DEUDA PÚBLICA:
COMISIÓN INVESTIGADORA YA !
Por Héctor GIULIANO
(3.10.2014).[1]
Es notable que en
medio de todo este despelote[2]
por la Cuestión de los Holdouts el gobierno CFK no haya apelado todavía a un
instrumento importantísimo habilitado por la Ley 26.984 de Pago soberano local,
aprobada hace pocos días por el Congreso a instancias de la iniciativa oficial,
que es la creación de una Comisión Investigadora de la Legitimidad de la Deuda
Pública, que dicha ley instituye.
El problema de los
Fondos Buitre (FB) - que es real e inmediato – constituye, pese a toda su
gravedad específica, un capítulo dentro del problema de fondo del Sistema de la
Deuda Pública Argentina, que se rige por la lógica del endeudamiento perpetuo.
Y si no se sale o
intenta salir de la trampa de Deuda Perpetua no hay solución al sub-problema de
los Holdouts.
Configura una
contradicción manifiesta que el mismo gobierno que declara y dice adoptar
acciones aparentemente en rebeldía con el Sistema Financiero Internacional
(SFI) soslaye, al mismo tiempo, utilizar el arma interna más poderosa que tiene
el país, que es iniciar una investigación integral de la legitimidad de la
Deuda Pública ya.
EL PROBLEMA
INMEDIATO.
La administración
Kirchner ha llegado a esta situación desquiciada y humillante en materia de
Deuda no sólo por problemas heredados sino también, y muy especialmente, por
errores propios:
a) Porque no encaró oportunamente la debida investigación de la Deuda que
– recién ahora y en forma aún no muy clara – habría decidido abordar. Por el
contrario, la misma presidenta, como antes su marido, dejaron siempre en claro
que aceptaban la legitimidad de las obligaciones heredadas; con el agregado que
la propia CFK invoca continuamente como mérito de su administración el haber
pagado récords de servicios de la Deuda “que otros contrajeron” y tener la
voluntad de pagar y seguir pagando la misma, independientemente de su
legitimidad.
b) Porque, independientemente de las malas condiciones de arrastre de la
Cuestión de los Holdouts, hubo una errónea estrategia de negociación y
encuadramiento legal con el Estudio Cleary porque no se cuestionó la
legitimidad de los títulos, la condición de los FB y el valor de referencia de
sus reclamos (aceptación del Valor Nominal en lugar del Precio de Compra).
c) Dado que así era inevitable que – temprano o tarde – los juicios se
perdieran (como efectivamente ocurrió y va a seguir ocurriendo en cada caso),
el gobierno Kirchner, como agravante, parece no haber previsto las
consecuencias de esta instancia ni una reacción racional y coherente al
respecto.
Aparte de la
contradicción manifiesta del planteo de aceptación de los Bonos Elegibles
frente al problema de su legitimidad, no cabe duda que el mismo es ahora tardío
y que la forma efectiva de su materialización deviene incierta, empezando por
el hecho que la creación de la Comisión Investigadora de la Ley 26.984 ni
siquiera es mencionada por el gobierno ni por el oficialismo en general.
La administración K
parece estar más empeñada en querer salvar su imagen ante la opinión pública
que en reconocer estas realidades y, sobre todo, se muestra más preocupada en
reiterar su vocación pagadora y su voluntad de cumplir a ultranza los servicios
de la deuda impagable que llegar a aceptar que la verdadera causa de la nueva
Crisis de Deuda que vive el país y que la ha llevado nuevamente al Default –
que es sinónimo de Cesación de Pagos – viene derivada del fracaso del Megacanje
Kirchner-Lavagna-Nielsen de 2005-2010.
No es cierto que la
Argentina sea arrastrada al default por culpa de los FB y de un “juez
municipal” de Nueva York (el juez de un tribunal que el gobierno K aceptó) sino
la realidad es que la Argentina está en default, que vive en default, porque el
Estado no tiene la Solvencia ni la Liquidez Fiscal para poder cumplir con los
servicios de una Deuda impagable; y las deudas sólo se pagan con más deudas.
La Política de
Endeudamiento consiste entonces en pagar la casi totalidad de los
Intereses - no toda, ya que una parte se
capitaliza por anatocismo – y en refinanciar íntegramente el Capital o
Principal de los vencimientos; y además tomar más deuda, como lo demuestra el
hecho que el ritmo de crecimiento de la Deuda Pública es superior a los 10.000
Millones de Dólares (MD) por año.
Las acciones y
argumentaciones contra el fallo Griesa por parte del gobierno K devienen así
sólo intentos desesperados y desubicados de dilación para diferir el pago a los
FB hasta comienzos del 2015, sin que con ello se solucione ni el problema del
resto de los Holdouts (por montos entre 20 y 30.000 MD) ni el problema de las
cláusulas MFC-Acreedor más Favorecido y RUFO-Derecho a futuras ofertas, que extiende
las mejoras que se den a los Holdouts también a los Holdin o bonistas que
entraron en el Megacanje.
