Las misteriosas manchas
blancas de Ceres
Daniel Marín 12 may 15
Por el
momento son el mayor misterio que guarda Ceres. Aparecían en las primeras
imágenes del planeta enano obtenidas por el telescopio espacial Hubble, así
como en las primeras fotografías captadas por la sonda Dawn durante la fase de
aproximación el pasado enero. Poco a poco hemos podido verlas con mayor
resolución, pero ahora que Dawn se encuentra en órbita alrededor de Ceres somos
capaces de contemplar las extrañas manchas blancas como nunca antes:
La Gran Mancha Blanca de Ceres
está formada por manchas más pequeñas (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA). |
Desde
febrero, gracias a las imágenes tomadas cuando la sonda se encontraba a 46 000
kilómetros de distancia, sabemos que la ‘Gran Mancha Blanca’ de Ceres está
formada por dos manchas menores. Pero donde antes se distinguían únicamente dos
manchas, ahora vemos un conjunto de manchas de todos los tamaños en el fondo de
un cráter.
Detalle de la gran Mancha Blanca de Ceres
(NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA). |
¿Qué son
estas manchas? Teniendo en cuenta que el interior de Ceres es rico en hielo de
agua, lo lógico es pensar que estas manchas son depósitos de hielo de oxidano.
Podría ser, pero antes de precipitarnos debemos tener en cuenta dos cosas.
Primero, que el hielo puro no es estable en la superficie de Ceres. A pesar de
que se encuentra más allá de la órbita de Marte, la temperatura superficial del
asteroide no permite la existencia de hielo. Si las manchas están hechas de
esta sustancia, entonces deberían desaparecer dentro de un tiempo al sublimarse
el hielo lenta pero inexorablemente. En cualquier caso, el hielo podría haber
llegado a la superficie mediante impactos de asteroides si, como se sospecha,
la corteza de Ceres es rica en este material y está cubierta por una capa de
sustancias orgánicas oscuras (lo más probable es que el hielo y las sustancias
orgánicas estén mezclados). Otra posibilidad mucho más fascinante es que
existan mecanismos de criovulcanismo en este mundo que lleven agua pura desde
el interior hasta la superficie.
Rotación de Ceres vista por Dawn el 4 de mayo con una resolución de 1,3 kilómetros por píxel (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA). |
El
segundo factor a tener en cuenta es que Ceres es muy oscuro. Las manchas
parecen hielo y son brillantes sí, pero lo son sobre todo por contraste. El
albedo de Ceres es de solo el 9% (el 12% del albedo terrestre), así que las
manchas bien podrían ser depósitos de otras sustancias menos oscuras, como por
ejemplo sales. Frente a lo que pudiera parecer, esta última hipótesis también
sería apasionante, porque solamente el criovulcanismo sería capaz de explicar
la existencia de grandes depósitos de sales en la superficie. No en vano, si el
agua del supuesto manto líquido de Ceres alcanza -ahora o en el pasado- la
superficie, podría haber dejado tras de sí depósitos de sales al sublimarse el
hielo. Por supuesto, y es lo más probable, la respuesta también podría ser algo
completamente inesperado. Aparte de la Gran Mancha Blanca, existen otras
manchas albinas más pequeñas repartidas por el asteroide, así que habrá que dar
con una hipótesis que logre explicar todas estas curiosas regiones.
Ceres visto por Dawn desde RC3 el
24-26 de abril (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA). |
Órbitas planeadas de Dawn alrededor de Ceres (NASA/JPL). |
En las
mismas imágenes se aprecia lo que parecen ser fosas tectónicas lineales, quizá
resultado de los procesos de contracción y expansión de la corteza de Ceres en
el pasado, además de montañas y otras características que darán mucho que
hablar en los próximos meses.
La sonda
Dawn fue capturada por la gravedad de Ceres el 6 de marzo y el 14 de abril
alcanzó la primera órbita alrededor del planeta enano, denominada RC3 (Rotation
Characterization 3), situada a 13600 kilómetros de altura con un periodo de 15
días. El 23 de abril los motores iónicos a base de xenón se apagaron una vez la
órbita de la sonda tuvo los parámetros esperados. Salvo fallos del sistema de propulsión
y pequeños periodos de tiempo para tomar imágenes o comunicarse con la Tierra,
era la primera vez que los motores dejaban de hacer su trabajo desde la sonda
abandonó el asteroide Vesta. Finalmente la altura de la órbita RC3 ha sido de
100 kilómetros más elevada de lo planeado en un principio para dar cuenta de
las discrepancias con respecto a la distribución de masas en el interior de
Ceres. Ese mismo día la sonda experimentó un fallo que provocó que entrase en
‘modo seguro’ (el control de la misión se olvidó de transmitir un archivo a la
nave), pero 24 horas más tarde el problema ya estaba solucionado.
El pasado
día 9 de mayo la sonda abandonó la órbita RC3 para dirigirse lentamente hacia
la órbita de estudio (survey) situada a 4900 kilómetros de altura y con
un periodo de 75 horas. Dawn llegará a esta órbita el 6 de junio y desde allí
será capaz de obtener imágenes con una resolución de 410 metros por píxel. No
cabe duda de que el mes que viene volveremos a tener noticias de las manchas
blancas de Ceres.
Imagen de Ceres del 4 de mayo desde 13600
kilómetros (NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA). |
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