Artículo publicado en el diario El Tribuno el 30-9-2013
Vaya uno a saber por qué designios el pueblo argentino tuvo por destino ocupar la especial geografía del Sur de la América del Sur.
Sur que es el verdadero “norte” como cúspide del camino de las civilizaciones en su ascenso al vértice del planeta tierra.
La influencia de los acontecimientos estelares de los que actualmente somos partícipes, tales como el cambio de polaridad del sol, las alteraciones de sus emanaciones magnéticas (prominencias), que influyen e influirán mayormente en el reacomodo de las temperaturas en nuestro planeta, en los cambios en las corrientes marinas (especialmente la del Golfo), verdaderos responsables del “cambio climático”, tendrá por resultado un nuevo mapa mundial en que las regiones del sur que confluyen en la Antártida se convertirán en el lugar del reservorio para la humanidad del futuro, en una tierra acogedora a la que los “poderosos” del mundo ya nos empezaron a demostrar que no escatimarán esfuerzos en apropiársela en función de su voluntad y fuerzas armadas.
Los visitantes
A lo dicho debe sumarse la llegada de cometas como el Ison, acompañados por un sinnúmero de meteoritos y asteroides, de una peligrosidad tan extrema que me exime de mayores comentarios.
En estos momentos todos los observatorios astronómicos del planeta, especialmente los del Vaticano, instalados en toda Europa y en América desde Alaska hasta el sur de Chile conformando la red “Specola Vaticana”; con más las zondas espaciales, el Curiosity y aparatos enviados a la superficie marciana, más los de la NASA, más los rusos del Observatorio Pulkovo de San Petersburgo, más los chinos, todos se encuentran pendientes del progreso de los visitantes mencionados. No obstante, reina un controlado y absoluto silencio.
Como en los tiempos en que virtualmente se suprimía intelectual y hasta físicamente a quien se atreviera a contradecir la “verdad imperante de que la tierra era plana”, hoy quien se atreve a incursionar en estos temas es tachado de la misma manera. Es imposible pensar. Se debe repetir: lo política y científicamente correcto.
Pero, como ya fuera referido en distintos artículos de esta columna, consideramos que el conocimiento del hombre es integral: económico, político, filosófico, científico, musical, artístico, religioso. Su fraccionamiento es una arbitrariedad suicida.
Por ello, la inmensa mayoría que ostenta una mentalidad de “tierra plana” producto de la colonización cultural extrema de la actual globalización, solo piensa en un cortoplacismo hedonista de un “hoy como mañana”, sin dudar en reprobar y vituperar a todo el que intente transmitir un mensaje distinto.
La naturaleza se encarga cíclicamente de advertir al hombre de sus desaciertos.
La Destrucción de la Mente Humana
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