“Hay que
empezar de nuevo. La misión de las futuras generaciones: fundar el Estado
Nacional Argentino-Hispanoamericano (…) definitivo e irreversible”
Artículo titulado originalmente “Motivos y
pretextos del ´76 (Sus consecuencias para 2006)”. Autor: Julio C.
González, abogado, escribano, ex profesor de economía en la Universidad
Nacional de Buenos Aires (1965-1976) y profesor de Estructura Económica
Argentina en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora desde 1989. Publicado
en el sitio web Argentina Oculta.
Campesinos
hispano-mestizos de Jujuy (Noroeste de la actual Argentina). Fotografía de finales del siglo XIX. |
El tiempo no perdona lo que se hace contra él. Por
eso, nada más erróneo que rememorar el 24 de marzo, omitiendo decir que es
fecha de un re-inicio de la tragedia demográfica argentina. Raúl
Scalabrini Ortiz, con relación a esto escribía en 1940:
“Las razas autóctonas fueron exterminadas en la
rapiña de la conquista y en la explotación minera. El gaucho ganadero fue
ahogado por las olas de la inmigración agrícola. El espíritu de América, baldío
de cuerpo y más una idea que una realidad, se mantuvo indemne a través de las
vicisitudes y renació entero en las poblaciones creadas por los hijos de esos
inmigrantes europeos.
Como al indio, como al gaucho, Europa se apronta a
exterminar a esos nuevos americanos por la extenuación corporal, la decrepitud
de la anemia, la desesperanza y la humillación espiritual.
Mostrar cómo esa exterminación es posible y cómo se
realiza todos los días en el presente, debe ser objeto primo de la inteligencia
hispano y latinoamericana que quiera ser leal a su propio pueblo.”
Sin pueblo homogeneizado en idealidades superiores
que tengan una respuesta trascendente al ¿para qué? de la vida no hay nacionalidad;
esto es nacimiento en un mismo idioma y en una misma tradición.
Sin nacionalidad es obvio que no hay nación, ni estado que jurídicamente la
diagrame.
La Argentina de 2006 no es una nacionalidad y por
ende no constituye una nación ni un estado. Se ha convertido en un pedazo de
tierra, con un montón de gente arriba. Que ignora de dónde viene y adónde la
llevan. Que se siente insustancial para cualquier actividad. Que como en 1810
“no sabe de qué se trata” e “ignora lo que le espera.”
Esto es la realidad. Todo lo opuesto a los vocablos
vacuos de los medios. Medios todos que tienen por principal función
desinformar, confundir y propalar avisos clasificados comerciales.
—-
Nos hallamos en esta cruel situación por el
re-inicio, el 24 de marzo de 1976, de la tragedia argentina inalterable.
Argentina sigue siendo el “pueblo triste” que halló
José Ortega y Gasset (1883-1955) cuando nos visitó por primera vez en la década
de los años veinte. Al filósofo de “La rebelión de las masas” le impactó
el estado anímico de los argentinos. Un temperamento generalizado que
desapareció en los años que corren desde el 4 de junio de 1943 hasta el 16 de
septiembre de 1955. Esto fue en los años en que los argentinos empezaron a
sonreír. A conversar entre la gran masa de desconocidos provenientes de etnias
inmigratorias mezcladas. A palpitar por un futuro distinto al que habían
sido destinados sus padres “gringos”, o sus abuelos rastreadores, domadores y
baqueanos. Los padres de sus bisabuelos, también exterminados. Los antepasados
a ellos, de los que nunca tuvo noticias… ¿Por qué?
El por qué lo da Scalabrini Ortiz en el párrafo
transcripto, el que sintetizado en dos palabras dice: genocidio y
sustitución constante; masacres y reemplazos permanentes. Un tema decisivo
para el país, que las costosas universidades privadas no mencionan nunca, y que
las burocráticas universidades nacionales transformadas en “singularidades”
estatales en liquidación, se empeñan en proscribir de la manera más hipócrita y
artera.
———–
La sustitución continuada de nuestra población
permanece sin cuestionamientos por la destrucción -también continuada- de la
memoria colectiva.
Analicemos estadísticas elementales.
