El
politólogo y escritor Carlos Escudé visitó los estudios de InfobaeTV.
Analizó la posición argentina sobre la soberanía de las islas y dijo que
"no conduce a nada". Dio a conocer su propuesta
Carlos
Escudé,
reconocido politólogo y escritor argentino, visitó los estudios de InfobaeTV,
donde explicó su propuesta sobre cómo encarar el conflicto por la
soberanía de las Islas Malvinas. Consideró que la posición argentina es "maximalista"
porque "queremos recuperar todo" y, sobre esto, advirtió que "es
la opción perdedora".
"No
conduce a nada, es pura retórica. Sirve para comprar el voto de ciudadanos
poco educados y nada más que para eso", sentenció Escudé, quien
argumentó: "Si tratamos de imponerles a los pobres isleños el
destino de ser argentinos, no es democrático, ni muy deseable para los isleños
ni comprensible para los pueblos occidentales que a esta cosa argentina la
ven como la excentricidad propia de Maconodo, de la Sudamérica profunda".
En
contraposición, el politólogo propone un acuerdo territorial y una
compensación: "Antes de renunciar a las tierras, la contrapartida tiene
que ser un reconocimiento británico a la Argentina de un derecho por el 50%
de los recursos del mar circundante a Malvinas. Es más que lógico porque,
mientras privar a los malvineros de sus tierras después de 8 generaciones sería
una injusticia, éstos han sido pastores a lo largo de su historia. Los
recursos del mar son algo en que Argentina debería participar y es
perfectamente realizable porque hay múltiples antecedentes en el derecho
internacional por el cual la jurisdicción marítima es repartida de manera ad
hoc".
A modo de
ejemplo, contó que existe un antecedente por las islas del Canal, que
también involucra a Inglaterra pero esta vez con Francia:
"Están pegadas a la costa de Francia, así como las Malvinas están en la
plataforma patagónica. Entre Francia y Gran Bretaña se pactó un acuerdo ad hoc
por el cual el mar británico que rodearía a las islas del Canal seria una
circunferencia muy estrecha por la cual el mar es francés. Son enclaves
británicos rodeado por mar francés".
Luego de
esta ejemplificación, expresó: "Si estamos dispuestos a mostrarnos
razonables y empezamos a demandar solución similar, nuestra propuesta va a
sonar más razonable no solamente para los países del tercer mundo que nos
apoyan en patota, sino también para los franceses, para los alemanes. Los
mismos británicos se van a encontrar en problemas para explicar por qué la
solución de las islas del Canal valen para Inglaterra y Francia pero no para
Argentina e Inglaterra".
Al ser
consultado sobre una posible solución total del conflicto, en donde Argentina
finalmente recuperara los territorios por completo pero en 100 años, Escudé
sentenció: "De acá a cien años pueden pasar muchas cosas, incluso que
Argentina no exista más. Hablar de eso es pretender que uno tenga una bola
de cristal".
Y
continuó: "Argentina es un país absolutamente indefenso. Desde Malvinas ha
degradado su capacidad de defensa hasta el infinito. Hoy en términos militares
es un enano no frente a Gran Bretaña sino frente a Chile. De acá a cien años
no sé si Argentina va a existir porque existe gracias a que Brasil y Chile
están de acuerdo con que tiene que seguir existiendo".
Asimismo,
advirtió: "Si Argentina tuviera poder, yo no estaría haciendo estas
propuestas", pero razonó que "llevar a cabo políticas de poder sin
poder es contraproducente" ya que "conduce a perder más de lo que
se gana en forma sistemática".
"Argentina
no está en condiciones de imponer absolutamente nada, pero si la política fuera
inteligente podríamos ir negociando acuerdos que produjeran cierto tipo de
beneficio para Argentina. Lo que tenemos actualmente no produce ningún
beneficio. Es un problema de varios gobiernos", concluyó.
Complementariedad
Por Javier
Cornejo
Artículo
publicado en el diario El Tribuno el 02.11.2012
Iniciamos el 2012, en el que
se cumplen 30 años de la cruenta Guerra de Malvinas, herida abierta que parece
encaminarse a un resultado, profundizando la misma.
La ficción del entramado discursivo que el gobierno del Imperio Británico pone en escena, al que le hacen eco los funcionarios argentinos, en la intención de presentar al mundo unas aparentes e irreconciliables posiciones antagónicas, tiene por solo objeto el desvío de atención del único paso válido que debe realizar el gobierno argentino, si es que existe una intención cierta de reclamo soberano sobre nuestras islas Malvinas, esto es: la denuncia de los tratado de Madrid, del 15 de febrero, y de Londres, del 11 de diciembre de 1990.
