El trotamundos ruso que
investigó la infancia de Jesús en la India
Nicolái
Notovich, natural de Crimea, escribió un libro en el que aseguraba que
Jesucristo vivió en la India y en el Tíbet según un documento que afirmó haber
visto en un monasterio de Ladakh. Desde entonces, su legado y su legitimidad
han sido objeto de controversia, aunque la historia fue corroborada por
eminentes investigadores de la India y Rusia.
Ajái Kamalakaran,
RBTH
12 de noviembre de 2014
12 de noviembre de 2014
Fuente: wikipedia
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A finales
del siglo XIX, Nikolái Notovich, un trotamundos ruso nacido en Crimea, viajó a
la India a través de Afganistán. El viajero se dio a conocer con La vida de
San Issa, el mejor de los hijos de los hombres, un libro que
afirma que Jesucristo pasó 17 años en la India y el Tíbet.
Me las
arreglé para encontrar la versión original del libro en francés, titulada Vie
inconnue de Jésus-Christ (La vida desconocida de Jesucristo). La
lectura del libro me resultó fascinante: en él se afirma que Cristo aprendió el
sánscrito y los Vedas, además del idioma pali y los cánones del budismo, antes
de regresar a Oriente Medio a los 30 años.
Notovich
aseguró haber obtenido esta información en el monasterio de Hemis, situado
cerca de la ciudad india de Leh, en la región de Ladakh. De acuerdo con esta
historia, en un viaje de Cachemira a Ladakh, el aventurero ruso se rompió una
pierna y fue tratado por los monjes de Hemis.
Según el
viajero ruso, el lama principal del monasterio le leyó algunos documentos en
los que se mencionaba que Jesús estuvo en la India y en el Tíbet. El libro, que
después se tradujo al ruso, fue escrito en francés en 1894.
Teniendo
en cuenta que se trataba del siglo XIX, cuando la cristiandad en Occidente era
irrefutable, no sorprende que el libro fuese calificado enseguida de farsa por
los investigadores ingleses.
El monasterio de Hemis. Fuente: wikipedia
El
orientalista alemán Max Müller atacó tanto el escrito, como al escritor ruso.
“Asumiendo que Notovich es un caballero y no un farsante, no podemos evitar
pensar que los monjes budistas de Ladakh son unos bromistas que disfrutan
desconcertando a viajeros curiosos, y el señor Notovich no es más que una
víctima de sus burlas”, dijo Müller en aquella época.
La
Iglesia predicaba por aquel entonces que nadie tenía derecho a cuestionar
dónde estuvo Jesucristo entre los 12 y los 30 años. Se suponía y se aceptaba
generalmente que nadie podía añadir información a la Biblia. Las ideas
supremacistas de la raza, presentes entonces en toda Europa, difícilmente
podían comulgar con un relato ruso que proclamaba la influencia de los hindúes
y el budismo en las enseñanzas cristianas.
Los
británicos desplegaron una enorme campaña de descrédito contra el ruso, campaña
que encabezó James Archibald Douglas, un profesor de Inglés e Historia de la
Universidad Gubernamental en Agra (India).
Sin duda,
el fervor misionero propio de la cristiandad occidental y de la corona
británica servían de inspiración al profesor. Al parecer, Douglas visitó el
monasterio de Hemis y habló con el lama principal, quien negó la existencia de
los documentos que confirmaban la estancia de Jesucristo en el Tíbet y la
India.Algunas publicaciones de la época llegaron a afirmar que el ruso admitió
haberse inventado la historia.
A quienes
vivimos en la era de Google y de internet puede resultarnos fácil aceptar las
demandas y la campaña de descrédito desplegada por los británicos contra
Notovitch. No obstante, yo recomendaría la lectura de este libro, anterior a la
era de la información, antes de emitir juicios precipitados.
Somos
plenamente conscientes de que el Imperio británico transformó la historia de la
India de manera deliberada y malintencionada como parte de una estrategia de
colonización basada en el ‘divide y vencerás’. En lo que respecta a la historia
de la India, Rusia y los rusos siempre se han ceñido a la verdad con mayor
rigor.
No solo
Occidente desacreditó al escritor ruso; también hubo personajes eminentes de la
sociedad india que tacharón su historia de engaño inicialmente.
El swami
Abhedananda, discípulo directo del swami Vivekananda, visitó el monasterio de
Hemis en 1922. Había leído sobre la existencia del libro en Nueva York y estaba
deseando desmentir la historia personalmente.
Para su
sorpresa, los monjes admitieron ante el swami haber recibido a un ruso con una
pierna rota en el monasterio. Le contaron que Notovich estuvo un mes y medio
allí y confirmaron la historia.
El swami Abhedananda. Fuente: wikipedia
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El líder
religioso indio vio también el manuscrito y tradujo muchos de sus versículos en
un libro sobre sus viajes titulado El viaje del swami Abhedananda a
Cachemira y el Tíbet.
En 1925, Nikolái Roerich visitó el monasterio de Hemis durante una
expedición de Altái al Himalaya. De acuerdo con el libro de Alexander
Andréiev The Myth of the Masters Revived: The Occult Lives of Nikolai
and Elena Roerich (Vidas ocultas de Nikolái y Helena Roerich), en la
versión original en ruso de sus cuadernos de viaje, Nikolái Roerich no deja
lugar a dudas sobre la autenticidad de la historia de Notovich y la existencia
de los manuscritos tibetanos.
“Hemos
constatado la autenticidad del manuscrito”, cita Andréiev a Roerich en su
escrito en ruso. “De hecho, en Hemis se guarda una antigua traducción tibetana
del manuscrito, que se escribió originalmente en Pali y se conserva en un
conocido monasterio de Lhasa. Esto desmiente los cuentos sobre su
falsificación”. A Roerich le contaron que las leyendas sobre Issa se
transmitieron oralmente. Estas historias eran conocidas en la región mucho
antes de la llegada de los misioneros cristianos.
No se
sabe mucho de la vida de Notovich tras la publicación de su controvertido
libro, pero parece altamente probable que acabara siendo víctima de una campaña
de calumnias por parte de Occidente.
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