En el tiempo de su creación el 1° de agosto de 1771
al Virreinato del Río de la Plata se le dio una extensión de siete millones
doscientos mil kilómetros cuadrados (7.200.000 km2) y albergaba una población
asentada en ciudades, de aproximadamente 800.000 personas: españoles, hijos y
descendientes de españoles y mestizos. Además de los
argentinos autóctonos, que habrán de calcularse en dos millones más. Se
proyectaba por lo tanto como una potencia geográfica-demográfica que habría de
tener incidencia mundial por estas condiciones:
- Aspecto marítimo: bioceánico, Atlántico y Pacífico.
- Primacía de ruta marítima: el océano Pacífico, y desde los puertos de Valparaíso, Valdivia (hoy Chile), Cobija (Bolivia y desde 1823 Chile) y Callao (hoy Perú) hasta Filipinas y de allí a Japón, China e India.
- Eje económico: la minería y las manufacturas de metales con transacciones en moneda de plata (onza castellana), el mismo metal dinerario que se empleaba en el Asia. Por consiguiente, el comercio e intercambio por el Pacífico era el más voluminoso del mundo (1).
El propósito de los estadistas españoles había sido
el siguiente: organizar al Sur de la América del Sur un Estado que tuviera
desde su inicio (1º de agosto de 1776) la dimensión y la demografía
que habrían de alcanzar un siglo después los Estados Unidos independizados el 4
de julio de 1776. Veintisiete días antes (2).
Hispanoamérica
a finales del siglo XVIII. En color más intenso, se destaca el Virreinato del Río de la Plata. |
——————
La secesión de Hispanoamérica iniciada en 1810
redujo el territorio argentino a dos millones de kilómetros cuadrados. Dejó de
ser bioceánico y minero, trocándose en atlántico y ganadero.
La tierra comenzó a despilfarrarse.
La navegación de ultramar fue -en virtud de los artículos II y VII del Tratado
de Amistad, Comercio y Navegación firmado con Gran Bretaña el 2 de febrero de
1825- exclusivamente para buques ingleses (bodegas, fletes, seguros, créditos).
Y al mismo tiempo que se despilfarraba la tierra
entre extranjeros y se abandonaba el mar para los buques británicos ,
comenzó a diezmarse sin pausa la población de hijos de esta tierra:
1) Guerra de la secesión de España 1810-1824.
2) Guerra con el Brasil (10 de diciembre de 1825—27
de agosto 1828).
3) Masacre de la época de Rosas (desde 1829 hasta
el 11 de octubre de 1843). Degollados, asesinados, fusilados, cortadas las
cabezas muchas veces y expuestas en una pica: 22.030 personas
(3).
4) Degüellos y asesinatos, mientras duerme el
Ejército de la Confederación, de 300 soldados en Cañada de Gómez el 22 de
noviembre de 1861, por Venancio Flores (oriental aliado de Mitre). Un mes
después de la batalla de Pavón librada el 17/9/1861 (4).
5) Guerra de Policía en las provincias, ordenada
por Mitre después de la batalla de Pavón (17 de septiembre de 1861) hasta
diciembre de 1866. (Proceso de Organización Nacional: 50.000 personas).
6) Guerra contra el Paraguay (Mitre-Venancio
Flores-Pedro II).
7) Campaña del Desierto de Julio A. Roca y Conrado
Villegas: 1879, 1882 y 1883.
8) Final de la Campaña del Desierto por Lorenzo
Winter. Intermedio, la Guerra por la Federalización de Buenos Aires en 1880.
9) Epidemia de fiebre amarilla de 1873 y dos
epidemias de cólera: una anterior y otra posterior a la de fiebre amarilla.
Epidemias de viruela en las tolderías indígenas.
10) Semana trágica en la Capital Federal (1919):
aproximadamente dos centenares de personas asesinadas por vías de hecho.
11) “La Patagonia trágica” (José María Borrero) de
1921 en Santa Cruz. Aproximadamente dos mil fusilados.
12) En Santa Fe, “La Forestal” (Gastón Gori) 1921.
Aproximadamente dos mil fusilados por la gendarmería volante, ejército privado
de la compañía británica “La Forestal” de Londres.
13) 16 de junio de 1955: bombardeo de la Casa de
Gobierno, Plaza de Mayo y alrededores. Nunca hubo cifra oficial de muertos, que
fueron varios centenares. El Ministerio del Interior (Borlenghi) ordena
que los sepelios se hagan de noche para no conmocionar.
