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jueves, 6 de marzo de 2014

La guerra civil Argentina

Argentina vive una guerra civil, que no reconoce, quizás más cruel que en medio oriente.

Juan Carlos González Costa entrevista al Comisario Inspector (RA) PBA Oscar Alberto Sosa sobre los recientes actos violentos en la Prov. de Córdoba debido al paro policial en reclamo de aumentos salariales. La situación de las Policías, su rol, funciones, atribuciones, competencias, leyes, autoridad y el poder político ausente de los dramas sociales de violencia que enfrentan. La educación devenida de la democracia y los acuerdos de Madrid firmados por Menem y Cavallo de disolución nacional. La droga, el Sedronar y la complicidad política.



A continuación se exponen varios artículos del Dr. Javier Cornejo publicados en el diario El Tribuno desde el año 2009, destacando el tema de esta recopilación.


EL DESALOJO DE LOS ARGENTINOS

Publicado en el diario El Tribuno el 06 de agosto de 2009

Muchos conocemos a Juan Bautista Alberdi en el plano «constitucional». Poco conocemos al Juan Bautista Alberdi de los «escritos póstumos». Tal como su importantísima obra publicada en 1875 y que tituló: «Estudios económicos».
Interpretación económica de la historia Argentina y Sud América». En la página 43 se desprenden palabras de rigurosa actualidad: «La América del Sud está ocupada por pueblos pobres que habitan suelos ricos».
Después de esta observación elemental, el pensador argentino señala, como tesis de su obra, que «la Europa presta al suelo, no al hombre, cuando presta su dinero a los Estados de América del Sud».
El objetivo del acreedor, según Alberdi, es obtener la propiedad del suelo gravado en garantía de su deuda dineraria. Por eso, al momento de la ejecución de los bienes del suelo para obtener el pago de su crédito, exige el suelo desocupado de habitantes.
¿Y cómo se desaloja todo un continente?... se pregunta el autor. A ello responde: «Provocando guerras u otras calamidades por cualquier pretexto y sin ningún sentido». «Son así las guerras que han asolado a Paraguay y a
Entre Ríos, que se han hecho con el oro de los ingleses» (página 91).
Si tomamos estos conceptos embrionarios como base analítica de lo que está ocurriendo actualmente en la República Argentina, constatamos que parece haber llegado la hora de la «ejecución de nuestra garantía» a favor de nuestro usurario acreedor, y debemos entregar el suelo libre de ocupantes.
Así también, cooperar eficazmente para la entrega del inmenso potencial energético que significa nuestra Antártida y adyacencias, ofreciendo a quien resulte su propietario, el reservorio futuro de la humanidad.
De allí se infiere que se impone el «exterminio» de la población argentina, se debe entregar el suelo (es decir el patrimonio público y privado con sus recursos naturales intactos) libre de ocupantes.
El accionar se aceleró frenéticamente por medio de las herramientas actuales de exterminio. ¡Atrás y lejos quedaron los Ejércitos de ocupación con metralla, pólvora y fusiles! ¡A comienzos de 1800 ya Beresford los reemplazó por: letras de cambio, pagarés, acuerdos comerciales y tratados que se deben cumplir!
Las armas del exterminio funcionan a la perfección:


