Lo dijo Néstor
Forero, contador público que asesora al juzgado que investiga la deuda
externa, y explicó por qué afirma que fue un crimen organizado. Asegura
que se contrajo para desmantelar al país y que los grupos económicos,
ministros y presidentes del Banco Central de varios gobiernos formaron
parte de esta estafa.
HERNAN MOLINA
hmolina@ellitoral.com.ar
El
historiador, profesor universitario y contador público, Néstor Forero,
pasó por Corrientes durante la reciente Feria del Libro de la ciudad y
después de disertar sobre su último libro “El crimen de la deuda
externa”, dialogó con El Litoral e hizo hincapié en la necesidad de
conocer sobre este flagelo que aún hoy resiente la economía del país y
la familiar.
“Cómo se contrajo la deuda externa es un tema que
lo debe entender el argentino común, el de a pie, porque es un flagelo
que nos ha afectado a través de la historia y que nos sigue afectando
hoy. Nos afecta cada vez que compramos el pan y cuando trabajamos porque
estamos pagando un impuesto al trabajo y otro al consumo, y parte ese
dinero es destinado a pagar una deuda que ya se pagó varias veces”,
señala Forero, al comienzo de la charla con este medio.
Con la
experiencia de asesorar desde el 2009 al juzgado que investiga la deuda
externa argentina, este contador escribió varios libros sobre lo que
considera una “estafa planificada” y asegura que “la deuda se contrajo
fundamentalmente para desmantelar al país, para entregar a precio vil
todo lo que se privatizó”.
Denuncia que “se pagó sólo el 1,7
por ciento del valor que en la Bolsa de Londres habían calculado todos
los bienes que poseía la Argentina”, y sin medias tintas apunta contra
los responsables : “Los grupos económicos locales y extranjeros formaron
parte de esta estafa, junto con los ministros de Economía y los
presidentes del Banco Central de muchos gobiernos, algunos de los cuales
siguen pululando hoy y tratando de darnos lecciones de moral y de
economía”, fustigó.
En relación a la postura tomada por el
actual Gobierno nacional, Forero sostiene que “al cambiar deuda
extranjera por deuda con los organismos del estado, estamos mejorando el
perfil de la deuda, pero seguimos debiendo”, y en este mismo sentido,
agrega: “Estamos pagándoles a los acreedores, aun cuando no deberíamos
hacerlo, pero esto es una cuestión de poder y de soberanía, uno no puede
decir libremente no le pago, esto tiene que ser un motivo de defensa
continental y debe ser tratado en la Unasur”, propone.
Dominar el bosillo
Durante
su disertación, Forero explicó con lujos de detalles las maniobras
fraudulentas que se utilizaron para endeudar al país desde su
constitución, a la fecha, aunque se detuvo en las dos etapas más
cercanas: la que se tomó durante la dictadura militar (del 76 al 83) y
la otra vinculada con la deuda privada traspasada al estado y toda la
deuda externa contraída y renegociada durante los suscesivos gobiernos
democráticos hasta hoy.
Explicó que “en el año 76’, en el
momento del Golpe de Estado, la deuda externa total de la república
argentina era de 8.700 millones de dólares, del estado y de los
privados, y al regreso de la democracia, el 10 de diciembre de 1983 la
misma era de 43.400 millones de dólares, y se habían perdido 18 mil
industrias”.
En tanto, “cuando el doctor Raúl Alfonsín resignó
su mandato, 8 de julio del 89, la deuda ascendía a 66.600 millones de
dólares, y se habian perdido 54 mil industrias, y finalmente, cuando
Menem entregó su gobierno, el 10 de diciembre de 1999, la deuda creció a
140 mil millones de dólares y se habían perdido 108 mil industrias. Lo
que demuestra que el saqueo de la deuda fue aparejado con la
desindustralización de la Argentina.
Por último, resaltó que
este mecanimos de dominar mediante el pago de deudas y la fuga de
capitales a los cada vez más numerosos paraísos fiscales es una
problemática global. “El poder está concentrado en pocas manos. Hoy
hablamos que 600 mil personas son dueñas de un tercio de la riqueza que
se produce en el mundo. Los otros 7 mil millones tenemos que vivir con
el resto”, concluyó.
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