14) “Proceso de
re-organización nacional”: 20.000 asesinados con tumba y 10.000
asesinados sin tumba (desaparecidos). 24 de marzo de 1976-10 de diciembre de
1983.
Estos hechos sangrientos, continuados en el
transcurso de dos siglos y sus consecuencias conforman el siguiente cuadro
demográfico:
Resultado del censo de 1895:
1) Población total: 4.014.011 habitantes.
2) Concentración urbana (base Buenos Aires): 43% de
la población.
3) Inmigrantes: 26% del total de los habitantes
italianos: 492.636.
4) De 3.245.888 adultos, 1.766.184 son analfabetos.
5) Población ocupada: el 41% del total. Distribuida
en las siguientes tareas
a) 1.350.000 trabaja en las ciudades
b) 1.110.000 trabaja en los campos.
6) De 1.350.000 trabajadores urbanos, 225.000 son
servidores domésticos. Hay 120.000 costureras domiciliadas y 40.000 tejedores y
tejedoras en minúsculos tallercitos.
7) Obreros de la industria y del comercio: 366.000
distribuidos en los frigoríficos ingleses y 23.000 en pequeños comercios e
industrias de dimensiones insignificantes, todas ellas de propiedad de
extranjeros.
El sangriento “Proceso” exhibe estas cifras:
- Muertos: aproximadamente 30.000, en su mayoría
asesinados. De ellos, cerca de 8.000 no tienen tumbas conocidas.
- Emigrados hasta noviembre de 1980: 2.400.000
(datos del INDEC)
- Emigrados en la década subsiguiente: 800.000
(datos del CONICET)
- Edad promedio de todos los que mueren desde
1810 hasta 1980: veinte a treinta años; en edad de procrear.
- Estudios cursados por las víctimas de la
tragedia de 1976: universitarios a terciarios.
Vemos una constante asombrosa: después de setenta y
cinco años de guerras sin cuartel por la independencia y la organización
nacional, aniquilada la población nativa, un aluvión inmigratorio ocupa su
lugar, como bien lo señala el censo de 1895.
Después de setenta y cinco años de asentamiento y
arraigo de los inmigrantes europeos, en 1976 se inicia la matanza y éxodo de
sus descendientes argentinos y otra inmigración de lugares muy distantes
comienza a llenar las crónicas de los diarios:
- “Familias laosianas están desde ayer en Río Negro” (La Nación 25/9/79, pág 18)
- “Procúrase readaptar a 83 refugiados laosianos” (La Nación 13/8/80, pág. 12)
- “Problemas en Mendoza con los refugiados laosianos y vietnamitas” (Clarín 12/1/80)
- “Laosianos radicados en San Juan retornan por falta de adaptación” (La Nación 27/1/80, pág. 14)
- “Otro incidente con refugiados laosianos” (Clarín 24/9/80, pág. 6)
- “Están en el país los primeros refugiados vietnamitas” (La Nación 15/9/79, pág. 1)
- “Llegaron refugiados de Laos y Camboya” (La Nación 15/10/79, pág. 4)
- “Familias asiáticas se radicarán en Bahía Blanca” (La Nación 10/10/79)
- “Llegan refugiados del sudeste de Asia. Es el primer grupo de mil familias que residirán en el país” (La Nación 15/9/79, pág. 1)
El listado de inmigrantes asiáticos –que como
personas merecen todo respeto- es constante y progresivo.
———
Hay que distinguir lo que es una inmigración
poblacional que viene a radicarse y a trabajar, de
lo que es una invasión permanente que viene a invertir, desplazando por compra
a unidades de producción ya establecidas. Este es el caso de los asiáticos que
desde la época del “Proceso” (recuérdense los viajes de Videla y Martínez de
Hoz a China y otros países asiáticos), continúan estableciéndose incesantemente
y están adquiriendo todos los supermercados proveedores de alimentos.
Este fenómeno está generando una dependencia alimentaria de los argentinos
hacia los asiáticos.
En otro orden de inversiones vemos que fábricas
textiles clandestinas de propiedad de asiáticos utilizan mano de obra
esclava de procedencia boliviana. (Publicación de todos los diarios en
la primera semana de abril de 2006).
