ESTEBAN
VILLAREJO / madrid
Día
10/05/2015 -
El Ejército prepara una muestra en la Casa de
América, que después probablemente viajará a Estados Unidos
abc
El
Ejército de Tierra prepara ya su particular «año cultural» Bernardo de Gálvez con el
objetivo de recordar la figura del teniente general malagueño que se aventuró «solo»
contra las defensas inglesas de Florida.
Aquella
batalla -conocida como la de Pensacola (1781)- es considerada como decisiva
para la independencia de EE.UU. Tanto es así que el Senado de este país
concedió en diciembre a Gálvez su ciudadanía honorífica, un privilegio que solo
ostentan otras siete figuras históricas (entre ellas, Winston Churchill, el marqués de Lafayette o la Madre Teresa de Calcuta).
El Instituto
de Historia y Cultura Militar del Ejército de Tierra prepara ya una
exposición -con el patrocinio de Iberdrola- que tendrá como sede la Casa de
América entre el 10 de diciembre y el 30 de marzo de 2016. El
objetivo es que tenga un carácter itinerante no solo en España sino en EE.UU.
también, país que recibirá visitas del más alto nivel este año.
Galvestón, «su» ciudad
A través
de la figura del ilustre militar español, la muestra esbozará el papel que
España jugó en el siglo XVIII en EE.UU. y los territorios del actual México,
tierras donde acontecieron las gestas militares de Bernardo de Gálvez Gallardo
Madrid, vizconde de Galvestón -ciudad texana que le debe el
nombre-, oficial y luego general del Real Ejército además de virrey de Nueva
España.
«La
exposición contará con retratos originales de la época, con la bandera
capturada a los ingleses en Pensacola, diagramas de sus batallas más
importantes, material audiovisual, reproducción de uniformes de época empleados
por el Ejército en las campañas de Norteamérica, planos y mapas de la frontera,
documentos de archivos militares y del Archivo de Indias...», nos explica el
teniente coronel José Manuel Guerrero, comisario de la exposición
organizada por el Instituto de Historia y Cultura Militar.
Además, y
como obra inédita, la exposición contará con una estatua del artista Salvador Amaya cuyo boceto ha sido
diseñado por el pintor Augusto Ferrer-Dalmau,
especializado en Historia Militar de España con obras como «Rocroi, el
último tercio» o su última «La batalla de Empel». Ferrer-Dalmau
también contribuirá con un cuadro de la batalla de Pensacola,
centrado en la figura del militar nacido en el pueblo de Macharaviaya en
1746. La exposición sobre Bernardo de Gálvez dispondrá de un ciclo de
conferencias que contará con una primera parte este mismo mes, del 24 al 26 de
mayo en la sede del Instituto de Historia y Cultura Militar.
¿Por qué
la figura de Bernardo de Galvez es tan desconocida en nuestro país?,
preguntamos al teniente coronel Guerrero. «Pues lo típico que pasa en
España...», arguye el responsable de la muestra dejando entrever el vacío
cultural que estas figuras, reconocidas al más alto nivel en otros países,
suscitan en nuestro país. «Además, la ayuda
española a la Independencia de EE.UU., con dinero y armamento, se prestó de
modo secreto por miedo a que esa revolución se extendiera a los territorios
españoles en Sudamérica», algo que pudo contribuir a que la figura del «Yo
Solo» se olvidara a este lado del Atlántico.
«El que
tenga honor y valor que me siga», espetó Bernardo de Gálvez a sus hombres, a bordo
del bergantín llamado «Galveztown» en el asedio a la bahía de Pensacola,
en Florida. Los arenales de la bocana y las fortificaciones inglesas se
constituían en una auténtica trampa para todo barco que osara pasar.
El asedio a Pensacola
Para
Gálvez, en cambio, no había opción, ni vuelta atrás. Enarboló la bandera de
Comandante y entró en el puerto junto dos pequeñas cañoneras y un buque de
transporte. En contra de lo que se puede pensar, no sufrió serios daños por
parte de las baterías enemigas y, además, atrajo el fuego sobre sus barcos. De
aquí el lema de «Yo Solo», que Carlos III le permitió poner en su
escudo de armas.
Tras el
ataque inicial, y como estaba planeado, una fuerza terrestre española tomó
posiciones para ayudar a asediar Pensacola. Pero esos no serían los únicos
refuerzos que recibiría Gálvez. Ese mes llegó una nueva escuadra de navíos, en
un principio se pensaban que era enemiga y que venía a ayudar a los sitiados en
Pensacola, pero descubrieron que eran españoles comandados por José Solano y
Bote que acudían a socorrer a Gálvez. Con esta flota eran ya casi 8.000
los hombres preparados para iniciar el asedio en contra de los 3.000 ingleses.
Pensacola caería y otro frente se abría para la Pérfida Albión en tierras de
Norteamérica.
Con este
y otros episodios protagonizados por Gálvez, la guerra se ponía finalmente de
cara para aquellos rebeldes de las Trece Colonias que se amotinaron,
entre otros motivos, contra el impuesto del té.
En los Jardines del Descubrimiento de Madrid, junto
a Blas de Lezo
El
proyecto de estatua de Salvador Amaya y Augusto Ferrer-Dalmau para la
exposición del Instituto de Historia y Cultura Militar del Ejército de Tierra
podría acabar emplazado, en una versión mayor, en los Jardines del
Descubrimiento de Madrid -en la plaza de Colón-. El Ayuntamiento de Madrid ya
inició los trámites para un proyecto por cuestación popular similar al que
llevó a erigir en el mismo lugar una estatua al marino Blas de Lezo, vencedor
en Cartagena de Indias en 1741
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