¿Por qué tantos científicos
mueren asesinados o “se suicidan” por todo el mundo?
Desde 2004, un inusual número de científicos han muerto, muchos de ellos
en circunstancias misteriosas y en algunos medios alternativos empiezan a
preguntarse por qué.
El caso más reciente fue el Dr. Martin John Rogers, especialista
en enfermedades tropicales, que fue hallado muerto después de una extraña
desaparición.
Dr. Martin John Rogers
Trabajaba para el gobierno de EEUU en los Institutos Nacionales de Salud
en Maryland y era especialista en la Malaria.
Según los informes, Rogers fue encontrado el 4 de septiembre cerca de su
automóvil averiado, que había salido de la carretera y había caído por un
terraplén; Rogers había desaparecido el 21 de agosto, tras salir de su casa
hacia el trabajo en el centro de investigación del NIH, cerca de Washington, DC.
La búsqueda de Rogers no comenzó hasta pocos días después de que no se
presentara al trabajo. Sin embargo, el día de su desaparición, los
investigadores describen a “un Rogers sudoroso…vestido con una camisa y unos
pantalones de color caqui. Fue visto en un video de vigilancia y se le vió
utilizando una tarjeta de crédito en un motel, pocas horas después de salir de
casa. Otra cámaras de vigilancia capturaron al Dr. Rogers registrándose en un
hotel en La Valle, Maryland, con actitud claramente estresada”
Un par de días más
tarde, otro informe dijo que Rogers fue visto en un “sendero local”.
Según Rob Conner, su cuñado: “hubo un detective trabajando en su caso
que ha encontrado a 583 personas desaparecidas a lo largo de su carrera. Él nos
dijo que la razón por la que una persona decide marcharse o desaparecer a
menudo ayuda a averiguar adónde ha ido. Pero cuando el detective repasó todas
las razones normales que pueden llevar a una persona a hacer algo así, como
problemas económicos, problemas de trabajo, problemas en casa, con la pareja,
etc…ninguno encajaba con la situación del Dr. Rogers”
La muerte de Rogers, aunque misteriosa, no es nada infrecuente.
Durante la última década, microbiólogos, virólogos y otros científicos
de varias disciplinas han muerto en circunstancias extrañas o violentas.
Glenn Thomas
Por ejemplo, este mismo año 2014, Glenn Thomas, experto en SIDA y
Ebola y portavoz de la Organización Mundial de la Salud murió junto a 297
personas en el vuelo MH17 Malaysia Airlines que fue derribado en Ucrania en
circunstancias aún no esclarecidas. Thomas era uno de los más de 100
investigadores que viajaban a bordo del vuelo camino a una conferencia
internacional sobre el SIDA en Australia. Entre los otros delegados a bordo del
avión estaba Joep Lange, un investigador puntero sobre el SIDA y ex presidente
de la Sociedad Internacional de SIDA.
Y la lista es mucho más larga.
Mark Ferri
Este mismo año 2014, también murió Mark Ferri, un prestigioso
ingeniero nuclear estadounidense que fue hallado muerto en la habitación de
un hotel en Salford. Su muerte fue achacada al estrés del trabajo.
A continuación exponemos algunos casos acaecidos durante el año 2013:
Caron Ambruster
Caron Ambruster, profesora universitaria de Astronomía y Astrofísica fue encontrada
muerta en la cocina de su apartamento con un cuchillo clavado en el cuello.
También había sido apuñalada en el pecho.
Anne Szarewski
Anne Szarewski, de 53
años, pionera en el campo de las vacunas contra el cáncer cervical y que descubrió la
relación entre el virus del papiloma humano y el cáncer cervical. Szarewski fue
encontrada muerta con altos niveles de un fármaco contra la malaria en su
corriente sanguínea, en su casa del norte de Londres.