  •  Guerra química: «Consumo de drogas» con proyecciones estremecedoras en nuestra juventud. Próxima despenalización de la tenencia; con lo que se abre la puerta a la legalización del tráfico total, pre-anunciada por lluvia de drogas en cielos salteños.
  • Guerra bacteriológica: consumada con las pandemias, sin ningún control sanitario riguroso de sida, cólera, meningitis, hepatitis, mal de Chagas, fiebre amarilla, dengue, gripes en sus diversas variedades, y la nueva gripe medieval que ya hace estragos en China; vigentes en la pobreza creciente que asola a nuestro país y que niegan los indicadores con precisas instrucciones. Desembocando en un incremento de la mortalidad infantil.
  • Desquicio educacional: aumento de una TV espúrea que cala el último rincón con su mensaje desintegrador.
  • Guerra económica: instrumentada en la siniestra cantidad de medidas y actos administrativos de «ajuste» de nuestros gobernantes. Incremento inusitado de muertes por accidentes en transportes públicos y privados: caos en el respeto a las normas de tránsito. Conductores bajo los efectos de todo tipo de sustancias.
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Total crisis institucional: en la que la imagen y autoridad de gobernantes se asimila en forma creciente al término «corrupción».
Inseguridad: como «normalidad» creciente Guerra civil: en el mundo tenemos hartos ejemplos de guerras «provocadas». Piquetes y contra piquetes, pobres contra pobres. Ocupas contra ocupas.
Indefensión total a cualquier intención de ocupación de nuestro territorio por cualquier fuerza de ocupación extranjera. Inexistencia de las Fuerzas Armadas.
En este somero análisis constatamos la gravedad de una realidad que se nos oculta sistemáticamente y nos hace parecer que los acontecimientos que ocurren lo son por casualidad del devenir histórico, y no por una «causalidad» eficientemente provocada con el único fin de reducir y aniquilar a la población en un continente (Sudamérica Antártida) con los recursos naturales necesarios para la subsistencia y control de la humanidad del futuro.
Intentar tapar esta espantosa y concreta realidad, es un genocidio sin límites, por parte de nuestros gobernantes a los que sólo parece preocuparles la eternización en un poder de miserables.
Los conceptos de este comentario encuentran su basamento en la obra del Dr. Julio González: «Los tratados de paz por la guerra de las Malvinas», de agosto de 1998.


SUBVERSIÓN ECONÓMICA

Publicado en el diario El Tribuno el 01 de febrero de 2010

El llamado «Fondo del Bicentenario» se configuró con el pretexto de atender los pagos de la deuda externa con el producido por el trabajo de todo el pueblo argentino. Aunque no sabemos cuál será su real destino.
Desde el año pasado, flota en el ambiente financiero argentino la amenaza gubernamental de la implementación del llamado «Fondo Patriótico».
Una especie de «bono corralero». Es decir, un bono que equivaldría a los depósitos particulares existentes en el circuito bancario.
Es preciso hacer memoria en forma inmediata:
Durante el año 2002 el Congreso Nacional, por exigencia del FMI, se avino a derogar la ley de Represión de la Subversión Económica. La misma lleva Nº Original 20.840 y sancionaba con severas penalidades el vaciamiento de empresas y de un modo muy especial el vaciamiento de bancos.
Tal vaciamiento bancario ocurrió en nuestro país a fines del 2001.
Se hizo caso omiso de la ley 25.466, que establecía la intangibilidad de los depósitos, protegiéndose a los ahorristas de cualquier alteración de la moneda y del monto depositado que pudiera perjudicarlos.
En dicha oportunidad, el Estado dejó en la impunidad a todo el sector directivo bancario que despojó a los ahorristas argentinos, configurando un evidente acto de subversión, de terrorismo económico.
Se impone aclarar estos conceptos de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española: el vocablo «subvertir» significa trastornar, alterar, destruir. Más en el sentido moral. El vocablo «terrorismo» significa «dominación por el terror».
Ambas palabras no son sinónimos, sino que tiene significados complementarios. Al incautarse a los depositantes sus depósitos, el banco «trastorna» a la sociedad y a los depositantes. Les crea angustia y los «altera» moralmente por su impotencia. Es más, coloca a las personas frente a esta disyuntiva: ¿por qué el que asalta a un banco va preso? y ¿por qué el banco que despoja mediante un ardid de abuso de confianza a quienes concurrieron a él para guardar su dinero no tiene sanción de ninguna especie?
La conclusión es que el despojo provoca la desesperación frente a la falta de tutela del poder público y una dominación a las víctimas por el terror económico que ha de sobrevenir. Esto es por falta de recursos, por falta de poder disponer de su propio dinero, por la carencia que en todos los órdenes le aguarda al damnificado.
Los daños son materialmente comparables a los que provoca una subversión armada o bélica con el agravante de que en este caso el daño se «proyecta» sobre la víctima a través del tiempo, y se extiende a sus allegados, ya que los priva de la asistencia familiar con la que contaban para realizar sus vidas.
El pueblo argentino está en la más absoluta indefensión.
Nuestros gobernantes están condenando a toda la sociedad argentina a que sufra las consecuencias previstas por Franchesco La Terrada en su monumental obra «Programa del curso del Derecho Criminal». Este autor determina con precisión matemática lo siguiente:
«El delito no reprimido multiplica el quehacer de los delincuentes en progresión geométrica».
«La víctima no reconocida recurre a las vías de hecho para hacer justicia por mano propia y comete tantos delitos en progresión aritmética».
Toda la sociedad entra así en una entropía o desorden total que la disuelve. Físicamente con la inseguridad creciente, y moralmente aniquilada por el terrorismo económico que se cierne en nuestro desquiciado horizonte.
Situación a la que la Presidente sólo parece oponer la caricatura de humoradas sexuales y dietas light acordes a su nivel intelectual y moral, a contramano de la atroz realidad de supervivencia del pueblo argentino, en una cruel burla con la que nos hace conocer el dolor de la vergüenza que nos provoca su representación gubernamental.


