Estudio sugiere que los humanos están programados
para obedecer a los robots
Un estudio de la Universidad de Manitoba sugiere
que los seres humanos fácilmente se vuelven subordinados de los robots.
Por: pijamasurf - 23/03/2014
Recientemente, dos robots de dos metros y medio de
altura empezaron a dirigir el tráfico en Kinshasa, la capital de la República
Democrática del Congo. Son poco más que semáforos disfrazados como autómatas
programados de los sesentas, y sin embargo la gente los obedece más que a los
policías que dirigían antes el tráfico.
Quizá sea porque los robots son más grandes que el
policía promedio. Quizá sea por su temible destello metálico. O puede que se
deba a que, además de sus señales led y de sus manos que se agitan dirigiendo a
los autos, tienen múltiples cámaras grabando todo lo que pasa.
Estos robots congoleños nos dan un vistazo a lo que
empezarán a ser las relaciones humano-robot. Resulta bastante sorprendente que
los humanos obedezcamos tan fácilmente a los robots, incluso a los más simples,
en ciertas situaciones. Y esto no es una mera anécdota, ya hay algunas
investigaciones sobre el tema que lo están confirmando.
El año pasado, científicos de la Universidad de
Manitoba observaron a un grupo de 27 voluntarios presionados para trabajar en
un conjunto de tareas mundanas, ya sea por un actor de 27 años en bata de
laboratorio o por un robot Aldeberan Nao, ambos llamados “Jim”.
Desde el controversial experimento de la prisión
de Stanford en 1971, donde a los participantes se les asignaron roles
de guardias o prisioneros demostrando qué tan situacional puede ser la moral
humana, pocas investigaciones de este tipo se han realizado. Aún así, si los
participantes son conducidos cuidadosamente, tales estudios pueden proveer
valiosa información sobre nuestro comportamiento. Los resultados del experimento
de Stanford siguen siendo enseñados 40 años después.
En este caso, los investigadores dieron a los
participantes una situación moderadamente incómoda, y les dijeron que eran
libres de renunciar en cualquier momento. Cada participante recibió $10 dolares
canadienses por cambiar extensiones de archivos de .jpg a .png, como parte de
un experimento de “aprendizaje de máquina”. Para aumentar su incomodidad y la
sensación de que la tarea era interminable, el trabajo inició con un lote de 10
archivos pero fue creciendo cada que el participante completaba la tarea
asignada (al punto de alcanzar los 5000 archivos por lote).
Cada vez que un participante protestaba, era
instado a continuar, ya sea por el robot o por el “Jim” humano. El sujeto
humano probó ser una figura de autoridad más convincente, pero el robot no
estuvo lejos. 10 de 13 participantes dijeron ver al robot como una autoridad
legítima, aunque no pudieron explicar por qué. Varias personas intentaron
iniciar una conversación y una mostró remordimiento cuando el robot le dijo que
acabaría el experimento y lo notificaría a director de la investigación.
El robot era pequeño y su diseño físico podría
haberle restado autoridad, pero a pesar de que ninguno de los participantes
arguye haber sentido presión realmente por parte del robot, 46% de ellos
renombraron archivos por 80 minutos, aún después de decir que querían
renunciar.
Existen pocos estudios además del de Manitoba, pero
los científicos señalan que existen investigaciones anteriores que parecen
corroborar sus descubrimientos.
En un caso previo que utiliza un elemento de
disuasión (la vergüenza), los resultados fueron sorprendentes: un robot pudo
presionar a personas para realizar actos vergonzosos, tales como desnudarse o
ponerse un termómetro en el recto.
Por supuesto, dos estudios y un ejemplo anecdótico
no prueban que los humanos cederán sumisamente el planeta cuando los robots
ataquen, pero las preguntas surgen.
¿Cuánto de su comportamiento se debe al miedo o
respeto por los humanos detrás de cámaras? Si los robots congoleños fueran
simples semáforos y cámaras, ¿la gente los seguirá obedeciendo? Quizá la gente
sabe que los policías humanos son corruptibles, pero que las máquinas son
insobornables.
Más estudios nos mostrarán frente a qué estamos. La
interacción robot-humano crecerá en los próximos años, particularmente en el
ramo de la salud y en el militar. Un gran número de investigaciones sobre
comportamiento está por venir. ¿Estaremos a la altura del reto?, ¿seremos
capaces de imponernos a nuestras propias creaciones robóticas?
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