Shane Todd
Shane Todd, de 31 años, doctorado en ingeniería eléctrica y experto en
nitruro de galio. Según se sabe, el Dr. Todd se sentía cada vez más incómodo con el
trabajo que estaba haciendo para la empresa china Huawei, hasta el punto de que
le dijo a su familia que le estaban pidiendo que comprometiera la seguridad de
EEUU y eso lo llevó a temer por su vida. Por lo visto, Shane estaba trabajando
en una máquina única en su categoría, con un doble uso a nivel comercial y
militares. Por lo visto, Shane se negó a hacer lo que se le pedía y anunció que
dejaría su trabajo en China. Shane encontró un buen empleo en una compañía en
Virginia, EEUU y compró un billete para volar de regreso a los EE.UU. Pero
Shane fue asesinado justo después de su último día de trabajo en China.
Dr. Richard Holmes, de 48 años de edad. Experto en Armamento. Presuntamente, se
suicidó. Se cree que el Dr. Holmes estaba trabajado en la producción de trajes
de protección química para las tropas. En 1991 fue coautor de un artículo
científico sobre un sistema de protección química y biológica de la RAF. Lo más
curioso del caso, es que Holmes trabajó con otro experto en el campo, llamado
David Kelly en un laboratorio de guerra química secreta del gobierno Británico
y ambos murieron en circunstancias similares: ambos dijeron a sus esposas que
iban a dar un paseo, y sus cuerpos fueron hallados en un campo cercano,
aparentemente habiéndose suicidado. Ambas muertes se produjeron con 9 años de
diferencia.
Melissa Ketunuti
Dra. Melissa Ketunuti. Trabajaba en el Hospital Infantil de Philadelphia y dedicó toda su
vida a ser médico y ayudar a los niños con cáncer. Trabajó en una beca de
investigación del SIDA en Botswana a través de los Institutos Nacionales de
Salud. Ella también realizó prácticas en el Hospital Johns Hopkins y la
Universidad de Nueva York. Los bomberos hallaron su cuerpo carbonizado en el
sótano de su casa y las pruebas indican que había sido atada y estrangulada.
Año 2012:
Gelareh Bagherzadeh
Gelareh Bagherzadeh, estudiante de tecnología genética molecular en el MD Anderson
Cancer Center en Houston y activa luchadora por los derechos de las mujeres
iraníes. Asesinada a tiros frente a su casa.
Año 2011:
James S. Miller
James S. Miller, de 58 años, doctorado en bioquímica médica en la
Universidad Estatal de Ohio. Asesinado durante un allanamiento de morada en su
propia casa.
Zachary Greene Warfield, de 35 años, co-fundador y miembro del Consejo
de Administración de Omnis, Inc., una firma de consultoría estratégica
para las comunidades de inteligencia, defensa y seguridad nacional. Antes de
fundar Omnis, Zack fue ingeniero y analista para el Gobierno de los EE.UU. y
evaluó los sistemas de misiles e investigó el programa de armas de destrucción
masiva de Iraq como miembro del Grupo de Investigación en Irak. Como ingeniero,
trabajó en para la NASA y la Agencia de Defensa de Proyectos de Investigación
Avanzada (DARPA), así como en la industria privada. Murió en un accidente de
navegación en el río Potomac.
Fanjun Meng, 29, y Chunyang Zhang, de 26 años. Ambos, matrimonio de
origen chino, trabajaban en el laboratorio de anatomía patológica de la
Universidad de Missouri-Columbia. Meng, la esposa, estaba trabajando en una
investigación que pretendía hallar una posible relación entre los pesticidas y
la enfermedad de Parkinson.
Andrei Tropinov, Sergei Rizhov, Gennadi Benyok, Nicolai Tronov y Valery
Lyalin. Los cinco científicos fueron empleados en la fábrica Hydropress,
miembro de la corporación nuclear estatal rusa y habían intervenido en el
desarrollo de una planta nuclear en Irán, en la central nuclear de Bushehr.
Murieron en un accidente aéreo que mató a 45 personas.
