Descubierto Enorme Océano en el Interior de la
Tierra
Descubierto océano en el interior de la Tierra
Los
científicos explorando el interior profundo de la Tierra han encontrado
evidencia de una vasta reserva de agua debajo de Asia oriental la cual tiene al
menos el volumen del océano Ártico. El descubrimiento de este océano en el
interior de la Tierra marca la primera vez que tal gran cantidad de agua es
encontrada en el manto profundo del planeta.
Sismólogos
en la Universidad de Washington en St. Louis observaron una región debajo de
Asia, donde las ondas sísmicas parecían amortiguarse, o “atenuarse”, y también
retrasarse ligeramente. Mucha amortiguación y algo de desaceleración coincide
con las predicciones para el agua muy bien.
©
ufosightingshotspot
Ellos
llamaron a la nueva característica subterránea la “anomalía de Beijing,” porque
la atenuación de las ondas sísmicas se encontró que era más alta debajo de esta
ciudad de China.
China se
encuentra bajo el mayor riesgo sísmico que casi cualquier país del mundo.
Puedes
leer la noticia completa del Océano en el interior de la Tierra enlivescience
Fuente: ufosightingshotspot
Civilizaciones Intraterrestres
La
creencia en civilizaciones intraterrestres muy evolucionadas espiritualmente
forma parte de muchas tradiciones filosóficas-religiosas del mundo.
Tampoco
es desdeñable el número de personas que dan testimonio de una "realidad
fantástica" con zonas cálidas, llenas de vida vegetal y valles perdidos e
en lugares inhóspitos de nuestro subsuelo.
Incluso
autores de la talla de,
Julio
Verne
James
Hilton
C.W.
Leadbeater
John G.
Fuller
el
polémico Raymond Barnard
aventureros
como Ferdinand Ossendowski y Nicholas Roerich,
...han
hablado de estos reinos subterráneos a través de sus novelas.
¿Podría
estar albergando nuestro planeta culturas vivas en su interior?
Se han
dicho muchas cosas sobre este gran reino subterráneo, pero, en realidad,
todavía no se ha revelado verdaderamente nada al gran público, salvo a través
de los mitos y de las alegorías divulgados por algunos iniciados intuitivos.
Como
algunos autores afirman, es posible que la Tierra este, totalmente hueca y que
el pueblo intraterrestre posea su propio sol central.
Es
igualmente posible que el centro de la Tierra sea tan denso como su corteza y
que la humanidad de la Agharta viva entre los dos polos. Por otro lado, no hay
que excluir la teoría que afirma que la Tierra es como un buñuelo, totalmente
repleto de inmensas cavernas tan vastas como nuestras regiones y países, en
comunicación entre sí por medio de gigantescos túneles construidos.
Por
excéntrico que pueda parecer el planteamiento anterior, no debemos despreciar
un argumento bastante significativo:
en casi
toda la Tierra se tienen noticias de cuevas subterráneas y sistemas de túneles
- como el entramado que se extiende bajo la superficie del Yucatán, montañas de
Paucartambo en Perú, sierra del Roncador en Brasil, cuevas de Afganistán, monte
Kailós en el Tíbet... - que conectan no sólo áreas diferentes dentro del mismo
continente, sino que, en opinión de algunos investigadores, bien pudieran
"unir" diferentes partes del globo.
En
realidad, todas las tradiciones antiguas se basan en ésta supuesta existencia
de ciudades intraterrenas conectadas mediante una vasta red de pasadizos, más
que en la - no menos fantástica - creencia de una "tierra hueca" que
algunos autores como Raymond Bernard proponen.
Exploradores
como Juan Moriaz, y sacerdotes como Carlos Crespi, habrían encontrado en estos
túneles perdidos del Ecuador ("Cueva de Los Tayos"), láminas de
piedra y oro con signos ideográficos grabados que describen los orígenes de la
historia humana, según recoge fielmente Erik Von Däniken en El oro de los
dioses.
A este
enclave sudamericano, que aún hoy día constituye un misterio por descifrar, se
vincula una interesante leyenda sobre la mítica Shambalah o Agharta, y las
historias que de ella se desprenden.
Historias
sobre una ciudad santa oculta en los Himalayas…
Incluso
en Colombia se conoce de túneles extensos, en el municipio de Vélez, Santander,
por ejemplo, existe una cueva de dimensiones desconocidas, llamada, “cueva de
los indios”, los habitantes del pueblo relatan como allí niños traviesos han
terminado desaparecidos y como algunos sobrevivientes a la aventura después de
varias horas e incluso algunos días en el oscuro lugar afirman que mide
kilómetros y que en un punto de dicha cueva, hay un abismo del que se desconoce
su fondo…
Se ha
dicho que el origen de las sociedades subterráneas podría estar en los
continentes desaparecidos del Atlántico y del Pacífico:
Atlántida
Lemuria o
Thule (esta última en la tradición helénica se corresponde con el reino de
hiperbórea: una tierra paradisíaca, perdida más allá de la barrera de los
hielos, donde existe una raza que irradia un poder espiritual capaz de influir
en los sentimientos colectivos del planeta)
Tanto en
oriente como en occidente se suceden las descripciones sobre los integrantes de
estas enigmáticas sociedades, y no faltan los testigos que dan crédito a la
existencia de seres dorados de los que emana una intensa luz blanquecina.
por Silvia
Velando
del Sitio
Web MundoMisterioso
recuperado
a treves del Sitio Web WayBackMachine
Huecos
polares
La
posibilidad de que la tierra sea hueca, y de que se pueda entrar en ella a
través de los polos norte y sur, ha alimentado la imaginación de la humanidad
desde hace mucho tiempo.
