Publicado
por Andrea Zucas el abr 19, 2014
El Tratado de Tordesillas, el 7 de
junio de 1494, fue un acuerdo entre los representantes de Isabel y Fernando,
reyes de Castilla y de Aragón, por una parte, y los del rey Juan II de
Portugal, por la otra, en virtud del cual se estableció un reparto de las zonas
de navegación y conquista del Océano Atlántico y del Nuevo Mundo mediante un
meridiano situado 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde a fin de
evitar conflictos de intereses entre la Monarquía Hispánica y el reino de
Portugal. Quedando el hemisferio oriental para la Corona de Portugal y el
hemisferio occidental para la Corona de Castilla. Los Reyes Católicos y el rey
Juan II de Portugal acuerdan las conquistas que podrán realizar ambos estados
en relación con el mundo recién descubierto. Por primera vez se establece una
frontera que divide tanto el mar como la tierra, y la nueva concepción de
división territorial va a determinar la actual configuración de América del
Sur.
El Rey
Juan II de Portugal, en
virtud del tratado de Alcaçovas de 1479, otorgaba a su reino el
monopolio comercial al sur del cabo Bojador y cerraba el paso a la navegación
castellana más allá de las Islas Canarias, reivindicaba para Portugal las
tierras descubiertas por Colón en ultramar. Sin embargo el Almirante aseguraba
que la ruta seguida desde las islas Canarias hacia occidente en ningún momento
había rebasado el límite permitido por el tratado de 1479, por lo que las
tierras descubiertas pertenecían a Castilla. En el debate de aquellos
derechos, no tardó en ponerse de manifiesto que la situación escapaba a lo
previsto en anteriores tratados, por lo que se optó por negociar un nuevo
reparto del Atlántico.
La idea
de este nuevo acuerdo se inicia en mayo de 1493 tras el retorno de Colón y
donde la bula Inter caetera le da a Portugal los terrenos al oeste de
Cabo Verde hasta cien leguas. Colón en enero de 1494 envía un mapa a los Reyes,
donde marca una línea norte-sur dibujada en rojo como límite más occidental de
los dominios portugueses, sin que explique la distancia desde esa línea a
ninguna isla o puerto. Es entonces el 7 de junio de 1494 cuando
se firma el tratado, para establecer la posición de la línea. En ningún
momento específica a qué tipo de leguas se refiere, pero un estudio según como
Colón realizó el mapa, indica leguas de 4 millas de Alfragano medidas sobre el
propio mapa.
Mapa
atribuido a Cristobal Colón
Por
estas fechas la producción de mapas había entrado ya en una fase vertiginosa. Cientos de naves y decenas de
expediciones volcadas en todos los mares conocidos y desconocidos, llevaban a
bordo, cartógrafos y cosmógrafos dispuestos a describir fielmente hasta el
menor detalle de las tierras que se iban explorando. Entre aciertos y
errores de cálculos, se perfeccionaban en el arte de navegar. Situarse y
delinear el mundo, según norma común en el derecho de la época, el Papa
arbitraba aquellas cuestiones. Era el papado de Alejandro VI por entonces. Una
confirmación por su parte otorgaba privilegios de descubridor y era suficiente
para que ningún otro reino de la cristiandad pudiera entrar en conflicto y
reclamar derechos políticos, religiosos o comerciales sobre las tierras
descubiertas.
En las Bulas Alejandrinas de
1493 (las dos Inter cœtera, Eximiœ devotionis y Dudum siquidem), previas al
Tratado de Tordesillas (1494), se fija el meridiano divisorio de las zonas de
influencia castellana y portuguesa a cien leguas de las Azores y Cabo Verde. Alejandro VI, en parte por sus
orígenes valencianos, tomó a la Corona de Aragón como su más poderoso aliado,
al beneficiarla en el proceso de distribución de tierras del nuevo mundo,
además de otorgar a los reyes españoles el título de Reyes Católicos y también
apoyar en el ámbito internacional a tal imperio.
Mi
propuesta de hoy es reuniros algunos mapas que han trazado la línea
Alejandrina, aquí van y espero que los disfrutéis. Son un regalo de la
historia.
La
primera representación gráfica conocida de la línea podría ser la del mapa de
Juan de la Cosa del año 1500. Mapamundi pintado sobre pergamino, que
se conserva en el Museo Naval de Madrid. Su rica decoración indica que
probablemente fue hecho por encargo de algún miembro poderoso de la corte de
los Reyes Católicos. Amplias características le hacen singular. Es el segundo
en la historia (tras los de Ptolomeo y Colón) que utiliza los grados para medir
sobre él. Se pegó un portulano en la derecha del mapa con un Mediterráneo y un
continente africano perfectos, sin desviaciones costeras o cambios de
escala, para mostrar la diferencia con el nuevo sistema de representación
cartográfica. La Gomera está alineada con la Española, la estrella
central con el dibujo de Navidad es una pegatina que significa el día en que
llegaron al Caribe. Representa el continente americano más antiguo
conservado. En él aparecen las tierras descubiertas hasta finales del siglo XV
por las expediciones castellanas, portuguesas e inglesas a América. También
muestra una gran parte del Viejo Mundo, según el estilo típico de los portulanos
medievales, incluyendo noticias de la reciente llegada de Vasco de Gama a la
India en 1498.
