de batalla
confederada. No tenía nada que ver con el odio.
Los estadounidenses nacidos en este Estado centralizado, no son
conscientes de que sus antepasados se consideraban a sí mismos principalmente
como residentes de sus estados, y no como “estadounidenses”. Su lealtad era a
su estado. Cuando al general Robert E. Lee se le ofreció comandar el Ejército
de la Unión, se negó con el argumento de que era un virginiano y que no podía
ir a la guerra contra su país natal, que era Virginia.
Robert E. Lee
Se ha generado el mito sin sentido según el cual, los sureños hicieron a
los negros esclavos, porque los sureños eran racistas.
La auténtica verdad es que los esclavos fueron traídos al nuevo mundo como
mano de obra para la agricultura a gran escala. Los primeros esclavos eran
blancos condenados a la esclavitud según los códigos penales europeos. La
Encyclopedia Virginia informa que “los trabajadores convictos podían
comprarse por un precio más bajo que los trabajadores esclavos africanos o
blancos, y debido a que ya existían reglas de la sociedad exterior, podían ser
explotados más fácilmente”
La esclavitud de los blancos también tomó la forma de sirvientes, en el
que los blancos servían bajo contrato como esclavos por un tiempo limitado. Los
indios nativos también fueron esclavizados. Pero los blancos y los indios
nativos resultaron ser una fuerza laboral insatisfactoria para trabajar en la
agricultura a gran escala. Los blancos no tenían resistencia a la malaria y la
fiebre amarilla.
Se descubrió que algunos africanos sí la tenían, y además, los africanos
estaban acostumbrados a vivir en climas cálidos. Así fue como, al estar
favorecidos por un grado de supervivencia superior, los africanos se
convirtieron en la fuerza de trabajo esclava elegida para la agricultura a gran
escala.
Los esclavos fueron mucho más numerosos en las colonias del sur que en
el norte, por el simple hecho de que la tierra en el Sur era más apta para la
agricultura a gran escala. En la época de la Revolución Americana, el Sur se
especializó en la agricultura, y la esclavitud era una institución heredada de
tiempos anteriores tanto a la formación de los Estados Unidos como de los
Estados Confederados de América.
Además, el porcentaje de propietarios de esclavos entre la población era
muy pequeña, porque la esclavitud se asoció con grandes extensiones de tierra
que produjeron cultivos destinados a la exportación.
El motivo detrás de la esclavitud era tener una fuerza de trabajo con el
fin de explotar la tierra. Los que disponían de grandes propiedades de tierra,
buscaban mano de obra rentable y no se preocupaban por su color. Simplemente, a
base de ensayo y error, se reveló que algunos africanos tenían un grado de
supervivencia superior a la malaria, y por lo tanto los africanos se
convirtieron en la fuerza de trabajo elegida. No existía un mercado de trabajo
libre. La frontera en expansión hacia el oeste, ofrecia a los blancos pobres
tierras propias, que preferían cultivar antes que recibir los escasos salarios
de los trabajadores agrícolas.
Por lo tanto, explicar que la Confederación utilizaba a los esclavos
negros por puro racismo, puede satisfacer a determinados intereses, pero no
tiene ningún sentido histórico real.
Las explicaciones no son justificaciones. Todas las instituciones, todos
los vicios, todas las virtudes, y el lenguaje en sí tiene raíces.
Cada institución y cada causa tiene intereses creados que la defienden.
Ha habido algunos esfuerzos, como fueron la Revolución Francesa o la
Revolución Bolchevique, que trataron de rehacer el mundo de sopetón, tratando
de deshacerse de todas las instituciones existentes, pero estos intentos nunca
acabaron de triunfar.
Acusar constantemente de racismo a la gente del sur de Estados Unidos,
pueden acabar creando y perpetuando el racismo, así como la constante
propaganda de Washington está creando islamofobia y rusofobia entre la
población estadounidense. Debemos tener cuidado con las palabras que usamos y
rechazar explicaciones impulsadas por determinadas agendas.
Walter E. Williams
Walter E. Williams
Todos calificamos a la guerra de 1861 como “la Guerra Civil
norteamericana”.
Pero, ¿es eso cierto? Una guerra civil es una lucha entre dos o más entidades
que tratan de tomar el control del gobierno central. El presidente confederado
Jefferson Davis no trató de hacerse cargo de Washington, DC, de la misma manera
que George Washington no trató de apoderarse de Londres en 1776, durante la
guerra de la Independencia norteamericana.
Ambas guerras, las de 1776 y 1861, fueron guerras de independencia.
Tal reconocimiento no requiere sancionar a los horrores de la
esclavitud. Podríamos preguntarnos, ¿Cuánta parte de esa guerra fue realmente
sobre la esclavitud?