De esta manera, con
o sin Ley de Pago Soberano, la irreversible situación financiera negativa de la Argentina debido a los montos
impagables por estrangulamiento del perfil de vencimientos queda igualmente
configurada.
EL PROBLEMA DE
FONDO.
El problema de
fondo – como lo hemos dicho – no es la cuestión de los Holdouts sino la
cuestión de la Deuda, y para ello tanto el gobierno K como la oposición
política tienen la misma “receta tradicional” del establishment financiero: que
los problemas del sobre-endeudamiento se “curan” con más Deuda.
Es la lógica que
rige el Sistema de la Deuda Perpetua, que consagra el principio que el financiamiento
por Deuda del Estado no es un recurso extra-ordinario sino regular e
institucional; y que el problema no es la falta de capacidad de repago de las obligaciones
que se contraen sino la supuesta capacidad de refinanciarlas indefinidamente
mientras se paguen los intereses.
En consecuencia,
cuando se mira la década kirchnerista se comprueba que todo este problema que
ahora le ha estallado al propio gobierno – que aparentemente confiaba en que la
bomba le estallase a la futura administración y no a ellos mismos – y su política
estructural de endeudamiento permanente habría consistido en desarrollar un
proceso de transición desde el default del 2001 hacia una re-inserción por
vuelta al mercado internacional de capitales.
El mecanismo
desarrollado – con la tolerancia y aceptación del SFI, y del propio FMI - habría
tenido así tres fases:
- Internalizar la Deuda Externa con Terceros – Acreedores Privados y Organismos Multilaterales de Crédito (OMC) – pasándola progresivamente a Deuda Interna intra-Estado, que es hoy el 60 % de la Deuda Pública Total computada oficialmente.
- Licuar en forma paulatina gran parte de esta Deuda intra-Estado pasándole la cuenta a las instituciones financieras oficiales (ANSES, BCRA, BNA y otras) y, en definitiva, al Pueblo Argentino (sub-indexación de la deuda en pesos ajustada por inflación, desvalorización frente a los montos expresados en dólares e incumplimiento de las obligaciones del Fisco en los juicios contra la ANSES y contra el Estado en general).
- Cumplidos los dos pasos anteriores, volver a colocar al país en condiciones aparentemente solventes – en función de indicadores discutibles como el de Deuda/PBI – para retornar al mercado internacional de capitales para tomar nueva Deuda Externa.
Es decir, que la
Deuda intra-Estado desempeñaría en este esquema un rol funcional de tipo
préstamo-puente para que la Argentina volviese a endeudarse, según las reglas
tradicionales del Sistema de la Deuda, y no para liberarse del mismo.
La desubicación del
gobierno Kirchner hoy se explicaría como producto de la frustración de la Hoja
de Ruta Boudou (que era el mismo objetivo ya perseguido con el Megacanje
2005-2010), dado que la misma busca la liquidación del problema de los holdouts
y el arreglo de la deuda con el Club de París como requisitos para volver a
colocar Deuda Externa.
Bajo toda
evidencia, la presidenta y su gobierno no están reaccionando en forma racional
ni equilibrada frente a la cuestión de los holdouts, que hoy actúa como
detonante de la nueva Crisis de Deuda, sino por una suerte de despecho debido a
que se esperaba que después de la aceptación de los laudos del CIADI (677 MD),
después de la indemnización Repsol por YPF (6.000 MD de Capital más 5.000 de
Intereses), después del allanamiento a las exigencias totales del Club de París
(9.700 MD) y después de haber comenzado a emitir Bonos en Pesos a nivel local a tasas del 28 % anual (Bonar 2017 y 2016),
obtendría una consideración favorable de su apelación ante la Corte Suprema de
los Estados Unidos.
Pero esto se
frustró en Junio pasado cuando la Corte no tomó el caso ni siquiera solicitó
opinión a la Procuración del Tesoro Norteamericano, con lo que las esperanzas
de patear la cuestión del pago a los FB y la no aplicación de las cláusulas
RUFO y MFC por paso al 2015 quedaron gravísimamente descolocadas.
Con el agravante de
haber adoptado además, en el campo interno, relevantes medidas de cambio contradichas
con sus argumentos oficiales: macro-devaluación de Enero, duplicación de las
tasas de interés de referencia (Lebac/Nobac) y favorecimiento multimillonario a
los bancos por baja de sus tenencias en dólares pero ordenada después de la
devaluación.
De allí que la
reacción de la presidenta ante los hechos – fuertemente emocional e irreflexiva
– muestra más una postura personal e improvisada que una reacción
verdaderamente política.
Se diría que es, en
gran medida, producto del despecho por sentirse burlada ante las condiciones de
servidumbre financiera aceptadas sin una contraprestación que le permitiera
salvar su propia estabilidad financiera y política hasta fines del 2015.