Por si
fuera poco, unas supuestas fotografías de una abertura en el polo norte tomada
por los satélites ESSA-3 el 6 de enero de 1967 y ESSA-7 el 23 de noviembre de
1968, parecen facilitar esta teoría.
Parece una idea digna de una novela de ciencia
ficción y sin embargo se trató de un proyecto que Élie Roudaire,
discípulo de Ferdinand de Lesseps, el artífice del Canal de
Suez, ofreció al gobierno de Francia en 1874. Un gran mar interior en el
desierto del Sáhara, entre Túnez y Argelia, para transformar esta árida
región en un vergel.
La clave de su plan era el gran lago salado de
Chott el-Mehrir, en el sur de la provincia de Constantina, que se
encuentra a unos 40 metros por debajo del nivel del mar. La idea era crear una
serie de embalses artificiales que conectaran este lago con el Mediterráneo.
Roudaire conocía muy bien la geografía del Magreb.
Hizo muchos estudios y finalmente presentó su ambicioso proyecto que bautizó
como Baie de Triton: 380 kilómetros de pequeños lagos comunicados
por un canal como las cuentas de un rosario, de este a oeste.
La idea era admirable: llevar la prosperidad a esta
parte del mundo, un ideal digno del espíritu ilustrado francés, aunque subyacía
un objetivo militar: el de aislar Túnez por el sur y mantener a las
tribus hostiles alejadas de la zona ocupada por los colonos.
Por desgracia, las expediciones de Roudaire sobre
el terreno, pagadas por el gobierno galo, arrojaron resultados inesperados. Por
ejemplo, Chott el-Djerid, el lago que se sitúa geográficamente más cerca
de la costa, en realidad estaba por encima del nivel del mar. Ese
problema elevaba el presupuesto del proyecto a cifras astronómicas,
inasumibles, y todo terminó allí.
Sin embargo, la idea del Mar del Sáhara sí prendió
en la imaginación de otro ilustre francés: el escritor Julio Verne, cuya
novela publicada en 1905 y llamada L’invasión de la mer rescataba
el plan en mitad de una aventura de luchas entre bereberes y europeos que
culmina con un gran terremoto.
Fotos vía: bigthink.com
Si la ONU decidiera crear el Día Mundial de la Ciencia Ficción lo tendría relativamente fácil: este mes de febrero se ha cumplido el 186 aniversario del nacimiento de Julio Verne, a quien muchos críticos y expertos consideran como el “padre” del género.
- Treinta y cinco
personas son transportadas en el gran elefante de doce metros de alto y ocho de
ancho, el 30 de junio de 2007 en Nantes, Francia, el cual forma parte del
universo de 'Las máquinas de la isla de Nantes' que invita a los pasajeros a
viajar al mundo imaginario de Julio Verne en su ciudad de nacimiento. EFE/Luc
Skeudener
Nacido en una familia burguesa de Nantes (Francia) el 8 de febrero de
1828 como Jules Gabriel Verne Allote, abandonó la carrera de abogado en la que
pretendía encarrilarle su familia para dedicarse a la literatura, actividad en
la que volcó su enfermiza curiosidad por cualquier avance tecnológico así como
una asombrosa capacidad de trabajo, aún a costa de su salud.
Tras publicar varios relatos y obras de teatro, en
1863 escribió su primera novela, que fue también su primera obra de ciencia
ficción: “París en el siglo XX”, uno de los pocos textos que no llegó a ver
publicado en vida ya que su principal editor, Pierre Jules Hetzel, la rechazó y
no fue impresa hasta 1994.
Hetzel la consideraba una obra fallida, “demasiado
pesimista”, ya que auguraba una sociedad masificada y dominada por banqueros,
funcionarios y tecnócratas, donde la población vive en rascacielos de cristal y
usa trenes de alta velocidad pero ignora las grandes obras literarias y la
música clásica y, en los programas educativos, las humanidades (incluyendo el
estudio del latín y el griego) han sido expulsadas en beneficio de las
disciplinas científicas.
En lugar de esta novela, publicó entonces “Cinco
semanas en globo”, la primera de su serie de “Viajes extraordinarios”, que le
dieron fama y riqueza gracias al éxito cosechado a lo largo de sus 60 títulos.
Este éxito se cimentó en una hábil combinación del
género de aventuras con una fértil fantasía, la inclusión de los datos
científicos más adelantados de su época y una notable capacidad para la
proyección histórica que en ocasiones roza la adivinación.
Entre sus novelas más famosas, “Viaje al centro de
la Tierra” (1864), es la única a día de hoy que espera confirmación a algunas
de las fantásticas descripciones de Verne: ¿existirá un desconocido mar
interior dentro de nuestro planeta con un mundo prehistórico completo? De
momento, sólo es imaginación… ¿sólo es imaginación?
http://universo-verne.blogspot.com.ar/2014/02/julio-verne-el-inventor-de-la-ciencia.html
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