¿El presidente Abraham Lincoln realmente quería prohibir la esclavitud?
Echemos un vistazo a sus palabras.
En una carta de 1858,
Lincoln dijo: “He declarado una y mil veces, y ahora lo repito que, en mi
opinión, ni el Gobierno General, ni ningún otro poder fuera de los Estados
esclavistas, puede interferir constitucionalmente o por derecho, con la
esclavitud donde ya existe”
En un parlamento realizado en Springfield, Illinois, Lincoln explicó:
“Mis declaraciones sobre este tema de la esclavitud de los negros pueden
ser tergiversadas, pero no pueden ser mal interpretadas. Ya he dicho que yo no
entiendo la Declaración (de la Independencia) en el sentido de que todos los
hombres fueron creados iguales en todos los aspectos”
Debatiendo con el senador Stephen Douglas, Lincoln dijo:
“Yo no estoy, ni he estado nunca, a favor de permitir que los negros
puedan votar o puedan ser miembros de un jurado, ni de permitirles desempeñar
cargo alguno, ni de casarse con personas de raza blanca; y yo os digo, además
de todo esto, que hay una diferencia física entre las razas blanca y negra, por
yo creo que hará imposible que las dos razas vivan juntas en términos de
igualdad social y política”.
¿Y qué pasa con la Proclamación de Emancipación de Lincoln? Estas son
sus palabras: “Yo veo el asunto (de la emancipación de los esclavos) como
una medida de guerra práctica, que se decidirá en función de las ventajas o desventajas
que pueda ofrecer respecto a la supresión de la rebelión”
También escribió:
“También admito que la emancipación nos ayudará en Europa, para
convencerlos de que estamos impulsados por algo más que la ambición”
Cuando Lincoln redactó los primeros borradores de la proclamación, la
guerra iba mal para la Unión. De hecho, Londres y París estaban considerando
seriamente reconocer a la Confederación y ayudarla en su guerra contra la
Unión.
Otra mentira histórica: resulta que la Proclamación de Emancipación no
fue una declaración universal. En ella se detallaba específicamente en qué
lugares los esclavos debían ser liberados: y resulta que sólo debían ser
liberados en aquellos estados en rebelión contra los Estados Unidos. Sin
embargo, el esclavismo podía continuar en los estados no rebeldes, como fueron
Kentucky, Maryland, Delaware y Missouri.
La hipocresía de la Proclamación de Emancipación fue objeto de fuertes
críticas. El propio secretario de Estado de Lincoln, William Seward, dijo
sarcásticamente que “Nosotros emancipamos a los esclavos donde no podemos
llegar a ellos para hacerlo, y los mantenemos en cautiverio donde sí podríamos
liberarlos”
William Seward
Lo curioso es que en su momento, Lincoln mostró una visión de la
secesión o independización que la propia Confederación habría aprobado de todo
corazón:
“Cualquier persona en cualquier lugar, tiene el derecho de levantarse y
sacudirse el gobierno existente y formar uno nuevo que le convenga mejor…Este
derecho no está confinado solamente a todo el pueblo al completo, de forma
indivisible. Ese derecho corresponde a cualquier parte del pueblo que quiera
levantarse y revolucionarse en el territorio que habitan”.
Lincoln expresó esta opinión en un discurso de 1848 en la Cámara de
Representantes de EEUU, en apoyo a la guerra contra México y por la secesión de
Texas de México.
Entonces, si Lincoln era tan partidario de la libertad de secesión o
independización, ¿Por qué no compartió los mismos sentimientos sobre la
secesión del Sur?
Para obtener una respuesta a esta pregunta, solo tenemos que seguir el
dinero.
A lo largo de casi toda la historia de nuestra nación (EEUU), las únicas
fuentes de ingresos federales procedieron de los impuestos sobre consumos
específicos y de los aranceles.
Durante la década de 1850, las tarifas ascendierón hasta el 90% de los
ingresos federales.
Los puertos del Sur pagaban el 75% de los aranceles en 1859.
¿Qué político “responsable” habría permitido que esa cantidad de
ingresos se marchara?
Como vemos claramente pues, esta guerra no tuvo nada que ver con la
lucha contra la esclavitud: fue simplemente por dinero, por cuestiones
económicas.
La “unión” de Estados Unidos se basa en una gran mentira (como en tantos
otros lugares no muy lejanos) y la herida, tras más de un siglo de mentiras y
manipulaciones, aún sigue abierta en muchos estadounidenses, aunque desde fuera
no seamos capaces de detectarlo adecuadamente.
Es el problema de dejar que la historia sea manipulada por los
vencedores y que las mentiras se conviertan en historia oficial…
Visto en : El Robot Pescador
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