Mapa de
Juan de la Cosa, año 1500.
La carta
de Juan de la Cosa es la única obra cartográfica conservada de las realizadas
por los testigos presenciales de los primeros viajes de Cristóbal Colón a las
Indias. (Un día
de 1832, el Barón de Walckenaer paseando por los kioscos de antigüedades de
parís, encontró un viejo mapamundi manuscrito. Estaba firmado: “Juan de la Cosa
lo fizo en el Puerto de S. Mª en año de 1500”… Acababa de encontrar el más
antiguo de todos los mapas que registran el continente americano.)
La más
antigua mención portuguesa aparece en el Planisferio de Cantino de 1502, la
línea de demarcación estaba situada a mitad de camino entre el Cabo San Roque,
punto extremo nordeste de América del Sur, y el estuario del río Amazonas. Mapamundi que muestra los
descubrimientos portugueses del siglo XV. Su fecha de elaboración es incierta,
y el cartógrafo que lo trazó es anónimo, probablemente de origen portugués. Lo
que se sabe es que el mapa fue “conseguido” y llevado a Italia en 1502
por Alberto Cantino, un agente del italiano Duque de Ferrara, que consiguió
llegar a ser secretario particular del rey portugués Don Manuel I.
Planisferio
de Cantino, año 1502.
Pasamos
página hacia el año 1519, extraemos uno de los mapas del Atlas Miller, que
indica el trazado de Tordesillas. El Atlas Miller es un conjunto de mapas
manuscritos finamente iluminados realizados en Portugal hacia 1519 y
conservados actualmente en la Biblioteca Nacional de Francia. El atlas combina
elementos geográficos y visuales de tres orígenes muy diferentes: las cartas
portulanas, los mapas ptolemaicos y las miniaturas iluminadas de Flandes. Una
inscripción en el reverso de uno de los mapas dice que fue hecho por
orden del rey Manuel I de Portugal por el cosmógrafo Lopo Homem, si bien se
cree que también intervinieron en la realización del atlas los cartógrafos
Pedro Reinel y su hijo Jorge Reinel, y el fantástico iluminador Antonio de
Holanda.
Brasil,
siglo XVI. Atlas Miller,1519. Cartógrafos Pedro y Jorge Reinel, Lopo Homem.
Miniaturista, Antonio de Holanda.
De una
década más tarde, son las plumas de Diego Ribero las que nos dibujan el trazado
de Tordesillas. He
reunido algunos portulanos significativos. Diego Ribero fue un
cosmógrafo, cartógrafo e inventor portugués que trabajó desde 1518 al
servicio de la Corona española.
Diego
Ribero, 1529. Delimitación del trazado.
Posiblemente
participó en la preparación de los mapas llevados en la expedición Magallanes –
El Cano. Nombrado “cosmógrafo real” y “maestro de hacer cartas,
astrolabios y otros instrumentos de navegación”.
Diego
Ribero, 1529
En 1524
Ribero participó como integrante en la delegación española de la Conferencia de
Badajoz, constituida para resolver la disputa hispanoportuguesa sobre si
las islas Filipinas caían del lado español o portugués en la división
hemisférica acordada en el Tratado de Tordesillas.
Diego
Rivero,1529. Cosmógrafo de la Casa de Contratación de Sevilla.
En 1527
se encargó de realizar el Padrón Real de dicho año, el mapa maestro oficial y secreto, a
partir del cual se hacían las cartas de navegación usadas en todos los barcos
españoles de la época, considerado el primer mapa científico del
mundo.
Seguimos
“hojeando” en la búsqueda de planisferios que dividen el mundo y resurge otro
de 1573: el Mapamundi de Domingos Teixeira, fue dibujado por este
cartógrafo portugués poco antes de prestar servicio a Felipe II, al
convertirse éste en rey de Portugal en 1580. Su obra ha sido pintada a
mano sobre una pieza de pergamino y se conserva en la Biblioteca Nacional
de Francia. Es uno de los primeros mapamundis completo, mostrando las rutas
de las especias, tanto la portuguesa de Vasco de Gama con sus posesiones
como la española de Hernando de Magallanes (muestra la tierra magallánica
aún no circunnavegada por Diego Ramírez de Arellano, que la bautizó como
Isla de Xátiva.)
Planisferio
de Teixeira, 1573
Se puede
observar el alcance del meridiano de Tordesillas, tanto por el lado de América
(Brasil) como por el lado de Filipinas, que atendiendo a derechos serían de
Portugal, ya que están en “su” hemisferio.
Un año
más tarde, Luis Texeira (hermano de Domingos), dibuja el siguiente mapa,
específico del trazado de Tordesillas.
Luís
Teixeira, 1574. División del Brasil en capitanías hereditarias. La línea de
Tordesillas está desplazada diez grados más al oeste.