DEFAULT O MÁS DEUDA
EXTERNA.
En este contexto, qué
significa o puede significar la constitución de una comisión investigadora de
la legitimidad de la deuda en función de la nueva Ley 26.984 de Pago Soberano,
que ordena su creación ?
En primer lugar,
significaría el cumplimiento de una Ley del Congreso que toca a obligaciones
del propio Congreso.
Hasta hoy, el
hipócrita argumento con el que el Poder Legislativo vive incumpliendo sus
obligaciones constitucionales de intervenir en forma directa en el arreglo de
la Deuda Pública ha sido la delegación de facultades al Ejecutivo y su
manifiesta no intervención en la cuestión de la Deuda ni en sus irregularidades
(caso Sentencia del juez Ballestero en la Causa Olmos I).
Pero ahora hay una
variante algo diferente: existe una ley que establece taxativamente una
comisión investigadora que tiene que crear el mismo Congreso y que, si no se
cumpliera en tiempo y forma, constituiría una burla a la Ley y a los intereses
financieros vitales del Estado.
Lo que está en
juego, entonces, no es sólo el mero cumplimiento formal de constituir una
comisión más del Congreso – comisiones que, como se sabe, prácticamente siempre
terminan sin otra cosa que la tardía confección de informes inoperantes – sino
el cumplimiento de una obligación legal y constitucional cuya emergencia está agravada por la nueva
Crisis de Deuda detonada por la cuestión de los Holdouts.
El Congreso
debiera, por ello, cumplir la Constitución y la Ley – repetimos – en tiempo y
forma, porque si la comisión investigadora de la Deuda no se integra de
inmediato nos encontraríamos no sólo frente a un incumplimiento de la ley sino ante
una traición directa a la defensa de los intereses del Estado Argentino.
Este requisito – la
inmediata y prioritaria constitución de la comisión investigadora de la Deuda –
deviene así una prueba concreta e insoslayable de la sinceridad, honestidad y
coraje que pueda tener el gobierno Kirchner y la dirigencia política en general
frente a la actual nueva Crisis de Deuda.
Se corre el riesgo
cierto que los términos de esta ley sean incumplidos por el Congreso:
a) Dejando – como suele ocurrir – que la burocracia parlamentaria dilate
indefinidamente la integración de la Comisión.
b) Tratando de integrarla pero dándole largas al asunto para que el
problema pase al próximo gobierno (que sería el encargado de asumir o patear el
problema).
c) O algo más grave aún: que las presiones de las estructuras de poder
económico-financiero, nacionales e internacionales, terminen imponiéndole al
Congreso la constitución de esta comisión pero no para salvaguardar los
intereses nacionales sino, por el contrario, para imponerle la servidumbre
extrema de convalidar lo actuado (cosa que, parcialmente, el gobierno K ya ha logrado
con la Ley 26.984 al obtener la aprobación parlamentaria retroactiva del
Megacanje Kirchner-Lavagna).
Como lo hemos
señalado en nuestras notas anteriores, ya representa una grave contradicción
gubernamental haber emitido una Ley de Pago Soberano que incluye una comisión
para investigar precisamente la legitimidad de esa Deuda que se autoriza y
enfatiza pagar, antes de tener los resultados de las investigaciones
pertinentes.
A esto sólo
faltaría que se sume el incumplimiento - directo o indirecto, y cualquiera sean
sus formas – para burlar en forma criminal los intereses financieros del Estado
no constituyendo y poniendo en condiciones operativas inmediatas dicha comisión.
La Comisión
Investigadora de la legitimidad de la Deuda sería la forma de encaminar la
reacción nacional contra el Sistema de Deuda Pública perpetua que rige en la
Argentina desde hace 40 años y configuraría la salida verdadera contra el falso
discurso de supuestas soluciones que sólo son paliativos meramente transitorios
frente al problema financiero insoluble
de la Deuda y están siempre basadas en el re-endeudamiento y la toma de más
Deuda.
Es el error sustancial
de creer que hay solución al Problema de la Deuda dentro del Sistema de la
Deuda.-
Lic. Héctor L.
GIULIANO
Buenos Aires,
3.10.2014
Archivo: GIULIANO
ARTICULO 2014 10 03 COM INVESTIG YA
NOTAS:
[1] Este trabajo es continuación y especificación de dos anteriores que
son de lectura indispensable – sobre todo, el primero - para entender en forma
completa el planteo del presente: “¿Pago soberano o comisión investigadora?” -
del 23.9 - y su Anexo del 24.9, ambos
del 2014.
[2] La palabra Despelotar está aceptada por la Real Academia Española
(RAE) como sinónimo de Desordenar (que se define, a su vez, como turbar,
confundir y alterar el buen orden); y el término conexo Despelotarse – entre
otras acepciones – también está permitido coloquialmente en el sentido de
“alborotarse, disparatar, perder el tino o la formalidad”.
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