EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA CRISIS INTERNACIONAL
(NOTA II)
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 15 de julio de 2009
Por Javier Cornejo
Los titulares del actual sistema monetario y de libre
comercio internacional son los que fijan las tasas para cada país,
convirtiéndose en los verdaderos gobernantes a través de un sistema
imperialmente globalizado que controla las monedas por encima de los gobiernos
de cada Nación.
Se sostiene que ésta es una crisis pasajera, que pronto
terminará, que ya se arregla y en consecuencia, se adoptan políticas en base a
tal suposición.
Ello no es así. El sistema monetario financiero mundial está
a punto de desaparecer. La única salida es someter a éste a una reorganización
por quiebra y reemplazarlo por un sistema crediticio controlado como un asunto soberano
de cada Estado, estableciendo un sistema de tasas fijas en programas de
infraestructura y desarrollo de la economía física real de los países (no de la
usura monetaria) en una perspectiva de largo plazo.
La crisis no es
pasajera. Ya estalló. Arrastrará al mundo a una depresión que no conocimos.
Todo combinado con el auge de pandemias de cepas tradicionales desatadas con
virulencia inusitada, que provocará una tasa de mortandad por enfermedades y
otros efectos, lo que barrerá buena parte de la población mundial. En el Siglo
XIV, en Europa, la población se desplomó un 30% en una generación, producto del
desplome financiero bancario del momento, que echó abajo la economía europea.
Estas enfermedades, en la realidad, son promovidas por las
condiciones en las que se expande. Otro ejemplo fue en 1918 por las condiciones
de vida física, sanitarias, nutricionales, etc. aptas para que la enfermedad se
promueva.
Las cepas del H1-N1 datan, aparentemente, del año 412 A.C.,
según registros de Hipócrates de gente que padecía de «frío, dolor de huesos y
fiebre alta».
Y en el año 430 A.C. Tucídides da cuenta de una epidemia de
estas características en Atenas. Como sostiene el Dr. Mario Lozano, vicerrector
de la Universidad Nacional de Quilmes en su libro «Ahí viene la plaga», «los
virus son muy anteriores a la raza humana e incluso más remotos que el primer
organismo multicelular de la Tierra [...] siendo la gripe una enfermedad causada
por mezcla de virus de rápida mutación en su entrecruzamiento entre las
existencias humanas y animales del planeta».
Por ello, la actual crisis no es una mera depresión
financiera. Es la desintegración del sistema monetario usurario que arrastrará
a todo el planeta haciendo estragos en los más desvalidos, por la ampliación de
las condiciones para la expansión de pandemias u otras calamidades.
No es una cuestión de rescates financieros. Es cuestión de
su reemplazo por un sistema de crédito internacional entre estados soberanos a
tasas fijas que no superen el 1,5%, 2% destinado a creación de infraestructura
y desarrollo a largo plazo en las naciones de todo el mundo, promoviendo el acceso
a la «vida» de todos los seres humanos.
Someter al sistema a un proceso de quiebra, ya que las
deudas existentes son financieras y especulativas, puesto que ha desangrado a
las naciones hasta destruirlas. Bajo las reglas del sistema actual, bajo las
reglas de la globalización, no hay oportunidades para que sobreviva la
civilización.
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