Reflexione el lector: estos cambios de la
estructura demográfica han de provocar un reemplazo de la nacionalidad , de la
Nación Argentina y del Estado. ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué nos aguarda a nos
otros, a nuestros hijos y nietos? Gran incertidumbre en un territorio
heterogéneamente ocupado que ya deja de ser un país.
———–
Esta demografía negativa para los argentinos tuvo
en la década del menemato de los años noventa una confirmación del sector de
los capitales conductores de la economía y del gobierno. Vitorio Orsi, como
vocero de los sectores económico-financieros agraciados por la convertibilidad,
los empréstitos internacionales, la desindustrialización y la flexibilidad
laboral causada por el desempleo creciente, dijo:
1. “El desempleo debe ser aceptado como un
desequilibrio provisorio y necesario para el progreso.”
2. “El plan económico (de la convertibilidad y la
desindustrialización) es bueno, muy bueno… Lo que ocurre es que en realidad si
se aplicara a un país con diez millones de argentinos los resultados
serían exitosos. Pero aquí quedan veinte millones afuera.” (5).
Estos dichos no son una extravagancia del personaje
que los formuló públicamente. Constituyen una nueva versión de la geopolítica
(geografía, población y economía) anglosajona holandesa, que nos ha vuelto a
regir después del breve período 1943-1955. En 1956 Verrier, ministro de
Economía expresó: la solución a los problemas económicos argentinos está en
promover la emigración. Somos veinte millones de argentinos (cifra de esa
época) y debemos reducirnos a diez millones o, a lo sumo, a quince.
Hemos desarrollado dentro de la estructura
demográfica argentina las consecuencias para el año 2006 y tiempos posteriores
del tenebroso golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
Corresponde ahora analizar los motivos y pretextos
de esa fecha:
Los motivos que teníamos los que integrábamos el
gobierno constitucional para continuar en él eran:
1º) Mantener la estructura del estado de derecho
que después de veinte años se había restablecido.
2º) Afirmar los logros jurídico-económicos que
habíamos realizado:
a. Ley de promociones industriales para
incrementar el desarrollo industrial.
b. Ley de transferencia de tecnología (Ley N°
20.794).
c. Ley de contrato de trabajo.
d. Ley del sistema nacional integrado de salud.
e. Servicio público de radiodifusión conducido por
el Ministerio de Educación, las universidades nacionales y representantes del
Congreso.
f. No contratación de empréstitos de ningún
tipo.
g. Nacionalización de las bocas de expendio de
combustibles.
h. Convenio autorizado por decreto entre el
Ministerio de Economía y las empresas automotrices para que no remitieran
durante dos años sus dividendos y beneficios a sus casas matrices ubicadas en
el exterior. De esta manera, el Estado Nacional tenía disponibilidad de divisas
que le permitiera obrar ante la grave situación creada por el Mercado Común
Europeo al cerrar sus puertas a las carnes argentinas el 1° de julio de 1974.
i. Ley de represión del terrorismo económico (N°
20.840). Esta ley tipificaba como delitos al vaciamiento de bancos, de empresas
productivas y el desabastecimiento de la población. Fue la única ley de
represión de subversión económica que se dictó en el mundo. A fines de
diciembre de 2001, la aplicación de esta ley hubiese impedido que a millones de
ahorristas los bancos los despojaran de sus depósitos en dólares. Eran
responsables penalmente los directivos, y civilmente las casas matrices
ubicadas en el exterior. Por eso, el FMI en el año 2002 exigió al senador
encargado del Poder Ejecutivo –Duhalde- que se derogara esta ley. Eduardo
Duhalde se apresuró a cumplir lo que el FMI le requería aduciendo, para
justificar su desconocimiento, que esta ley había sido dictada por el
“Proceso.” Obvian los comentarios, especialmente teniendo en cuenta que todos
los “legisladores” del Congreso levantaron la mano para dar su aprobación.
j. Negativa del Poder Ejecutivo Nacional al
requerimiento de las empresas Compañía Ítalo Argentina de Electricidad (CIADE),
Standard Electric y Siemens, de ser expropiadas. Las mismas querían transformar
su capital físico en dinero líquido y fugar del país. Las tres empresas eran
deudoras del Estado en razón de distintos litigios. Martínez de Hoz
era vicepresidente de la CIADE que, en cumplimiento del contrato-concesión
de 1912, debía ser transferida sin cargo al Estado Nacional.