Luís
Teixeira, fue un cartógrafo portugués. Colaboró con Abraham
Ortelius en Theatrum Orbis Terrarum. Perteneció a una destacada
familia de cartógrafos.
Tanto
Portugal como España no cumplieron acabadamente con el Tratado de Tordesillas. Portugal transgredió en su
colonización del continente americano a la demarcación del Tratado de
Tordesillas al avanzar paulatinamente desde el Brasil hacia el oeste de América
del Sur, antes del Tratado de Madrid de
1750 que anuló la línea de Tordesillas. De igual manera España
colonizó las islas Filipinas en Asia, que estaban dentro del hemisferio
portugués.
En
1534 el rey portugués Juan III creó el sistema de Capitanías
Hereditarias para colonizar Brasil, donó a Pedro lopes de Sousa, la
Capitanía de Santana que se extendía desde la isla de Mel, en el
grupo de Cananéia hasta Laguna Santa Catarina, que entonces era
considerado en Portugal,como el punto extremo de su territorio en América del
Sur, es decir por donde creían que pasaba la línea de Tordesillas.
Debido a la dificultad
existente en el siglo XV para la determinación de la longitud, (ubicación
de los meridianos) y a la imprecisión de los instrumentos de la época,
entonces para señalar las longitudes o meridianos se hacían cálculos
aproximativos en los cuales el recurso más apropiado solía ser la corredera;
recién a mediados del siglo XVIII Inglaterra desarrolló precisos cronógrafos
(cronómetro de Harrison inventado en 1765) que, unidos a los sextantes, dieron
la posibilidad de ubicar con bastante precisión la posición de los meridianos.
Era frecuente por parte de ambas naciones transgredir las fronteras que les
señalaba la línea de Tordesillas.
Seguimos
dando vueltas para descubrir mapas que incluyan el trazado.
Año 1601,
y no puedo dejar de enseñaros este. Lo he rescatado de la “Descripción de las Indias
Occidentales” conocidas como las “Décadas de Herrera” de Antonio
de Herrera y Tordesillas. (En realidad es un mapa especial para mí, si
observáis el que os he puesto como destacado de este artículo).
Las
Yndias Occidentales. A.Herrera y Tordesillas,1601
La
historiografía americana de Herrera comenzó con su “Descripción de las Indias”,
publicada en 1601, en la que incluyó diversos mapas y desplegables. Con la
Descripción de Herrera culminó una tradición o banco de datos iniciada en el
primer viaje de Colón, compuesta de diversas crónicas, tratados de náutica y
otros manuales, como la obra de Martín Fernández de Enciso, las
manuscritas de Alonso de Chavez (que cuyo
título: “Espejo de navegantes” le da el nombre a este blog) y Alonso de Santa
Cruz, y la de Juan López de Velasco, además de una amplia cartografía,
todas ellas fuentes que usó Herrera para componer su Descripción, y para
incluir en ella catorce mapas de América y Extremo Oriente.
Antonio
de Herrera y Tordesillas en 1601
Este mapa
de Sudamérica muestra la línea de demarcación que a su paso, dividió los
dominios españoles y portugueses. Destacan las representaciones de los ríos
Amazonas y Orinoco y la convergencia de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay en
el Río de la Plata. Se extrae del mapa manuscrito de Juan López de
Velasco (1575), incluyendo uno en la John Carter Brown Library, que es esta
otra versión impresa por Nicolás Rodríguez en “Historia General de los Hechos
de los Castellanos”, publicada en Madrid (1726-1730).
Original
de López de Velasco. Recogido por Antonio de Herrera y Tordesillas, mapa
general de América, el Océano Pacífico y la parte oriental de Asia, desde su
Descripción de las Indias Occidentales, edición de 1726.
Y
decidiendo ya concluir mi listado de mapas que trazan “líneas Alejandrinas”, os
obsequio los siguientes anónimos e ilustraciones que me he cruzado en el
camino…y como veréis también despliegan su originalidad.
Ilustración,
mapa de viajes que indica el tratado.
Mapa
anónimo, indica el trazado.
Una vez
más, mapas, que hablan de sus tácticas y estrategias, de protagonistas de una
época, de competencias y avances tecnológicos, de fronteras y divisiones de un
mundo que comenzaba a globalizarse. De patrias y banderas explorando el nuevo
mundo. Trazando líneas aun cuando ni siquiera se sabía que podía existir del otro
lado. De grandes aprendizajes se alimenta la historia. La misma que fue
dibujada desde la ciencia y arte, un valor incalculable sobre todo para
quienes sabemos apreciarla. “Nunca en la historia moderna se ha realizado
una expansión colonial en tan vasta escala con tan pocas fricciones entre
países rivales”. Desde aquí, mi personal aporte por difundir lo
tangible de su legado.
El
Tratado de Tordesillas, presentado de forma conjunta por España y Portugal, ha
pasado a formar parte del registro
de la Memoria del Mundo de la UNESCO.
Página
original del Tratado. Biblioteca Nacional de Lisboa.
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