Rodger Lynn Dickey, de 56 años. Ingeniero nuclear de alto nivel con
más de 30 años de experiencia, experto en diseño, construcción, puesta en
marcha y operatividad de instalaciones nucleares comerciales y gubernamentales.
Aparentemente se suicidó después de saltar desde el puente Gorge Bridge.
Gregory Stone
Gregory Stone, de 54 años. Científico de prestigio internacional en
ciencias del mar. Stone fue citado ampliamente en muchas publicaciones a nivel
internacional después de la fuga de petróleo de BP en el golfo de México y fue
creador y directos de un sistema de estaciones de detección en alta mar,
encargadas de monitorear el viento, la olas y las corrientes. Murió de una
enfermedad desconocida.
Massoud Ali Mohammadi
Dr. Massoud Ali Mohammadi, de 50 años. Profesor de física nuclear en la Universidad de
Teherán. Murió cuando detonó una bomba a control remoto en una motocicleta
cercana a su coche. Según las autoridades iraníes, Israel y Estados Unidos
estuvieron detrás del asesinato de varios científicos iraníes de alto nivel
para frustrar el programa nuclear de Irán. Por su lado, fuentes occidentales
achacaron el asesinato del Dr. Massoud Ali Mohammadi a las propias autoridades
iraníes, por mostrarse públicamente como opositor y crítico al régimen del
presidente Ahmadinejad.
Año 2010:
John (Jack) P. Wheeler III
John (Jack) P.
Wheeler III, licenciado en Derecho por la Universidad de Yale y licenciado en
negocios por Harvard. Graduado en West Point, su carrera militar incluyó servir en la oficina
del Secretario de Defensa y escribir un manual sobre la eficacia de las armas
biológicas y químicas, que recomendaba que Estados Unidos no utilizara armas
biológicas. Su cuerpo fue hallado muerto en un vertedero en Newark, Delaware.
Mark A. Smith
Mark A. Smith, 45 años. Profesor de patología en la Universidad
Case Western Reserve y reconocido investigador de la enfermedad de Alzheimer.
Murió tras ser atropellado por un coche en Ohio.
Chitra Chauhan
Dra. Chitra Chauhan, 33 años. Bióloga molecular. Doctorada en el
Instituto de Genómica y Biología Integrativa de Nueva Delhi, India, luego
estudió como los mosquitos intervenían en la transmisión de enfermedades en la
Universidad de Notre Dame. Fue hallada muerta en un aparente suicidio con
cianuro en un hotel de Tampa, Florida.
Franco Cerrina
Franco Cerrina, 62 años. Destacado estudioso en el campo de la óptica,
la litografía, y la nanotecnología. Fue cofundador de cinco empresas:
NimbleGen Systems, Genetic Assemblies, Codon Devices, Biolitho y Gen9. Fue
encontrado muerto por causas desconocidas en un laboratorio en el Centro de
Fotónica de la Universidad de Boston.
Vajinder Toor, de 34 años. Toor trabajó en el Kingsbrook Jewish Medical Center en
Nueva York antes de incorporarse a la Universidad de Yale. Fue asesinado a
tiros frente a su casa en Branford, Connecticut.
Joseph Morrisey
Joseph Morrissey, 46
años. Profesor de inmunofarmacología en la Northeastern State University.
Falleció víctima de un allanamiento de morada, tras ser herido por arma blanca.
Maria Ragland Davis, 52 años, Doctora en bioquímica y especialista en
fitopatología y aplicaciones de la biotecnología, que había trabajado como
investigadora postdoctoral en la Compañía Monsanto en St. Louis. Murió
asesinada por la neurobióloga Amy Bishop, de 45 años, por un conflicto
laboral, junto a Gopi K. Podila, de 54 años, biólogo especialista en el
campo forestal y a Adriel D. Johnson, de 52 años, experto en aspectos de la
fisiología gastrointestinal y en la función específica del páncreas en los
vertebrados.