Tal como lo realizó el general Perón con el convenio Miranda - Eddy, de 1946, por el que nos obligábamos a la exportación de carne a Gran Bretaña. En 1947, al declarar Inglaterra la inconvertibilidad de la libra esterlina, el General denunció el tratado, lo dejó sin efecto y suspendió el envío de carnes. (Galán Beatriz: Derecho Agrario. Ed. Abeledo Perrot. Bs.As. 1967. Pág. 105)
La ficción del entramado discursivo que el gobierno del Imperio Británico pone en escena, al que le hacen eco los funcionarios argentinos, en la intención de presentar al mundo unas aparentes e irreconciliables posiciones antagónicas, tiene por solo objeto el desvío de atención del único paso válido que debe realizar el gobierno argentino, si es que existe una intención cierta de reclamo soberano sobre nuestras islas Malvinas, esto es: la denuncia de los tratado de Madrid, del 15 de febrero, y de Londres, del 11 de diciembre de 1990.
Tal como lo realizó el general Perón con el convenio Miranda - Eddy, de 1946, por el que nos obligábamos a la exportación de carne a Gran Bretaña. En 1947, al declarar Inglaterra la inconvertibilidad de la libra esterlina, el General denunció el tratado, lo dejó sin efecto y suspendió el envío de carnes. (Galán Beatriz: Derecho Agrario. Ed. Abeledo Perrot. Bs.As. 1967. Pág. 105)
Apoyos internacionales
El novedoso apoyo chino, cuya
flota depreda de hace años nuestro litoral marítimo, y ahora sus “empresas”
(petróleo, minería, soja, supermercadismo etc.) se aprestan a la depredación
continental (El Tribuno Argentina China I - II- III marzo 2011), resulta
un ingrediente más, demostrando que la disputa de nuestro sur continental,
insular y antártico, se debate entre las verdaderas grandes potencias mundiales
con total independencia de la voluntad argentina. No contamos. Irak, Egipto,
Libia, Siria (ahora Irán), bien pueden servirnos de ejemplo.
Todo es una cháchara encaminada a colmar nuestra posibilidad soberana con “sentarse a una mesa de negociaciones”, presentando tal cuestión como el gran triunfo de la retórica diplomática argentina y coerción de la unión latinoamericana, que doblega a la potencia insular.
Pero, ¡si eso mismo es lo que pretende el Imperio!, ¡maestros en el arte de la negociación desde la noche de los tiempos!
El Foreing Office ya lo tiene previsto, dejando fuera toda discusión de “soberanía”, la que quedará bajo el denominado “ paragua de intocabilidad” encaminado a lograr la declaración de Estado Ribereño de la nueva inmensa provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Previamente tendremos un sinnúmero de escaramuzas, prohibición de abastecimientos a los buques con bandera de las islas, comunicados que van y vienen, submarinos nucleares que refuerzan el poderío bélico inglés, declaraciones de los isleños, visitas reales, etc.
El concreto resultado será un nuevo tratado que posiblemente se titule: “Acuerdo anglo-argentino de cooperación mutua para el desarrollo austral”. Iniciado con una teórica zona de protección ambiental alrededor de las islas Georgias, para el aplauso ecologista.
A ello se sumará el apoyo continental para las empresas británicas, argentinas o de capitales mixtos de cualquier país, las que, en una complementariedad, culminarán el proceso iniciado en el gobierno de Néstor Kirchner, con Enrique Eskenazi -en la parte operativa petrolera-, y los asesores de Barclays -en la faz financiera de la deuda externa-, tema que será decisorio en la instrumentación del futuro reordenamiento geopolítico del sur patagónico, que posiblemente adquiera una inédita división geográfica que quizá ya no asombre a los anestesiados habitantes de este suelo.
Todo es una cháchara encaminada a colmar nuestra posibilidad soberana con “sentarse a una mesa de negociaciones”, presentando tal cuestión como el gran triunfo de la retórica diplomática argentina y coerción de la unión latinoamericana, que doblega a la potencia insular.
Pero, ¡si eso mismo es lo que pretende el Imperio!, ¡maestros en el arte de la negociación desde la noche de los tiempos!
El Foreing Office ya lo tiene previsto, dejando fuera toda discusión de “soberanía”, la que quedará bajo el denominado “ paragua de intocabilidad” encaminado a lograr la declaración de Estado Ribereño de la nueva inmensa provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Previamente tendremos un sinnúmero de escaramuzas, prohibición de abastecimientos a los buques con bandera de las islas, comunicados que van y vienen, submarinos nucleares que refuerzan el poderío bélico inglés, declaraciones de los isleños, visitas reales, etc.
El concreto resultado será un nuevo tratado que posiblemente se titule: “Acuerdo anglo-argentino de cooperación mutua para el desarrollo austral”. Iniciado con una teórica zona de protección ambiental alrededor de las islas Georgias, para el aplauso ecologista.
A ello se sumará el apoyo continental para las empresas británicas, argentinas o de capitales mixtos de cualquier país, las que, en una complementariedad, culminarán el proceso iniciado en el gobierno de Néstor Kirchner, con Enrique Eskenazi -en la parte operativa petrolera-, y los asesores de Barclays -en la faz financiera de la deuda externa-, tema que será decisorio en la instrumentación del futuro reordenamiento geopolítico del sur patagónico, que posiblemente adquiera una inédita división geográfica que quizá ya no asombre a los anestesiados habitantes de este suelo.
