Autor Javier Cornejo
En Medio Oriente, particularmente
en Siria los cristianos y sus templos son masacrados y reducidos a escombros
por la fuerza, por armas de todo tipo,
por atrocidades efectuadas por los denominados “rebeldes”.
Cristianos torturados, asesinados, pero no destruidos
en sus principios, sino todo lo
contrario, tremenda adversidad profundiza su fe y creencias.
Paralelamente otra aniquilación
del cristianismo ocurre en Occidente.
Más subliminal y absolutamente más efectiva, ya que arranca de raíz la creencia de las actuales y futuras
generaciones.
Tal el caso de la destrucción por
“transformación y distorsión” de las fechas conmemorativas más trascendentes del
cristianismo.
TODOS LOS SANTOS Y FIELES
DIFUNTOS
Tal el caso del 1 y 2 de
noviembre, fechas de interrelación con nuestros hermanos que nos precedieron en
este mundo y con quienes nos uniremos
cuando partamos. Es un momento de profundo significado cual es la “común-unión”
con los Santos y Fieles Difuntos, de las sistencias del Verbum Novum, nueva palabra, “todas las cosas son una”
(Mario Pantaleo “Ensayos Filosóficos. Cap. ex -sistencias”).
Es decir, el fortalecimiento del
esencial lazo de unión con quienes nos precedieron re-fundando la conexión de
vida plena, en obras y legados de quienes ya no están físicamente, pero, que
permanecen en nosotros ingresando al
concepto de Eternidad de los seres
“creados a imagen y semejanza de Dios” a través de los hechos realizados en sus
vidas, que se transmiten de generación en generación posibilitando la creación
de los escalones de progreso en el
constante devenir de la vida de
todos los humanos, con quienes nos conectamos en función de nuestra posteridad.
SISTEMÁTICA DESTRUCCIÓN
Esta importante fecha es objeto
del ataque de brujas, viciosas y asesinas que en lo llamado la “noche de
Halloween” pretenden instalarse en todos
nuestros hogares ingresando el “truco o trato” del satánico Jack O’Lanter
derivado de la festividad británica del
Calan Gaeaf.
Actividad a la que
inconscientemente (o no) se presta una creciente mayoría, que además es nutrida
por los que se autodenominan “ZOMBIES”,
muertos vivientes, trastocando el orden cósmico entre vivos y muertos, incorporando
una imagen de persona producto de todo tipo de aberraciones para nuestro
acostumbramiento a una atrocidad que no tiene nada en común con la imagen de
paz del tránsito en unión de ambos mundos.
Junto a ello, convertidos en cual
Herodes del siglo XXI, brujas, ZOMBIES, se suman al gordo sudoroso pretendiendo
reemplazar al niño Jesús, el concepto de familia cristiana. Gordo barbudo que
con su bolsa consumista aniquila el significado
de las ofrendas de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Destrucción del 25 de diciembre,
del pesebre, del nacimiento en Belén. Se lo reemplaza exitosamente y con la
complicidad de todos, por un arbusto de plástico con algodones imitadores de
copos de una nieve inexistente en nuestra geografía, contradictorio con
nuestros quebrachos, ceibos, tipas.
El tiempo de meditación,
recogimiento, balance, reencuentro con nuestros familiares y semejantes, es reemplazado por la urgencia
efímera de un consumismo global de colgar productos en el árbol de nuestro
suicidio espiritual.
Así como en Medio Oriente la masacre no es una
casualidad, el feroz ataque al que somos sometidos en nuestro país, tampoco
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