“No se puede llamar
revolución y de verde no tiene nada”
El doctor en Ciencias Ambientales, Lucas Seghezzo
compartió con LA GACETA, un análisis sobre la “Revolución Verde” que lleva
adelante la Municipalidad de Salta.
Lucas
Seghezzo compartió con LA GACETA, su opinión sobre la “Revolución Verde” que
lleva adelante la Municipalidad de Salta. El profesional cuestionó las
políticas ambientales adoptadas por el municipio y analiza las tres propuestas;
“tratar la basura”, “plantar árboles” y “promover el uso de la bicicleta”:
Una
opinión sobre la supuesta “Revolución Verde” de la Municipalidad de
Salta. Por. Lucas Seghezzo*
Desde
hace más de medio siglo se conoce con el nombre de “revolución verde” al
fenómeno del aumento de la productividad agrícola debido al monocultivo
intensivo de trigo, maíz, soja y otras especies genéticamente modificadas y a
la aplicación masiva de fertilizantes y plaguicidas. Esta mal llamada
revolución, que se planteó como la solución para el problema del hambre en el
mundo, hoy está severamente cuestionada porque no logró los objetivos
planteados y contribuyó a la generación de impactos ambientales como el cambio
climático. Por tal motivo, el término “revolución verde” tiene hoy
connotaciones muy negativas y parece inadecuado para promocionar la gestión
ambiental de un municipio.
Incluso
ignorando estas cuestiones semánticas, la campaña publicitaria que lanzó la
Municipalidad de Salta con el nombre de “revolución verde” no parece más que
eso: una campaña publicitaria. Como toda campaña, está más basada en eslóganes
y frases hechas que en hechos o proyectos concretos. De hecho, aunque loables,
las propuestas que se anuncian en los afiches no parecen muy revolucionarias. A
esta altura del siglo XXI, eso es lo mínimo que debería hacer la Municipalidad
de una ciudad de más de medio millón de habitantes.
Pero
hagamos un análisis un poco más detallado de estas iniciativas, en particular
“tratar la basura”, “plantar árboles” y “promover el uso de la
bicicleta”:
Tratar la
basura
El
tratamiento adecuado de la basura y la separación de residuos ya eran
exigencias del contrato de concesión que se firmó con una empresa privada en el
año 1999. Estas exigencias se diluyeron o se eliminaron por completo en las
sucesivas renovaciones de contrato que se le otorgaron a la empresa. Una década
y media más tarde, nos dicen que el programa de separación de residuos que se
está llevando a cabo en algunos barrios es una revolución. Si se hubiera
cumplido el contrato original, la separación ya se debería realizar en toda la
ciudad de Salta.
Durante
una reciente inspección ocular se detectaron numerosas deficiencias en la
operación del relleno sanitario conocido como Vertedero San Javier. Entre otros
problemas, se observó trabajo insalubre e inseguro del personal que se dedica a
las actividades de reciclado de materiales, insuficiente captación y
tratamiento de líquidos lixiviados con alto riesgo de contaminación de aguas
superficiales y subterráneas, presencia de desechos industriales y
agroindustriales sin tratamiento adecuado y en sitios vulnerables, condiciones
inadecuadas de orden y limpieza en todo el predio, afectación de las
inmediaciones con residuos y material plástico, y presencia de animales. Nada
de esto parece muy revolucionario ni muy verde.
Es cierto
que se capta biogás en el Vertedero San Javier y que esa iniciativa es positiva
para el ambiente. Sin embargo, hay que decir que se está captando menos biogás
del que se debería captar debido a defectos en la operación del relleno
sanitario. También hay que decir que este proyecto, que permitirá generar
fondos adicionales al municipio a través de los “bonos de carbono”, no es
revolucionario en sentido estricto ya que está enmarcado en los Mecanismos de
Desarrollo Limpio originados en el Protocolo de Kioto del año 1997 (en vigencia
desde 2005). Además, el uso de incentivos económicos para “promover
comportamientos ambientalmente saludables” ya estaba previsto en la Ordenanza
Nº 8782 del año 1999 (Política Ambiental del Municipio de Salta), que fue derogada
por esta gestión municipal.
Plantar
árboles
El
mantenimiento y mejora del arbolado urbano, como así también el cuidado de los
espacios verdes, están entre las tareas más básicas de una Municipalidad. No
considero que sea una revolución verde acordarse de plantar árboles luego de
una década de gestión y con árboles de escaso porte (baja probabilidad de
supervivencia). Una de las razones del abandono del arbolado público es
probablemente que el vivero municipal no funciona adecuadamente porque no tiene
suficiente agua y cuenta con pocos empleados, como surgió de la visita hecha
por un grupo de concejales hace unos días.
Promover
el uso de la bicicleta
Promover
el uso de bicicletas en la Salta de hoy es altamente peligroso debido a la
inexistencia de suficientes carriles exclusivos (ciclovías o bicisendas), al
mal estado de las calles y a la falta de educación vial de los conductores de
vehículos, taxis, remises y colectivos. Sin embargo, ya desde el año 1989 (hace
un cuarto de siglo) que existen normas para “destinar espacios… para el
tránsito de bicicletas” (Ordenanza Nº 5560). Más tarde se aprobaron normas
similares. Por ejemplo, la Ordenanza nº 10151 del 2000 (hoy derogada por
motivos que se ignoran) ordena “la construcción de una red de carriles
exclusivos para la circulación de bicicletas”. Poco más tarde, la Ordenanza Nº
10651 del 2000 (hoy vigente) exige que “todo proyecto presentado para la
realización de obras nuevas de pavimentación, ampliaciones, mejoras o
refuncionalizaciones de la red vial, deberá contemplar la inserción de
ciclovías como obra complementaria”. El intendente debería explicar porqué se
ignoró esta ordenanza durante una década y media ya que, de haberse cumplido,
las ciclovías serían hoy una realidad y no un eslogan de campaña. Ignorando
esta ordenanza que seguía vigente, en el año 2012 se sancionó la Ordenanza nº
14480 donde sólo se pide iniciar “estudios técnicos correspondientes a los
fines de determinar los espacios denominados ciclovías o bicisendas”.
Se puede
hablar mucho más de la (falta de) gestión ambiental de la Municipalidad de
Salta en los últimos años y se pueden debatir las propuestas de gestión futura.
Pero lo que nos venden como una “revolución verde” no se puede llamar una
revolución y de verde no tiene nada.
*
Licenciado en Recursos Naturales; Máster en Tecnología Ambiental; Doctor en
Ciencias Ambientales
Investigador
Independiente del CONICET
Vice
Director del INENCO (Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional)
Ex
Director General de Protección Ambiental de la Municipalidad de Salta
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