Maria Ragland Davis, Gopi K. Podila, Adriel D. Johnson y la mujer que
los asesinó, Amy Bishop
Estos solo son los casos de científicos muertos entre el año 2010 y
2014.
Si retrocedemos hasta el año 2004, encontraremos, al menos, 47 casos
más, muchos de ellos en circunstancias altamente sospechosas.
Entre los científicos fallecidos encontraremos a bioquímicos, biólogos,
médicos, inmunólogos, epidemiólogos, virólogos, microbiólogos, ingenieros,
físicos; expertos en múltiples disciplinas, como el SIDA, el Ébola, la genética
molecular, las armas biológicas, químicas y nucleares, el bioterrorismo, la
energía atómica o la biotecnología.
Las causas de las muertes son diversas: podemos encontrar infectados por
el virus H1N1, la Peste, la neumonía, varios casos de envenamiento, múltiples
muertos en accidentes de coche y aviación, quemados en el interior de casas y
vehículos, y varios casos de suicidio, así como una notable cantidad de
asesinatos violentos y muertos por causas desconocidas.
Probablemente, la mayoría de ellos sean casos perfectamente explicables
y con causas de lo más naturales.
Pero las circunstancias turbulentas que rodean la política internacional
en estos momentos, invitan a la sospecha…
Visto en : El Robot Pescador
Fallecen oportunamente
cinco investigadores que iban a publicar un estudio sobre el ébola en la
revista sciencie
Las cinco personas fallecidas eran científicos y miembros experimentados
del Kenema Government Hospital (KGH) ubicado en sierra leona, lugar donde
apareció el primer brote de ébola.
Entre los cinco fallecidos se encontraba Sheik Humarr Khan, un
prestigioso virólogo que fue director del programa nacional para combatir la
fiebre de Lassa, que es un tipo de enfermedad hemorrágica aguda con síntomas
similares al ébola. Además de eso el señor Khan tambien trabajó para el Centro
Africano en la Excelencia Genómica de Enfermedades Infecciosas (ACEGID) en
Nigeria.
Lo primero que se nos viene a la cabeza es como si estas cincos personas
que eran científicos y personal experimentado se pudieron infectar con el
ébola, pero sigamos con el resto de fallecidos:
- Mbalu Fonnie, una enfermera con más de 30 años tratando fiebre de Lassa.
- Alex Moigboi enfermero con más de 10 años de experiencia cuidando a este tipo de pacientes y que resultó ifectado de ébado al cuidar de su compañera Mbalu Fonnie.
- Alice Kovoma enfermera y de la cual apenas tenemos datos.
- Mohamed Fullah, técnico de laboratorio que ayudó al estudio.
- Sidiki Saffa, víctima numero 6 y técnico de laboratorio que recogió las muestras de sangre y las procesó. Murió al poco tiempo de un derrame cerebral “sin relación al ébola”. ¿que oportuno no?.
Como vemos el asunto apesta a asesinato múltiple encubierto, ya que es
literalmente imposible que personal especializado se contagie de ébola y mueran
todos casi al mismo tiempo incluyendo el tipo que manejó las muestras de sangre
que la palmó poco después por “causas de muerte naturales”.
Todo esto recuerden, pocos días antes de que los cinco investigadores
fuesen a publicar los resultados de su investigación científica sobre el origen
y contagio del ébola en una prestigiosa revista científica como es
Sciencie.
Seguramente estas personas descubrieron algo importante sobre el ébola;
algo que iban a hacer público en breve, pero mira por donde los cinco mueren de
ébola y un sexto de derrame cerebral justo antes de que salga el estudio.
No se ustedes pero yo no creo en las casualidades y mucho menos que
cinco investigadores, la mayoría de ellos expertos en el ébola y virus
similares y con experiencia con pacientes infectados de ébola, se contagien de
buenas a primeras de ébola y mueran justo antes de publicar cierta información
sobre el virus.
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