La NASA prueba con éxito un
motor espacial que funciona sin combustible
La
evolución del cohete Se llama
Cannae Drive. Además logra mayores velocidades, lo que permitiría llegar a
Marte en unas semanas.
El sistema estelar más cercano al Sol es el Alfa Centauri, que se sitúa a unos 4,37 años luz de distancia. Llegar con el Voyager 1, la sonda más veloz hecha por el hombre (a unos 540 millones de kilómetros anuales) tardaría unos 76.000 años. Sin embargo, la travesía se podría acortar drásticamente gracias a nuevo tipo de motor “imposible” que acaba de probar con éxito la NASA. El mismo no necesita combustible para mover los cohetes por el Universo.
Los investigadores del Laboratorio de Propulsión Avanzada del Centro Espacial Lyndon B. Johnson de la NASA, obtuvieron resultados satisfactorios con un método de propulsión llamado Cannae Drive, basado en una hélice de microondas, que no requiere propelente para desplazarse.
Si está tecnología consigue afirmarse podría disminuir el costo de satélites y estaciones espaciale s, estiman los expertos. Además, incursionar en regiones nunca antes exploradas: como apuntan en WiredUK, con este propulsor se podría “conducir a los astronautas a Marte en semanas en lugar de meses ”.
El certificado de su operatividad fue rubricado por 5 técnicos de la NASA en el Eagleworks Laboratories, quienes confirmaron que el motor produce impulso, aunque no consiguieron explicarlo con claridad. En este punto, las posibilidades que se barajan son un error experimental o que se haya descubierto una contradicción en las leyes de la física.
El estudio especula que las microondas podrían estar interactuando con el plasma virtual presente en el vacío cuántico. Los encargados de redactar el documento sostienen que Cannae Drive “produce una fuerza que no es atribuible a ningún otro fenómeno electromagnético y por lo tanto, está potencialmente demostrada una interacción con el plasma virtual de vacío cuántico”.
El dispositivo fue optimizado por Guido Fetta, hombre de negocios, ejecutivo (como él mismo se define) con más de 20 años de experiencia en la industria química y farmacéutica. Lo bautizó Cannae Drive, por la batalla de Cannas en la que Aníbal Barca, en el marco de la Segunda Guerra Púnica, derrotó a las fuerzas romanas. Se trata de una cavidad resonante en forma de disco, con ranuras radiales en una cara interior que producen, según describe el inventor, un desequilibrio interno que conduce al empuje externo.
El misterio del propulsor de hélice de microondas se remonta al 2006, cuando el científico británico Roger Shawyer reveló su EmDrive, un prototipo de motor sin reacción que, a diferencia de los cohetes clásicos, se impulsaba sin despedir productos por sus extremos. Según Shawyer, el motor convierte la energía eléctrica de las microondas en empuje gracias al choque que se produce dentro del la cavidad sellada.
Con su pecho inflado de orgullo, Shawyer proclamó que en sus laboratorios Satellite Propulsion Research Ltd llevó a cabo diferentes ensayos y en ellos se demostró que el sistema era capaz de remontar un cohete. Sin embargo, esta especulación fue desestimada por la comunidad científica al argumentar que el propulsor violaba la ley de conservación del momento lineal. Es decir, si obtiene empuje en una dirección, sin nada que lo propulse en la otra ¿qué ocurre con la conservación del momento lineal?
El tema quedó en la nebulosa hasta que en 2008 investigadores chinos de la Universidad Politécnica del Noroeste de Xi’an modelaron su propia versión del sistema y encontraron que en realidad funciona perfectamente, generando empuje suficiente para potencialmente energizar un satélite. Las pruebas realizadas en todos los casos indican que las mediciones realizadas no se deben a errores de observación y que realmente pueden convertirse en un sistema de propulsión factible en un futuro cercano.
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