ESTERTORES GEOPOLÍTICOS

Publicado en el diario El Tribuno el 01 de marzo de 2010

El sinnúmero de hechos y actos que ocurren en nuestro vapuleado mundo, cada vez en forma más frecuente y acelerada, denotan con claridad que nos encontramos en un proceso de transformación de valores, instituciones, principios, normas jurídicas, sistemas de convivencias y creencias, cuyo resultado se encuentra empañado en una nebulosa que impide su comprensión.
La única manera válida es atenernos al siguiente principio original: nada ocurre por casualidad, los hechos físicos y actos humanos son producto de una eficiente causalidad.
Por otra parte, tanto los hechos como los actos se encuentran interrelacionados entre sí (los hechos con los hechos, los actos con los actos, los hechos con los actos y actos con los hechos). Por ello, es totalmente imposible intentar la comprensión de un hecho o un acto en forma aislada.
Es decir, es imposible comprender el devenir histórico, si no consideramos en su integridad el complejo tejido de interrelaciones de los ¿por qué? y ¿para qué? , en combinación con los hechos y/o actos que en definitiva resultaron como respuesta a tales interrogantes.
Así tenemos que el reacomodamiento geopolítico del planeta presenta un escenario en el que distintos «gladiadores» se disputan el control energético del mundo futuro.
Nada nuevo, es el Prometeo Platónico «control del fuego», repetido cíclicamente. En esa lucha de titanes, de imperios, adquiere un papel decisivo la ocupación efectiva de los territorios en los que existen las materias primas esenciales para la sobrevivencia de la humanidad: agua, alimentos, minería, etc..
La geografía de nuestro país continental, insular y proyección antártica, es el actual escenario de apropiación de recursos, en el que el imperio británico estableció en forma categórica sus pretensiones.
De allí que claramente se pueda inferir lo siguiente:

1.- El concepto de «soberanía» es reemplazado por el de «discusión de límites». Ello dará rienda suelta a acuerdos de «cooperación» para que empresas «K» y menemistas participen junto a las británicas en la explotación de «determinados» recursos naturales. No sólo en territorio insular, sino continental, en donde se prevé la instalación de las obras de infraestructura necesarias de apoyo a los trabajos marítimos. (Ej.: Pista de aterrizaje para grandes aeronaves en Río Negro de propiedad de Thomas Lewis). Repsol ya anunció su arrimo.
2.- Gran Bretaña, sustentándose en los tratados firmados con Argentina, en 1990, en Madrid y Londres, procederá a la ocupación antártica, sobre la que nuestra permanencia, desde hace 106 años, es «indiscutible» para el resto de los países, fortificando la posición británica frente al mundo.
3.- El otro brazo del Commonwealth, Australia, extenderá su ocupación del Continente Blanco, por el otro lado del mundo. Frenando las pretensiones rusas y de países orientales que intentan un posicionamiento.
4.- La denominada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, recientemente formada en México, al excluir a EEUU, es afín al imperio británico. Sus declamaciones sólo provocarán una puesta en escena verborrágica, en la que se aparentará el logro de acuerdos entre los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña, producto de la «presión» ejercida por la que Londres se vio «obligado» a conceder importantes beneficios económicos en la relación de ambos países.
5.- La presidenta Fernández designó al banco británico Barclays Bank PLC como coordinador para la regulación y pago de nuestra deuda externa.
Este banco es el propietario de las acciones de la empresa Desire Petroleum, dueña de la plataforma petrolera Ocean Guardian, que ya se encuentra perforando en Malvinas en las áreas que le fueron adjudicadas. Este banco fue señalado como «responsable» de la crisis financiera mundial por el secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, en su libro «On the Brink» (Al borde del abismo): «Estoy muy asustado. Los ingleses nos han jodido» (sic), palabras pronunciadas en ocasión de la negativa de absorber los activos tóxicos que el mismo Barclays le generó a Lehman Brothers, provocando su caída. Lehman era un banco con 158 años de historia.
Constatamos que la sumisión por la deuda externa y la expoliación soberana siempre fueron de la mano del mismo ejecutor.
Como contrapartida, el hambre, la miseria, enfermedades, drogadicción, matanza de pobres contra pobres y la aniquilación del argentino se incentivarán hasta lograr el despoblamiento deseado.
Recordemos: nuestro suelo debe entregarse «libre de ocupantes».