EL DESALOJO DE LOS ARGENTINOS
Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno el 06 de agosto de 2009
Publicado en el diario El Tribuno el 06 de agosto de 2009
Muchos conocemos a Juan
Bautista Alberdi en el plano «constitucional». Poco conocemos al Juan Bautista
Alberdi de los «escritos póstumos». Tal como su importantísima obra publicada
en 1875 y que tituló: «Estudios económicos».
Interpretación económica de la
historia Argentina y Sud América». En la página 43 se desprenden palabras de
rigurosa actualidad: «La América del Sud está ocupada por pueblos pobres que
habitan suelos ricos».
Después de esta observación
elemental, el pensador argentino señala, como tesis de su obra, que «la Europa
presta al suelo, no al hombre, cuando presta su dinero a los Estados de América
del Sud».
El objetivo del acreedor, según
Alberdi, es obtener la propiedad del suelo gravado en garantía de su deuda
dineraria. Por eso, al momento de la ejecución de los bienes del suelo para
obtener el pago de su crédito, exige el suelo desocupado de habitantes.
¿Y cómo se desaloja todo un
continente?... se pregunta el autor. A ello responde: «Provocando guerras u
otras calamidades por cualquier pretexto y sin ningún sentido». «Son así las
guerras que han asolado a Paraguay y a
Entre Ríos, que se han hecho
con el oro de los ingleses» (página 91).
Si tomamos estos conceptos
embrionarios como base analítica de lo que está ocurriendo actualmente en la
República Argentina, constatamos que parece haber llegado la hora de la
«ejecución de nuestra garantía» a favor de nuestro usurario acreedor, y debemos
entregar el suelo libre de ocupantes.
Así también, cooperar
eficazmente para la entrega del inmenso potencial energético que significa
nuestra Antártida y adyacencias, ofreciendo a quien resulte su propietario, el
reservorio futuro de la humanidad.
De allí se infiere que se
impone el «exterminio» de la población argentina, se debe entregar el suelo (es
decir el patrimonio público y privado con sus recursos naturales intactos)
libre de ocupantes.
El accionar se aceleró
frenéticamente por medio de las herramientas actuales de exterminio. ¡Atrás y
lejos quedaron los Ejércitos de ocupación con metralla, pólvora y fusiles! ¡A
comienzos de 1800 ya Beresford los reemplazó por: letras de cambio, pagarés,
acuerdos comerciales y tratados que se deben cumplir!
Las armas del exterminio
funcionan a la perfección:
·
Guerra química: «Consumo de drogas» con
proyecciones estremecedoras en nuestra juventud. Próxima despenalización de la
tenencia; con lo que se abre la puerta a la legalización del tráfico total,
pre-anunciada por lluvia de drogas en cielos salteños.
·
Guerra bacteriológica: consumada
con las pandemias, sin ningún control sanitario riguroso de sida, cólera,
meningitis, hepatitis, mal de Chagas, fiebre amarilla, dengue, gripes en sus
diversas variedades, y la nueva gripe medieval que ya hace estragos en China;
vigentes en la pobreza creciente que asola a nuestro país y que niegan los
indicadores con precisas instrucciones. Desembocando en un incremento de la
mortalidad infantil.
·
Desquicio educacional: aumento de
una TV espúrea que cala el último rincón con su mensaje desintegrador.
·
Guerra económica: instrumentada en la siniestra
cantidad de medidas y actos administrativos de «ajuste» de nuestros
gobernantes. Incremento inusitado de muertes por accidentes en transportes
públicos y privados: caos en el respeto a las normas de tránsito. Conductores
bajo los efectos de todo tipo de sustancias.
·
Total crisis institucional: en la que la imagen
y autoridad de gobernantes se asimila en forma creciente al término
«corrupción».
·
Inseguridad: como «normalidad» creciente Guerra
civil: en el mundo tenemos hartos ejemplos de guerras «provocadas».
Piquetes y contra piquetes, pobres contra pobres. Ocupas contra ocupas.
·
Indefensión total a cualquier intención de
ocupación de nuestro territorio por cualquier fuerza de ocupación extranjera.
Inexistencia de las Fuerzas Armadas.
En este somero análisis
constatamos la gravedad de una realidad que se nos oculta sistemáticamente y
nos hace parecer que los acontecimientos que ocurren lo son por casualidad del devenir
histórico, y no por una «causalidad» eficientemente provocada con el único fin
de reducir y aniquilar a la población en un continente (Sudamérica Antártida)
con los recursos naturales necesarios para la subsistencia y control de la
humanidad del futuro.
Intentar tapar esta espantosa y
concreta realidad, es un genocidio sin límites, por parte de nuestros
gobernantes a los que sólo parece preocuparles la eternización en un poder de
miserables.
Los conceptos de este
comentario encuentran su basamento en la obra del Dr. Julio González: «Los
tratados de paz por la guerra de las Malvinas», de agosto de 1998.
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