k. Ley de represión de la subversión bélica y de
inducción a la subversión con las garantías del debido proceso, acusación,
prueba, defensa y sentencia de los tribunales federales.
l. Ley de represión del tráfico de drogas y consumo
de estupefacientes.
m. Decreto N° 320 del 13 de febrero de 1976 declarando
programáticamente prioritaria a cualquier convocatoria electoral, la reunión de
un congreso general constituyente que determinase qué constitución regía en el
país:
-la de 1853 con las reformas de 1860, 1866 y 1895,
o
-la enmienda de 1949, o
-la de 1853 enmendada en 1972 por resolución de la
Junta Militar, que redujo el mandato presidencial de seis años a cuatro.
n. Presupuestos 1973/74/75/76: 24% de los
recursos: para remuneraciones del sector público; 76% de los recursos: obras y
mantenimiento de los servicios públicos.
Los pretextos esgrimidos por quienes dirigían las
fuerzas armadas fueron:
i) La subversión (que ya estaba jurídica y
fácticamente dominada).
ii) La situación económica (que estaba detenida en
la especulación financiera por la no contratación de empréstitos, y el cierre
del Mercado Común Europeo a la compra de las carnes argentinas desde el 1° de
julio de 1974).
iii) Una campaña montada por los medios a la cual
la presidente calificó de “terrorismo periodístico” (vocablo acuñado por mí),
reclamaba el golpe de Estado diariamente haciendo una hiperexageración de lo
enumerado en i) y ii).
Los objetivos de los jefes militares y sus
adláteres civiles que desecadenaron la tragedia fueron éstos:
I. Consumar la total desindustrialización del
país:
- Industrias cerradas: en el período
1976/83, 18.000; entre 1986 y 1988: 52.000 (6)
- A las cifras precedentes deben sumarse otras
108.000 industrias cerradas entre el 8/7/89 y el 10/12/99. Gobierno de Menem,
promovido por los mismos intereses económicos que habían generado el golpe de
Estado del 24/3/76 y el gobierno militar del “tenebroso” Proceso de Re-Organización
Nacional (adviértase la identidad con el Proceso de Organización Nacional
de 1861-1866 dirigido por Mitre).
II. Realizar un genocidio que imposibilitara
la restauración industrial-tecnológica y científica de Argentina.
III. La devastación económica se complementó con el
dictado de la Ley 21.526 de entidades financieras. La especulación reemplazó a
la producción física.
IV. La deuda del sector público entre 1973/76
ascendió de US$ 5189 millones a US$ 44.438 millones de dólares, para llegar a US$
62.500 millones en 1989, a US$ 145.000 millones en 1999 y a US$ 200.000
millones en diciembre de 2001.
Resultado: Argentina quedó regida por la ley del
acreedor.
V. La derrota en la heroica Guerra de Malvinas
determinó que Argentina quedara regida por la ley del vencedor. (Tratado de
Madrid del 15/2/90 y Londres del 11/12/90).
Hay que empezar de nuevo. La misión de las futuras
generaciones: fundar el Estado Nacional Argentino-Hispanoamericano y
Latinoamericano, definitivo e irreversible. Trazar este programa es el objetivo
de “Cuadernos para una nueva Huella”.
–
NOTAS
1 Humboldt, Alejandro (1769-1859): “Viaje a
las regiones equinocciales del nuevo continente.”
2 González, Julio C.: “La involución argentina
– De provincias de hispanoamericanas a territorios tributarios.” Obra inédita.
3 Rivera Indarte, José: “Tablas de sangre”,
pág. 90 – Ed. El Ateneo – Buenos Aires, 1930.
4 “Manifiesto a los argentinos”, del teniente
coronel Felipe Varela, dado en Jáchal en diciembre de 1865. Texto reproducido
por José María Rosa en: “La guerra del Paraguay y las montoneras argentinas”,
pág. 261 – Ed. Peña Lillo, 1974.
5 Galasso, Norberto: “Gatos y sardinas en la
economía argentina – De Martínez de Hoz a Cavallo”, páginas 116 y 118/9 – Ed.
Fraterna – Buenos Aires, 1992.
6 Fuente: Consejo Argentino de la Industria
“La Nación”, 12/6/1986, página 14.
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