 
SENSACIÓN

Publicado en el diario El Tribuno el 16 de mayo de 2011

Las perspectivas de este invierno se perfilan con un frío que hará sentir su presencia.
No existen pronósticos valederos que aseguren un «calentamiento global» moderador de la fase de glaciación a que avanza el planeta, en consonancia a los concretos ciclos solares.
Si, por una parte, la falta de gas ocasiona que debamos paralizar las fábricas, o nos imposibilite prender una hornalla para cocinar lo indispensable, y por la otra, si advertimos que las estaciones de servicios cruzan sus mangueras de combustible, o las pocas que expendan lo hagan cuotificadas, no entremos en pánico, evitemos que el mal humor nos invada. Estaremos asistiendo a una «sensación» generalizada de escasez, que según nuestros funcionarios nacionales, es sólo eso: una sensación.

No es una escasez real

El 7 de diciembre de 2010 nos anunciaron que flotábamos en un mega-yacimiento de gas en el sur argentino. (El Tribuno, 10-12-10).
Hace pocos días, la Sra. Presidenta nos anoticia de que nadamos en un mega-yacimiento de petróleo complementario del anterior (El Tribuno, 10-5-11).
Esta «sensación» merece alguna explicación: por los gasoductos por los que hasta hace pocos años enviábamos el producto a países vecinos, ahora, viene.
Como toda «sensación», en ella no caben cuestiones triviales como precios y participantes de tales importaciones. Es de mal gusto.
Tampoco se debe hablar de lo sonso que son los catalanes de Repsol que, justo pocos días antes del anuncio del inconmensurable hallazgo del yacimiento petrolífero neuquino, vendieron sus acciones societarias a
Eskenazi, a bajo precio.
Tampoco vale la pena hablar de (el presidente de Venezuela, Hugo) Chávez, ni de los buques que nos traen un fueloil que hasta las calderas industriales les cuesta quemar. No hablemos de esa calidad en motores.
Menos de precios. De subsidios, ni se nos ocurra.
Tampoco necesitamos inversiones en infraestructura, ya que hace años que no hacemos nada, no lo empezaremos a hacer ahora que los «mega» están por todos lados. Es sólo cuestión de tiempo que salgan a la superficie y nos abastezcamos en abundancia.
Una vez hubo un Gral. Mosconi, a quien -junto al presidente Hipólito Yrigoyen- se les ocurrió la barbaridad de hacer un YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales, para los que no conozcan las siglas) para junto a Gas del Estado autoabastecernos de combustibles energéticos. Tal programa a partir de 1976 ingresó el camino de la aniquilación que hoy festejamos con la inmensa algarabía y fiesta importadora.
Nuestro destino de granja exportadora de materias primas en su estado absolutamente primario se acrecienta en los acuerdos con el ministro de Comercio de China Sr. Chen Deming para destrabar las ventas de los «granos» de soja, esenciales para el viento de cola de dilapidación clientelista gubernamental.
La «economía de extracción» china ya dispuso, en un operativo de dumping atroz, la llegada de tubos de acero para la extracción petrolera en los pozos que los mismos chinos arrasarán.
Como es tradición, en este «modelo K», el ejecutivo mantiene un discurso, pero ejecuta lo diametralmente opuesto, desembocando en una concreta y real sensación impúdica de egoísmo y de un «sálvese quien pueda en forma individual», que se va apoderando de una población que, hasta hace pocos años, estaba dispuesta a dar la vida por el bienestar de sus hermanos y compatriotas.

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